El labrador y la serpiente

En una ocasión el hijo de un labrador dio un fuerte golpe a una serpiente, la que lo mordió y envenenado muere. El padre, presa del dolor persigue a la serpiente con un hacha y le corta la cola. Más tarde el hombre pretende hacer las paces con la serpiente y ésta le contesta "en vano trabajas, buen hombre, porque entre nosotros no puede haber ya amistad, pues mientras yo me viere sin cola y tú a tu hijo en el sepulcro, no es posible que ninguno de los dos tenga el ánimo tranquilo".

Mientras dura la memoria de las injurias, es casi imposible desvanecer los odios.

Esopo

sábado, 11 de junio de 2016

EL ASESINATO DE JECAR NEGHME (I)

Conforme a Hernán Vásquez Villegas, quien pertencía a la Unidad C.1.3 de la CNI…., entre los meses de marzo y abril de 1989 el Capitán Sanhueza los reunió para darles la misión de vigilancia y seguimiento de un sujeto identificado como Jécar Nehgme, según dijo, por instrucciones del mando, ya que al parecer se estaba reorganizando el MIR político. Ese dirigente mirista llegaba periódicamente a unas oficinas ubicadas en el 4° piso de calle Bandera N° 465, el cual no representaba ninguna importancia de carácter político, ya que toda su actividad era en el ámbito público y por lo mismo, al asumir la misión no les pareció relevante y sólo fue un trabajo más de los que realizaban y, además, ya no se encontraban motivados puesto que la CNI se estaba terminando y serían prontamente encuadrados en otras Unidades.
Orlando Torrejón Gatica[1] cuenta que en Marzo del ’89…por instrucciones de Sanhueza Ros comenzaron a realizar investigaciones en torno a distintos dirigentes del MIR, entre ellos, a la persona de Nehgme, hecho que le consta porque recuerda que le correspondía digitar los informes que entregaban los equipos acerca del trabajo realizado y además, porque el nombre de esta persona era poco común.
Patricio Vega Trujillo integró la agrupación a cargo del Capitán Arturo Sanhueza Ros que tenía la misión de investigar las actividades del MIR que este movimiento comienza a resurgir políticamente y era liderando por…Nehgme, razón por la cual el Capitán Sanhueza, en una reunión con la agrupación, les informa que se ha resuelto realizar un seguimiento y para ello determina a dos equipos que deben vigilarlo en forma permanente –Vásquez Muñoz “El Pablito” y Muñoz Orellana “El Cordillera”- cuya función específica y principal era lograr determinar las actividades políticas y reuniones que Jécar Nehgme desarrollaba en forma cotidiana. Agrega que los sectores que éste frecuentaba eran más en el centro de la ciudad y él, que se desempeñaba como conductor, sólo debía ingresar a una calle determinada o estacionarse en un lugar; que estos seguimientos eran esporádicos, los cuales comenzaron más o menos tres meses antes de la muerte del sujeto y todas las informaciones diarias de sus actividades las entregaban también diariamente al Capitán Sanhueza y éste a los estamentos superiores….Nehgme no representaba para ellos ningún riesgo, toda vez que sus labores políticas eran públicas y por lo tanto, sabida por todos.
Hernán Vásquez Villegas A fines del mes de mayo, fue llamado a un curso de requisito para ascender al grado superior y al reincorporarse al mes siguiente, se informó que al sujeto ya no se (le) estaba trabajando. Recuerda también que hubo un tiempo en que Capitán Sanhueza pasó transitoriamente a depender directamente del Director de Operación (Leddy). Luego de unos dos meses más de vigilancia, hubo una orden del escalón superior, en el sentido de que al señor Nehgme se le debía dar un “escarmiento” -golpiza- con el objeto de retirarlo temporalmente de la actividad política y para ello se iban a utilizar unos usleros.
Jaime Silva Ratz formaba parte de la Unidad de Reacción “Apache” y que en el año 1989, habiéndose trasladado la Unidad completa a Grajales con República, más o menos en julio, luego de haber hecho uso de una licencia médica, encontrándose sus compañeros de equipo fuera de Santiago, quedó en calidad de disponible en el cuartel. Fue requerido entonces por Sanhueza Ros, el cual era jefe interino de las Brigadas Verde y Azul que investigaban al MIR y al FMR para que los acompañara, junto al conductor llamado “Vitoco”, dirigiéndose hacia la Plaza de Maipú, lugar en que permanecieron por un lapso de una hora más o menos.
En tanto, por la frecuencia del radio transmisor se escuchaba el seguimiento de una persona distinguiendo la voz de un agente apodado “Cordillera” quien se dirigía al “Telele” y este último le mencionaba que se encontraba cerca del “Olafo”. Dice que luego se trasladaron hasta el Templo Votivo de Maipú, específicamente a la calle Olimpo.
Allí Sanhueza Ros (Ramiro) le indica que descienda del vehículo, señalándole que siga a una persona que transitaba por una calle como a unos 150 mts. de distancia y a quien solo vió por la espalda. Dice que Ramiro le ordenó que no lo perdiera de vista hasta que el sujeto se internó en uno de los pasajes de la población, él corrió para no perderlo y cuando dobló hacia el pasaje donde había caminado la persona se encontró con el vehículo en que se desplazaba, ordenándole Ramiro que subiera de inmediato.
Acota que fue dejado en su domicilio, advirtiéndole que era probable que al día siguiente nuevamente lo requerirían, hecho que efectivamente aconteció, dirigiéndose a la Plaza de Maipú, junto con el Vitoco y allí estuvieron aproximadamente una hora, escuchando luego que la persona se encontraba en el centro de Santiago, así que regresaron al cuartel. Nehgme realizaba su trabajo a la luz pública y, por lo mismo, no constituía para nadie un personaje de mucha relevancia política.
Víctor Manuel Muñoz Orellana participó de algunos seguimientos esporádicos que se les ordenaron practicar con la instrucción de esperar en el estacionamiento de calle Morandé entre las calles Compañía y Catedral, lugar desde el cual se prestaba apoyo a otro equipo que realizaba la vigilancia.
Luis del Carmen Roldán Olmos[2], a principios del año 1989, se les entregó una orden de investigar las labores de trabajo y domicilio particular del vocero del MIR Jécar Nehgme, el que se materializó y entregó en el mes de mayo, al escalón superior; que establecieron que tenia su lugar de trabajo en calle Bandera, frente al antiguo Congreso y en calle Bulnes, al llegar a Agustinas o Moneda y su domicilio particular en la comuna de Maipú, detrás del templo Votivo. Recuerda que en una oportunidad, en el seguimiento, participó toda la Unidad, encabezada por el Capitán Droguett, y el sujeto abordó un colectivo a eso de las 20:30 horas, siguiéndolo hasta su domicilio….Nehgme no era un político relevante que pudiera originar problemas futuros…, ya que sus actividades las desarrollaba dentro de un marco reducido de personas y a la luz pública. Afirma que el día en que se produjeron los hechos investigados fueron despachados como de costumbre a las 18:00 horas por el propio Sanhueza Ros.
Lo mismo recuerda José Arturo Fuentes Pastene: en el mes de julio del año 1989, por instrucciones de su jefe de equipo, y junto a él, comenzaron a realizar seguimientos alternados a una persona respecto del cual sólo tenían antecedentes que se trataba de un dirigente político. Recuerda que uno de los lugares que frecuentaba era el CODEPU en calle Bandera y otro, uno de los sectores de la comuna de Maipú, en una plaza Templo Votivo, donde permanecían varias horas en espera de su salida. Asevera que la misión era sólo “marcarlo” e informar luego al jefe de equipo sobre las actividades por él desarrolladas. A mediados del mes de agosto del mismo año se recibió la instrucción de cesar en los seguimientos, sin señalar los motivos.

Jaime García Torres

Luis Sanhueza Ros, recuerda que en el mes de agosto de 1989, yo había sido designado como Comandante de la Unidad que investigaba las actividades al MIR[3] situada en el nuevo Cuartel de Grajales. En esta Unidad, formada cinco meses antes, tras abandonar el Cuartel Borgoño y la salida de Alvaro Corbalán, dedicándose (en su declaración) más a la recepción y análisis de las informaciones del MIR, en atención a que ese mismo año se había perdido el Plebiscito y prácticamente las Unidades se preparaban para disolver la Central …e incorporarnos a la DINE, tanto así que el Director de la CNI lo ejercía el mismo Director de Inteligencia del Ejército, el General Abarzúa. Las misiones que yo tenía con mi personal, conformado por unos treinta agentes, era la comprobación de las carpetas que se nos habían traspasado de las antiguas Unidades de Borgoño que combatían el MIR. En estas carpetas existían los antecedentes de muchos miristas (Manuel Cavieses Donoso, Roberto Toro, Pascal Allende, Sergio Aguiló, Jécar Nehgme, etc.) Cada una o cada dos semanas comprobábamos la información de esas carpetas, referidas a domicilios, actividad del momento y rutinas a través de seguimientos, si es que la persona estaba ubicable. De todas estas informaciones cada quince días se insertaban en el informe que se elevaba al escalón superior, vale decir a mi jefe directo que era Hugo Acevedo, quien… traspasaba la misma información al Comandante de la División Metropolitana, Brigadier Enrique Leddy. Por orgánica, éste debía traspasarla al Departamento de Análisis y Operaciones de su Cuartel General, a cargo del entonces Mayor Pedro Guzmán.
Por esos días Jaime Norambuena Aguilar la CNI, su tarea fue la de vigilancia y control del MIR, entre 1988 y 1990. En particular…realizar seguimientos y vigilancias a las personas más connotadas del MIR. En el año 1989, pertenecía a la Brigada C.1.2.3, al mando del Capitán Arturo Sanhueza Ros. Al mismo tiempo realizaba en la Escuela de Infantería de San Bernardo el curso de requisito para ascender al grado de Capitán, desde principios de marzo hasta el día 19 de agosto del ‘89.
Por esos mismos días de agosto Sanhueza Ros es citado a la oficina del Brigadier Enrique Leddy con la totalidad de las carpetas de los sujetos del MIR que poseíamos en nuestra Unidad. Una vez en la oficina del Brigadier, me ordenó que le hiciera un resumen de la información de cada una de ellas y de la situación actual. Una vez revisada cada una de estas carpetas, apartó la de Jécar Nehgme y me ordenó exponerle la rutina y las actividades de este último. “A partir de este momento, con sus Oficiales y el mínimo de personal debe eliminar a este mirista”. Pide que le aclare la orden: “Que a partir de este momento se efectúa la operación de eliminación de este mirista”, por lo cual le respondo lo siguiente: “Mi Brigadier, como Comandante de esta Unidad, debo hacerle presente que el MIR, en estos momentos, no está actuando en la clandestinidad. Es más, precisamente, el vocero del MIR político y no militar es Jécar Nehgme, considerando, respetuosamente mi Brigadier que sería un error efectuar una operación de esta naturaleza…este sujeto ha sido seguido y vigilado en reiteradas ocasiones por mi personal a cargo, por tal motivo, no sería una operación que tuviera características de secreta. Le hace presente que no es el sujeto apropiado ni el momento para efectuar dicha operación.” En esas condiciones mi Brigadier, con una actitud molesta y definitiva, me ordena nuevamente que le diera cumplimiento a su orden y no le pusiera problemas… y recalca que se debía hacer lo más rápido posible. Antes de retirarme de su oficina, recuerdo que él se paró de su escritorio para hacerme salir de su oficina y yo, aún cuando iba retirándome hacia la puerta, le volví a repetir que se evaluara la situación para suspenderla. Recuerdo que en ese preciso momento se encontraba su ayudante personal, el Teniente Manuel Allende que debió haber escuchado mis negativas. Del mismo modo recuerdo que salí con mis carpetas molesto, efectuando un comentario a la salida con el ayudante en el sentido que no me encontraba de acuerdo con la misión. Lo repite Allende Tello[4], quien es el ayudante de Leddy, el Capitán Sanhueza salió muy molesto de la oficina del Brigadier Leddy portando una carpeta bajo el brazo y le manifestó “Esto no debe hacerse” o algo similar.
El en ese entonces teniente Norambuena Aguilar recuerda que el 21 de agosto de 1989 me presenté al Comandante de la Brigada, el Capitán Sanhueza, después de haber finalizado el curso…, y me parece que al día subsiguiente, me hizo presente que había que dar inicio al seguimiento y vigilancia de Jécar Nehgme, vocero del MIR, a quien, por orden del propio Brigadier Leddy, había que “neutralizar”… Terminada la reunión con Leddy Sanhueza Ross se va a su oficina y reúne al Teniente Jaime Norambuena y Teniente Silvio Corsini[5], comunicándoles la orden…les dije que me sentía muy mal, ya que no quiso aceptar mis argumentos…luego de exponerles mi discrepancia…, les señalé que íbamos a cumplir esta misión a nuestra manera, vale decir, que a partir de ese momento “vamos a salir de la Unidad con los vehículos del Teniente Corsini y el mío, que era un Charade, pero vamos a realizar vigilancias y seguimientos y comunicaciones radiales para que el mando, a través de la radio, estuviera informado que estábamos en la actividad ordenada.”
Corsini Escarate el Capitán Sanhueza nos comentó que la orden que había recibido de parte del Brigadier Leddy era eliminar o “neutralizar” al sujeto mencionado. Al conocer ésta, le manifesté al Comandante de Brigada que dicha acción no podía ejecutarse por los momentos que estaba atravesando el país, se había perdido el Plebiscito, la Central Nacional de Informaciones estaba culminando su actividad como tal y por tratarse de una persona que desarrollaba su actividad política en forma pública. El Capitán Sanhueza me contestó que él ya eso lo había representado, pero que el Brigadier le ordenó continuar. Por ello es que tratábamos de dilatar la misión, abortando los seguimientos, ya que incluso a veces durante las tardes realizábamos cuestiones particulares.
La rutina que hicimos diariamente era ir a vigilar una oficina que quedaba ubicada en calle Bandera y las salidas que hacía esta persona a diferentes lugares del centro las controlábamos para que el mando se diera cuenta que estábamos cumpliendo. Pasaron muchos días y no teníamos los resultados que el Brigadier esperaba,…en tres ocasiones se trasladó al centro a reunirse con él…en los estacionamientos que tenía la Central…en calle Bandera con Catedral. Se le reprende severamente porque no se había efectuado la misión. Aprovecha de reiterarle nuevamente que este sujeto era público y se desplazaba como cualquier ciudadano por el centro de Santiago y que evaluara la posibilidad de suspender la misión, teniendo como testigo a Norambuenay aún así, el Brigadier seguía con su decisión…. Luego que el Brigadier se retiraba…comentábamos entre los tres (él, Cossini y Norambuena) el desagrado de la actitud obsesiva e irracional del Brigadier Leddy a ese respecto.
Lo apoya Normabuena Aguilarfueron de seguimiento y vigilancia portando una pistola CZ de 9 mm, ordenado por el Capitán Sanhueza, labores que desarrollé junto a él y Corsini, consistiendo como misión específica ir a su domicilio particular…en la comuna de Maipú y seguir la rutina diaria que realizaba…desde su domicilio hasta el centro, que era lo que hacía frecuentemente. Dentro de estos seguimientos, que duraron entre ocho y diez días, detectamos que su rutina era siempre la misma,…, hubo varios días que no lo realizamos Dirá Luis Sanhueza muchas veces hablábamos por radio sin tener idea de que dónde estaba el sujeto, ….Sigue Norambuena en su relato: Junto al Capitán Sanhueza y Corsini, nos trasladábamos al centro y simulando que lo seguíamos, actividad que realizamos en varias oportunidades. Como consecuencia de lo anterior, le representé al Capitán Sanhueza que no hiciéramos esta operación, ante lo cual me respondió que el mando lo estaba apresurando.
Enrique Leddy

El papel del teniente Corsini Escarate era de conductor, siendo que Nehgme no vivía en la clandestinidad, se le hicieron seguimientos para chequear sus desplazamientos y es por ello que quien lo “marcaba” era Norambuena y yo me quedaba en el vehículo….en algunas ocasiones también acompañó en esta misión…el Capitán Sanhueza.
En una segunda o tercera ocasión de las visitas, narra Luis Sanhueza Ross, el Brigadier Leddy me ordena que junto con eliminar al sujeto, en el lugar de los hechos debía lanzar una cantidad de panfletos…y me entrega un papel que decía algo así como “Amarillo burgués traidor”. Le pregunté qué significaban esos términos, a lo cual me manifestó que leyendo los últimos informes de la actividad del MIR había detectado que hacía dos o tres meses antes se había efectuado una concentración en el Teatro Caupolicán, en donde en uno de los pasajes habla al público el vocero del MIR, Jécar Nehgme, y un sector de la audiencia le gritaba “Jécar Nehgme, traidor, amarillo burgués”. Entonces consideró que debía quedar en el sitio del suceso para desvirtuar cualquier vinculación con la Central…. Esos panfletos llegaron a mi poder ese día en la tarde.
Esperando que tanta demora…terminaría en un desistimiento de la orden. Sin embargo, a los 12 o 15 días siguientes, el Brigadier Leddy, a través de un llamado radial, me ordena presentarme inmediatamente en su oficina. Una vez en ella, en tenida operativa, es decir de ropa sport, inmediatamente al hacer ingreso a su despacho, visiblemente molesto y en una actitud agresiva, me dice “Qué es lo que le está pasando, por qué no ha dado cumplimiento a la orden. ¿O es que tiene miedo o pretende hacerle problemas al mando? Me extraña que Ud. tenga estas actitudes”. Le respondí que …las condiciones para efectuar la operación no se daban, por lo cual, de manera agresiva y molesta, me ordena que me retire de la oficina y espere en terreno nuevas resoluciones. Al salir de la oficina, al ver esta actitud, pensé que iba a ser sancionado o destinado a otra División.
Este enfrentamiento lo relata también Norambuena el Brigadier Enrique Leddy Araneda…, Comandante de la División Metropolitana C.1., concurrió al centro donde nos encontrábamos desarrollando la vigilancia y seguimiento de Jécar Nehgme, a comprobar en terreno y acelerar el cabal cumplimiento de la misión,….el Capitán Sanhueza le representó al Brigadier Leddy la inconveniencia de llevar a efecto este operativo, replicándole éste con cierta dureza algo así como “Y..¿cuándo se iba a cumplir la orden que él habìa dado?”….no estábamos de acuerdo con la orden impartida, el Brigadier Leddy quien se molestó
Al retornar nuevamente al centro, informé a mis Oficiales la situación que había vivido, es más, les señalé que en cualquier momento me llamarían para firmar mi hoja de vida o me iban a relevar del mando. En ese instante recibí un absoluto apoyo de mis Oficiales quienes me manifestaron que si me destinaban, ellos solicitarían voluntariamente su destinación porque la actitud del Brigadier era, por decir lo menos, muy desmotivadora y sin criterio.
Corsini Escarate: Un hecho que me llamó la atención es que unos días antes de la comisión de este hecho, llegó al estacionamiento ubicado en calle Morandé o cerca de los Tribunales de Justicia, el Teniente Manuel Allende conduciendo un auto fiscal, a cargo. Este Oficial se desempeñaba en ese tiempo como ayudante del Brigadier Enrique Leddy, Jefe de la División Metropolitana. Luego de saludarnos y al consultarle qué andaba haciendo en el centro, me contestó “traje a mi Brigadier Leddy a hacer una diligencia”, replicándole, por mi parte, que estaba esperando al Teniente Norambuena y al Capitán Sanhueza, sin mencionarle nada más. En esa oportunidad, estos últimos se encontraban “marcando” al sujeto en el sector de Bandera. Luego de unos quince minutos apareció el Brigadier Leddy y se retiraron. Poco después, el propio Capitán Sanhueza comentó que el Brigadier Leddy había venido a verificar si estaban trabajando en lo ordenado.
Creo que al día siguiente, al mediodía, luego que regresamos al Cuartel con el Teniente Norambuena, el Capitán Sanhueza nos dijo “Mi Brigadier Leddy está molesto porque nos hemos demorado mucho en cumplir la misión”.
Que Allende Tello a los días siguientes me correspondió trasladar al Brigadier Leddy, en el vehículo que tenía a cargo, hasta un estacionamiento que estaba ubicado en calle Morandé con Catedral. Allí él se bajó y me encontré en el mismo recinto con Corsini que estaba en un taxi de su Brigada. Recuerdo haber conversado con éste algunas palabras, en tanto el Brigadier se bajó y no sé hacia dónde se dirigió. Corsini me preguntó qué andaba haciendo y yo le respondí que acompañando al Brigadier y no comentando nada…. Cuando regresó el Brigadier no hizo comentarios y nos regresamos al Cuartel.

El mayor Pedro Guzmán Olivares Jefe de Análisis y Operaciones del Cuartel General de la División Metropolitana, recuerda que uno o dos días antes de la muerte de Jécar Nehgme, en conformidad a una orden superior, el Brigadier Leddy me manda a buscar para que concurra a su oficina y en presencia de su ayudante Manuel Allende me ordena integrar la Unidad del Capitán Sanhueza para controlar y apurar la ejecución de Nehgme porque la orden impartida a la Unidad iba demasiado lenta. Yo le representé en dos oportunidades que no era prudente mi participación, primero, porque yo no conocía a esta persona; segundo, yo no cumplía funciones operativas y desempeñaba el cargo de asesor en el Cuartel General de la División…. Además, que el Capitán Sanhueza, en su oportunidad, me había referido que las condiciones de seguridad para el cumplimiento de la misión eran malas considerando que al sujeto lo había seguido toda su Unidad….Al Brigadier le pareció mal, me levantó la voz y me ordenó el cumplimiento estricto de la orden y que debía hacerse a como diera lugar. El Teniente Allende, su ayudante, fue ordenado para que se integrara también a la Unidad.
Allende Tello Como a los dos días después, el Brigadier Leddy mandó a buscar al Mayor Pedro Guzmán quien se desempeñaba en ese entonces en la Oficina de Análisis u Operaciones, y como la puerta de su oficina estaba abierta, escuché que le dijo que debe eliminar a un sujeto y que él debía tomar el mando de ese operativo, puesto que Sanhueza había “aculado”, y luego me llama a integrarme a la conversación, ordenándome en el mismo acto que debía participar en la operación. Al salir de la oficina le pregunté al Mayor Guzmán de qué se trataba la misión y él me respondió que había que eliminar a un sujeto militante del Movimiento de Izquierda Revolucionario. También recuerdo que después de haber recibido la misión, el Mayor Guzmán concurrió a la oficina del Brigadier y yo le acompañé. En mi presencia le sugirió no llevar adelante esta operación debido a que a este sujeto la Brigada de Sanhueza hacía tiempo que le estaba siguiendo, que ello no resultaba conveniente y además que se trataba de una persona que no estaba en la clandestinidad. El Brigadier Leddy insistió en mantener la orden dada, visiblemente molesto. Luego nos retiramos puesto que no había nada más que hacer.

El agente de la CNI Manuel Morales Acevedo recordó que uno o dos días antes del asesinato, alrededor de las 10:30 horas, en circunstancias que se encontraba de Comandante de Guardia en los estacionamientos del Cuartel Grajales, notó que dos personas estaban en un rincón del recinto, que se acercó a ver que ocurría, percatándose se trataba del Capitán Sanhueza y otro funcionario a quien conocía como el “Cordillera”, los cuales estaban probando una pistola Llama, calibre 7,65 mm. con silenciador, quienes al consultarles que estaban haciendo le comentaron que la estaban probando porque el silenciador estaba fallando, esto es, “estaba metiendo mucha bulla”.
El Inspector Víctor Caro (Ventura) al encontrarse con su amigo, Jaime Torres Gacitúa, le cuenta en la cafetería que terminaba sus servicios en la CNI por haber tenido un problema con el que era su Comandante, el Capitán Sanhueza Ros, y ello se habría originado porque este Capitán le habría ordenado integrar un equipo destinado a la eliminación de un dirigente del MIR, y junto con negarse a cumplirla, solicitó su retorno a Investigaciones que era su institución. De esto dirá Víctor Caro Pizarro, que como miembro de la unidad habría apoyado esporádicamente labores de vigilancia de Jécar Nehgme, pero en aquel entonces no sabía con precisión acerca de la importancia de tal o cual sujeto, ya que a todos los que les correspondió vigilar a algunos. Pero en esa época tenía reiteradas confrontaciones por razones de trabajo con el Jefe de la Unidad, Capitán Luis Arturo Sanhueza, ya que le daba la impresión de que planificaba con el mando alguna acción grave…hizo público su descontento al comentar con algunos Oficiales de Ejército respecto a este problema, ya que les hizo saber que tenía “muy mal olor” y que no se prestaría para participar en ninguna de las planificaciones desquiciadas que pudiera tener Sanhueza.
Ahora Luis Sanhueza Ross Ese día (el del enfrentamiento con Leddy) seguimos deambulando por el centro hasta que aproximadamente las 18:00 ó 19:00 horas me llama por radio el Mayor Guzmán, Jefe de Operaciones del Cuartel General, quien me solicita mi ubicación y que lo espere porque debía conversar personalmente conmigo. En esas circunstancias nos contactamos, me parece, en Bandera con Catedral y me informa lo siguiente. “Capitán, vengo por orden expresa del Brigadier Leddy a tomar el mando de la operación. Mi Brigadier está extremadamente molesto por su actitud. Ya se le agotó la paciencia y me ha enviado a mí como Jefe de Operaciones a ejecutar, a dirigir y a controlar efectivamente el trabajo con respecto a la operación. Por tal razón, mañana asumo el mando, junto con el Teniente Allende y nos incorporaremos para dar cumplimiento a la orden emitida por el mando”.
Sigue Norambuena Aguilar Creo que dos días antes de que se concretara la orden, el Mayor Guzmán concurrió junto a nosotros a los lugares en que se practicaban los seguimientos para ver en terreno la actividad…. Al ver al Mayor pensé que éste iba a comprobar en terreno que dicha misión no se podía realizar por la situación del país, pero me dí cuenta que la operación ya venía ordenada desde arriba. De ahí, el Capitán Sanhueza nos hizo presente que le habían quitado el mando, no de la Brigada, pero sí de este operativo específico, quedando en definitiva subordinado bajo las órdenes del Mayor Guzmán.
Corsini Escarate: posteriormente, en una oportunidad, concurrió a la Brigada el Mayor Guzmán, quien se desempeñaba a la época, como Jefe de Análisis u Operaciones que cumplía órdenes directas del Brigadier Leddy y no tenía ninguna relación de mando directo sobre los integrantes de la Brigada. El Mayor Guzmán nos comentó algo así como “vamos a trabajar juntos”. Esto nos dio la certeza absoluta que no podíamos rehusar el cumplimiento de la misión encomendada.
Continúa Sanhueza Ros, que terminada la reunión con Guzmán, quedó tremendamente desmoralizado al ver que había perdido la confianza y la “lealtad” de mi superior… Fue una situación incómoda porque todo lo que anteriormente habíamos conformado para dilatar la operación llegaba a su fin, porque para nosotros y para mí específicamente, el Mayor Pedro Guzmán era una persona muy seria, enérgica y de plena confianza del Brigadier. Además, al analizar que también se incorporaba su ayudante personal, sin duda, reflejaba la absoluta desconfianza que ya había demostrado.



[1] haberse desempeñado al año 1989 como Plana Mayor o encargado de las operaciones de la Brigada que investigaba las actividades del MIR, cuyo comandante era el Capitán Arturo Sanhueza Ros.
[2] pertenecía a la Unidad MIR al mando del Teniente Luis Sanhueza Ros
[3] Dirá Sanhueza Ross que tanto él ,como Comandante de la Unidad, mis Oficiales y el personal de planta, en todos los análisis y actividades de información referidas al MIR, sabíamos que definitivamente el MIR no estaba ejerciendo actividades clandestinas ni militares, situación que informábamos permanentemente al escalón superior.
[4] a fines del mes de agosto del año 1989 yo me desempeñaba como ayudante del Brigadier Enrique Leddy, vale decir, en funciones de secretario en cuestiones administrativas, las que cumplía en una oficina al lado de la que ocupaba el Brigadier Leddy, donde debía estar desde antes que llegara él y hasta después que se retirara.

[5] Teniente de Ejército destinado a la Central Nacional de Informaciones a la Unidad C.1.2.3 que investigaba las actividades del MIR, me correspondió desarrollar actividades operativas y administrativas, ya que en ese tiempo la CNI estaba terminando su labor como tal y debíamos ser traspasados a la Dirección de Inteligencia del Ejército. Dentro de los actos administrativos, era Oficial supervisor de todo lo relacionado con material de guerra y vehículos motorizados de la Brigada; y en lo operativo, informar de actividades que desarrollaban los sujetos con actividad subversiva que estaban en carpeta en nuestra Unidad, pero sólo en lo que se refiere a observación de sus desplazamientos, de lo que dejaba constancia en las carpetas pertinentes.

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