Uno o dos días después que
asumiera el mando el Mayor Pedro Guzmán
es que se ejecuta la operación. Sanhueza le explica en terreno cómo era la rutina del sujeto; primero se iba a la calle Bandera y
luego, frecuentemente y después de las 18:00 horas, se iba al CODEPU tipo 20:00 ó 21:00 salía y tomaba micro
hacia Maipú…. El nuevo jefe,
enfáticamente me ordena “A partir de este momento, apenas se den las
condiciones, vamos a operar en cualquier lugar y Ud. me acompañará físicamente
en la ejecución del sujeto.
En la mañana de ese 4 de septiembre
Antonio Román Bustamante alrededor de las 11:00 horas, mientras se encontraba
en el Centro Cultural Aquelarre, ubicado en calle Moneda N° 2423, vió a través
de la ventana a un taxi antiguo, Simca 1000 en cuyo interior se encontraban
cuatro individuos observando hacia el aludido centro el que luego de unos
cuatro o cinco minutos partió a toda velocidad; que este hecho le llamó mucho
la atención y en el mismo Centro le dijeron que allí habían permanecido
alrededor de 30 minutos.
Afuera del local, cuando Juana Méndez
Barra y Marcela Bonet González, se retiraban
de las oficinas de CODEPU, ubicadas en calle Bandera N° 465 2° piso,…se
encontraron sorpresivamente con dos sujetos en actitudes sospechosas, quienes
las miraron fijamente y se rieron, sin dejar de observarlas y al abordar ella
un microbús en Catedral con Bandera miró nuevamente a los sujetos que
continuaban en actitud vigilante. Estando aún Nehgme, en las oficinas de Codepu.
Agueda Sáez Fick, conviviente de Jécar Nehgme
Cristi, con el que tenía un hijo de 5
años de edad. Se separó de él ese día,
alrededor de las 18:00 horas, en Moneda con Ahumada, señalándole que regresara
a casa puesto que él iba a las oficinas del CODEPU a Bandera y que luego a las
de calle Moneda para regresar temprano a casa.
Ese día 04 de septiembre cuenta Norambuena que Sanhueza
Ross, le ordena a él y y al teniente Corsini, trasladarnos para…ubicar en el centro a Jécar Nehgme y una vez localizado, comunicarle por radio de
inmediato. Corsini conducía el
vehículo, un taxi, con el cual nos desplazamos hacia el centro Nehgme, se encontraba en un domicilio de la calle Bandera con Catedral y,
como a las 18:00 horas, Norambuena informó que el sujeto había salido. Cuenta
Corsini que el Capitán Sanhueza nos ordena ir a “marcar” el sujeto nuevamente, el
que una vez detectado, debía comunicarle de inmediato. Nos dirigimos hacia el
centro, específicamente hacia el sector de calle Bandera, en un taxi, de
colores reglamentarios, que yo conducía y me acompañaba el Teniente Norambuena.
Yo me quedé en el estacionamiento acostumbrado en tanto que Norambuena se
dirigió caminando hacia Bandera. Luego de un rato y cayendo la tarde,
Norambuena informó por radio que el sujeto había salido y caminaba hacia el
poniente. Entonces yo salí del estacionamiento y luego doblé hacia el poniente,
cruzando sobre la Norte Sur y en alguna parte del recorrido subió Sanhueza al
auto. En el trayecto, Norambuena avisa al Capitán Sanhueza que el sujeto
ingresó a una casa, ante lo cual este último –que iba sentado en la parte
trasera del auto- me ordena que doblara por Cumming hacia el sur. Una cuadra
antes de llegar a la Alameda, me estacioné al costado derecho, permaneciendo en
ese lugar unos cuarenta a cincuenta minutos.
Sigue el subordinado Norambuena
con que al cabo de una media hora se
presentó en el lugar el Capitán Sanhueza a quien le referí que Nehgme había
salido de una sede del partido, dirigiéndose a un restaurant del sector, donde
permaneció alrededor de unos veinte o treinta minutos. Posteriormente Nehgme
salió del lugar y se dirige por Bandera hasta Moneda y desde allí camina hacia
Estación Central.
En la ocasión no nos quedó otra alternativa
que seguirlo, confiesa Sahueza Ross: Norambuena a pié con su
radio informando cada desplazamiento del sujeto. Corsini en el vehículo –taxi marca Toyota- como conductor y yo en
ese momento, en la zona cerca de Norambuena,
siguiendo indirectamente al sujeto.
Norambuena Aguilar y Sanhueza, lo siguieron a pie hasta la
calle Cumming, de ahí dobló hacia Alameda y luego tomó la calle Erasmo Escala.
En ese sector ingresó a una casa, ante lo cual el Capitán Sanhueza ubicó por
radio a Corsini para que éste se desplazara en el vehículo hasta Cumming. En
este mismo lugar el Capitán Sanhueza manda al teniente Norambuena que se
quede vigilando y cuando éste saliera que
le comunique por radio. El sujeto permaneció en la casa unos cuarenta o
cincuenta minutos (3 horas según Sanhueza),…y una vez que salió…le informé de inmediato al Capitán Sanhueza por
radio señalándole “salió sujeto y se desplaza por la calle Bulnes hacia la
Alameda”. Corsini y Sanhueza Ross se mantenían atentos a la radio. Lo mismo ocurría con el Mayor Guzmán, desde el
cuartel. Allí el mayor Pedro Guzmán Olivares sostenía que aunque no se hubiere planificado previamente, se
dieron las condiciones para llevarla a cabo, por lo que se aprovecha la
oportunidad. Estando en el Cuartel General recibí una comunicación vía
radial de Sanhueza en la que me informaba que el sujeto se
encontraba en movimiento en el sector céntrico de Santiago. Por esta razón e
inmediatamente, llamé al Teniente Allende y nos trasladamos en su vehículo a la
calle Bulnes, dejándome él en el vehículo que conducía Corsini y en cuyo interior se encontraba el Capitán Sanhueza, trasladándose Allende en su
vehículo hasta Alameda con Bulnes, por instrucciones mías. Lo confirma el
mismo Allende Tello, quien se encontraba en la oficina realizando mis labores normales, alrededor de las 20:30 horas
aproximadamente y encontrándose el Brigadier (Leddy) en su oficina, el Mayor Guzmán se asomó a mi oficina y desde el
pasillo me dice “Ya alférez, vamos”. Inmediatamente saqué el auto marca Subarú
de color verde, de cargo fiscal y lo conduje por calle República hacia Alameda,
trasladando sólo al Mayor. En el trayecto escuché por radio a Norambuena decir
“salió el sujeto”. El Mayor Guzmán me ordenó seguir por calle Cumming hacia el
norte y en la primera cuadra me dijo que virara en U, pudiendo observar que
Corsini se encontraba al volante de un taxi, estacionado en calle Cumming.
Jecar Neghme
Guzmán me ordena detenerme al
lado del otro vehículo, instruyéndome que me ubicara en el vehículo en Alameda
para el evento en que el sujeto siguiera en otra dirección, yo prosiguiera con
el seguimiento. Luego Guzmán se bajó y se subió al auto que conducía Corsini,
junto al Capitán Sanhueza.
Mientras tanto, cuenta Corsini
que Sanhueza caminó hacia el poniente por la calle
corta. Luego de un rato, escuché por radio que Norambuena dice “salió el sujeto
por Bulnes hacia la Alameda” y en un momento determinado Sanhueza vuelve al
auto, colocándose en el asiento trasero. Sanhueza Ross continúa con que todos
esperábamos la salida del sujeto, sin saber por cual calle se desplazaría.
Cuando salió del lugar, el Mayor Guzmán
había resuelto que si tomaba la calle Bulnes, que era oscura, poco transitada y
más encima, lloviendo, se daban las condiciones para operar. Al desplazarse el
sujeto, al parecer hacia su domicilio y conforme a las comunicaciones radiales
efectuadas por Norambuena que lo
seguía, se empieza a evidenciar que se acercaba a la calle Bulnes. En ese
instante me dirijo al taxi en que se encontraba Corsini y le ordeno que nos
dirijamos,…desde la calle Cumming, hacia la primera cuadra de calle Bulnes, al
llegar a la Alameda. En ese instante el Mayor Guzmán, que se encontraba en la
zona, me ordena que nos reunamos en el taxi, en la misma calle Bulnes, siempre
con Corsini al volante.
En su puesto de chofer, Corsini
Escarante dirá que…apareció el auto
chico, al parecer Subarú de color verde, conducido por Manuel Allende y en el cual viajaba el Mayor Pedro Guzmán. Este último, se baja del auto y sube al taxi
que yo conducía y junto al Capitán Sanhueza se sientan atrás. Luego el Teniente
Manuel Allende, en su vehículo, sale en dirección hacia la Alameda, allí dobló
hacia la derecha y yo lo seguí en el otro vehículo. Allende se estaciona por
Alameda y se me ordena doblar por calle Bulnes hacia el norte. Posteriormente
se me ordena detenerme en un costado de la calle. Estaba muy oscuro y
lloviznando. Se me ordenó, además, apagar las luces del vehículo.
Ahí dice el mayor Pedro Guzmán
Olivares que los tres que nos
encontrábamos en el vehículo estacionado en calle Bulnes. Por ahí pasa Javier
Albornoz Rebolledo, quien estaba
en el local de la Izquierda Cristiana ubicado en calle Bulnes con Compañía y
más o menos a las 20:15 ó 20:00 horas, junto a Cecilia y Gabriel, se dirigieron
hacia Alameda para tomar locomoción, por la calle Bulnes. Pasado Romero
cruzaron hacia el sector oriente de dicha arteria, lugar donde se encontraban
estacionados dos vehículos, uno de color azul marca Datsun en cuyo interior
había cuatro individuos y el otro de color beige, sin ocupantes. Al pasar por el lado del móvil azul, los
sujetos hicieron ademán de bajarse (por
el parecido que Gabriel tenía con Jécar),
pero desistieron, motivo por el cual continuaron su camino y precisamente en la
esquina de Alameda con Bulnes visualizaron otro sujeto en actitud sospechosa. Ninguno
de los agentes de la CNI menciona el hecho
El mayor Pedro Guzmán
declara que recibimos el comunicado de Norambuena
que el sujeto se desplazaba por calle Bulnes hacia la Alameda, razón por la
cual Guzmán y Arturo Sanhueza hacemos abandono del vehículo y esperamos al sujeto
que se acercaba. Lo que cuenta Sanhueza Ross es mas descriptivo, pero
también diferente: al subir el Mayor Guzmán al vehículo dice: “Ramiro, Gianino, si el sujeto viene en
dirección nuestra, se opera en cualquier circunstancia. No hay retorno ni
vuelta atrás”. En esos instantes, Allende
comunica por radio que ya se encuentra en Alameda con Bulnes, Norambuena va informando que el sujeto
se va acercando a la calle Bulnes hasta que, en determinado momento, les comunica, que el sujeto llega a Bulnes y toma hacia la Alameda, solo.
Sanhueza explicó
a Guzman que dejó el vehículo del mayor Guzmán en la Alameda para el caso que si no
operaban ese día y el sujeto, si es que se desplazaba por Bulnes hacia la Alameda, sería seguido por el Teniente Allende, por si tomaba alguna
locomoción.
Nehgme se dirige al
Centro Aquelarre donde conversa con
distintas. Antonio Román, aproximadamente a las 20:45 horas se encontró en el
Casino del Centro con Jécar Nehgme y
estuvieron conversado junto a Esteban Romo Alvarez quien llegó a las 8 PM, hasta más o menos las 21:15 horas, momento
en que él se retiró, dejando a Romo y Nehgme continuando la charla
Terminada la reunión en el Centro Aquelarre, alrededor de las 21:30,
Neghme sale sólo del local. Allí se cruza con María Angélica Vega Gutiérrez, en… calle Bulnes, ella va por la vereda poniente en dirección al
norte, y se encontró con Nehgme, que se dirigía hacia el sur con el cual,
al enfrentarse, ella se bajó a la calzada y cuando había avanzado unos cuatro o
cinco metros sintió como unos quejidos a sus espaldas y al voltear la vista,
pudo observar que al hombre que había pasado por su lado lo tenían arrinconado
contra la reja de fierro dos individuos altos, pensó que lo estaban
asaltando, por lo que sigue
caminando.
El teniente Corsini Escarante dirá que vio aparecer en la oscuridad
a Nehgme (al cual no reconoce), a
unos 20 metros del lugar donde estábamos. Cuando aparece esta persona, el
Capitán Sanhueza y el Mayor Guzmán se bajan del auto, cada uno por
su costado y lo enfrentan…, y me dí
cuenta que en ese momento se le iba a ejecutar.
Sanhueza cuenta
que en ese instante,…a lo lejos vemos que
se viene acercando Nehgme. Cuando ya
está a la vista, desde el interior del vehículo, el Mayor Guzmán me ordena que
nos bajemos del vehículo, que preparemos las armas, actividad que desarrollamos
al interior del móvil, pasando balas. Yo pasé bala a mi arma de servicio, una
pistola CZ, calibre 9 mm., además y por seguridad, portaba en una cartuchera en
mi espalda, una pistola de servicio, calibre 7,65.
En esos instantes, bajo del vehículo,
observamos que viene el sujeto a unos 60 metros del vehículo. Atravesamos la
calle y cuando el sujeto estaba unos 30 metros del móvil, el Mayor Guzmán se
encontraba a mi derecha, le grita un par de palabras y abre fuego contra el
cuerpo de la persona. Guzmán Olivares en cambio dice que estando
cerca de siete u ocho metros de
distancia, delante de él, yo extraigo una pistola marca Llama 7,65 mm. del
cinto con la cual efectué entre cuatro y cinco disparos al cuerpo de la persona
(sin gritarle nada, lo que es más probable ya que una testigo directo del
asunto nunca escucha gritos pero sí los balazos).
Luis Sanhueza disparo con mi arma,…al
cuerpo de la persona y al primer o segundo tiro, el arma sufre un desperfecto y
se me tranca. Entonces usa la segunda arma que era la pistola de 7,65 mm., disparando en dos o
tres ocasiones, a la misma persona. Debo señalar que quedé impactado de que la
persona no caía al suelo. En fracción de segundos pensé que no tenía ningún
tiro pero ya al emprender la retirada el sujeto cayó al suelo. Guzmán
explica que Sanhueza, por su parte,
también disparó desde un costado y al cuerpo del sujeto, no sé cuántos tiros. Otro
de los agentes, Corsini Escarante, desde el lugar donde estaba, solamente
divisaba las siluetas (estaba oscuro y llovía) y recuerdo haber escuchado varios disparos y ví el cuerpo que cayó al
suelo. Inmediatamente se regresaron al vehículo ordenándome dirigirme al
Cuartel. Debo indicar que yo quedé muy impactado con lo acontecido y me costó
reaccionar.
María Angélica
Vega Gutiérrez Llevaba
unos tres o cuatro pasos cuando sintió tres disparos que sonaron roncos, “tres
cosas roncas” motivo por el cual echó a correr mirando también hacia atrás,
observando que llegó un auto y a él se subieron los asaltantes. En
su domicilio de calle Bulnes N°16, departamento A, Eduardo Ramírez Aravena se
encontraba, junto a su esposa María
Alejandra Jara Leiva y su suegra Ana
Luisa Leiva Vidal cuando repentinamente escuchó tres detonaciones con
intervalos de segundos entre cada una, siendo el último de mayor intensidad.
Inmediatamente se escuchó un vehículo que partía “rajado”, sintiéndose, además,
un chirrido de neumáticos propios de la aceleración al iniciar la marcha a
velocidad y que este vehículo siguió por calle Bulnes hacia el norte…..
Guzmán y Sanhueza suben de nuevo al auto, que
conducía Corsini y emprenden la retirada, pasando junto al cuerpo de la persona,
Sanhueza lanza unos panfletos. Allende
también hace abandono del sector…nos trasladamos hasta el Cuartel ubicado en
República con Grajales, esto debe haber ocurrido alrededor de las 22:00 horas,
previamente de dejar a Guzmán Olivares
en Cuartel General situado en República
con Toesca. Este oficial dirá que luego
me retiré a mi domicilio para reintegrarme al día siguiente a mis funciones
habituales. Al retomar mis funciones me presenté al Brigadier Leddy, dándole
cuenta del cumplimiento de la misión.
¿Y los oficiales Allende Tello y Norambuena? Dirá Cosini Escarante: a Manuel Allende, la última vez que lo ví
fue cuando se estacionó en la Alameda, casi al llegar a Bulnes. A Norambuena le pierde el rastro: no sé cómo regresó al Cuartel, lo cierto es
que cuando llegué él ya estaba ahí. Allende
Tello Yo seguí solo por Cumming hacia
el sur y doblé en Alameda hacia la derecha, en dirección al poniente,
estacionándome en ese lugar. Observé, asimismo que el auto que conducía Corsini
me adelantaba y tomaba la calle Bulnes en dirección al norte. No transcurrieron
más de tres segundos cuando escuché varios disparos que provenían precisamente
del mismo lugar de calle Bulnes, presumiendo en ese momento que la orden se
había concretado….de inmediato me dirigí por Alameda hacia el poniente, virando
por Avenida España para finalmente llegar al Cuartel General de la Agencia
Metropolitana. Allí ya se encontraban el Mayor Guzmán conversando con el
Brigadier Leddy y al acercarme a la conversación, el Brigadier nos ordenó
retirarnos de inmediato.
Mientras Norambuena relata
que ya estaba oscuro …alrededor de las
21:00 horas aproximadamente, me retiré por Cumming hacia República y mientras
me desplazaba, escuché unos disparos, no recuerdo cuántos, percibiendo entonces
que se había concretado la orden impartida. No imaginó que ese momento se iba a ejecutar este
operativo, de tal forma que me dirigí a la Unidad ubicada en calle República
con Grajales, solo y a pie. Estando allí llega el Capitán Sanhueza y Corsini, En
la versión de Sanhueza Ross me reúno con Norambuena y Corsini y les
consulto si existía alguna novedad y que…ya había terminado la misión…. Traté
de darles tranquilidad y justificar la operación, despachándolos hasta el otro día a iniciación de actividades en forma
normal y manifestándoles que este tema no lo habláramos nunca más. Todos se
retiran luego a sus respectivos domicilios
Mientras que en calle Bulnes: Eduardo Ramírez
Aravena al acompañar a su suegra a la puerta, en la calle a unos 20 mts. de su casa había un radiopatrullas que en esos
momentos intentaba estacionar. Miró
hacia donde estaban los Carabineros y
vio un cuerpo en el suelo. A su vez Javier
Albornoz Rebolledo de vuelta de
dejar en el paradero y ver que Gabriel y
Cecilia abordaron una micro,…él continuó su marcha por la vereda norte hacia la
Estación Central y antes de llegar a Bulnes, apareció un radio patrullas a alta
velocidad que viró por Brasil hacia Bulnes y en esta última arteria vio un
bulto en el suelo.
Otra testigo recordará que se
sintieron varios estampidos apagados, los que le parecieron como petardos,
luego como ajetreo de gente y un grito o quejido de dolor e inmediatamente dos
detonaciones fuertes, totalmente diferentes al sonido anterior, ya que los
primeros fueron seguidos y sordos.
Llega la radio patrulla al lugar, y comienzan con el procedimiento de
rigor. Al llegar uno de los carabineros grita “pásame una UZI”. En eso, uno
o dos minutos después, llegó un automóvil (Datsun) color celeste que entró por
Bulnes desde la Alameda, deteniéndose a unos 30 mts. más o menos desde el lugar
donde estaba el cadáver; manejado por un sujeto de contextura gruesa, de unos
30 a 40 años de edad, bien vestido, el cual se bajó a unos tres metros donde
estaba el cadáver, así que lo detuvo para pedirle su identificación, aduciendo
éste que no la portaba pero que era agente de seguridad. Aquí hay dos
versiones: la mayoritaria que dice que se le informa al recién llegado que ya
hay un procedimiento en curso y está a cargo de carabineros y otro minoritario
(un único testigo) que indica que informado el sargento Luis Órdenes Meneses, ordenó detenerlo, pero más tarde fue dejado
en libertad.
En el suelo, tendido sobre la
acera, estaba Jécar Nehgme Cristi
en posición decúbito sobre su costado
izquierdo el cual presentaba desde su frente y narices escurría sangre que se
licuaba un tanto con la lluvia suave que caía en ese momento y que escurría
hasta la calzada (;) con la cabeza
hacia el norte y los pies hacia el sur … y presentaba 18 perforaciones en
diversas parte del cuerpo…Junto al cuerpo se encontraron 02 panfletos con la
siguiente leyenda: “Por traición a la lucha revolucionaria y al pueblo,
amarillo burgués”. En la acera y en la calzada, se encontraron, en
total, catorce vainillas correspondientes
al calibre 7.62 mm. y dos de 9 mm.
A la pareja de Nehgme, Agueda
Sáez Fick, la llama un amigo dirigente de la CUT, el cual le
informó que habían acribillado a Jécar y que esa noticia la había escuchado por
radio. Ella le cuenta de inmediato a la madre de Jecar, Milagros Cristi, y junto a este
dirigente fueron hacia calle Bulnes a metros de la Alameda. En este lugar pudo
observar el cadáver desnudo de Jécar, vestido sólo con slip, que presentaba
heridas de bala en la cabeza y en el torso. Estaba sobre la calzada de la calle
Bulnes y cerca de la cuneta poniente, su cabeza estaba orientada hacia el
norte, sus pies hacia al sur y estaba lloviendo.
Norambuena Aguilar Al día siguiente, recuerdo,
en un diario mural apareció un recorte de prensa que daba cuenta de la muerte
de Jécar Nehgme, vocero del MIR. Sigue Allende Tello A partir de este momento nunca se habló más del tema y ni siquiera con
el Mayor Guzmán y al otro día continuamos con nuestras actividades normales,
indistintamente de las noticias que luego de difundieron por los medios de comunicación.
De la persona que fue ejecutada, según me enteré después de los detalles, supe
que se trataba de una persona que tenía una actividad política pública.
Cuenta Patricio Vega Trujillo que
posteriormente a la ejecución de Nehgme…
Sanhueza los reunió y dijo que del tema no se comentaba nada más y que por
rumores que circularon, se dijo que el mencionado Sanhueza habría participado
en ese hecho.
A la prensa llama el Comando 11 de septiembre, el que se adjudica la
ejecución: el mismo grupo que aparentemente actuó en las muertes de la noche
posterior al atentado contra la comitiva del General Pinochet. En realidad los
agentes de la CNI.
Epílogo en prisión. Reuniones en el Batallon de
Policía Militar: Allende
Tello recuerda que él y Corsini
Escarate y Norambuena, llamamos a
una reunión al Capitán Sanhueza a quien le hicimos presente la situación que
estábamos enfrentando e informándole de la resuelta decisión de asumir nuestra
participación. En principio se sorprendió, reaccionando luego que, en su calidad
de Comandante de la Brigada, reconoció que impartió la orden a Norambuena y
Corsini, asumiendo su responsabilidad frente a nosotros, comprometiéndose a
“responder por ello como ninguno del mando lo ha hecho”.
Mural en el lugar de su muerte
Sigue Silvio Giovanni Corsini
Escarate que detenido en esa
unidad mi abogado defensor don Roberto Miranda nos
comunicó que un abogado querellante había expuesto en los alegatos ante la Corte de Apelaciones… la existencia de un botín de por medio, en la operación. Ante esto, junto a Norambuena y Allende
nos sorprendimos y citamos a una reunión al Brigadier Leddy, Arturo Sanhueza y
Pedro Guzmán para aclarar esta situación. Norambuena le preguntó derechamente
al Brigadier Leddy quién había dado la orden y por qué se comentaba que había
un botín de por medio. A esta pregunta contestó el Capitán Sanhueza “La orden
la dio mi Brigadier Leddy y yo no tengo idea de los dineros”. El Brigadier
Leddy manifestó “Yo no he dado ninguna orden y no tengo antecedentes de los
dineros”. En ese momento intervino Pedro Guzmán y dijo “Pero si Ud. mi
Brigadier dio la orden”. Enfrentado el Brigadier ante lo representado por
Guzmán y Sanhueza, finalmente dio a entender que así había sucedido.
Manuel Allende le dió a conocer al Brigadier
Leddy la circunstancia que en una oportunidad, cuando Sanhueza salió de su
oficina estaba muy molesto y Sanhueza le habría manifestado “Esto no se debe
hacer”…
Allende Tello la recuerda como el Brigadier Leddy dijo que él no había
ordenado nada, oportunidad en que Sanhueza le representó el hecho de que dicha
orden él mismo se la había dado, que había elegido al sujeto, etc. El Brigadier
le dijo “pero si tú me lo propusiste”, ocasión en que yo intervine, representándole
en forma muy airada y diciéndole “Discúlpeme mi Brigadier, pero aquí yo soy
testigo que el Capitán Sanhueza le hizo presente que no debían hacer la
operación” y a esto nada respondió. En el mismo acto le hice presente que igual
situación se había suscitado con el Mayor Pedro Guzmán. Posteriormente él
manifestó “Bueno, si Uds. me lo propusieron y yo acepté se transformó en
orden”, dando nosotros por entendido que había asumido su responsabilidad.
Finalmente piden una tercera reunión, a la cual debía asistir el General Abarzúa, la que se realizó y en la
que participaron, además, los antes nombrados. Se tocaron los mismos temas y mi
General Abarzúa preguntó si íbamos a decir la verdad, respondiéndoles que yo no
iba a aceptar el desconocimiento de una orden militar y menos se me imputara
que había actuado por dinero. Norambuena y Allende apoyaron decididamente mi
postura. Allende Tello dirá hubo una tercera reunión en la que participó
el General Abarzúa y a la consulta sobre los supuestos dineros por el
operativo, él mantuvo una conducta viril y aseguró no tener conocimiento de
esto, pero si tenía que asumir su responsabilidad de mando, tendría que
hacerlo.
Luis Sanhueza Ros, explica lo que era el tema de los dineros encaramos personalmente al Brigadier Leddy y al General Abarzúa, ya que
había antecedentes de que efectivamente existió movimientos ajenos a las platas
de operaciones que mensualmente se nos proporcionaba, dineros que ascendían a
la suma de $200.000.- mensuales, que eran repartidos a los agentes para
efectuar gastos como estacionamientos, pasajes, teléfono, etc. Al respecto, se
emitía una rendición de cuentas mensual y enfáticamente señalo que jamás se
entregó recursos económicos, por lo menos a mi Unidad, para alguna operación
determinada.
El mismo oficial relata que a fines del ‘89, después de esta operación me cita a su oficina el Tesorero General de
la CNI, vale decir el encargado de las platas. Se trata de Jorge Alfredo Guajardo Rojas Mayor de Ejército, Oficial de Intendencia, en la época, quien durante el año 1989 se
desempeñó como Jefe del Departamento de Tesorerías de la CNI, en el cual se
administraban los recursos asignados para el funcionamiento de ese organismo de
seguridad que eran mantenidos en una cuenta corriente en el Banco BCI de la
sucursal Vicuña Mackenna. El
procedimiento para la entrega de los dineros para las diferentes operaciones
efectuadas por agentes de la CNI eran entregados a través de los recibos con el
visto bueno del Director…y los cheques correspondientes eran emitidos sin
colocar el nombre del beneficiario y lo único que les quedaba como respaldo era
un recibo en el cual se consignaba la firma del Director, además, la firma de
la persona que retiraba el documento.
Norambuena Aguilar dice que existían
fondos para ser utilizados en los diversos trabajos realizados por la CNI que
eran manejados directamente por el Comandante de la Brigada, vale decir, por el
Capitán Sanhueza, y que eran aproximadamente $200.000.-, los que eran
distribuidos de acuerdo a las necesidades de cada uno de los integrantes de la
Brigada para el pago de locomoción colectiva, colaciones, revistas y diarios
cuyo contenido debían ser analizados.
Continúa Luis Sanhueza Ros,
que Guajardo Rojas en su despacho me dice “Capitán, lo he
mandado a buscar porque quiero saber si en alguna de las operaciones que Ud. ha
participado ha recibido dineros extras”. Indudablemente le expresé
categóricamente que jamás…. Al respecto, desde un archivador abierto me muestra
dos o tres recibos,…las sumas…eran elevadas, es decir, de millones, y me hizo
reconocer la firma de quien recibía esos dineros: la firma del Brigadier Leddy. Como no pude dar mayores
antecedentes y además, quedó claramente establecido que ni yo ni mi Unidad
había recibido dineros, me pidió que la misma respuesta que le daba la dijera
ante mi General Abarzúa, Director del DINE y de la CNI. Por lo tanto,
atravesamos desde su oficina de calle República. En su despacho se me exhibe
nuevamente del archivador los recibos antes mencionados y el General me pregunta
si en alguna ocasión en las operaciones que yo y mi Unidad habíamos
desarrollado recibimos sumas extras de dinero, respondiendo una vez más,
categóricamente, que jamás…. Al instante me exhibe nuevamente que reconozca la
firma de quien había recibido en cada comprobante que allí aparecía. Nuevamente
reconocí que era la firma del Brigadier Leddy. Acto seguido, el General me
agradece y me dice que retome mis actividades y no me preocupe por nada.
Tras esta situación solicita al
Sub Director de la CNI, Brigadier Marcos Derpich para expresarle e informarle
que deseaba ser destinado y no trabajar más bajo las órdenes del Brigadier
Leddy porque me encontraba saturado de estar en Brigadas operativas y además,
no me encontraba cómodo con una persona en que se me había instalado en mi
interior una desconfianza y una personalidad que no era compatible con mi forma
de ser….entregué la Unidad y me incorporé por orden del Sub Director, en el
Departamento Jurídico que estaba al mando del abogado don Víctor Gálvez, lugar
en el que permanecí durante cuatro meses aproximadamente, hasta que fui
destinado al Comando de Institutos Militares del Ejército.
También a fines del año 1989,
por orden del Comandante en Jefe, se entregó un diploma y una medalla de
reconocimiento llamada “misión cumplida” y que se le entregó a todo el
personal. Esta condecoración la entregaba cada jefe de Unidad a su personal. En
mi caso particular, rehusé me la entregara el Brigadier Leddy y esta
condecoración y diploma me la hizo entrega un abogado, el Jefe del Departamento
Jurídico, don Víctor Gálvez.
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