LA OPERACIÓN ALBANIA[1] O ELEFANTE
La visita Papal en abril de 1987 significó
una tregua unilateral del FPMR. Y terminada esta el Frente informa el 15 de
abril el FPMR, a través de un asalto simultáneo a nueve radioemisoras locales y
a una agencia de prensa extranjera, que ésta terminaba. En uno de esos ataques fue muerto
José Eduardo CORTES VASQUEZ, de 34 años, guardia de la Policía de
Investigaciones, tramitando su retiro.
Se desempeñaba en el momento de los hechos como vendedor de lámparas. Ese día, en horas de la noche,
miembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) ocuparon varias
radioemisoras y una agencia internacional de noticias en diversos puntos del
país. Tres integrantes de dicha organización extremista, intentaron transmitir
una proclama en la Radio "Tropicana" ubicada en el Pasaje Lima de la
Población Huamachuco 2, de la comuna de Renca.
Los dueños opusieron resistencia y al no poder cumplir su objetivo los
individuos se retiraron del lugar. Cuando lo hacían, se encontraron con el
afectado, el cual ante los gritos de auxilio de la propietaria, acudió en su
ayuda tratando de detenerlos. Los sujetos reaccionaron haciendo uso de armas de
fuego.
Y durante
el mes anterior: El 2
de mayo se reportan la caída de varias torres, con el consiguiente apagón. El
12 una unidad del Destacamento del
FPMR realizó un hostigamiento con explosivos y fusiles a un cuartel de la CNI
ubicado en José Domingo Cañas, en la comuna de Ñuñoa, el cual, según informes
de prensa, no ocasionó víctimas.
El 11
de junio en la noche dos grupos armados realizaron sendas operaciones de
hostigamiento desde los vehículos en que viajaban. Una se efectuó pasadas las
ocho de la noche contra un cuartel de la CNI en Camino Loyola de Quinta Normal;
en la retirada, el grupo se cruzó con un auto policial, que neutralizaron con disparos
de fusil M-16.
El otro grupo, a una hora no precisada lanzó
una bomba a una imprenta en Avenida La
Paz, ametralló al personal de ésta y provocó heridas graves a cinco de ellos. Aunque los medios reportaron que cinco trabajadores de
la imprenta habían resultado “gravemente heridos”, en el Frente estaban seguros
de que también hubo muertos y que esos muertos y heridos no eran precisamente
obreros sino funcionarios de la CNI que operaban tras la fachada de la imprenta
Bremen[2].
El mayor Coirbalán
En la combativa
zona del carbón, en el sur, allá Coronel, un mando medio frentista está
descontento con su jefatura, pues se siente maltratado. Decide traicionar a su
organización a cambio de dinero y entregar a la CNI un “punto” con su superior.
Es decir, da a conocer el lugar y la hora en que se reunirá con su jefe, para
que la CNI pueda individualizarlo y comenzar su seguimiento[3]. Esta es la versión del en ese entonces capitán Krantz Bauer[4],
acerca del primer paso que permitió establecer un hilo conductor a la
investigación del FPMR. El oficial a cargo de la Brigada Verde, encargada de
las operaciones en contra del PC y su brazo armado, informa a principios de
junio de 1987 la presencia de varios centenares de frentistas en Santiago, lo
que hace temer algún ataque importante por parte de los frentistas, reeditando
el Año Decisivo. Así lo declara Alvara Corbalán me comunica que
tiene un trabajo de investigación que involucraba a una cantidad numerosa de
terroristas del Frente[5] que se movían por
Santiago y que de no hacer algo, se corría el riesgo de que pudieran estar
tramando o preparando en lo inmediato, algún golpe o atentado de graves
consecuencias y además no se quería cometer el mismo error que en el
caso del atentado al general Carol Urzúa, donde para capturar a una cédula
terrorista se dejó pasar la oportunidad para evitarlo.
Sigue Bauer Donoso,
Para dicha misión debía detectar y chequear
aquellas personas que eran objeto de seguimientos, definir cuáles serían las
más importantes para su detención y, con esto, desarticular cualquier operación
futura. De las indagaciones, recuerda, tenía antecedentes de un dirigente que
ellos apodaban “El Rapa Nui”, de quien desconocían su identidad y que después
resultó ser Valenzuela Levi, el denominado “Comandante Ernesto”, que había
participado como jefe del atentado al General Pinochet. Aclara, eso sí, que esa
información la tuvieron después que éste había muerto, ya que antes nada sabían
de él, aunque presumían que era importante por el nivel de contactos que tenía.
Recuerda, también, a otro joven a quien ellos apodaban “El Rey”, denominación
que se le asignó, entiende, porque hacía las veces de jefe de todo y que, no
obstante, desapareció el día de los hechos. Debido a lo mismo se ordenó la
detención de otro sujeto, pero en el operativo de Varas Mena se estableció que
uno de los Henríquez caídos era “El Rey”, desconociendo que ése era su
domicilio e ignorando también que en ese lugar operaba una escuela de
guerrillas. Agrega que, del mismo modo, se había detectado la presencia de una mujer
a la que se le asignó como nombre el de “M16”, de la que tampoco tenían su
individualización, pero habían detectado que llegaba a un determinado
domicilio. Tenían también conocimiento de una persona que estimaban importante
en el FMR, llamado Valenzuela Pohorecky, a quien se le hizo seguimiento en varios domicilios. Agrega que
la orden era detener a esas personas y a varios más, muchos de los cuales
lograron escaparse al momento de los allanamientos respectivos. Insiste en que
la idea original era detenerlos….
Corbalán (jefe de la Unidad
Antisubversiva de la CNI) informa al general Salas (Director de la CNI), quien de inmediato toma la decisión
y me ordena que habia que neutralizar a toda esa gente..., para detenerlas y
determinar la implicancia que tendrían en hechos delictuosos y también en lo
que se refiere a su participación en el atentado del general Pinochet. Habían
otros atentados que se estaban investigando, porque estábamos ante el
recrudecimiento en las actividades del
Frente. Le transmite la orden a Bauer para que tenga a disposición
recursos y personal, pues él era el que estaba a cargo de la operación. Sigue
Bauer con que dicha misión debía detectar y chequear aquellas
personas que eran objeto de seguimientos, definir cuáles serían las más
importantes para su detención y, con esto, desarticular cualquier operación
futura[6].
Relata Manuel Ramírez Montoya que el 14 de junio de 1987
fueron citados todos los equipos al Cuartel Borgoño, pero al parecer sólo
asistieron Oficiales. Luego su jefe de equipo, el Teniente Droguett –Sanhueza
Ros-, le dijo algo así como “se revienta”, razón por la cual debían estar
temprano al día siguiente, de tal forma que, de la manera ya convenida, pasó a buscar
a “Ramiro” –Sanhueza Ros- y Pablo San Martín -Santibáñez Aguilera-; que en la
Sala de Conferencia Iván Quiroz Ruiz[7] se dirigió a todos los equipos allí reunidos diciéndoles algo así como
“Hoy vamos a reventar” “Siempre cuando muere algún colega nuestro todos
reclaman pidiendo poder hacer justicia y ahora tienen la oportunidad, huevones”
agregando, además, que “ahora, todos los equipos a sus marcas”, lo cual
significaba mantener la vigilancia a los sujetos a quienes se les estaba haciendo seguimiento y cuyo control era llevado por el
Capitán Hernández (Bauer).
Cuenta Bauer
que el día 15 de junio, se obtuvo por la
Dirección de la Central Nacional de Informaciones que la Fiscalía Militar[8]
otorgara una orden amplia de investigar, que facultaba la detención y
allanamiento de los domicilios donde se sospechare que hubiese gente y
armamento del Frente Manuel Rodríguez y que, cuando salieron los equipos a
cumplir con su cometido, la mañana del citado día, cada uno llevaba su orden y
una carpeta con hojas en blanco para dejar constancia de las respectivas actas
de allanamiento e incautación cuando fuere procedente…. Y precisamente que el objetivo
de dicho mandamiento judicial era la investigación de un tráfico ilícito de
armamento automático y explosivos en la Región Metropolitana, señalándose como
domicilio del tráfico ilícito Varas Mena Nº 630.
Gonzalo Asenjo Zegers
El día anterior a que se diera comienzo a los allanamientos
y detenciones, se dio orden por el Comandante del Cuartel para que todas las
Brigadas y equipos se integraran a esa actividad, disponiéndose que al día
siguiente deberían llegar antes de la hora de costumbre, esto es, a las 07:00 horas,
mientras que otros recibieron las órdenes pertinentes para dirigirse
directamente desde sus casas a los lugares en que les correspondía actuar. Así,
entonces, participaron las Brigadas de Asalto, la Especial y todas las demás,
agregándose a dicha actividad la denominada Unidad Antiterrorista –UAT-[9]
, que no funcionaba en el Cuartel Borgoño, sino en la comuna de La Reina y cuyo
Comandante era el Capitán Rodrigo Pérez[10].
Esta Unidad estaba formada por comandos, los que eran de gran especialidad
técnica, pues estaba destinada a actuar en situaciones de emergencia graves,
constituyéndose en una verdadera reserva del Ejército, y que dependía
directamente del Director Nacional de la CNI. Se integró a dicho trabajo por
orden del Mayor Corbalán quien, se le dijo, habría manifestado al Capitán Pérez
–N.O. “Capitán Sanz”- que lo hacía por orden directa del General Salas. Lo
cierto es que dicha Brigada se integró a los trabajos de ese día,
distribuyéndose sus integrantes a los distintos equipos de trabajo de Borgoño,
por lo que perdió su identidad como tal y el Capitán Pérez el mando directo de
su gente.
En tales condiciones, en la mañana del día 15 de
junio se ordenaron los grupos de cada Brigada y, en cuanto a él se refiere,
instruyó a los de su Brigada para detener a las personas designadas, especialmente
al “Rey” y Valenzuela Pohorecky, este último chequeado como un miembro
importante del Frente Manuel Rodríguez y que, además, tenía antecedentes de
haber participado en un asalto a una armería que culminó con un enfrentamiento
con agentes de la CNI, pero que no eran de Borgoño.- Se pensaba que éste, a la
fecha, podía estar en un cargo directivo y no operativo, pero se tenía la idea
de una persona decidida al momento de emplear las armas. A Valenzuela se le tenía
detectados sus domicilios o lugares donde se movía, especialmente en un
departamento en Avenida Portugal.
Cuenta Bauer Donoso que en la…mañana del día 15 de junio se ordenaron los
grupos de cada Brigada y, en cuanto a él se refiere, instruyó a los de su
Brigada para detener a las personas designadas, especialmente al “Rey” y
Valenzuela Pohorecky, este último chequeado como un miembro importante del
Frente Manuel Rodríguez y que, además, tenía antecedentes de haber participado
en un asalto a una armería que culminó con un enfrentamiento con agentes de la
CNI, pero que no eran de Borgoño.- Se pensaba que éste, a la fecha, podía estar
en un cargo directivo y no operativo, pero se tenía la idea de una persona
decidida al momento de emplear las armas. A Valenzuela se le tenía detectados
sus domicilios o lugares donde se movía, especialmente en un departamento en
Avenida Portugal. Se ordena su seguimiento y detención a cargo del equipo que
dirigía el Teniente Neira.
[1] El nombre de
Albania se produce porque hubo que usar a Investigaciones y ese organismo
citó a los agentes mediante un plan de enlace que se llamaba con ese nombre,
puesto que la operación se estaba realizando fuera de horas de oficina (Álvaro
Corbalán).
[2] En Peña,
Cristobal; Los Fusileros
[3] Pérez,
Cristian, en http://www.casosvicaria.cl/temporada-dos/la-cni-sale-a-reventar/.
Sin embargo hay otra versión, publicada en http://historiadetodos.wordpress.com/category/uncategorized/page/5/:
En esos días,
la Dirección Nacional del FPMR había fijado una importante reunión de sus
máximos líderes. Tal era la oportunidad que habría estado esperando la CNI para
atrapar a la mayor cantidad de líderes del Frente de una sola vez. La idea era
darle un golpe mortal al FPMR, de tal naturaleza que ya no pudiera volver a
levantarse.
…, de acuerdo con una versión extendida posteriormente
entre los familiares de las víctimas de la Operación Albania, uno de los
apresados, mas algunos infiltrados, habrían pasado a colaborar con la CNI.
La cúpula del Frente había comenzado entonces un
trabajo de contrainteligencia para detectar a los infiltrados. En enero de
1987, ya figuraba en la tabla de una de las reuniones de la Dirección Nacional
el punto que ellos mismos calificaron como “infiltración”.
En marzo de 1987, tres altos dirigentes frentistas se
reunieron en una casa de seguridad en Santiago, con el fin de analizar
detalladamente los videos grabados de los actos y reuniones realizados por el
FPMR en esos meses. Con lápiz y papel en mano fueron observando las imágenes e
identificando a los asistentes a los actos, chequeando sus nombres, su tiempo
de pertenencia a la organización y su grado de confiabilidad.
En mayo de ese año,….la cúpula del FPMR ya tenía
serias sospechas de militantes específicos de sus filas. Incluso, pensaban que
la infiltración podría haber llegado a un alto…. Sin embargo, la Operación
Albania puso fin a ese trabajo de contrainteligencia. Según un ex frentista,
los dardos indicaban a un combatiente que se había formado militarmente en
Bulgaria, de quien más tarde se supo que era familiar de una funcionaria de la
CNI y que luego colaboró con “La Oficina”, el organismo de inteligencia creado
por la administración Aylwin en 1991.
Gracias a este informante y a su propio trabajo de
inteligencia, los hombres de la CNI tuvieron claridad respecto de las personas
que debían ser detenidas y, eventualmente abatidas…para algunos efectivos de la
CNI esto implicaba “levantarse y acostarse durante semanas” siguiendo al hombre
a su cargo.
[4] Declaración
de Krantz Bauer Donoso, en el proceso de la Operación Albania mes de junio de 1987 tenía el grado de Capitán de Ejército, destinado a
la Central Nacional de Informaciones, en el Cuartel Borgoño, en donde
funcionaba la División Antisubversiva, y de la cual su Comandante era el Mayor
de Ejército don Alvaro Corbalán Castilla. En…algún momento se le asignó la
jefatura de la llamada Brigada Azul, encargada de investigar al MIR.
Posteriormente, debido a que algunos partidos políticos y movimientos
revolucionarios iban perdiendo importancia, y coincidiendo con el alejamiento
temporal del Capitán Guzmán ( de nombre real Téllez), Comandante de la Brigada Verde, que debió concurrir a un curso
institucional para ascenso, en el hecho se fusionaron ambas Brigadas,
dedicándose entonces a detectar e investigar las actividades del FPMR, del MIR y del PC, en base al análisis de
inteligencia propiamente tal –vigilancias y seguimientos- como también a los
antecedentes que aportaban informantes pagados y con quienes mantenían contacto.
Lo anterior se hacía particularmente en relación al Frente…por cuanto, a partir
del año 1984, éste comienza a actuar cada vez con mayor fuerza en el país a
través de secuestros y otras acciones, entre las que se destaca el atentado al
entonces Presidente a la República General Augusto Pinochet. Lo cierto es que,
a la época de los hechos investigados en esta causa él era el Comandante de
esta Brigada fusionada de hecho, la que contaba con alrededor de cincuenta
agentes, y que normalmente se dividían en equipos de trabajo de tres personas.
[5] Para Luis
Rojas Nuñez, los puestos de cada uno dentro de la estructura del FPMR Recaredo Ignacio
Valenzuela, Benito, treinta y un años, fundador del FPMR, uno de los nuevos
incorporados a la Dirección Nacional del Frente después de la separación del PC
en junio de 1977, recién había sido nombrado jefe de Santiago.
Patricio
Ricardo Acosta Castro, veintiséis años, cumplía tareas como instructor.
Julio
Arturo Guerra Olivares, Guido, treinta años, de los
mas antiguos frentistas, siendo combatiente y fusilero en el Atentado a
Pinochet.
Juan
Waldemar Henríquez Araya, veintiocho años, oficial graduado como especialista
en Tropas Generales en Cuba en 1982, participó en la guerra irregular
frente a los antisandinistas de La Contra,
en Nicaragua en 1984, al momento de su muerte era jefe de la escuela
clandestina de Varas Mena.
Wilson
Daniel Henríquez Gallegos, veintiséis años, estudiante de la escuela
clandestina, al que le correspondía el turno de guardia esa noche.
José
Joaquín Valenzuela Levy, treinta y un años, el de mayor jerarquía entre los
caídos, miembro de la Dirección Nacional, graduado de oficial en Bulgaria, jefe
de la emboscada al dictador.
Patricia
Angélica Quiroz Nilo, veintinueve años, antigua militante y combatiente.
Ricardo
Cristián Silva Soto, veintiocho años, jefe de Logística de nivel medio.
Ricardo
Hernán Rivera Silva, jefe de unidades combativas de nivel medio.
Elizabeth
Escobar Mondaca, veintinueve años; Esther Cabrera Hinojosa, veintidós años, y Manuel
Eduardo Valencia Calderón, veinte años. Los tres realizaban labores de
aseguramiento e infraestructura.
[6] De las indagaciones, recuerda, tenía antecedentes de un dirigente que
ellos apodaban “El Rapa Nui”, de quien desconocían su identidad y que después resultó
ser Valenzuela Levi, el denominado “Comandante Ernesto”, que había participado
como jefe del atentado al General Pinochet. Aclara, eso sí, que esa información
la tuvieron después que éste había muerto, ya que antes nada sabían de él,
aunque presumían que era importante por el nivel de contactos que tenía.
Recuerda, también, a otro joven a quien ellos apodaban “El Rey”, denominación
que se le asignó, entiende, porque hacía las veces de jefe de todo y que, no
obstante, desapareció el día de los hechos. Debido a lo mismo se ordenó la
detención de otro sujeto, pero en el operativo de Varas Mena se estableció que
uno de los Henríquez caídos era “El Rey”, desconociendo que ése era su
domicilio e ignorando también que en ese lugar operaba una escuela de guerrillas.
Agrega que, del mismo modo, se había detectado la presencia de una mujer a la
que se le asignó como nombre el de “M16”, de la que tampoco tenían su
individualización, pero habían detectado que llegaba a un determinado
domicilio. Tenían también conocimiento de una persona que estimaban importante
en el FMR, llamado Valenzuela Pohorecky, a quien se le hizo seguimiento en
varios domicilios. Agrega que la orden era detener a esas personas y a varios
más, muchos de los cuales lograron escaparse al momento de los allanamientos
respectivos. Insiste en que la idea original era detenerlos y que en el caso de
este último y los sitios de suceso ocurridos en Villa Olímpica, Varas Mena y
escuela de guerrillas, a lo menos, los sospechosos trataron de hacer uso de las
armas y otros simplemente se enfrentaron a las fuerzas de seguridad. Exceptúa
de lo anterior los hechos referidos a la muerte de Patricio Acosta, al que por
su estatura le llamaban “Girafales”, y al cual Zúñiga disparó sin motivo ni
necesidad.
[7] en marzo de 1987
queda acéfalo el puesto de segundo Comandante del Cuartel Borgoño, por lo que
pasa a desempeñar dicho cargo, aún cuando no se le delega el mando de las
Unidades operativas; que representa el Comandante -Corbalán- en las reuniones
semanales de los días lunes en la Dirección Nacional de calle República; que
manejaba la parte administrativa del Cuartel, aunque no lo económico, porque
Corbalán entregaba los recursos directamente a cada Comandante de Brigada; y
que su nombre operativo era el de “Capitán Velasco”.
[8] Sostiene Bauer
Donoso que en la sucesión de los
hechos pesquisados y que comenzaron el día 15 de junio del citado año 1987, se
obtuvo por la Dirección de la Central Nacional de Informaciones que la Fiscalía
Militar otorgara una orden amplia de investigar, que facultaba la detención y
allanamiento de los domicilios donde se sospechare que hubiese gente y
armamento del Frente Manuel Rodríguez y que, cuando salieron los equipos a
cumplir con su cometido, la mañana del citado día, cada uno llevaba su orden y
una carpeta con hojas en blanco para dejar constancia de las respectivas actas
de allanamiento e incautación cuando fuere procedente.
[9] Rodrigo Pérez Martínez nombre operativo era
“César Sanz Urriola”; que era Comandante de la UAT –Unidad Antiterrorista- la
que era formada por comandos y de alta especialidad; que tenía su cuartel en la
comuna de La Reina y que en un tiempo dependió directamente del Director de la
CNI, pero unos dos meses antes de los hechos que aquí se investigan pasó a
depender del Cuartel Borgoño, por lo que recibió órdenes del Mayor Corbalán
para integrarse a las misiones programadas para ese día -y que él desconocía-,
las que estaban a cargo del Capitán Bauer. El 14 de junio recibe, de parte de
Corbalán, la orden de mantenerse alerta para integrarse a esta misión, por lo
que dispuso el acuartelamiento de su gente en el cuartel de La Reina. En la
mañana del día 15 de junio envía algún personal a Borgoño y él concurre al
mediodía, momento en el cual se le ordena, le parece que el Capitán Quiroz,
regresar a su cuartel y volver a eso de las 21:00 horas, porque se iba a hacer
allanamientos en diversos lugares de Santiago. Cumple con lo dispuesto, asiste
a la reunión que hizo Corbalán y en la que estuvieron los de Investigaciones,
ordenándose después que los funcionarios de su Unidad se integraran a los
equipos de trabajo de Borgoño, por lo que él queda desligado de ellos y se
mantiene en el Cuartel, perdiendo control y mando sobre los mismos. Alrededor
de la medianoche escucha que se requiere apoyo en Varas Mena, donde había
enfrentamiento, al que concurre, llegando después que los incidentes habían
concluido, por lo que regresa de nuevo al Cuartel Borgoño.
Afirma que entre las 04:15 horas y 05:00 horas de la
madrugada, calcula, fue llamado para presentarse ante el segundo Comandante del
Cuartel señor Quiroz, en su oficina, lugar al que concurre y en ella estaban
los Oficiales Cifuentes y Zúñiga. Allí recibe la orden de trasladar a una
persona a un cierto lugar y, en un momento determinado, cuando se dé la señal,
disparar en su contra. Se le dijo que le acompañaría “Maluje”, que corresponde
al detective Guzmán. Los trasladó un chofer que no conocía y, estando allá en
el lugar, al interior de la casa, al momento de sentir una especie de tiro o
piedra que golpeó el techo, procedió a disparar en contra de la detenida que
era esta mujer, agregando que “yo personalmente le disparé uno o dos tiros,
otros los hizo “Maluje”, por lo que no es efectivo lo que indica éste en cuanto
a que él habría intentado dispararle por su oposición al procedimiento.
[10] Expresa
Krantz Bauer que habiéndose dispuesto varios allanamientos que
hacer, se capta que el personal de Borgoño aparecía como insuficiente para
tanta actividad operativa y en algún momento se obtiene el apoyo externo de la Policía
de Investigaciones, el que se imagina se habrá decidido entre el Director de la
CNI y el de Investigaciones, pero lo cierto es que llegó al Cuartel toda la
Brigada de Asaltos de esa institución, al mando del Prefecto Oviedo, quien
asistió a una reunión que se realizó en el auditórium del Cuartel y en donde,
tanto Corbalán como Quiroz, dieron las instrucciones generales acerca de las
actividades a realizar. Allí también el declarante dice haber dado la
información necesaria acerca de los domicilios que deberían allanarse, entre
los cuales estaba el de Varas Mena. Dice que él quedó sentado al lado de Oviedo
y puede decir que la Brigada de Asaltos estaba integrada por unos cincuenta
funcionarios, entre los que había mujeres, y que se movilizaban en vehículos de
su institución. Expresa que se dispusieron allanamientos a distintos lugares y,
especialmente, donde se presumía pudiera encontrarse algún integrante
importante del Frente, encomendándose esa labor a los equipos de la Central
Nacional de Informaciones. Ello ocurrió, por ejemplo, con Villa Olímpica, con
Héroes de la Concepción y en una casa de Las Condes, lugares estos dos últimos
en que los subversivos buscados lograron arrancarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario