El labrador y la serpiente

En una ocasión el hijo de un labrador dio un fuerte golpe a una serpiente, la que lo mordió y envenenado muere. El padre, presa del dolor persigue a la serpiente con un hacha y le corta la cola. Más tarde el hombre pretende hacer las paces con la serpiente y ésta le contesta "en vano trabajas, buen hombre, porque entre nosotros no puede haber ya amistad, pues mientras yo me viere sin cola y tú a tu hijo en el sepulcro, no es posible que ninguno de los dos tenga el ánimo tranquilo".

Mientras dura la memoria de las injurias, es casi imposible desvanecer los odios.

Esopo

miércoles, 17 de junio de 2015

OPERACION ALBANIA O ELEFANTE (VI)


La ejecución: Concluida la reunión, rememora el teniente Enrique Neira Donoso, …, estando en la oficina de Bauer, éste llega indignado porque Corbalán le había dado una orden que él estimaba una barbaridad y que no podía ser cumplida, por lo que se había opuesto a ella, disponiéndose que quedaba fuera de la operación, perdiendo entonces la jefatura del procedimiento que se estaba realizando, pero sin señalarle en qué consistía esa orden tan atroz.

Casa de calle Pedro Donoso

Rodrigo Perez Martinez cuenta que estando en el Cuartel Borgoño,…fue llamado para presentarse ante el segundo Comandante del Cuartel señor Quiroz, en su oficina, lugar al que concurre y en ella estaban los Oficiales Cifuentes y Zúñiga. Allí recibe la orden de trasladar a una persona a un cierto lugar y, en un momento determinado, cuando se dé la señal, disparar en su contra. Se le dijo que le acompañaría “Maluje”, Hugo Rodrigo Guzmán Rojas, quien a su vez relata que estando en el mismo Cuartel, se le avisó que se le requería en la oficina del segundo Comandante. Fe a ella, observando ahí que había más gente, y el Capitán Velasco le ordena ir en apoyo del Capitán Sanz (que es el Capitán Rodrigo Pérez), señalándole a los demás que deben apurarse e ir saliendo. Agrega que le preguntó al Capitán Velasco “¿ apoyo de qué? ” y él le responde algo así como “pregunta mucho y por eso mis dudas sobre Ud.”, agregándole que el Capitán Sanz le informaría los detalles. Este, por su parte, le dice que lo espere en el auto y al llegar a él, después de haber pasado al baño, se encontró con que Sanz estaba ya ubicado en el auto junto a un conductor y en el asiento posterior derecho, una mujer esposada, a quien no conocía, y de la cual pensó que se trataría de alguien que iba a mostrar un domicilio para ser allanado.
Erich Silva Reichart relata a su vez que estaba descansando en la camioneta con otros funcionarios de la UAT, alrededor de las 04:00 a 04:30 horas, alguien le indica que se le necesita en el segundo piso del Cuartel Borgoño, lugar al que concurre y allí, en la oficina, estaban el Comandante Corbalán, que en un momento determinado se retira, quedando Quiroz, Zúñiga y Cifuentes. Estaban allí también el Capitán Pérez, unos detectives y otras personas que no recuerda quienes eran. Como él llegó, al parecer, al final, y ya se habían tomado decisiones, dice que Quiroz le dio la orden en los siguientes términos: “Comando, su misión: cuando baje al primer piso le van a entregar a una persona y un conductor lo va a trasladar a un lugar determinado donde Ud. debe dar de baja a la persona que lleva en el lugar que se le indique”. Recuerda que en ese momento el Capitán Pérez señala “¿y quién da esta orden? y se le responde por Quiroz, al parecer “Es orden del escalón superior”, por lo que se entiende corresponde a la Dirección Nacional de Informaciones. Baja al patio donde efectivamente había un vehículo con un conductor y se da cuenta que suben a una mujer joven, morena, de pelo negro, andaba con vestido, era baja, no la vio nerviosa sino tranquila, no estaba esposada ni vendada, a quien le dijo que bajara la vista y estuviera tranquila. Se trataba de Esther Cabrera Hinojosa.
A su vez al teniente Neira Donoso se le ordena que ….debe ir a la oficina de (Iván) Quiroz y cuando llega a ésta se da cuenta que de allí van saliendo Oficiales y se le informa a través del Capitán Cifuentes que se había dispuesto una orden superior consistente en que él debía trasladar a un detenido a un lugar determinado, por lo que debería buscarse un conductor de confianza. De eso le cuenta a “Bareta” y éste acepta trasladar al detenido, y en breve plazo suben al furgón a un sujeto (José Levi o Rapa Nui) con la vista vendada y con sus muñecas atadas por una especie de vendas o géneros, dándose cuenta que la orden era de eliminarlo.
Pero Miguel Morales Acevedo (Bareta) cuanta que tras concluir una reunión de Oficiales, el Capitán Cifuentes lo llama a un lado y le expresa que le habían dado una orden de ir a un lugar y llevar a unos sujetos, y que estaba preocupado de su seguridad personal. Lo mismo ocurrió con el Teniente Neira (en cuanto a su seguridad), de modo que, en definitiva, quedó en situación de proteger a este Teniente de un posible atentado en su contra, cosa que le pareció posible, sobre todo después de haber visto la intervención del Capitán Quiroz en Varas Mena cuando disparó en contra de gente de la misma institución, buscando bajas que mostrar en ese operativo.

Casa de la muerte

En la calle Pedro Donoso, en una casa abandonada signada con el número 580, una testigo, declaró que alrededor de las 03:00 horas, se encontraba en su domicilio esperando a su hijo cuando escuchó movimientos de personas en la calle, pudiendo advertir la presencia de doce o más sujetos que caminaban por la acera y miraban hacia la  casa de la familia Tillerías que estaba deshabitada. Posteriormente, dice, escuchó ruido de vehículos en la calle y al mirar hacia ésta, pudo observar que frente a la casa del señor Tillerías se habían estacionado dos furgones, desde los cuales desconocieron procedieron a bajar alrededor de seis cajas de madera de mediano tamaño, pesadas, porque eran transportadas cada una por dos individuos y que ingresaron al inmueble aludido.
El teniente Neira Donoso prosigue:….sube al vehículo que iba a conducir el “Bareta” (y Valdovinos dice Morales Acevedo) y salen en caravana del Cuartel hasta llegar a un lugar en que estaba Zúñiga disponiendo la entrada de los detenidos a la casa, quien le indicó que su grupo ingresara a la primera pieza del inmueble, quedó de rodillas sobre una colchoneta,….también introducen en esa misma pieza a otro individuo (Ricardo Rivera Silva), observando que lo conducía el detective Maass junto a otro que desconoce; observa que en esa pieza había armamento puesto, que correspondía a fusiles FAL, armas internadas por Carrizal.
Sigue Hugo Rodrigo Guzmán Rojas: salieron de inmediato tras otros vehículos que los precedían, tomando Recoleta hacia el norte y llegando al lugar que hoy sabe es Pedro Donoso. Allí se detuvieron frente a la casa, el Capitán Sanz bajó a la detenida y la ingresó al interior, hasta una dependencia que no sabe si era la cocina u otra, la ubicó en un lugar determinado, quedándose él unos tres o cuatro metros detrás del Capitán. En la casa ya había otros detenidos dispuestos en diferentes lugares de la casa y que estaban esposados.
En esa caravana va Rodrigo Perez Martinez lleva a   MUJER   al que les traslada un chofer que no conocía y, estando allá en el lugar, al interior de la casa, al momento de sentir una especie de tiro o piedra que golpeó el techo, procedió a disparar en contra de la detenida que era esta mujer, agregando que “yo personalmente le disparé uno o dos tiros, otros los hizo “Maluje”[1].
Hernán Míquel Carmona, funcionario civil de la CNI, encargado de análisis de información del cuartel Borgoño, tuvo a una mujer joven al frente. En su confesión dijo que nunca antes había participado de operativo alguno, y que esa noche tuvo la mala ocurrencia de pasear por el estacionamiento del cuartel y encontrarse con uno de sus jefes, quien le encomendó una misión cuyo objetivo sólo vino a conocer a último momento, cuando escuchó el primer disparo. Entonces, con su arma de servicio, hizo lo que le dijeron que hiciera, sin siquiera atreverse a abrir los ojos: “Disparé tres o cuatro tiros sobre un bulto que estaba frente a mí”. El bulto en cuestión era Elizabeth Escobar, quien recibió trece impactos de bala disparados por Míquel Carmona y otros funcionarios.[2]
También en dirección a Pedro Donoso, Erich Antonio Silva Reichart rememora que del Cuartel Borgoño salió con rumbo desconocido hasta llegar frente a una casa donde había un vehículo adelante y estaba en la puerta el Capitán Zúñiga, quien le indicó que debía avanzar por el pasillo del fondo y se dirigiera hacia la cocina y así efectivamente llegó a una pieza muy oscura, pero que era una cocina, dejando a la mujer de pie, frente a él y a una distancia que no pudo calcular en el momento dada la penumbra y la dimensión de la misma cocina. Cuando siente el disparo que indica el inicio de la misión le dispara de frente hacia la cabeza un solo tiro buscando que muriera de inmediato y no sufriera. Agrega que si la persona presenta más balazos fue porque luego pasó Zúñiga disparando otros tiros al cuerpo de la mujer.
La señal para la balacera iba a ser un objeto arrojado a la techumbre de la casa y una persona que hablaba por megáfono decía que salieran porque estaban rodeados. Señala que acto seguido se produjo una balacera de alrededor de cinco minutos y que, una vez que cesó, escuchó voces fuertes como de mando y también ruido de vehículos….un sujeto que portaba un arma tipo metralleta que disparaba al aire. Añade que luego se escucharon también otras denotaciones en otros lugares y hace presente también que este inmueble estaba siendo vigilado por personas desconocidas con anterioridad.
El teniente Neira Donoso, en esos instantes expresa que el Capitán Cifuentes, desde la entrada de la puerta, dispara al detenido tres balazos, que lo hacen caer, y le ordena a gritos inmediatamente que también dispare él,…y le dispara un solo tiro en el suelo, diciendo algo así como que “me perdone Dios por lo que estaba haciendo”. En eso empiezan a disparar en todos los lugares de la casa y como él había advertido que estaba ya el armamento en la pieza, le dice al “Bareta” -que no disparó en contra del detenido- que tome uno de esos fusiles y dispare dentro de la pieza hacia fuera, pero hacia arriba, para evitar herir a los que estaban fuera de la casa, y pudiera así suponerse que esas armas fueron utilizadas allí. Terminados los disparos sale hacia la calle, donde estaban Quiroz y Zúñiga, y advierte que, retirado el personal del interior de la casa, entra Zúñiga, quien procede a disparar a los cadáveres, utilizando su arma de servicio y entiende que también un fusil Aka o Falk, lo que explicaría el gran número de impactos que presentaron finalmente los detenidos.
Quiroz relatará…después que salieron los equipos hacia el lugar fijado, calcula que unos 20 minutos, se dirige a Pedro Donoso en el auto de algún equipo, habiendo llegado unos cinco minutos después que se produjeron los disparos y que ocasionaron la muerte a estas personas y ya todo estaba en calma. Agrega que ingresó a las piezas donde estaban los muertos, que estaba en total oscuridad, llegando allí la Brigada de Homicidios, a quienes acompañó al interior.


Luis Arturo Sanhueza Ros narra que al momento de irse del Cuartel, casi amaneciendo, le dice a su chofer que pasen por esa casa de “seguridad” del Frente, llegando allí cuando todo estaba consumado y se encontraba ya en ese lugar el Fiscal Militar. Se bajó del auto, no entró a la casa y, luego de no más de veinte minutos, se retiró de allí hacia su domicilio.
A su vez Jorge Octavio Vargas Bories[3] no toma participación en los hechos sólo concurrió al lugar después de los hechos, cuando se les ordenó asistir, para marcar presencia en un acto de “comprometimiento”, que acostumbraba hacer Corbalán.
Respecto a su papel René Armando Valdovinos Morales…en el Cuartel, siendo ya tarde, se percató que unos Oficiales estaban en reunión, de la que ellos no participaron. A una hora determinada se ordena ir hasta Pedro Donoso, en donde siempre entendió que había un enfrenamiento, y, llegado al lugar, se le asignó como misión la contención en una esquina y allí se estacionó, sin que nada ocurriera porque ya había gran cantidad de personas.
Corvalán, en el Cuartel Borgoño, al poco rato se le comunica que la operación se había realizado y como el Fiscal estaba en el Cuartel, se dirige con él y Bauer al lugar de los hechos. Allí no entró a la casa en que se había ejecutado a los detenidos, pero desde ese mismo lugar comunicó al General Salas que su orden ya había sido ejecutada.
Krantz Bauer disiente en algunos detalles: estando en su oficina, se presenta el Fiscal señor Acevedo el cual, como andaba al “garete”, ya que no tenía cómo trasladarse al sitio del suceso pues quien debía conducirlo allí era Aníbal y éste fue asignado al grupo que actuó en la eliminación, él preguntó a uno de sus subordinados si alguien conocía la casa de Pedro Donoso para trasladar al Fiscal y un agente a quien le decían el “Bruto” sabía, y los llevó hasta ese lugar en un vehículo pequeño.
Cuando llega a Pedro Donoso estaba allí Corbalán y ya habían llegado todas las fuerzas de orden para controlar el ingreso al lugar porque el operativo había concluido. No ingresa a la casa, aún cuando ya sabía que estaban fallecidas las personas. Señala que regresa al Cuartel en donde, ya casi en la mañana, despacha a toda su gente y se retira a su domicilio.
En el procedimiento actúa también el equipo de televisión de la CNI. Cuenta Jorge Luis de O'sso Bravo Jefe del Departamento de Videos de la Central Nacional de Informaciones, debieron concurrir a requerimiento de las autoridades. Dice que al instalar sus equipos y encender los focos que daban la luz indispensable para filmar, debido al frío de la madrugada, se quemaron y hubo de utilizar focos de emergencia que dio como resultado un trabajo de mala calidad. Desconoce el destino de estos videos, pero señala que por razones presupuestarias, a veces éstos eran reutilizados.
Emilio Bianchini Pinto, editor de televisión en el Cuartel República de la Central Nacional de Informaciones y que no concurrió al sitio del suceso. Señala que al día siguiente ya estaban el casette con la película, correspondiéndole sólo hacer unas copias para los canales de televisión, labor que realizaba entregándolo al Departamento de Psicopolítica de la Central Nacional de Informaciones.


Luis Aedo Navarrete desempeñado en el Departamento de Ingeniería de la Central Nacional de Informaciones y, en relación a los hechos denunciados, señala que el Mayor de O’sso le advirtió el día 15 de junio de 1987 que debían mantenerse atentos porque había habido varios problemas y se iban a producir allanamientos. Por ese motivo deberíamos tener cuidado con unas baterías de los equipos de televisión que mandaron desde Borgoño para que ser cargados en República. En relación a Pedro Donoso, dice, que le esperó un chofer de la Central Nacional de Informaciones en una bomba de bencina, a quien le hizo entrega de los respectivos equipos.
Luego de llegar el personal de Huellas del Cuartel Borgoño les ordenó que esperaran a la Brigada de Homicidios de Investigaciones, orden que afectó también al personal de video. Minutos después llegan los de la policía civil, acompañando al oficial a cargo, quien marcaba con tizas el lugar de los impactos de bala, y retiró alguna evidencia. En todo caso no fue un trabajo muy profundo... también llegaron muy rápidamente los periodistas que parece estaban sobreaviso sobre lo que iba a pasar. Luego se retira al Cuartel.
Posteriormente se entregan los partes a la prensa, de los que Quiroz recuerda que eran normalmente redactados por el Departamento de Análisis que hacía una carpeta con todos los antecedentes que les proporcionaban las Brigadas y que era direccionada a través de un oficio conductor, firmado por el Comandante de la División y cuando se trataba de una información de los tribunales, intervenía el Departamento Jurídico y que estaba compuesto por varios abogados bajo la dirección de uno de apellido Gálvez. Corbalán en cambio comentaba que Zúñiga informa al Estado Mayor, lo que se hace a través del Departamento de Sicopolítica y de ahí, afirma Corbalán salió la idea de agregar al comunicado la información que resultaron algunos agentes heridos.

Además en esa oportunidad fueron detenidos en el curso del operativo: Cecilia del Carmen Toro Valdés, Santiago Montenegro, Germán y Mauricio Duarte Romero, Sonia Hinojosa Sánchez (propietaria del inmueble donde muriera Julio Guerra Olivares). Mario Edmundo Nieto Sánchez Miguel Nash de 70 años y Hector Figueroa Gómez. Parece bastante probable que fueran llevados allí y ejecutados.

Corbalán recuerda que como era habitual en esos casos (3 o 4 días después) de gravedad y de gran tensión, organiza un asado en el casino de suboficiales en la calle Rondizzoni, para lo cual me lo comunica y me invita a asistir y yo también invito al General Salas, quien concurre aportando algunas botellas de whisky en esta reunión de camaradería, siendo el General Salas el único orador y felicitando a todo el personal por la culminación y participación que se tuvo en la Operación Albania. Les entregaron un "viático" de $ 70 mil y volvieron a sus unidades originarias. El sentimiento del personal en cambio según Quiroz era distinto, pues no se habló más del tema... porque
 sabíamos que las consecuencias futuras podían ser complicadas para todos nosotros.



[1] Hugo Rodrigo Guzmán Rojas en cambio relata que en esos momentos entró a dudar sobre lo que se estaba haciendo y mientras reflexionaba, sintió un fuerte golpe en el techo, algo así como un ladrillo en el zinc, se asustó, retrocediendo unos pasos para protegerse, saca su arma y se encuclilla, a la vez que observa al Capitán Sanz disparar a la mujer cuatro tiros y se produce una gran balacera al interior de la casa. Agrega que el Capitán se vuelve hacia él, apuntándolo, le hace un movimiento de cabeza, como señalándole que dispare, lo que no hace, y en ese momento aparece otra persona que instantáneamente dispara contra la mujer y le dice “Listo, mi Capitán”.

[2] Peña, Cristóbal, Los Fusileros
[3] nombre operativo era “Jorge Polanco Valdebenito", que era Empleado Civil del Ejército, asignado a la Central Nacional de Informaciones, aunque también trabajó siendo Oficial en servicio activo, por lo que conservaba ese rango. Agrega que en junio de 1987 integraba la llamada Brigada Especial, que estaba al mando de Francisco Zúñiga, ex Oficial de Carabineros y Empleado Civil de la CNI.

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