Reunión en Borgoño: Cerca de las nueve de la noche, la Brigada Investigadora de Asaltos de
la Poli cía de Investigaciones, encabezada por el Chueco Oviedo, compareció en
pleno en el cuartel Borgoño. En esa reunión, Corbalán explicó a la audiencia
que la idea era “pegar una apretada” al Frente y que para ello se realizarían
en las siguientes horas diversos allanamientos en la capital. A la Policía de
Investigaciones se le asignó una función de apoyo a la CNI, que se reservaría
la acción en primera línea. Hasta donde se logró establecer en el proceso, en
esa cumbre policial no hubo mención a las siete personas, cuatro hombres y tres
mujeres, que permanecían detenidas en el cuartel.
Esta había
sido convocada por declaraciones de Sergio Oviedo
oficial de la Policía de Investigaciones de Chile, quien señala que el día 15
de junio de 1987 recibió instrucciones de la superioridad, al parecer del
Prefecto señor Francisco Manás, en el sentido que debían prestar cooperación a
la Central Nacional de Informaciones, orden que fue transmitida a su personal y
éstas consistieron básicamente en los hechos ocurridos en Villa Olímpica y
Varas Mena.
Cuenta Jorge Vargas Bories
que concurrió a la reunión que se hizo en
el Cuartel con asistencia de la Brigada de Asaltos de Investigaciones, en donde
Corbalán da instrucciones y dice que correspondía “pegar una apretada” al Frente
y para ello necesitaba a todo el personal. Agrega que permaneció en el Cuartel
hasta que, en la medianoche, se recibió un llamado de apoyo para las
actuaciones de Varas Mena y Villa Olímpica, concurriendo él al primero de estos
lugares. Allí se encontró con Quiroz y participó en una operación rastrillo del
perímetro, pero no se encontró nada y ya los hechos habían concluído.
Cuartel Borgoño N° 1470.
Enfrentamiento en
Varas Mena N° 417: El procedimiento,
según Krantz Bauer, fue encargado a Investigaciones y se le proporcionó un equipo de la CNI
para que los orientara respecto de donde estaba la casa, misión que entregó él
mismo a un ex funcionario de Carabineros, empleado civil de la CNI, apodado el
“Muñeca”. La CNI pensaba que era solo una casa de
seguridad donde se encontraban dos frentistas, uno de ellos Juan Waldemar
Henríquez (al que la CNI apodaba El Rey)[1].
Pero también operaba como “escuela” del FPMR[2]
y en ese momento había cerca de una docena de “alumnos”. Recuerda uno de ellos,
Santiago Montenegro, que como habían
pocas casas (de seguridad),
utilizaban la de Varas Mena, que estaba destinada a la instrucción. Habían
además compañeros que hacían las veces de dueño de casa y al fondo estábamos
los que andábamos con problemas repartidos en literas. Cecilia tenía prohibido el acceso a esa parte y ni siquiera conocía a
quienes permanecían escondidos. Los militantes perseguidos eran llevados
con los ojos vendados. La fachada era un
inmueble arrendado por un joven matrimonio con un pequeño hijo[3]. El dueño de casa era
Juan Henríquez Araya y de su esposa la ayudista Cecilia Valdés y su hijo de 2 años
Esa noche de 15 de junio, dentro de la casa ya se sabía de la muerte
de Ignacio Valenzuela y, más aún, de Patricio Acosta a pocas cuadras. Juan Waldemar Henríquez llegó cerca de las 10 de la noche con
noticias inquietantes. Dirá Cecilia Valdés: "El comentó que había mucha gente extraña afuera, que había
mucho auto y que algo raro estaba pasando". Santiago Montenegro pensaba que eso era así por la muerte de
Patricio Acosta a pocas cuadras del lugar. Pero a las 11 PM los residentes,
cuenta Montenegro, sabían que la casa
estaba rodeada…; en ese momento, los encargados de seguridad de la casa nos
informaron que se podía producir un enfrentamiento. Era complicado porque no
sabíamos que tanto sabía la CNI de nosotros, ya que cabía la posibilidad de que
ellos no supieran de nuestro paradero. En ese momento salir era más suicida que
quedarse…. Ahí empezó una discusión de si nos retirábamos esa misma noche o
permanecíamos hasta el día siguiente. Nosotros decidimos esperar[4]".
Afuera la CNI llevaba tiempo instalándose. Narra una vecina Laura Valenzuela, quien vivía al costado
oriente de la casa que “primero dos
individuos altos de negro que eran como una especie de francotiradores con
armas largas, después ya entró el choclón, gente de jeans, mal vestida con
brazaletes y ellos venían con metralletas y qué se yo. Fácil tienen que haber
sido más de 10 personas".
Varas Mena
La defensa de los frentistas estaba ya determinada previamente Juan Waldemar Henríquez debía ser secundado
a la hora de repeler a funcionarios de seguridad, por uno de los combatientes.
Eso se decidía por turno. Ese día le tocó a Wilson Henríquez
Aparentando normalidad Cecilia
Valdés: "como las 12:00 de la
noche yo estaba viendo las noticias en el living de esta casa que está al
final. Sentimos primero un aviso por el timbre y yo me levanté del sillón,
porque era la única que estaba despierta a esa hora, en esta parte de la casa.
No sé, yo tuve en ese momento un presentimiento, golpearon la puerta súper
fuerte; yo corrí a avisarle a mis compañeros. Cecilia Valdés toma a su hijo, avisa a Héctor Figueroa y hace sonar el timbre de alarma. Luego se sintió un estruendo en el portón (el
vehículo de la CNI que entraba por el portón) y dimos el aviso de escape, lo que permitió que se salvaran todos los
compañeros, excepto los jefes que estaban a cargo, que fueron los que se
quedaron a cubrir la retirada."
Cae el portón, se escucharon gritos y de repente sentí un
timbre. Recuerdo que si se accionaba ese timbre había que efectuar la retirada,
era nuestra alarma (Montenegro).
Empieza la balacera. Dirá Eugenia
Torres: "De repente un tipo
entró y dijo tírense al suelo y quédense ahí, no se muevan, y empezaron a
disparar, y disparaban de adentro de mi casa hacia fuera, hacia la casa del
lado por una ventana, por el patio hacia atrás y del techo hacia arriba".
Dentro de la casa Juan Henríquez
Araya, Héctor Figueroa[5]
corren al pasillo para abandonar el
inmueble se produjo una especie de silencio, cesando la balacera, y allí nos
percatamos de la existencia de compañeros heridos. Subimos por la escalera con Juan,
Santiago Montenegro[6], yo y mi hijo, y atrás Héctor Figueroa. El frentista de guardia Wilson Henriquez, empieza a disparar con
su M-16.
Los que están adentro, aprovechan: Montenegro
me toca subirme a la mesa, junto a un
compañero rompimos la calamina
plástica y justamente era plástica para en la oscuridad ver el espacio. La
rompimos y cuando yo salgo ahí fui herido. Con el golpe me caigo para dentro
nuevamente. Sangra, pero no es grave ya que se mantiene lúcido. Con él caen varios, incluyendo a
Cecilia Valdés
En los techos suben Juan Waldemar
Henríquez y Wilson Henríquez (Arturo), quienes respondían el
ataque policial con sus armas. El techo de la casa de la señora Eugenia
cede Henríquez cayó herido al interior de la vivienda, en medio del comedor, donde
fue encontrado mas tarde por la dueña de casa. Henríquez le solicitó ayuda,
pero ésta se negó por temor a la acción policial. En el baño quedaron rastros
de sus heridas, donde intentó evitar un desangramiento. Luego ingresaron los
policías al inmueble encontrando a Henríquez tendido en el piso, y a esas
alturas sin ofrecer resistencia. Sin embargo, fue rematado por ráfagas de
disparos en el mismo lugar. Algunos testigos señalaron que Henríquez se había rendido y que estaba con los brazos en alto cuando fue
ultimado. Luego lo sacaron a la calle donde le dispararon nuevamente. El
cadáver de Juan Waldemar Henríquez quedó tendido toda la noche en la calle,
junto a un árbol.
A su vez el otro combatiente Wilson Henríquez, quien se encontraba herido a bala, fue rodeado por agentes de la CNI
en el patio de otra casa, la numero 419, donde se había refugiado. Ahí fue
visto por la familia de la casa (Laura Valenzuela y su madre) quienes le indicaron que debía entregarse, a
lo que él se negó. Entonces entran a la casa un grupo de agentes e hizo a la familia introducirse en el dormitorio.
Apresaron a Wilson Henríquez y comenzaron una suerte de juego con él, lo
golpearon, lo sacaron a la calle arrastrándolo, dijeron que lo iban a volver a
entrar para que no se resfriara y luego lo mataron.
El ex agente Manuel Morales relató, lo que vio en ese patio;
"Y lo vi que tenía lesiones en la pierna, en la parte del tórax o del
estómago y en el cuello, heridas que se tapaba con la mano". "Le
alcancé a colocar la esposa en la mano derecha y lo tiré al suelo. En ese
momento apareció el capitán Velasco, que es Belarmino Quiroz, se metió entremedio y con una subametralladora
HK, americana, con silenciador, le disparó de tres a cuatro balazos, diciendo
mátalo, mátalo".
Juan Henriquez Araya
Wilson Henriquez Gallegos
Flavio Oyarzún era un detective de
Investigaciones en esa época y patrullaba el sector y al escuchar los tiroteos
entró a la casa donde acababan de balear a Wilson Henríquez; "En la cama de abajo había un individuo que se
quejaba, dándome la impresión que estaba herido, entonces se dio la orden de
tomarlo de las manos y de los pies y yo, siempre pensando en ayudar, lo tomé de
uno de los pies y lo trasladamos al fondo del pasillo, donde hay un patio con
piso de tierra y lo dejamos en el suelo tendido. En ese momento apareció el que
daba las órdenes por señales, que andaba con una metralleta o fusil, pero era
un arma larga y se acerca al individuo y sin decir nada le dispara
matándolo".
El relato de Laura Valenzuela
continúa "Y después se siente que lo
van sacando, lo arrastran y lo llevaban en andas. Alguien dice este huevón
quedó vivo y lo vuelven a entrar y en eso lo tiran seguramente en el patio
nuevamente; y hacen ruidos y empiezan a golpear las ventanas para apaciguar un
poco la bulla que metían".
Mientras tanto detrás de Varas
Mena 417, Cecilia Valdés había logrado llegar a la calle por los
techos, junto a Héctor Figueroa[7] y su hijo, pero fue interceptada por una patrulla de la CNI. . Cuando
nos detuvieron, nosotros dijimos que íbamos al hospital, pero no nos creyeron.
A mi hijo lo pusieron en la camioneta y a mi me llevaron hacia una esquina para
asesinarme. La golpean duramente y me
empiezan a preguntar de dónde había salido, pero como yo no les respondía,
ellos me dijeron que me iban a fusilar y me hacen caminar de ahí hasta una
esquina. La cosa es que pasó bala el tipo, que tenía una cara desorbitada,
súper alterado y después hay una discusión entre ellos, y justo en ese momento
pasó un vehículo lleno de hombres, tal vez pensaron que eran compañeros que
venían a rescatarnos, se asustaron y nos devolvieron nuevamente a la casa.
En "El Rodriguista"; otro sobreviviente contará que "…Nos arrastramos por los techos,
cruzamos patios, hasta que finalmente llegamos a la calle, todo ello en medio
de disparos, gritos, sirenas... En la calle correr, saltar un muro cuando las
fuerzas y el nerviosismo no se soportan. Llegamos a una bodega abandonada,
llena de fierros, palos y no se cuantas cosas... se mantienen los ruidos,
disparos, sirenas, gritos y pasos. ¡Ahí vienen!, entran a la bodega, el M16
preparado, la luz de su linterna nos ciega. ¡No nos vieron!... se alejan los
pasos... se van".
Santiago Montenegro fue el último en
huir por los techos…de pronto me disparan, no sé si de un pasaje vecino o del
fondo. Nos dispararon por todos los flancos; luego aparece una camioneta, me
enfoca y me dispara nuevamente. Yo quedé herido, recibí un balazo en el
hombro…. A pesar de eso logré salir del cerco"…..Apenas al final del
pasaje Gengis Khan, ya sin fuerzas para saltar la muralla. Le pidió ayuda al
vecino de la penúltima casa, pero éste aterrorizado, se la negó. A través de un
pasadizo, Santiago logró escabullirse igual en la casa del vecino que le había
negado ayuda. Santiago se desangraba en el patio trasero de la casa, cuando fue
descubierto por otra vecina que llamó a Carabineros, que habían reemplazado a
la CNI en los alrededores. Eso le salva la
vida.
Santiago Montenegro[8];"El carabinero
viene y le dice al teniente: "Mi teniente, la CNI está buscando al
detenido", y él le dice: "No, no lo vamos a entregar". Montenegro es rápidamente
retirado del lugar por Carabineros y llevado a una comisaría., y lo anotan en el libro de guardia….cuando la CNI me fue a buscar para matarme yo escuchaba la
conversación, ellos decían: mira huevón, lo echamos arriba de la camioneta y lo
matamos; pero el teniente que estaba a cargo decidió llevarme a la Posta."
Jorge Vargas Bories[9] ese día, como todos los agentes, concurrió a presentarse en la mañana temprano
y allí se dispuso que se integrara a los equipos de trabajo que dirigía Bauer,
quien estaba a cargo tanto de la Brigada “Azul” como de la “Verde”, que
comandaba Guzmán, quien estaba en curso para ascenso. Como pertenecía a la
Brigada Especial –que no hacía seguimientos- debería haberse integrado a algún
equipo de trabajo, pero ello no era posible por su rango de Oficial, pues en
ese caso habría pasado a depender de un suboficial, al no conocer él a las
personas investigadas…permaneció en el Cuartel hasta que, en la medianoche, se
recibió un llamado de apoyo para las actuaciones de Varas Mena y Villa
Olímpica, concurriendo él al primero de estos lugares. Allí se encontró con
Quiroz y participó en una operación rastrillo del perímetro, pero no se
encontró nada y ya los hechos habían concluído.
Concluida su actuación en Villa Olímpica (donde murió Julio Guerra Olivares)
dice Fernando Burgos Díaz (y Sanhueza también) concurren a Varas Mena, en donde ya no había
nada que hacer, salvo que con el Teniente Sanhueza ingresaron a la casa desde
donde se decía que habían arrancado unos individuos, revisaron unos hornos en
que también, se decía, podía haber gente escondida, pero ello no fue así. Junto
con Burgos llega también René Valdovinos Morales (hay que recordar que el grupo estuvo en la detención de Elizabeth
Cabrera Hinojosa) en plan de apoyo
a Varas Mena, en donde ya había dos personas muertas y al examinar a uno de
ellos, comprobó que se trataba del “Rey” a quien también hacía seguimientos,
pero no tenía chequeado ese lugar como de llegada o encuentros para él.
También llega César Acuña Luengo ante la petición de apoyo por el enfrentamiento en Varas Mena, llegaron
con Valdovinos cuando el procedimiento había terminado.
Juan Jorquera
Abarzúa: durante la noche, concurre a
Varas Mena, en afán de apoyo, en donde, por la operación rastrillo que se
determinó en un sitio eriazo, que era como un basural, estuvo a punto que lo mataran,
atribuyendo estas intenciones, por los dichos de los demás, al Capitán Velasco,
lo cual denunció al Capitán Bauer.
[1] Fue de los
chilenos combatientes en Nicaragua, asesorando al Estado Mayor de la zona
respectiva. Nieto del diputado comunista Bernardo Araya y egresado de la
Academia Militar Cubana en 1983 fue asignado al entrenamiento de milicias
sandinistas en el sur del país. Al decidir regresar a Chile para integrar el
Frente es condecorado por Daniel Ortega con la Medalla del Combatiente
Internacional Primera Clase. Conocido como Comandante Arturo
[2] En realidad, la escuela era más política que otra cosa
–afirma Montenegro-. Los alumnos, en general, eran muy jóvenes, casi todos
menores de veinte años; solo había una mujer, también muy jovencita. Eran
militantes de base del TMM de la Juventud Comunista, de las Milicias y del
Frente. Allí lo que más se estudió fue el contenido del Trabajo Político
Rodriguista y las nuevas estructuras territoriales del Frente, su organización,
dirección y mando.
[3] Cuenta una
vecina Eugenia Torres; "Yo siempre vi un joven que
llegaba en un furgón que lo descargaba siempre adentro, una niña joven con un
niño de como unos 2 años 9 meses. Nunca vi más gente, ni tampoco ruido, nada.
Era todo normal, como cuando uno se cambia, que hace arreglos, martillazos y
cosas así pero nunca vi que hubiera tanta gente como dijeron que había".
[4] Cuando
llegaron, vimos la posibilidad de sacar a nuestros compañeros en auto, pero no
teníamos ningún vehículo, por lo cual decidimos esperar hasta el otro día
[5] Héctor Figueroa Rojas, segundo jefe de la escuela y
participante en el atentado Héctor contó tiempo después en la cárcel que pudo
haber salido de la escuela como los demás, el haber ayudado a salir del área a Cecilia
con su pequeño hijo por patios y techos retrasó su desplazamiento
[6] jefe intermedio del Frente y en ese momento alumno, había
sido subordinado de Moisés Marilao, Moisés Marilao Pichun. Fue un oficial
mapuche graduado en Cuba en la especialidad de Tanques en 1979. Participa como
artillero en la guerra de Nicaragua. Es asesor en la construcción de las
unidades de tanques del nuevo Ejército Popular Sandinista. Entra a Chile en
septiembre de 1984 formando parte del segundo grupo de cinco oficiales que se
incorporan a la lucha clandestina. Cae en la ciudad de Temuco en Mayo de 1985
en un enfrentamiento con fuerzas de carabineros y guardado prisión años atrás
en Temuco.
[7] Héctor Luis Figueroa Gómez, Víctor, fue uno de los veintiún fusileros
que emboscaron a Pinochet y un añodespués sobrevivió a la Operación Albania. A
fines de los ochenta, mientras militaba en las JJCC de Viña del Mar, estudió
Electrónica Industrial y siguió un curso de es- pecialización en la Universidad
Federico Santa María. Su carrera quedó postergada indefinidamente cuando
ingresó al FPMR y más tarde fue enviado a un curso de guerrilla urbana en Cuba.
Las huellas de dos de sus dedos habían sido encontradas en la casa del poblado
de La Obra.
[8] Santiago
Montenegro pasó casi tres años preso. Sólo salió casi agónico, debido a una
tuberculosis, no tratada. Fue esa enfermedad la que le impidió fugarse el año
90, junto a otros 49 frentistas desde la Cárcel Pública. Cecilia Valdés también
[9] nombre operativo era
“Jorge Polanco Valdebenito", que era Empleado Civil del Ejército, asignado
a la Central Nacional de Informaciones, aunque también trabajó siendo Oficial
en servicio activo, por lo que conservaba ese rango. Agrega que en junio de
1987 integraba la llamada Brigada Especial, que estaba al mando de Francisco
Zúñiga, ex Oficial de Carabineros y Empleado Civil de la CNI.
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