LOS MISTERIOS DE LA TRANSICIÓN: EL HOMICIDIO DE UN CORONEL (IV)
A LA CAZA DE JUAN IGNACIO EN LINARES: Adriana
Polloni Becker relata que el día 06 de febrero de 1992
temiendo por la seguridad de su hijo
menor se lo entregó a su hermana Clina, quien lo trasladó hasta el fundo
Ravones en Linares. Su hermana, Clina Polloni parte ese mismo día con José Ignacio y su madre al fundo de
Linares, al que llegó Julio Muñoz y Manuel
Provis con un sujeto de pelo cano, el
10 de febrero de 1992[1]
…requiriendo información sobre algo que le habría dejado Gerardo, pero nunca
dijeron específicamente qué buscaban, incluso querían dejar un guardia armado,
insistiendo en llevarse a José Ignacio a Santiago para un examen sicológico, no
aceptando (los dueños de casa) ninguna
de las dos situaciones,…teniendo entendido que estas personas llegaron bastante
molestas a Santiago. Iban con Jorge
Alberto Polloni Pérez quien cuenta que el viaje lo hizo en el auto de Julio Muñoz, quien conducía y detrás iba otro
vehículo con militares también de civil,… Julio Muñoz habló con él y
en forma insistente, pretendía que su señora que se encontraba en Linares con
su nieto José Ignacio, lo trajera a Santiago y ante su negativa, decide viajar
para evitar males mayores, pero antes de partir le advirtió en forma privada a
su mujer, vía telefónica, sobre la situación para que le dieran protección al
niño, de tal manera que cuando llegaron su nieto, ya no estaba en la casa, ya
que lo habían llevado al fundo de unos amigos, recuerda que el viaje debe haber
ocurrido el día 10 de febrero de 1992, llegando a eso de las 11:00 horas,
regresando el mismo día aproximadamente a las 15.00 horas a Santiago.
Ya estando en Rabones, donde se encuentra el
fundo y con posterioridad a la visita de Julio Muñoz con Manuel Provis, se
presentó en el lugar el General Víctor Lizárraga, Jefe en esa época de la DINE, a quien lo llevó su padre o él llevó a su
padre y que en un momento Lizárraga quiso hablar con ella, dirigiéndose a los
corrales de las vacas donde le manifestó que había aparecido el padrón del auto
de Gerardo, insistiendo en que pensara donde Gerardo podía haber guardado algo
o que le dijera si había recibido algo de él para guardarle, pero al recibir
respuestas negativas…se alteraba, también el General tuvo un entredicho con su cónyuge a quien le expresó qué donde tenía
escondido a Gerardo, ante lo cual evidentemente su marido le respondió que
estaba loco,
Adriana Polloni Becker el sábado 15 de febrero,
viajó a Linares acompañada de sus hijos Alex y Astrid en un vehículo militar
con chofer y al atardecer de ese mismo día llegó Lizárraga acompañado de su
padre, Jorge Polloni[2],
e insistió en traer a su hijo menor a Santiago, porque debía recibir asistencia
sicológica. Ya días antes Lizárraga
concurrió a su domicilio en Santiago, acompañado de su hermano el que se
identificó como sicólogo, a fin de conversar con su hijo Alex, pero éste se
negó, la actitud de Lizárraga le demostró que lo único que quería era obtener
información y recuperar unos documentos que no individualizó.
Respecto a este segundo viaje, ahora con el Coronel Lizárraga[3], Jorge Polloni Pérez cuenta que el Coronel Lizárraga, quien sin petición de
nadie, al igual que Julio Muñoz, manifestó su intención de ir a buscar a su
nieto y sin dar explicación a nadie, organizó el viaje al fundo Puerta de
Rabones en Linares, manifestando que “tenía que traerlo”, pero antes le exigió,
en forma perentoria, que llamara a su esposa y trajera al niño a Santiago, pero
como se negó, dijo que iba a organizar el viaje, razón por la cual decidió
también viajar, ya que quería proteger a su señora y nieto de situaciones que
intuía peligrosas… Como Lizárraga no se pudo desprender de él, lo llevó en su
auto, que él mismo conducía y se sentó a su lado y en el asiento de atrás iban
militares de civil y además iba otro auto más… Lizárraga pasó a buscarlo a la
casa de Vizcaya y ya venían en el auto tres militares de civil, alrededor de
las 09:00 horas del día 15 de febrero….cuando
llegaron al fundo, los militares que iban en el otro auto se distribuyeron
“en abanico alrededor de la casa,
pretendiendo camuflarse entre la vegetación y Lizárraga le pidió en forma
insistente a su hija Clina, que hablaran en forma privada, conversación que
tuvieron a solas y por alrededor de diez minutos para Lizárraga salir y
regresar a Santiago a eso de las 16.00 horas.”
Concluye este episodio Clina Polloni Becker contando que entre los días que van desde la presencia
de Lizárraga en el fundo y la aparición de Gerardo, estuvo todos los días
llamándolos a Linares para amenazarlos y exigiéndoles la entrega de José
Ignacio y frente a esta situación su ex marido Ricardo Kostner González, dejó una constancia en los Carabineros de
Colbún.
Juan Ignacio Huber Polloni
…MIENTRAS EN SANTIAGO:
Hilda Hernández Kunstmann, que trabajaba en la Dirección
de Logística con el Coronel Huber, recuerda que tras su desaparición, frecuentaba el Departamento
III de la Dirección, un señor alto, delgado, pálido, frente alta, pelo oscuro,
cara ovalada y tiene entendido que pertenecía al Batallón de Inteligencia del Ejército
y por comentarios de funcionarios se impuso que se había llevado una serie de
documentos entre ellos el taco calendario de la secretaria del Coronel, Teresa
Carvajal, y tiene memoria que en una oportunidad llegó acompañada de otro
individuo, que trajinaban y revisaban una y otra vez la oficina del Coronel
Huber. Y esto lo confirma lo que recuera la secretaria de Huber Olivares, Teresa Carvajal Garate: cuando la Dirección de Inteligencia la
interrogó le aseguró que ella había tenido una conversación con el Coronel
desaparecido antes de la ocurrencia de los hechos investigados estimando que el
teléfono estaba intervenido[4],
clausurándose con posterioridad su oficina, la que fue registrada por un
oficial de inteligencia, el que se llevó el taco de relación del Coronel. la
interrogaron en su propia oficina, oficiales de Ejército, de civil, los que
revisaron el taco de su escritorio, se percató que registraron íntegramente la
oficina del Coronel Huber, su caja de fondos e incluso se llevaron su taco.
Mientras que Antonio Bustamante
Aguilar entre la fecha de la
desaparición y aparición del cadáver, tuvo que confeccionar un inventario de la
oficina y caja de fondos del Coronel, lo que siempre se hace en caso de
fallecimiento de una persona en servicio activo. ….cumpliendo una orden del
General Krumm, se apersonó en la oficina del Coronel Huber para inventariar lo
que allí había, como documentación, especies y elementos personales en su
mayoría, cuando ingresó a la oficina estaba solo y allí encontró la caja de
fondos que utilizaba el Coronel, pero que estaba abierta y no estaba
violentada, pero se limitó a hacer un
inventario, lo que cumplió y con una copia del acta se las entregó a dos
Capitanes del Batallón (BIE) que
llegaron cuando estaba haciendo la diligencia…desde un principio intervino el
Batallón de Inteligencia en la investigación…la mañana del día 30 de enero de
1992, tiene conocimiento que ellos realizaron una investigación.
El abogado militar Héctor
Villarroel González, cuando desapareció Huber “recibió una orden del General Krumm con el objeto de actuar como
Ministro de fe en las actividades que desarrollaría el personal del
Departamento III, al mando de Antonio
Bustamante Aguilar quien recopilaría
y reuniría la documentación del Coronel Huber que se encontraba en su oficina y
también en la caja de fondos, pero cuando se constituyó en la oficina el día 13 de febrero de 1992 se encontraba
todo encima de un escritorio y la caja ya había sido abierta. Los
documentos sobre el escritorio fueron
“quedando archivados en la oficina de la Asesoría Jurídica de la Dirección de
Logística. Así que lo único que hizo
fue “presenciar el levantamiento de
acta de los documentos y especies que había recopilado el personal del
Departamento III.”
En los Vilos, donde Germán
Krauss Sánchez se encontraba de
vacaciones…se impuso de la situación más o menos del 03 de febrero de 1992, ya
que Carabineros concurrió a su casa de veraneo y le señalaron que debía
comunicarse con la Dirección de Logística y cuando llamó…, fue informado por el
Coronel Mancilla que el Coronel Gerardo Huber había desaparecido en el sector
del Cajón del Maipo…decidió viajar al día siguiente a Santiago, a fin de
cooperar en lo que fuera necesario; al llegar a Santiago concurrió a hablar con
el Coronel Mancilla y se puso a su disposición, así permaneció en la Dirección
de Logística por espacio de dos días aproximadamente y como no había novedades,
decidió volver a Los Vilos a fin de continuar con sus vacaciones, luego
aproximadamente el día 15 o 20 de febrero de 1992, regresó de sus vacaciones y
se incorporó a sus funciones habituales.
EL RASTREO: Patricio Reyes Morales[5],
Jefe de la
Subcomisaria de San José de Maipo se contactó con el G.O.P.E. para iniciar los
rastreos, también con el oficial que desempeñaba el cargo de Prefecto del Área
Oriente, Comandante Pedro Valdivia, lo que debe haber ocurrido a las 08.30
horas aproximadamente…horas mas tarde se informó al Regimiento de Ingenieros de
Puente Alto,…en el transcurso de la mañana se coordinaron para la búsqueda.
Alrededor del día 10 de febrero
de 1992, personal del G.O.P.E y después de haber cooperado en los rastreos de
las riberas del Río Maipo, procedieron a emplear buzos tácticos los que
revisaron las compuertas del sector de Las Lajas, las compuertas de Las
Vertientes, lugar en que se divide el Río Maipo, esto es, donde surge el Canal
San Carlos y también las compuertas que dan acceso a la Planta de Agua Potable
del sector Las Vizcachas, actividades de buceo que se realizaron durante varios
días en los sectores mencionado, pero que no se encontró el cuerpo…ni tampoco
otros indicios que permitieran aclarar la situación, agrega que además
participaron perros policiales en la búsqueda, pero éstos tampoco detectaron
nada, de hecho hasta se les proporcionó una polera del Coronel Huber para que
pudieran encontrar el rastro y pese a ser estrenados en esta materia y después
de darse vuelta y olisquear el sector del Puente El Toyo y los lugares aledaños
no encontraron la pista.
Huber-Polloni
El Comandante del Regimiento de
Ingenieros[6]
de Puente Alto Francisco Varela
Gantes dijo que el Mayor General
Guido Riquelme Andaur era la autoridad coordinadora de todas las actividades
que se realizaron en el Cajón del Maipo” para poder encontrar a Huber: “patrullajes aéreos, controles carreteros y
en los cerros aledaños, además la búsqueda en todos los cajones del sector del
Cajón del Maipo y en el río Maipo, entre el Puente El Toyo y Pirque”. La
participación de su unidad le fue ordenada el 30 de enero. Él se encontraba en
el Regimiento y como al mediodía llegó el comando de su superior, por lo que “se dispuso la organización de cinco
patrullas, integrada por diez hombres y cada una de ellas a cargo de un
oficial, además de otro coordinador de la búsqueda, la que debía efectuarse
solo en las riberas sur y norte del río Maipo, desde el Puente El Toyo hasta
Pirque”. Varela Gantes supervigiló tales actuaciones, en las que también
participó personal del BIE. Las patrullas “efectuaban
sus labores de búsqueda, desde las 06:00 de la mañana hasta aproximadamente las
10.30 horas.” Durante el operativo “reportó
toda la información telefónicamente al Comandante de la Segunda División de
Ejército, General Humberto Julio” quien reemplazaba al General Ramírez.
Y“ni la Dirección de Inteligencia, ni el
Batallón de Inteligencia del Ejército (BIE), realizaron coordinaciones con el Regimiento que él comandaba y de
haber sido necesaria alguna coordinación, no tendrían que haberla efectuado con
él, sino que a través de Comandante General de la Guarnición de Ejército de la
Región Metropolitana,…Guido Riquelme, ya que ese organismo era el encargado de
la coordinación de la búsqueda.“
La búsqueda del BIE según Fernando
Bravo Moreno fue similar al resto de los involucrados: grupos o patrullas de cinco a diez hombres a los cuales se les asignaba
un determinado sector del río y posteriormente a la hora de retirarse se les
comunicaba por radio que la búsqueda se terminaba”. En su caso asumió el
mando de un patrulla, “y caminaba junto
con ellos por las riberas del río y el período de búsqueda era de
aproximadamente ocho horas diarias y cuando bajaba la luz, se retiraban todos
los efectivos…era casi día por medio, ya que había un sistema de turno.“ Lo
que confirma Jaime Vicuña Pérez: “los
organizaron en grupos de aproximadamente diez personas, los cuales eran
distribuidos a lo largo de la ribera del río Maipo, por ambos costados del
mismo, búsqueda que debían realizar desde el Puente El Toyo hasta el Puente Las
Vertientes…, estas labores se llevaban a cabo entre las 09:00 de la mañana y
las 17:30 horas aproximadamente.“
Algunos de los que participaron: José
Granada Vidal (acudió en dos oportunidades); Luis Espinoza Arenas acompañó al Mayor Roberto Villegas, dos o tres veces, quien controlaba los
servicios que realizaba la Compañía en la búsqueda del Coronel, pero no
recuerda que hayan entrevistado a nadie; Luis Bravo Lagos fue dos veces
al Cajón del Maipo, a observar desde la ribera del río, si pasaba algún cadáver... En el cuartel del Batallón, ubicado en
calle Grajales, esquina República, “Gabriel”
el Comandante de la Unidad, informó de la desaparición del Coronel a todo el
personal del cuartel”, recuerda Jorge
Nuñez Guerrero “y en ese mismo acto
comenzó a organizar equipos de trabajo para su búsqueda en el río.”
Y así siguen los agentes del BIE: Juan
Carlos Soto Torres recibí la orden de
concurrir al río Maipo, así desde los primeros días de febrero…y fue al río
Maipo, unas tres o cuatro veces, correspondiéndole rastrear la ribera sur del
mencionado río, recorriendo aproximadamente unos cien metros, entre la zona
central que se extiende entre el Puente El Toyo y las Vertientes (junto a) los Suboficiales
José Roa y Juan Salazar.”
José Astudillo Flores le correspondió ir un día
al Cajón del río Maipo…el grupo estaba comandado por el Sargento Mario Chacón Vargas el que pertenecía a la Compañía de
Contrainteligencia….lo dispuso el Comandante de la Compañía Logística en la
cual él estaba encasillado, Mayor Manthei. Mientras que José Armijo Echeverría se organizaba en grupos de tareas, a fin de
ubicar a dicho oficial, así le correspondió ir con otros funcionarios al Cajón
del Maipo, donde rastreó la ribera del río Maipo, en un sector un poco más
arriba del río Colorado, permaneciendo toda la mañana en esa labor, agrega que
le correspondió ir en dos oportunidades más, pero con otras zonas de búsqueda. Y
Arturo Contreras Figueroa le correspondió, ir en una oportunidad…por
orden del Jefe de la sección Segunda (G-2),…al Puente Las Vertientes y observar
si encontraba algún rastro o indicio.
Patricio Wenzel Álvarez fue el 1° de febrero al Puente
El Toyo, a las 08:00 de la mañana, a fin de iniciar la búsqueda del Coronel
Huber, en el Río Maipo, por orden del Jefe de la Compañía de Contraespionaje,
Mayor Jaime Torres Fleming. Allí ya estaba el Teniente Coronel Manuel Provis y
el Comandante Briones, allí se distribuyeron en varios grupos de
aproximadamente unas seis personas y a él le correspondió buscar en el sector
de Pirque,…el 02 de febrero de 1992, concurrió…a “Las Vertientes”, con el
objeto de observar las compuertas, agrega que uno de los oficiales que integró
su grupo de búsqueda en el Río Maipo, fue el Teniente Leiva.
Patricio Quezada Rodríguez el Coronel Provis,
Comandante del Batallón de la época, el día 31 de enero, los formó y los dividió
en varios grupos, desigándoles zonas de búsqueda. Provis les manifestó que lo
más probable era que el Coronel desaparecido se hubiese suicidado. Fue así que
a él le correspondió dirigirse a la localidad de San Alfonso hacia la
cordillera, a caballo, en compañía Max Huber que era un sobrino del Coronel
Huber…con el cual recorrió varios sectores, entre ellos Baños Morales…unos dos
o tres días Y Pablo Valdovinos Hernández recuerda que su tarea fue diversa: concurrió hasta el sector del Cajón del
Maipo, para solucionar el problema de comunicación que existía entre los
funcionarios que estaban en el sector en la búsqueda y la central de radio del
Batallón, problema que nunca se arregló.
Alejandro Schmincke Martínez…concurrió al río Maipo,
donde practicó averiguaciones en el pueblo de San José de Maipo, cuyas
resultados entregó a la Central de Operaciones y un rastreo en el río mismo,
Luis Soto Muñoz le ordenó el Comandante de
la Unidad Antiexplosivos, Capitán Javier Rudolf Alvarez, que debía concurrir al sector del Puente El
Toyo….los primeros días de febrero,…conjuntamente con los demás integrantes de
la Unidad Antiexplosivos[7],
,…fue aproximadamente seis veces…por ambas riberas del río Maipo, desde el
Puente El Toyo hasta pasado el sector de Las Vertientesr. También participó Miguel
Ángel Camilo Ahumada,..se
conformaban en terreno equipos con integrantes de diferentes unidades.
Alejandro Flores Valenzuela, quien iba a suceder al Comandante
de la Compañía Jaime Torres Fleming, se le ordenó que se integrara al personal
que realizaba un rastreo por la orilla del Maipo, actividad que realizó por
espacio de tres días…le correspondió patrullar a pie y vestido de civil la
ribera sur, entre el Puente El Toyo hasta Las Vertientes. A su vez Enrique
Lehuedé Martínez se le ordenó
participar en la búsqueda en el sector del Cajón del Maipo, entre San Alfonso y
Puente Alto, labor que cumplió volando en helicópteros del Comando de Aviación
del Ejército, los días sábado y domingo y calcula que recorrieron el sector
unas diez veces, sin advertir nada fuera de lo normal. Rene Leiva Villagra, cuenta que “el Mayor Guzmán, los formó a todos y les comunicó que el
Coronel Huber había desaparecido, que estaba pasando por una depresión y que
posiblemente se había suicidado, para lo cual fueron citados el día sábado 01
de febrero de 1992 a concurrir al Puente Las Vertientes, donde existen unas
compuertas,…por espacio de dos días, junto al Mayor Jaime Torres Fleming, y…por
casi diez días, patrullar a pie.”
Raúl Valdés Chandia “la segunda semana de
febrero,…en un bus del Batallón, conjuntamente con varios funcionarios más
fueron trasladados al sector del Cajón del Maipo,…labor que desarrolló por un
día.” Víctor Lara Cataldo “le
correspondió con más de cien funcionarios y durante varios días rastrear las
riberas del río Maipo…los trasladaron en mini buses y al llegar a la ribera del
río Maipo, se les dio instrucciones formándose equipos de rastreo.”
Incluso Enrique Concha Sandoval
expresó que concurrió prácticamente todos
los días a San José de Maipo, a participar en la búsqueda…los primeros días de
la desaparición…la búsqueda fue bastante intensa,…pero una vez que transcurrían
los días iba siendo menos intensa. También concurrieron Jaime Vicuña Pérez, Hernán Urtubia Flores, Jorge Sierra Mejia, Jaime Torres Fleming, Juan González
Rebolledo y muchos más. Así José Roa
Vera…a eso de las 11:00 horas,
recibió un llamado a su beeper, lo que significaba que debía llamar de
inmediato al Batallón de Inteligencia del Ejército, razón por la cual llamó por
teléfono desde su casa a la Central de radio del referido Batallón, preguntando
cuál era el recado para él y ahí se le comunicó que debía presentarme al BIE de
inmediato y al llegar a la Unidad, se le señaló que debía concurrir al Cajón
del Maipo a buscar a un oficial que estaba desaparecido y que un vehículo del
Batallón lo iba a llevar al lugar,…en un móvil del Batallón y sólo él con el
chofer,….se trasladó al sector del Cajón del Maipo, específicamente al Puente
El Toyo….cuando llegó notó que había
gran cantidad de personal del Batallón, de hecho estaba casi todo su personal y
recuerda entre ellos al Comandante del BIE, Manuel Provis,…por espacio de
unos diez días aproximadamente, le correspondió buscar por la ribera sur del
mencionado río, desde el Puente El Toyo hasta el sector de las compuertas.
Huber estuvo destinado a la DINA, penetrando al ERP en el sur de Argetina, con éxito
José Bastias Martín,…les ordenaron que debían
concurrir al sector del Cajón del Maipo y rastrear las riberas del río Maipo,
desde el sector del Puente El Toyo hasta el Puente Las Vertientes, labor que
realizó por aproximadamente una semana y en la que no lograron resultados
positivos…. Y agrega un punto interesante: mientras se realizaba la búsqueda del
Coronel Huber, el Comandante Briones dio
pautas de porqué una persona podría llegar a suicidarse y esto en razón de
que se comentaba, en el Batallón, que el Coronel Gerardo Huber se podría haber
suicidado.
Miguel Camilo Ahumada el día 29 de enero se
encontraba trabajando,… para organizar la búsqueda los formaron en el cuartel
de García Reyes Nº 12 y allí uno de los jefes de la Unidad que puede haber sido
el jefe de operaciones de la época que era el Coronel Briones les informó que iban a buscar al Coronel Huber que
había desaparecido y que al parecer se había suicidado en el Puente El Toyo
sobre el río Maipo… así viajaron en un bus junto con otros funcionarios de la
Unidad y una vez en el Cajón del Maipo, los distribuyeron en grupos y por
sectores para rastrear las riberas del río, caminó por la orilla del río desde
el Puente El Toyo hasta Pirque por la ribera izquierda en el sentido del curso
del agua, conjuntamente con el Mayor
Esteban Castro Saint Jean, y el Suboficial
Luis Soto Muñoz, con los cuales conformó un equipo y no encontraron nada
que pudiese ayudarlos a establecer alguna pista para ubicar al Coronel Huber,
esta operación la hizo en tres oportunidades en días distintos… en el período
de fines de 1991 y verano de 1992,…su jefe fue el Capitán Claudio Soto Vidal y después el Capitán Oscar Bustos Carrasco,… una de las personas que trabajó con
él en la búsqueda del Coronel Huber, fue el Cabo 1º Freddy Ulloa (su chapa era Novoa)…el Suboficial Hernán Vásquez Villegas, Abraham Oelckers y el empleado civil Torres Méndez en forma posterior al
período de fines de 1991 y verano de 1992
Patricio Belmar Hoyos finalmente señala que
permaneció alrededor de diez días patrullando el río Maipo y nada encontró,
ningún rastro, vestigio, ni huella y menos el cuerpo. A su turno Roberto Villegas
Cancino,… También ese mismo día,
en la mañana del día 30 de enero del año 1992, fue a las bocas de
toma del río Maipo, con la finalidad de obtener alguna información sobre el
corriente de las aguas o si un cuerpo estaba atrapado en las compuertas del
Puente Las Vertientes,
Enrique Concha Sandoval Agrega que su equipo
recorrió en forma terrestre y aérea todo el río, operación que también realizó
el resto del Batallón, lo que se prolongó por todo el mes de febrero, con
diferentes intensidades, desde el Puente El Toyo y hasta el sector de las
compuertas. Recuerda
Víctor Guzmán Martínez que…alrededor del 15 de febrero de 1992, había
disminuido su intensidad, además que había otras unidades militares
participando en la búsqueda y se estaba en espera del trabajo de proceso de la
información por parte de la Dirección de Inteligencia a fin de retroalimentar y
orientar el proceso de ubicación del Coronel Huber, pero que en ningún caso, se
terminó abruptamente
Jorge Artal
Mac-Mahon[8] en enero de 1992…se
encontraba trabajando en la Comandancia de la Guarnición y…en febrero…acompañó
al Teniente Coronel Alamos que era
su jefe directo, un fin de semana, en un helicóptero,…hasta el sector del Cajón
del Maipo y así recorrieron el curso del Río Maipo hasta la altura de la
Escuela de Infantería de San Bernardo, donde aterrizaron, esto con el objetivo
de controlar las labores que realizaba el personal militar que se encontraba
buscando al Coronel Huber que había desparecido. Informa que desde muy joven,
desde el grado de Teniente que ha tenido el pelo canoso y en la actualidad el
tribunal observó que casi está totalmente canoso.
EL CADAVER APARECE: El 20 de febrero “cerca de las
10:00 horas, una patrulla a cargo de Andrés
Silva Vega, Sargento 1º Bañarez Poffald y el Sargento 2° Florentino Figueroa Gamonal, encontraron el cuerpo,
aunque sin identificarlo en ese momento. Figueroa Gamonal recuerda que ese día, concurrió al río Maipo, sector de las
compuertas La Obra, acompañando al Teniente Andrés Silva y al Sargento 1º
Bañarez Poffald[9],
todos del Regimiento de Ingenieros de Montaña de Puente Alto, a fin de continuar
con la búsqueda del Coronel de Ejército Gerardo Huber, siendo ese su primer día
y como a las 10.00 horas divisó algo extraño como a 100 metros de las
compuertas, en medio del río, dando aviso por radio al Sargento Poffald, cuando éste llegó al lugar ambos verificaron,
siempre desde la orilla, que sobre un banco de piedras había un cadáver varado,
con el estómago bastante inflado[10],
razón por la cual dieron aviso al Teniente
Silva, quien se comunicó con el Comandante del Regimiento, Teniente Coronel Varela Gantes[11],…el
que llegó como a las 10:30 horas…les ordenó que se ubicaran al otro lado del
río para mirar mejor, así llegaron a un islote y constataron que
definitivamente se trataba de un cadáver, dando cuenta de esto a la Brigada
Aeropolicial de Carabineros, los que llegaron como a las 11:00 horas, se demoró
unos treinta minutos, sacaron el cuerpo y lo dejaron en un sitio eriazo, en el
fundo La Paloma y además acordonaron el lugar y Carabineros se hizo cargo de la
custodia del mismo. Luego se hizo presente la Brigada de Homicidios, llegó como
a la media hora y efectuó algunos peritajes la prensa, el Fiscal Militar y la
jueza de Puente Alto y como a las 16.00 horas llegó el furgón del servicio
médico legal que se llevó el cuerpo. Ese mismo lugar había sido rastreado todos
los días, incluido el día anterior, sin que se hubiera descubierto nada.
El piloto del helicóptero Andrés
Silva Barra, relata que
el día 20 de febrero de 1992, cerca de las 12.20 horas, recibió en su unidad
Aeropolicial de Carabineros, un llamado, donde se indicó que debía concurrir al
Río Maipo, sector La Obra, porque había aparecido un cadáver N.N., fue al lugar
acompañado de Enzo Coppa Astorga[12]
y Luis Castillo Aldana[13]
y lo primero que hizo fue sobrevolar el lugar, advirtiendo en un banco de
piedras y bastante torrentoso, el cadáver.
El operativo de rescate o más bien recuperación del cuerpo, comenzó
con el “posar el helicóptero sobre el
mismo banco de piedras y dos funcionarios amarrar el cuerpo, para luego
trasladarlo hasta la ribera sur del río”. En esta operación no registraron
el cuerpo. A lo mas se fijaron “ que
llevaba pantalones y se notaba que eran más o menos de color beige, su rostro
era irreconocible, sólo se le notaba la mandíbula“. Todo ello debió tardar
unos siete minutos. Andrés Silva permaneció en el lugar “esperando la llegada de Carabineros y cuando esto ocurrió se fue del
lugar.”
El periodista Osvaldo Navas Vega concurrió al sector del
Cajón del Maipo, a la altura del sector La Obra, porque en horas de la mañana
había aparecido un cuerpo presumiblemente el del Coronel Huber,…llegó al lugar
a eso de las 11.30 horas, pero que debió permanecer a unos cien metros del
sitio donde se encontraba el cuerpo, así alrededor de las 13.30 horas llegó al
lugar el personal de la Brigada de Homicidios con sus equipos, pero también
fueron impedidos de ingresar al sitio del suceso y estuvieron en la misma
posición en la que él estaba, por alrededor de seis horas, antes de poder
ingresar a realizar su trabajo profesional y en el intertanto vio a varias
personas de civil y con uniforme del Ejército, haciendo maniobras, observando
el lugar y el cuerpo.
También informados del cuerpo encontrado, el BIE se pone en
movimiento. Un agente del BIE, Luis Espinoza Arenas recuerda que él se encontraba en el cuartel, enterándose por la prensa, pero a la
llegada de los otros oficiales y funcionarios de la Compañía, se impuso que su
cuerpo había aparecido más abajo del lugar donde había aparecido el auto, el
que presentaba impactos de bala,
pero ignora cuantos y que la hipótesis de las circunstancias de su muerte era
el suicidio.
El capitán Enrique Concha Sandoval “se
constituyó en el lugar, donde se percató que la zona estaba acordonada por
Carabineros y había una ambulancia del Servicio Médico Legal,” Luis Briones Valenzuela “se encontraba en el Batallón (en su
oficina) y al ser informado al respecto,
alrededor de las 11:00 horas…, se trasladó de inmediato al lugar donde apareció
el cuerpo, (con su chofer Flores Dahm)…como el cuerpo era irreconocible, efectuó las diligencias necesarias
para obtener su informe odontológico, el que entregó en el Servicio Médico
Legal.….dispuso que la Compañía de Apoyo Técnico, a cargo del Mayor Fernando Bravo, concurriera al
sitio del suceso para realizar indagaciones y así se confeccionó el Informe
Técnico.”
Para allá partieron el doctor
Eduardo Ramos, que trabajaba en el Batallón y el Capitán (Enrique) Concha, donde pululaba el personal del
BIE, “algunos de la Compañía de
Pruebas Físicas[14]
y otros de (la compañía) G-4 y puede haber sido algún equipo de reacción. “
Primero digamos unas palabras de la Compañía G-6, conocida como “Compañía de Apoyo Técnico”, cuyo
primer jefe fue el Capitán Arturo
Herrera, tomando el mando posteriormente el Capitán Fernando Bravo el que seguido por el Capitán Alejandro Schmincke Martínez, dice un agente de esa unidad
que dentro de las funciones “en la
Compañía de Apoyo Técnico, estaba la de colaborar y controlar los trabajos y
peritajes de las diversas secciones, tales como video, fotografía, planimetría,
huellas y balística.”[15].
Esta unidad contaba con una Sección de
Pruebas Físicas[16] que tuvo como jefe directo entre 1991 y
1992 al Capitán Alejandro Schmincke
Martínez. Además se sumaba una Unidad Antiexplosivos[17],
cuyo jefe era el Capitán Castro Saint
Jean[18]
que se encontraba integrada por tres equipos y entre sus integrantes estaban:
los Cabos 1º Ricardo Castro Flores,
Aguilera Barría, Cabos 2º Sergio Garrido y Manuel Arriaza, el Cabo 2º Luis
Miranda Peña[19]
y el Capitán Javier Rudloff[20]
jefe de equipo del Teniente Andrés Silva Vega y de Víctor
Miranda[21].
También contaba con una Sección
Fotografía, integrada entre 1991 y 1992, siendo el jefe de ella el
Suboficial Víctor Moraga, e integrad por: Sargento 1º Marcelo Noches
Gunther, Suboficial Víctor Moraga, el Cabo 2º José Henríquez Domínguez y los empleados civiles Waldo Matamala, Oriel Orellana y otro
que era apodado el “Toyo”[22].
La Sección Electrónica, con
Alejandro Schmincke Martínez[23]
como jefe de equipo en 1991 y en el 92 fue jefe de la Sección Pruebas Físicas, permaneciendo allí hasta 1994.
Así Fernando Bravo Moreno “(j)efe
de la Compañía de Apoyo Técnico (G-4),
se dirigió al lugar, tomó fotografías del cuerpo y entrevistó al oficial del
Regimiento de Ingenieros de Puente Alto que había realizado el hallazgo y con
estos antecedentes, confeccionó un informe que hizo llegar al señor Provis.
Dice que su actuación técnica en el sitio del suceso fue anterior a la de
funcionarios de Investigaciones, que vio llegar a los efectivos policiales en
horas de la tarde, después de almuerzo, como las 16:00 ó 17:00 horas”. En dicho informe técnico y que él mismo firmara nunca interrogó a ningún familiar del Coronel Huber, ni a nadie que
tuviera relación con esta investigación, exceptuando al Teniente Silva. En
cuanto a las fotos del pantalón y
cinturón que vestía el cadáver no sabe si quien dio la orden de sacar las
fotos, pudo ser Provis, Briones o Guzmán.
Recuerda Víctor Guzmán Martínez
fue otro de los que “concurrió al
lugar,…aproximadamente a las 14:00 horas y que Briones tenía orden de informar todo directamente al Coronel Lizárraga que era el jefe (subrogante) de inteligencia militar, él vio desde lejos
el cadáver y sólo lo advirtió hinchado,…había personas actuando tanto personal
de Carabineros, como del Ejército….Briones y al Comandante Varela del
Regimiento de ingenieros de Puente Alto. Marcos Andrés Stagnaro se
encontraba en funciones en la unidad, por lo que le correspondió asistir al
sitio del suceso, cuando llegó al lugar se percató que el cuerpo había sido
trasladado por un helicóptero desde la zona de su hallazgo hasta la orilla del
río, donde había personal de Investigaciones, Carabineros y del Ejército,
principalmente del Regimiento de Ingenieros de Puente Alto y explica que
posterior (en realidad fue antes) al
trabajo realizado por la policía de Investigaciones, procedieron a realizar su
trabajo, esto es fijar fotográfica y planimétricamente el sitio de suceso,
informe que posteriormente fue remitido al Comandante de la Compañía, quien a
su vez, lo enviaba al Comandante del Batallón.
En la PDI[24],
en el “Libro “Sitios de Suceso de la Primera Comisaría” de la Brigada de
Homicidios, un equipo integrado por el Inspector Pedro Gutiérrez Bernal, detective Guillermo Muñoz Rojas, aspirantes Osvaldo Salinas Canales, Guillermo Rivas Santibáñez y Roy Farias Dee y conductor Guillermo Moscoso, quienes eran el
servicio de guardia, reciben un llamado a las 12.45 horas, de parte de la
Central de Radiopatrullas Institucional que en el Puente La Obra, Las
Vertientes, había un hombre muerto, llegando a las 13.30 horas.
Como cuenta el doctor Octavio
Ulloa Salazar “concurrieron dos policías, más el chofer que componen la Brigada de Homicidios
en un auto, los peritos planimetristas y fotográfico en otro móvil y él en un
tercero… Al llegar al sitio del suceso, al que les costó llegar, porque no
tuvieron cooperación de Carabineros y tardaron una hora que les dejaran pasar…
esperó aproximadamente cuatro horas a unos 400 metros para tener acceso al
sitio del suceso.. El aspirante a la BH…Roy Farias Dee continúa:
“allí estaba personal militar vestido
tanto de uniforme, como de civil y cerca del cadáver funcionarios del Ejército
de civil. Guillermo Rivas Santibáñez,
otro aspirante, recuerda que “antes ya había actuado en dicho sitio personal de civil del
Ejército...una de las personas de civil del Ejército que al parecer era el
jefe… una persona alta, delgada, sin
barba, ni bigote, trigueña, vestía de sp
ort.” Les dijo que Huber seguramente “había pasado a comprar a algún lugar[25]
y que en el bolsillo del pantalón mantenía dinero o el vuelto de las compras
que había realizado[26],
lo que afirmaba fundándose en “los
empadronamientos que habían hecho en el lugar y trabajos de inteligencia.”
Todo ello “aún cuando no terminaba el
trabajo en el sitio del suceso”.
El doctor Octavio Ulloa Salazar
relata que “cercano al lugar donde se encontraba el cuerpo había varios militares
de altos grados, algunos de ellos del Complejo Químico de Talagante” a los que conocía al ser “médico anestesista del Hospital Militar”.
Él le dijo “a uno de los oficiales del
Ejército, que consiguiera la ficha odontológica” con el propósito de
identificar el cuerpo. Mientras él se dedicaba a “dar constancia de las lesiones que presentaba el cuerpo, preguntaron
cómo había sido trasladado el cadáver desde el lugar del hallazgo hasta donde
se encontraba, ello a fin de delimitar las lesiones causadas por el rescate del
cuerpo y diferenciarlo de las otras que podría tener éste….debido al estado de
putrefacción que se encontraba el examen fue somero y superficial orientado a
establecer la presencia de estigmas, tales como cicatrices, tatuajes u otros
que confirmaran o descartaran la identidad del cuerpo. Mientras estaba
examinando el cuerpo ya había llegado el servicio médico legal a fin de
retirarlo, lo que se habría producido después que ellos se fueron,
aproximadamente a las 16.00 horas.”
Roy Farias Dee recuerda que ”en el cráneo
existía un orificio y según su impresión, el círculo no era uniforme, pudiendo
corresponder a un impacto de proyectil de arma de fuego y en la parte
delantera, es decir en la cara faltaba una parte importante de ella.”
El día que aparece el cadáver del Coronel, Humberto Julio Reyes dio cuenta al General Jorge Lucar, que reemplazaba al
General Pinochet en la Comandancia en Jefe del Ejército, ya que éste se
encontraba de vacaciones.
El informe técnico del BIE: Luis Briones
Valenzuela “efectuó
las diligencias necesarias para obtener su informe odontológico, el que entregó
en el Servicio Médico Legal”. Lo que le había pedido el doctor Octavio Ulloa Salazar. Agrega que
ordenó a “la Compañía de Apoyo Técnico, a
cargo del Mayor Fernando Bravo,
concurriera al sitio del suceso para realizar indagaciones y así se confeccionó
el Informe Técnico. Briones aclara que “él
no intervino técnicamente en la indagación que hacia el Mayor (Fernando) Bravo, en consecuencia lo que allí se
afirma no es de su responsabilidad”. Arturo Herrera Morales debió estar en las actividades técnicas que desarrolló
el BIE cuando fue ubicado el cuerpo del Coronel Huber, pero este aún no
asumía pues el antecesor “no se cesa
inmediatamente en el cargo, sino hasta cuando sale la orden de traslado”,
pero identifica el informe como “un
trabajo del Batallón, (hecho) a
través de la Compañía de Apoyo Técnico”
Como jefe de la Compañía de
Apoyo Técnico (G-4), Fernando Bravo
Moreno relata que “se dirigió al
lugar, tomó fotografías del cuerpo y entrevistó al oficial del Regimiento de
Ingenieros de Puente Alto que había realizado el hallazgo y con estos
antecedentes, confeccionó un informe que hizo llegar al señor Provis.”
Reconoce que trabajó antes que lo pudieran hacer los funcionarios de
Investigaciones, a quienes “vio llegar…
después de almuerzo, como las 16:00 ó 17:00 horas y el lugar permanecía cerrado
por Carabineros y el Ejército, entre ellos personal del Batallón de
Inteligencia”. Volviendo al informe técnico, testifica que él lo firmó y
que “nunca interrogó a ningún familiar
del Coronel Huber, ni a nadie que tuviera relación con esta investigación,
exceptuando al Teniente Silva. En cuanto a las fotos del pantalón y cinturón
que vestía el cadáver no sabe si quien dio la orden de sacar las fotos, pudo
ser Provis, Briones o Guzmán.”
El mentado informe, dice Concha
Sandoval, titulado la “Investigación del Batallón de Inteligencia”,
“fue confeccionado por el grupo de Apoyo Técnico, en todo caso el
Memoramdum Nº 2 de fecha 10 de febrero de 1992 y el Nº 3[27]
fueron confeccionados y suscritos por él, a petición del Comandante Provis y en que se resumen las actividades realizadas en
la búsqueda del Coronel Huber y estos eran remitidos a la Dirección de
Inteligencia del Ejército con un oficio conductor del Comandante del Batallón y
que el Memoramdum de inteligencia signado como Nº3 de 14 de febrero de debe haberlo
confeccionado la Plana Mayor del BIE, dirigida por él y las conclusiones que
allí se contienen son producto de los antecedentes que se recogieron en ese
momento.”[28]
Luis Briones Valenzuela declaró que “el Batallón no hizo
una investigación propiamente tal, sino que indagaciones tendientes a ubicar al
Coronel Huber y que no realizaron ningún análisis de inteligencia”. Insiste
en que nada sabía respecto a la investigación que siguió el Batallón de
Inteligencia porque “las actividades
operacionales las disponía directamente el Comandante del Batallón y se las
daba en forma compartimentada a los jefes de las Compañías, según las materias
que se trataran.“
Al Mayor Alejandro Barrientos le parece que la investigación estaba a
cargo del Batallón de Inteligencia y que lo entrevistó (el) Teniente Concha, quien era la persona encargada de la investigación. Declaró que “oficiales de inteligencia conversaron con él, entre ellos el Teniente Concha, quien le consultó sobre qué antecedentes podría aportar él a la investigación.
El teniente Concha Sandoval también tomó contacto con el médico del
Coronel, el que le manifestó que sufría de problemas depresivos y que estaba
concurriendo al Hospital Militar para tratarse un problema de síndrome
vertiginoso, recordando que en varias oportunidades habló con la señora
Adriana, con la que hizo una revisión de su domicilio ubicado en Calle Vizcaya,
de la Comuna de Las Condes,…para
buscar cualquier cosa que sirviera como antecedente para indagar sobre el
destino del Coronel desaparecido,…concurría a diario a la casa de la viuda,
donde tuvo bastante contacto con Julio
Muñoz,…también concurrió a la Dirección de Logística, donde se encontraba
el señor Barrientos, pero negó
que le hubiera tomado declaración[29].
Ricardo Valenzuela Benavente declaró que toda la
investigación quedó centrada en la Dirección de Inteligencia del Ejército y
obviamente en su brazo operativo que era el Batallón de Inteligencia, de tal
manera que ni él, ni los oficiales de Logística pudieron intervenir en ella.
Mayor Alejandro Barrientos Bordoli concuerda con Valenzuela que el General Carlos Krumm autorizó
la entrega de copias de los documentos particulares del Coronel Huber al
Batallón de Inteligencia para los efectos de su investigación, a solicitud de
la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE).
En la familia Huber Polloni, como a las 12:30 horas llamó por teléfono
el Coronel Lizárraga a Adriana (Polloni), a su casa en calle Vizcaya, cuenta Jorge
Polloni Pérez, y él se “trasladó a la
casa… pero se encontró que la casa estaba ocupada con fuerzas militares,
también llegó Lizárraga quien les dijo que no podían moverse del domicilio, sin
dar razones de ello.” A su vez Elwyn
Tapia Cuevas dijo que “cuando
apareció el cadáver, Adriana se encontraba en su casa y fueron a Carabineros a
solicitar mayores antecedentes y ahí tomó conocimiento que había sido
encontrado en el sector de La Obra, agrega que a su domicilio también llegaron
los padres de Adriana Polloni y también Julio Muñoz. Ana Emilia Guerrero se
enteró, por la radio, que habían encontrado el cuerpo de Gerardo Huber, pasado
el Puente Las Vertientes, en un islote, lo que le parece muy extraño, porque el
río Maipo entre el puente El Toyo y el puente La Obra, tiene tres compuertas.
Junto a su marido, Elwyn Tapia Cuevas, concurrió
con su marido a Carabineros de San José, donde un funcionario,…le exhibió los
billetes que estaban en el bolsillo del pantalón de Gerardo, los que no
cambiaron su color, a pesar de haber estado varios días en el agua y además un
cinturón de cuero color café, extrañándole además que éste no hubiera sido
mordido o comido por ratones.
El llamado de Lizárraga se repitió a las 7 PM, pero ahora indicó que
el cuerpo se encuentra en el Servicio Médico Legal para su identificación. Al
día siguiente, 21 de febrero, fueron “a
dependencias del Servicio Médico Legal, a ver un cadáver…y como tenía
conocimiento que se había efectuado un tratamiento dental, solicitó que se
descubriera éste, pudiéndose percatar que el cadáver tenía el referido trabajo dental,
así solicitó la presencia del facultativo que le efectuó el tratamiento, el que
aseguró que se trataba del cadáver de su yerno Gerardo Huber Olivares.”
También ese día, ahora habla Clina Polloni, “Víctor Lizárraga llamó al
fundo Rabones insistiendo en forma
imperativa que debían llevar a José Ignacio a Santiago para un perfil
psicológico que le harían en el Hospital Militar y que de no hacerlo
concurriría él en helicóptero a buscarlo, razón por la cual decidió que se
quedaría con el niño en una casa de unos amigos y que viajaría a Santiago su
marido y madre, ella para sacarse de
encima a Lizárraga, le dijo que José
Ignacio venía a Santiago con su ex marido y su madre. Entonces Lizárraga
llamó a su ex marido y le preguntó “si
venían con el niño, al obtener éste una respuesta negativa, expresó que saldría
a buscarlo, a lo que Ricardo le contestó que buscaran en todo Linares, ya que
el niño no estaba en Chile.“
También fue a reconocerlo Antonio
Bustamante Aguilar: lo “reconoció
sólo por sus manos.” Elwyn Tapia
Cuevas “se le exhibieron fotografías, reconociéndolo por las características de
sus manos y pies.”
Al día siguiente que apareció el cuerpo Humberto Julio Reyes, se constituyó en la
oficina del Coronel Huber, en la Dirección de Logística, allí examinó su
escritorio, la secretaria le abrió la caja de fondos, pero no encontró nada
relevante, la oficina se encontraba desprovista de los elementos de escritorio
habituales, ni siquiera había un taco, por lo que se retiró de la oficina, sin
ningún documento.
amigo de Huber, desde su época en la Escuela Militar
[1] Clina
Herminia Polloni Becker su padre les advirtió telefónicamente de las intenciones
de Julio Muñoz y de Lizárraga y los acompañó precisamente para saber qué
ocurría y también en una actitud de protección para la familia.
[2] Jorge Alberto Polloni Pérez en circunstancias que su señora e hija
Clina se encontraban en Linares, Víctor Lizárraga le pidió colaboración para ir
al fundo de ésta última, a fin de requerir más información para la búsqueda de
su yerno, a lo que accedió acompañándolo.
[3] Clina Herminia Polloni Becker Explica que jamás nadie de la
familia, ni menos Adriana le pidió a Lizárraga que interviniera en estos hechos
y mal podría haberlo hecho si ella se encontraba con ella en Linares
[4] les dijo haber
conversado con Huber hacía como una semana atrás, pero ellos le replicaron que
eso no era cierto, ya que tenían conocimiento que el día anterior habían
hablado por teléfono, recordando en ese momento que efectivamente él la llamó
para despedirse porque salía de vacaciones,
[5] le extrañó que el
automóvil que habría conducido el Coronel Huber se encontrara tan bien
estacionado, esto es, en línea recta con las barandas del Río y con la orilla
del pavimento, lo que no es propio de una persona que se encuentre nerviosa y
además para maniobrar en el lugar, se debe ser buen chofer, porque es oscuro,
puesto que no hay luz artificial y no existe espacio suficiente en el camino
que sale a Pirque, para darse la vuelta con comodidad, además que en ese lugar
existe una curva muy pronunciada y destaca que había cierta habitualidad en
encontrar vehículos de colores oscuros y con vidrios polarizados en los caminos
y accesos del sector porque allí se encuentra el Melocotón, lugar donde
generalmente concurría el General Pinochet y estos automóviles evidentemente
trasportaban personal de seguridad que cuidaban la ruta que seguía normalmente
la caravana del General antes mencionado.
[6] el día 04 de diciembre
de 1991, hasta el mes de enero de 1996, explica que en esa época dependía
directamente de la 2° División de Ejército, cuyo Comandante era el Brigadier
General Ramírez Rurange, pero además dependía administrativamente de la
Comandancia General de Guarnición de la Región Metropolitana, cuyo Comandante
era el Mayor General Guido Riquelme Andaur
[7] los que se turnaban,
de manera que siempre iban dos equipos a buscar, cada uno integrado por tres
personas y el tercer equipo se quedaba en el cuartel de García Reyes Nº 12
[8] Se encontraba en la Comandancia General de la Guarnición de
Santiago, cuando lo destinaron a la Comandancia General del Ejército (y) fue encasillado en el Depto. II
“Inteligencia”, en un principio estuvo relacionado con actividades de seguridad
militar y después al análisis de seguridad de las instalaciones del edificio de
las Fuerzas Armadas ubicado en Zenteno Nº45, después de esa actividad pasó al
Departamento de Vigilantes privados, denominado Depto. VI y posteriormente al
Depto. VII que trabaja en el control de armas y explosivos y luego de aquello,
se retiró del Ejército. acogiéndose a retiro, en el año 2004, con el grado de
Teniente Coronel.
[9] se encontraba
destinado en la Escuela de Ingenieros Militares Tejas Verdes, designándolo a
una patrulla a cargo del Teniente Silva, para rastrear las riberas del río
Maipo y con anterioridad a esa fecha había concurrido a ese mismo lugar, unas
ocho veces, desde el sector del Puente El Toyo hacia abajo o desde la Bocatoma
Las Vertientes hacia arriba
[10] Patricio
Reyes Morales durante su época de Jefe de la Subcomisaria San José de
Maipo, le correspondió intervenir en varios procedimientos de rescate de
cuerpos de personas que se habían caído o se habían lanzado al Río Maipo y por
ello afirma que habitualmente los cuerpos sufrían el ataque de roedores y
especialmente consumían sus orejas, ojos, la nariz y las partes blandas del
cuerpo; normalmente los cadáveres emergían entre 24 horas y ocho días y una
característica importante es que aparecían desnudos y ello se debía a que el
arrastre de las aguas y el choque con obstáculos les destruía la ropa, la que
se sale del cuerpo y por otra parte también el arrastre de las aguas, por
varios días, provoca heridas en los codos, rodillas, hombros y talones. Señala
que la estructura de las compuertas del sector de Las Vertientes hace imposible
que un cadáver que venga por el Río, pase por ellas y si llegase a ocurrir que
las atraviese quedaría con múltiples lesiones, incluso mutilado, ello porque el
río cuando enfrenta las compuertas trae una fuerza muy grande y como el
mecanismo que cierra o abre las compuertas es aleatorio, es decir que no
siempre están abiertas en la misma dimensión y son un tanto angostas, afirma
que es realmente difícil, por no decir imposible, que un cuerpo pase en el agua
a través de ellas y en realidad desde el punto de vista policial piensa que el
cadáver lo tiraron, a no más de un kilómetro del sector de La Obra, donde fue
encontrado, más aún cuando el Tribunal le informa que el cuerpo del Coronel no
presentaba los estigmas propios de un cuerpo arrastrado por las aguas.
[11] quien una vez
descubierto el cadáver se solicitó al Comandante Subrogante de la Guarnición,
General de Brigada Humberto Julio, el apoyo de un helicóptero, enviándose uno
de Carabineros
[12] actuó como copiloto de
Andrés Silva Barra concurrió al sector de la Obra, del río Maipo, porque se les
informó de la presencia de un cadáver en el lugar. Llegaron como las 12:30 horas
y advirtieron la presencia de un cuerpo sobre un banco de piedras, en medio del
cauce del río, allí personal del GOPE de Carabineros, descendió a medias
amarrando el cuerpo trasladándolo hasta la ribera sur del río Maipo, asegura
que nadie tocó el cuerpo y que se quedaron allí hasta que llegó Carabineros de
Puente Alto. Señala que el cuerpo no tenía rostro y que sólo se veían las
mandíbulas y estaba vestido con un jeans desteñido y un cinturón café.
[13] concurrió en
helicóptero de la Brigada Aeropolicial de Carabineros, al río Maipo, sector de
La Obra, lugar en el cual apareció el cadáver de un N.N, llegando como a las
12.30 horas, allí la nave se posó cerca del cuerpo, en la mitad del río y él
junto con otro funcionario amarró el cuerpo, trasladándolo a un sitio eriazo en
el costado sur del mismo río. Se percató que no tenía rostro y vestía sólo un
pantalón con un cinturón de color café, sin zapatos. Esperaron la llegada de
Carabineros y asegura que nadie tocó el cuerpo, que mientras él estaba allí el
subcomisario de Puente Alto sólo miró el cadáver y que luego se retiró del
lugar, sin percatarse del momento en que el cuerpo fue revisado.
[14] Alejandro Schmincke Martínez
Jefe de Pruebas Físicas, cargo que ostentaba en la época, ya que entre las
funciones de esa Sección, estaba constituirse en sitios del suceso.
[15] Pablo
Valdovinos Hernández quien en marzo
del año 1987 fue destinado al Batallón de Inteligencia del Ejército, donde
permaneció hasta la fecha de su retiro en 1999….siempre desempeñó funciones en la
Compañía de Apoyo Técnico, excepto entre los meses de marzo y abril del año
1992, fecha en la cual se hizo cargo de la Compañía G-4
[16] Así lo dice Marcos
Andrés Stagnaro desde el año 1987 y
hasta la fecha, se encuentra destinado al G-6…en la Sección de Pruebas Físicas, como planimetrista
[17] función
principal de la Sección era la desactivación de explosivos, municiones, bombas
y siempre dentro del ámbito militar, ya que en las demás situaciones actuaba el
G.O.P.E de Carabineros y que además de esta actividad la Compañía prestaba apoyo técnico antiexplosivos, es decir
revisaba o hacía examenes preventivos en la materia, realizando chequeos en la
unidades militares, dependencias del Ejército o en cualquier caso que el
Ejército requiriera de un apoyo antiexplosivo.
[18] en 1986 fue destinado al Batallón de Inteligencia del Ejército, donde
permaneció hasta 1995, fecha en la cual se acogió a retiro con el grado de
Mayor. en 1991 era el Comandante de la Unidad de Antiexplosivos, labor que
desempeñó hasta mediados de 1992, ya que en esa fecha se hizo cargo de G-4, que
era una Unidad Antisubversiva.
[19] Declaración de Luis
Soto Muñoz entre los años 1991 y 1992
se encontraba destinado a la Compañía de Apoyo Técnico, específicamente en la Unidad Antiexplosivos
[20] Destinado en 1991 al BIE
[21] fue
jefe de ese equipo hasta el año 1991, ya que en 1992 asumió como Jefe de la
Sección Antiexplosivos, reemplazando al Capitán
Castro Saint Jean.
[22] Declaración del agente del BIE Julio Andrés Funke Mondaca
desde el año 1986 y hasta la fecha trabajó en el Batallón de Inteligencia del
Ejército y efectivamente durante los años 1991 y 1992, se encontraba
encasillado dentro de la G-6 y específicamente dentro de la Sección de
Fotografía.
[23] integró
un equipo investigador, a cargo del Comandante de la Compañía de Seguridad
Militar, Mayor Schmidt y otro oficial que podría ser el Teniente Valenzuela,
con la finalidad de determinar las responsabilidades en la pérdida de armamento, desde la Escuela de Paracaidistas, el que
nunca fue encontrado, sin llegar a ningún tipo de resultado.
[24] Ricardo Velásquez Araos, quien explica que en el año 1991 y 1992, había cuatro grupos de trabajo de la Brigada de
Homicidios y que cumplían turnos cada 24 horas, los que estaban predeterminados
con anterioridad y eran autónomos, de tal manera que los integrantes de un
equipo no intervenían en las actividades de otro y cuando faltaba personal el
que comandaba el equipo debía solucionarlo y en ese caso se llamaba a otros
policías de la misma agrupación y sólo en la eventualidad que se tratare de una
situación importante o grave o de gran envergadura intervenía toda la Unidad,
con todos sus medios
[25] “que había
comprado cigarrillos y había pagado con diez mil pesos y que en un determinado
bolsillo tenía guardado el vuelto…afirmaciones que hizo antes de que ellos
examinaran la ropa o el cadáver y a él como policía le pareció que era un dato
demasiado exacto…” según el mismo testimonio.
[26] A la señora Adriana Polloni Becker le
pareció extraño que hayan encontrado
billetes en el pantalón que vestía su marido, ya que usaba billetera y
acostumbraba a llevar el dinero en ella.
[27] Tales memos, recuerda Víctor Guzmán Martínez…se trata (de) la existencia de un suicidio y una desaparición voluntaria,…la
posibilidad de un secuestro,…nunca (se) descartó
de plano ninguna de estas alternativas y siempre informó en base a los
antecedentes que tenía y que se recopilaron en el momento, además hace presente
que en su calidad de Mayor en esa época, no tenía la facultad de
concluir y tomar determinaciones al respecto, ya que, si bien es cierto esas
conclusiones las entregó al Comandante del Batallón, es él quien debía
procesarlas y ordenar lo que correspondiera y deja constancia…la Dirección de
Inteligencia tenía que dar orientaciones por los conductos regulares, … los
direccionamientos del esfuerzo de búsqueda o las orientaciones de la misma, no
se dieron en forma escrita, como se acostumbraba a hacer, pero en todo caso
estas directrices podrían haberse dado verbalmente al Comandante del Batallón…,
en las cuales no consta ningún informe confeccionado por la Dirección de
Inteligencia, dirigido al Comandante del Batallón, donde se dejara constancia
de las orientaciones a seguir en la búsqueda…nunca se les dirigió en el sentido
de estudiar la posibilidad de un secuestro o un homicidio….Provis señalaba lo que debía escribirse y considerarse, explica que no quiso
decir que el Comandante del Batallón excluyera la tesis del homicidio, sino que
las directrices con las cuales guió la búsqueda del Coronel Huber, no apuntaban
en ese momento a esa posibilidad, sin perjuicio de que él dada su calidad del
Comandante del Batallón, podía corregir informes, tanto en su forma, como en el
fondo.
[28] En cuanto al memorando confeccionado “en el Batallón de Inteligencia
Luis Briones Valenzuela, ignora por
quién, en todo caso de acuerdo a la estructura del mismo, debió haberlo
confeccionado la Central de Operaciones,
cuyo jefe era el Mayor Víctor Guzmán.
En cuanto a las primeras diligencias que se realizan en torno a la desaparición
del Coronel Huber, la Investigación del Batallón de
Inteligencia...necesariamente tiene que haberlo hecho el Comandante Manuel Provis, porque él no las hizo,
no las ordenó ni participó. Patricio San Martín acompañó al Comandante Briones Valenzuela que era el jefe de la Central de Operaciones del
Batallón de Inteligencia a una diligencia en Carabineros de San José de
Maipo,…al retorno el Comandante Briones elaboró un memoramdum para la jefatura
del BIE.
[29] Enrique Concha Sandoval En
cuanto a la carpeta denominada “Secreto”, señala que la firma que aparece a la
suya, ya que entrevistó, al Mayor
Barrientos Bordoly y al Doctor Helmuth Schweizer….entrevistó al Mayor (R) Julio Muñoz a fin de reunir antecedentes necesarios para la
ubicación del Coronel Huber.
[30] Considerandos Cuarto y Quinto de su sentencia http://p.se-todo.com/pravo/4749/index.html?page=47
[31] Se refiere a los casos de la muerte de Eugenio
Berrios, ex agente de la DINA y del agente Herrera de la CNI responsable
material del asesinato de Tucapel Jimenez.
[32] existió
una organización jerarquizada, con permanencia en el tiempo, con una jefatura y
en que sus integrantes cumplían distintas misiones o tareas compartimentadas, manteniéndose
una relación de dependencia y fungibilidad de sus miembros, con el objeto de
atentar contra las personas, las propiedades, para obtener un enriquecimiento
ilícito y encubrir los delitos perpetrados por dicha organización.
[33] Periodista británico muerto (asesinado o suicidio) en
la habitación de su hotel, durante la FIDAE de 1990.
[34] Versión periodística aparecida en La Tercera del 9 de
marzo de 2006 publicado en
http://mqh.blogia.com/2006/031004-testigos-del-tr-fico-de-armas-en-chile.php
[35] en el año 1990 fue
destinado al Batallón de Inteligencia del Ejército, siendo encasillado en
Compañía de Contrainteligencia G-3, en el Departamento Perú, donde permaneció
un año
[36] Compañia G-5
Protección para Personas Importantes (PPI o Protección
para Personas Importantes) como agentes podemos contar a Víctor Uribe Martínez en el año 1990, fue destinado al Batallón
de Inteligencia del Ejército, siendo encasillado dentro de la Compañía G-5,
denominada “PPI” hasta 1994. Jorge Nuñez Guerrero su primera destinación fue en el año 1988 al
Batallón de Inteligencia del Ejército, donde permaneció hasta el año 2002 y
entre los años 1991 y 1992 se encontraba encasillado dentro de la Compañía de
Protección de Personas Importantes (PPI). Manuel Riveros Matamala
entre los años 1991 y 1992 se encontraba destinado a la Compañía G-5,…entre los
años 1991 y 1992, cumplía la labor de escolta del fiscal Fernando Torres Silva,
(en) labores propias de la compañía de Protección.
Luis
Fernández Soto desde la fecha
en que llegó al BIE en el mes
enero de 1987 y hasta que éste cambió su nombre a “Agrupación de Seguridad
Militar” y fue destinado a la DINE, en el año 2004 aproximadamente. Cabo 1º Cristián Urtubia desempeñaba funciones en la Compañía de
Protección y su función era principalmente servir como PPI (Protección para
Personas Importantes), además de hacer guardias. Eric Agüero Lara en 1992, se
encontraba destinado a la Compañía G-5, denominada PPI, siempre le correspondió
hacer guardias, esto es preocuparse de la seguridad externa del cuartel del
Batallón propiamente tal, explica que debía estar afuera y de pie, en los
diferentes puntos de guardia, que según recuerda eran tres o cuatro. Anselmo González Paredes en el año 1991 fue destinado a la Sección
de PPI (protección para personas importantes), prestando seguridad al General
Humberto Julio Reyes, labor que desempeñó por aproximadamente un año, Alfredo Wistuba Almonacid en diciembre de 1991 estando destinado al
Batallón de Inteligencia del Ejército, fue enviado en comisión de servicio para
la seguridad militar del General Gustavo Abarzúa donde se desempeñó desde
verano del 1993 hasta 1997 y cuando regresó al Batallón fue encasillado en la
Compañía de Contrainteligencia.
[37] G-7
Compañía Logística se dividía en tres secciones, “Intendencia”, que se preocupaba de los fondos del Batallón de
Inteligencia; “Material de Guerra”,
que estaba a cargo de la administración de los vehículos, armamento y
municiones y la Sección de “Transporte”,
la que era responsable de movilizar los vehículos.
Entre los años 1991 y 1992 Moritz Manthey Valenzuela, era el
Comandante de la Compañía y anteriormente estuvo al mando del Capitán Pedro Vega Darricades, el que
era a su vez el Comandante de la sección de Material de Guerra. Jefe de la
Plana Mayor era Miguel Ricardo Quijada
San Martín quien en julio de 1980,
fue destinado al Batallón de Inteligencia del Ejército, donde estuvo hasta
fines del año 1992. Explica que en 1992, desempeñó labores en la Compañía de
Logística. El trabajo era relacionado con las hojas de vida del personal, las
órdenes internas de la Compañía y las licencias médicas.
Fernando
Bustamante Rojas quien
manifiesta que en 1985 y hasta 1995, desempeñó funciones en el BIE y en el
período 1991 y 1992, se encontraba encasillado en la Compañía Logística, dentro
de la Sección Material de Guerra,
responsable de la mantención de los vehículos, armamento, combustible y
municiones.
Carlos
Alarcón Alarcón en el año 1992
pertenecía al Batallón de Inteligencia del Ejército y se encontraba encasillado
dentro de la Sección de
Inventario y Vestuario; el Capitán a
cargo de su sección, era Luis Rojas
Boitano.
Orlando
Torrejón Gatica en el año 1989
fue destinado al Batallón, siendo encuadrado en la Compañía de
Contrainteligencia, donde estuvo algunos meses, ya que posteriormente desempeñó
labores en la Compañía Logística, donde permaneció hasta el año 1996.
Arturo
Herrera Morales trabajó en el
Batallón hasta diciembre de 1991, fecha en la cual salió destinado a la
Academia de Guerra, sin perjuicio que administrativamente siguió a cargo de la
Compañía de Apoyo Técnico hasta los primeros días de febrero de 1992,
José
Hernández Cortez durante el año
1992, estaba destinado al Batallón de Inteligencia del Ejército (BIE), pero no
recuerda la Compañía en la cual fue encasillado, pero tiene memoria que su jefe
directo era el Capitán Brito. Hace presente que su labor durante toda su
permanencia en el Ejército, siempre se limitó a efectuar guardias en los
cuarteles, es así como en la Unidad de García Reyes Nº12, efectuó innumerables
guardias y a él sólo le correspondía realizar una vigilancia externa del
cuartel, esto es velar por la seguridad del perímetro del mismo; efectuar anotaciones en los libros que se
llevaban en la guardia, era una labor
del Comandante de Guardia, la que nunca era asignada a un empleado civil, como
era su caso, así debía permanecer afuera de las dependencias de la Unidad, pero
dentro del recinto, esto es en el ingreso al cuartel, sin perjuicio que en
varias oportunidades debía vigilar los perímetros del mismo, es decir salir a
la calle y hacer rondas por la Alameda y Calle Romero, esto es por las calles
que limitaban con el cuartel; además debía cumplir labores aseo en la unidad.
[38] Lo que concuerda con
lo dicho por otro agente del BIE, Miguel
Ángel Camilo Ahumada dentro del
Batallón no había personas predeterminadas para utilizar los fusiles
especiales, pero todos sus miembros tenían instrucción para utilizar fusiles
comunes.
[39] El “Libro Revisor del Material de Guerra” (de 1992), del Batallón de Inteligencia del Ejército,
Caratulado “Ejército de Chile, Dirección de Inteligencia, Batallón de
Inteligencia, Revisor del Cargo de Material de Guerra”, el que comienza a
partir del día 13 de Octubre del año 1980 y termina el 08 de septiembre de 1994.
En él consta la existencia de cuatro
fusiles, tipo “sniper” en el período revisado. En este consta que en el mes de junio de 1991, se encontraban los
cuatro fusiles para tirador escogido en el Almacén de Material de Guerra del
Batallón de Inteligencia y que en noviembre de 1991, uno de éstos ya no se
encontraba en poder de esa Unidad. Los fusiles en cuestión eran cuatro fusiles Mauser, denominados “sniper”,
calibre 7.62, sigla M-66, Código 1005-C-20, que se almacenaban en estuches
plásticos; al día 10 de febrero de 1989, la referida Unidad, tenía los cuatro
fusiles en el Almacén de Material de Guerra del recinto y ninguno estaba en
poder de la tropa y el día 06 de noviembre de 1991, consta que sólo hay tres en
poder del Batallón y uno en poder de la tropa, sin identificar quien lo
mantiene a su cargo, así a un costado de la especie revisada, aparece una nota
que indica “Cargo: 01 fusil y sus accesorios bajo recibo a la Unidad de Ing.
Alf. Rel.”, firmada por Patricio Wenzel Alvarez. Hasta el 8 de septiembre de 1994, no aparece devuelto
el fusil Mauser Sniper.
[40] Alejandro Schmincke Martínez en la Compañía de Apoyo Técnico, del Batallón de Inteligencia integró un
equipo investigador, a cargo del Comandante de la Compañía de Seguridad
Militar, Mayor Schmidt y otro oficial que podría ser el Teniente Valenzuela,
con la finalidad de determinar las responsabilidades en la pérdida de armamento, desde la Escuela de Paracaidistas, el que
nunca fue encontrado, sin llegar a ningún tipo de resultado. Ademas está el
testimonio de Víctor Guzmán Martínez
declaró que existió una investigación
respecto a la pérdida de dos fusiles desde la Escuela de Paracaidistas y
Fuerzas Especiales, lo que tuvo lugar en la época de la entrega del mando entre
el Coronel Julio Vandorsee y el Coronel Timmerman e incluso dice que se mandó
un equipo investigador el cual no obtuvo ningún resultado positivo.
[41] La
razón de la mayor putrefacción de la cabeza, se debe a que por los orificios
naturales de la cara comienza primero la pudrición, respecto a los huesos de la
cabeza, recuerda que éstos tenían sus bordes romos, producto del desgaste del
agua, piedras y arenilla.
[42] ya
que de rasparla se puede provocar cualquier desprendimiento de sustancia
orgánica corpórea que distorsione la lesión, de esta forma una lesión
estrellada por el roce con arenilla puede producir a través del transcurso del
tiempo el desprendimiento de las partes que componen la estrella, hasta llegar
a la parte más firme, dejando una imagen sugerente de un orificio producido por
algún proyectil, ya sea de entrada o de salida, el que no necesariamente podría
ser de bala, si no que también de piedra producto de una lesión contuso
cortante.
[43] hay
un estudio sobre efecto hidráulico y se basa en el hecho de que, todo sólido
que penetra bruscamente en un líquido encerrado en un recipiente, ocasiona una
sobrepresión dentro de la misma, esta sobrepresión es capaz de desgarrar y
romper las paredes de la vasija, según su intensidad
[44]
http://www.lanacion.cl/las-ultimas-horas-de-huber/noticias/2009-10-10/190848.html
[45] La jueza María
Soledad Espina titular del Segundo Juzgado de Letras de Puente Alto, se
constituyó en el puente El Toyo y aseguró que era casi imposible que alguien
cayera accidentalmente. Descartó también que el militar se pegara un tiro arriba
del puente o que le hubiesen disparado en ese lugar: era absolutamente
imposible que se precipitara al río sin que quedaran restos de sangre en la
baranda y pavimento del puente. “Suponer que él se hubiera suicidado con su
pistola, que hasta el momento no es la que le habría causado la lesión, resulta
también imposible, porque significaría que para no dejar rastros de sangre el
coronel tendría que haberse colgado de la baranda con una mano y con la otra
haberse pegado el disparo”, señaló la jueza María Soledad Espina en 1996. En
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=30689
[46] era funcionario en retiro del Ejército y ex agente de
la DINA según Velasquez Larrondo. Este Jorge Quinteros relatará que antes de 1991, conoció al Coronel Gerardo
Huber, ya que concurrió a adquirir mercadería a la Ferretería Gran Bretaña y
siempre iba vestido con uniforme militar y como sus compras se repetían
mantuvieron una relación de vendedor a comprador, posteriormente cuando se
trasladó a la ferretería Santo Domingo, él también llegó hasta allí a comprar
elementos de ferretería y lo reconoció y en una fecha que no puede precisar se
enteró por la prensa que había desaparecido en el Río Maipo y desde entonces
sigue las noticias sobre su muerte y esta es una de las razones por las cuales
en el asado salió a colación el comentario del Coronel Huber
[47] agente de inteligencia de la armada según Velasquez
Larrondo
[48] ubicada en la Calle Doctor Ernestina Pérez de la
Población Mujeres de Chile
[49] La razón para conocerlo era que se
trataba de un funcionario de Carabineros
que llegó hasta su negocio ubicado en San Bernardo donde vendía artículos de
pesca y caza, éste iba a mirar catálogos y trabaron una especie de amistad,
pero se impuso que él estaba involucrado en ventas irregulares de armas, motivo
por el cual también lo denunció a DIPOLCAR, siendo detenido y tiene entendido
que lo dieron de baja.
[50] le vendió una pistola marca Walther ppk a don Gilberto
Leyton que es una comerciante de San Bernardo, en la suma de $100.000, pero
ésta a la fecha está inscrita a su nombre y ésta a su vez la adquirió en la
empresa Interarms, cuya sede estaba ubicada en Etchevers Nº268, Oficina 64B,
Viña del Mar, cuyo socios eran Eugenio Herrero López y Rodolfo Fritz Barahona y
el valor de adquisición no la recuerda y la pagó en cuotas, que se descontaban
de las comisiones que ganaba, ya que era vendedor de armas de esa empresa.
[51] organismo de Inteligencia de Carabineros…insiste que
nunca tuvo relaciones con personal de la Dirección de Inteligencia del Ejército,
ni del Batallón de Inteligencia y no conoció a ningún funcionario de dichas
Reparticiones
[52] SE notará que la última parte de la declaración no
calza con los resultados de la investigación, ya que se prueba vía peritajes
que Huber no pudo morir la misma noche que desaparece.
[53] al
observarse infiltración sanguínea a nivel de las fracturas descritas: la
sumersión tiene características pre mortem, basándose en la presencia de cieno,
arenilla en el aparato respiratorio, estómago y la primera porción del duodeno
y en el examen de plankton pulmonar que indica presencia de cristales de
arenilla, restos de elementos vegetales y partículas de cieno en regular
cantidad y bien pudo ocurrir en estado agónico
[54] Informe firmado por la doctora Mireya Gallo
[55] de
haber sido así el hueso Hyoides, la articulación de la primera vértebra,
conjuntamente con el cuerpo vertebral estarían fracturados, lo que no ocurre
con el cuerpo del Coronel Huber, ya que éstas piezas óseas se encuentran
indemnes
[56] desempeñó labores en la Escuela de Inteligencia del Ejército, desde
1987 hasta 1993, donde trabajó en la Secretaria de Estudios, se dedicó a la
docencia y los últimos dos o tres años, fue el encargado de la Secretaría,
siendo su cargo el de Secretario de Estudios
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