EL DIVORCIO
O LA SEPARACIÓN: EL QUIEBRE DEL FRENTE. NACEN LOS AUTÓNOMOS Y LOS DEL PARTIDO
1986-87 (I)
Tras las protestas del 2 y 3 de julio de 1986, y los sonoros fracasos de Carrizal Bajo
(internación de armas, en agosto de 1986) y del Atentado a Pinochet (septiembre del mismo año) comenzó la "adecuación táctica"[1] del PC: abandonar la
vía violenta y acercarse a la vía electoral. Fue el triunfo de quienes
sospechaban de la vía militar (V gr Orlando Millas[2]).
Carrizal Bajo, la mayor internación de armas hecha en
Chile hasta el día de hoy, y el casi inmediato atentado a Pinochet (y su
fracaso), simplemente consiguieron convencer a los demás (dirigentes) para
considerar un capítulo a cerrar la experiencia de la Sublevación Nacional. El
sector responsable es lo que Rojas Nuñez
considera la derecha del partido
comunista. Mientras la izquierda del
PC optaba por seguir el camino del Frente (tensionando y quebrando la
disciplina del Partido). Pero ninguno avisoró que en realidad el proyecto que
quedó aislado fue el del PC en general (la violencia como medio de derribar a
Pinochet y llegar al poder) y que lentamente se empezaba a armar lo que sería
la campaña para derrotar al gobierno en el plebiscito y en el que la violencia
lo único que favorecía era precisamente a los militares.
Para Luis Rojas
Nuñez fue un período de “conflictos
internos y contradicciones, que comenzó a fines de 1986 y se extendió hasta
después del XV Congreso del PC, realizado en mayo de 1989”. Quizás todo
esto surja, como dice este mismo autor, a raíz del pecado original: la decisión
política del PC de aparecer desvinculado
al Frente[3].
Lo que era sólo creído por el PC chileno y nadie más. Para el resto del país el
FPMR no era más que el brazo armado de los comunistas chilenos, lo que dañaba a
la relación con los frentistas porque el Partido aparecía como “avergonzándose”
de su “hijo”, al negarlo frente a todo el mundo, aunque todo el mundo los
reconocía como padre e hijo[4].
A su vez, las diferencias al interior del FPMR se comenzaron a sentir
fuertemente a partir de 1986 al fracasar "el año decisivo", fecha en
que se esperaba el levantamiento de masas, y por los problemas suscitados por
el no uso del armamento ingresado por Carrizal y la pérdida de los barretines
que aún quedaban.
Para el PC la Sublevación Nacional
no era concebida como una derrota militar del enemigo, sino como su derrota político y moral. Por lo que la
SN no era concebida como una
estrategia de poder, sino como un contenido operativo en función de la acción
armada como elemento de presión y no de guerra. (Detrás de ello, la lógica del no
creemos en la vía armada, pero si en la vía violenta)
Ya para mayo de 1986, al PC no le gustaba la independencia
de acción del Frente. Con dos episodios que ocurrieron con poca diferencia de
tiempo el Partido empezó a hacer pública la crítica. El primero fue el asalto a la Panadería Lautaro y la muerte del
carabinero Vásquez Tobar en dicho
atraco y un barretín encontrado (28 de abril y 8 de mayo respectivamente).
Estos hechos determinaron la primera intervención directa de la Comisión
Política en sus estructuras militares[5]…. En
un análisis crítico del trabajo de la Comisión
Militar[6],
dirán que el asalto “si hubiera sido
exitoso no habría representado nada en términos políticos, y la cantidad de
dinero obtenida,…apenas habría significado una solución económica transitoria a
nivel local.” El resultado fue que, al actuar no medían consecuencias,
tendría que comunicarse a la Comisión Política cualquier acción (y aprobarla) y la Comisión Militar debió sancionar a las
jefaturas frentistas vinculadas.
Respecto
de la muerte del carabinero Vásquez Tobar el problema se extendió por largo
tiempo, al ser atendido uno de los frentistas herido en la clínica de la
Vicaría de la Solidaridad[7] y llevar a la Fiscalía
Militar la exigencia de las fichas médicas de las personas atendidas por la
institución religiosa y a la larga un duro enfrentamiento del gobierno con la
Iglesia, que tensó las relaciones con el Partido Comunista y la institución
eclesiástica. Y respecto del descubrimiento de un arsenal la responsabilidad de
la caída de las armas era, según un frentista interrogado por Luis Rojas Núñez
en su ya tan citado trabajo, culpa de la responsable del Partido Comunista (ya
que el partido controlaba el armamento)que guardaba una libretita donde anotaba
la entrada y salida de los fierros (armas
en el argot del Frente) y una accidental puntapié a un macetero que cubría el
techo del barretín donde estaban guardadas. Pero la CNI sabía ya que en el
lugar había un arsenal y con accidente o sin él quizás lo hubieran encontrado
escarbando[8]. Lo de la libretita cuenta la
misma fuente “fue una
exigencia de mi jefa y, por cierto, no era militar de carrera. Eso demuestra
algunos esquematismos que se imponían en la organización.”
En ese mismo Mayo
la Comisión Política (la dirección del Partido en Chile) “decidió que uno de sus miembros celebraría reuniones de
"conversación" con un grupo de alrededor de veinte oficiales, sobre
los cuales ya circulaban al interior de la dirección críticas tales como una
tendencia al militarismo, traslado mecánico de otras experiencias
revolucionarias (Nicaragua y El Salvador), poco conocimiento del partido, uso de métodos de ‘ordeno y mando’,
baja comprensión de la política del partido”[9]. Tales encuentros se realizaron con 4 ó 5
oficiales a la vez. Tales reuniones se harán hasta la división (junio de 1987).
Siempre con Pellegrin presente.
Rodrigo
Rodriguez Otero, (Tarzan o Juan Carlos), le tocó una
reunión de ese tipo, justo en la época que cavaba para llegar a la carretera
G-25 (para atentar contra Pinochet)[10], tuvo que concurrir a “una casa en el barrio alto, donde unos
señores trajeados nos hablaron de la glasnost y la perestroika. Me pareció
surrealista, desubicado y descorazonador….escuchar los lugares comunes de la
liturgia partidaria.”
Pedro,
el jefe de la Logística Estratégica
(también conocida como Logística Central del PC), ocupado en Carrizal Bajo,
tiene también que concurrir. La cita, recuerda, “…más parecía una de esas reuniones con la Comisión de Control, donde te sientes
investigado y que cualquier cosa que digas puede ser usada en tu contra.,….La
animadversión del dirigente se manifestó al instante…. Fue una reunión tensa y
desagradable… señaló acciones inconsultas y sin considerar la situación
política, e hizo generalizaciones acerca del trato de los militares, que se
comportaban de forma prepotente…. Al final de la discusión le pedí que me dijera, para esclarecerme,
cuál era el papel, lugar y misiones del trabajo militar en la política del
partido. La respuesta fue citarle la situación de Lenin en la Revuelta de
1905 (!!!)[11],
en Rusia y concluyó con una frase que
decía algo así como que las acciones armadas son para mantener en alto la moral
combativa de las masas"
“A finales de
1986, cuenta Núñez Rojas, el PC contaba
con 43 oficiales en el país. De ellos, diecisiete estaban en el TMM (Trabajo
Militar de Masas), uno en la Comisión de Organización, cuatro en la Logística
Estratégica y dieciocho en el FPMR. En julio de 1987, momento de la ruptura del
PC, la cifra había ascendido a unos cincuenta, de los cuales alrededor de
treinta se fueron del partido. La totalidad de los oficiales de las bases
logísticas en el exterior, con su jefe al frente, se quedó (o se fue, según
como se vea) en el FPMR (autónomo).”
En la siguiente etapa al Año Decisivo, cuestiones que habían quedado
enterradas vivas, empiezan a asomarse en la relación entre el PC y el FPMR, su
nunca reconocido brazo armado. De esta lucha interior ambos bandos se
responsabilizan.
Para el FPMR, el PC había abandonado la política de la Sublevación
Nacional: se acusa claramente a
la Comisión Política, entre otros argumentos, de "cambios en los últimos
tiempos en la línea política de la sublevación" "abandono y retroceso
de la Rebelión Popular" "desmantelamiento de todo lo acumulado en el
terreno militar", "liquidación del trabajo militar del partido".[12]
Si se paralizan las acciones estas deberían tener solo por propósito “salir del aislamiento y revertir el
retroceso en la lucha que se evidenciaba desde fines de 1986.”
Para la Comisión Política del PC, se aceptaba todo lo
hecho antes y como señala Luis Rojas Nuñez, es “…, el único documento del PC donde aparece con marcado énfasis la
pertenencia del FPMR a este partido. Dice textual: "El Frente es una creación del partido, una organización político
militar, referente militar de masas, componente
central de la fuerza militar propia del partido. Es una organización del
partido que fue concebida con el criterio de que dispusiera de una autonomía
relativa, sobre todo en su actividad pública".[13]
El Partido “acusa de "fraccionalistas", de "desconocimiento de la línea
política" y esquematismo al querer aplicar experiencias de otras
revoluciones, exige que se debe profundizar la disciplina partidaria
(sujeción a la jefatura comunista) y que a fin de cuentas es el Partido el que debe decidir cuándo y en qué forma desarrollar sus políticas atendiendo, dice el
documento, al “momento y el tipo de
acciones que corresponde implementar está en relación con la situación política
existente en un momento dado y en relación con el avance del conjunto de la
línea del partido". Además el Partido ordena que todos los militantes
se movilicen para convencer a los “confundidos y engañados” que se
desbandan por culpa de algunos jefes.
Ya en Abril de 1986, Raúl Pellegrin decía a sus subordinados
en el Frente, que “las cosas no son como
aparentan: que hay mucha resistencia en el Partido en implementar una política
militar y que nota la ausencia de ambición de poder en términos de poder
popular….mucho centralismo y poca democracia; acomodamiento, mucho
funcionarismo: abandono de la crítica y de
la autocrítica.”
Tras la denominada Operación Siglo XX, dirigida por el Comandante Ernesto (José
Joaquín Valenzuela Levy[14]), el FPMR
comenzó a sufrir fuertes golpes[15] y
discusiones internas que posteriormente tendrían graves consecuencias para el
grupo.
Para los que permanecían en el PC el problema se produce en una discusión…en torno a la perspectiva y
rumbo de nuestra organización…a pesar de los éxitos obtenidos…se habían
producido grandes bajas por el mal cuidado de las medidas de seguridad, el
resguardo de los combatientes y de las unidades y que el Frente no se estaba
desarrollando…, algunos compañeros del Frente, producto de su propia
experiencia personal, se “desviaban” al considerarse a sí mismos como un grupo mesiánico y no en el puntal de la lucha general del pueblo
sin disputarles espacios a nadie[16].
El escenario político mostraba una compleja situación para los partidos de
izquierda, tras concluir el 86. Se vivía una situación objetiva de aislamiento
del Movimiento Democrático Popular (MDP), integrado por el PC, el PS-Almeyda
(la fracción más radicalo extremista del socialismo) y el MIR. Este
aglutinamiento seguía creyendo en que el gobierno militar iba a caer por las
armas y las protestas. Además, los primeros efectos de la Perestroika en la URSS comenzaban a estremecer las estructuras del PC, lo que daría paso al
desmoronamiento de los socialismos reales y varias oleadas de renuncias al PC
principalmente al inicio de la década de los 90.
[1] Jacinto Nazal,…, figura principal en los orígenes de la
Tarea Militar del PC y uno de sus más acérrimos defensores, reclamará que si el Partido sólo pretendía dar un "paso táctico", lo menos que debió
hacer…fue conservar sus cuadros de dirección militar, que costó tantos años
formarlos; mantenerlos como en la reserva, organizados, vinculados, mientras
desempeñaban cualquier trabajo en lo personal o en lo político.
[2] miembro de la Comisión Política, quien sin ambages criticó
y rechazó desde sus orígenes los cambios
de rumbo del PC conducido por el EDI (Equipo de Dirección Interior), que en su parecer,
alejaban al partido de su tradicional política de masas. Se opondrá a cada una de las definiciones realizadas por
el EDI en los años del 1980 a 1986.
[3] Nuñez Rojas cita como ejemplos declaraciones hechas a la
prensa por Óscar
Azócar, miembro de la Comisión Política del PC: "El partido, como tal, no fue el que apretó el botón para que surgiera
el Frente Patriótico". En diario La Nación 27-4-1991. Por su parte, Jorge Insunza asegura que el PC ha
mantenido relaciones con el FPMR "como
las hemos mantenido con otras fuerzas políticas que lucharon contra la
dictadura.” En diario La Época 23-4-1991.
[5] El caso aparece en un análisis e informe de la Comisión
Militar de octubre de 1986 referidos al tema de la crisis conservado junto a un
grupo de documentos en la Oficina del FPMR en La Habana. En Cuba existió para
los asuntos militares y operativos una sola oficina del PC y del FPMR hasta
julio de 1987. Después se formarían dos, una por cada organización, hasta que
fueron cerradas de forma permanente en 1990. Estas oficinas fueron
independientes de la parte civil del PC y a su representación política oficial. Rojas Nuñez, Luis de la Sublevación Nacional a la Guerra Imaginaria.
[6] Integrada
por el actual diputado y secretario general del Partido Comunista, Guillermo
Tellier (Sebastian), Pellegrin y Gladys Marin. Y existían otras dos Comisiones
Militares, una en La Habana, Cuba y la otra en Berlín Oriental (República Democrática
Alemana)
[8] De
hecho a todas las personas se las iban a llevar a los cuarteles de la CNI para
interrogarlos, lo que abría la posibilidad que alguno hablara.
[9] Luis Rojas Nuñez. Op cit
[10] En
el primer proyecto que era instalar una gran cantidad de explosivos y al paso
de la comitiva presidencial se haría detonar, algo similar al ataque de la ETA
española al Almirante Carrero Blanco en 1973.
[11] Esos signos de
exclamación son míos.
[12] El documento del grupo disidente y que posteriormente se
conocería como FPMR (A), es elaborado aproximadamente el 20 de junio de 1987,
no tiene título y es para esclarecer a los militantes del FPMR la situación
interna que se vive…. Existe otro documento de similares contenidos elaborado
dos meses más tarde por Pellegrin y Salvador, que se titula "Una Carta al
Partido". Es una respuesta al documento del propio PC sobre "la
fracción", como la Comisión Política nombró a este grupo. Rojas Nuñez, Luis “De la Sublevación Nacional a la guerra
Imaginaria”. De ahora en mas “De la Sublevación….”
[13] Documento
titulado "Información del Partido producto de la situación producida en el
Frente Militar”. Luis Rojas Núñez, De la Sublevación….”. Las negritas son mías.
[14] Hay algunos que lo responsabilizan del fracaso de la
operación, pues usó LAW en vez de los RPG-7, con los cuales se hizo todo el
entrenamiento en Cuba.
[15] Según el diario La Tercera para la dirigencia comunista, enfrentada a la peor debacle de los
últimos diez años, no sólo habían quedado al descubierto las febles medidas de
seguridad de los frentistas. También se hizo evidente que sus mandos habían
empleado a militantes sin experiencia…. En otro párrafo expresa La colectividad llegó a perder un militante
cada ocho horas ya sea porque era arrestado o porque debía salir del país tras
ser identificado por los organismos del régimen. La historia oculta de los
años verde olivo.
[16] Guzmán, Quién, Cómo, Por qué de Manuel Salazar, Ediciones
BAT, 1993, página 58.
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