EL DÍA "D" CHILENO. DESEMBARCO EN PISAGUA
Concluida la campaña naval con la captura del Huascar,
en el combate de Angamos, el mar como espacio territorial y base de operaciones,
ya le pertenecía a Chile, sin discusión alguna, pudiendo movilizar sus recursos
por este medio sin el temor de alguna captura por parte de los peruanos (como
fue el caso del Rímac)[1]. El inicio de la segunda
campaña terrestre (conocida como la de Tarapacá) sólo era cuestión de tiempo.
Pero el problema era dónde desembarcar, en el mismo Perú en un asalto directo a
Lima, en la zona de Arica, en Iquique mismo o algún punto intermedio que
permitiera controlar lo más pronto posible la zona salitrera, privando de esos
recursos a los limeños y apropiándoselos los chilenos.
Fue la última alternativa la que se impuso, buscando
una playa dotada de los recursos vitales para una invasión en una zona
desértica: ferrocarril (transporte) y agua (víveres), eligiéndose la caleta de
Pisagua, puerto salitrero, al norte de Iquique, separando a los aliados de las
zonas norteñas de Arica-Moquegua.
El
día 28 de octubre la fuerza de
invasión chilena salía del puerto de Antofagasta. Así lo cuenta el comandante
accidental de la flota, que tras dar por escrito las órdenes de salida del
puerto y de marcha. Se acompañan con diagramas que ubicara a las naves en su
marcha, los códigos que se emplearían y las señales, etc. Parten hacia el norte.
La jefatura de la flota iba a bordo del Amazonas, junto a Erasmo Escala, quien era el general en jefe del Ejército de
operaciones del Norte, y su Estado Mayor. También iba a bordo Rafael Sotomayor, Ministro de Guerra y
Marina en Campaña y numerosas otras autoridades.
La flota sale a las 6:45 de la tarde
“gobernando
al Oeste poco a poco, para dar tiempo a que todos los buques tomaran su
colocación designada.” Allí navegan
el Cochrane,
Abtao, Magallanes, los cruceros Amazonas y Loa. Y numerosos
transportes.
“Durante la noche”, sigue en su relato el oficial naval a cargo de la flota en su informe o
parte, “la Elvira Alvarez con el Copiapó,
que cerraban la línea a retaguardia, cortó el remolque, por cuya causa
perdieron de vista el convoi, i junto con el vaporcito Toro, que caminaba al costado de la Elvira, se dirijieron a Mejillones, en donde se reunieron a la
corbeta O'Higgins i trasporte Matías Cousiño”, los que esperaban
en esa rada para unirse a la flota. Esas naves se encontraban también
embarcando material y hombres.
Una parada en Tocopilla de la nave
insignia, verificando si “el Angamos i la Covadonga se encontraban allí, pues el primero había ido a aquel
puerto a embarcar parte del rejimiento de Artillería de Marina i dejar en su
lugar al batallón Lautaro, i el último había sido destacado con el objeto de
acompañar la Elvira Alvarez i el Copiapó.” atrasa a la flota.
Finalmente el 1° de Noviembre, el convoy ya completo “permaneció en el paralelo de Pisagua i a cincuenta millas de distancia
de la costa, lugar de concentración en caso de separación de algunos de los
buques”.
Diego Dublé Almeyda, en relato de su
diario de campaña, testigo privilegiado entre los altos oficiales, relata que
ese día “(a) las 3 a.m. se han visto algunos buques. Al amanecer se han visto
todos…. Reina gran entusiasmo en todas las tropas. Se oyen las bandas de
músicos de los distintos regimientos que tocan el himno nacional. Se ven 20
buques”. Esto incluye a las dos naves inglesas que han seguido a la flota
chilena como espectadores y observadores neutrales de la operación amfibia,
toda una novedad para la época cuando nunca se había hecho un desembarco con
oposición en tierra, como era ahora en el caso sudamericano[2].
A las 2 p.m. cuenta el mismo Dublé
Almeyda, se realiza la última reunión a bordo del Amazonas, con todos “los
jefes del Ejército y de la Marina, con el objeto de darles conocimiento del
plan de desembarque….presidida por el ministro de Guerra Rafael Sotomayor, y
asistieron: General en Jefe Erasmo Escala, Jefe de Estado Mayor Emilio
Sotomayor, y asistieron a ella todos los primeros jefes de cuerpos, los
comandantes de buques de guerra y transporte y el personal de ayudantes del
Cuartel General y Estado Mayor. El general Escala, en pocas palabras, manifestó
que para el desembarque simultáneo en Pisagua[3]
y Junín se había organizado una división especial …. que estando a 50 millas de
la costa y dado el andar del buque más poltroon (lento) de la Escuadra, el Abtao, estaríamos en
Pisagua próximamente a las 2 o 3 de la mañana del día 2; y, por último, que esperaba
del patriotismo, valor y entusiasmo de los jefes el éxito satisfactorio de las
operaciones que debían realizarse en pocas horas más. El comandante del
Amazonas Luis A. Lynch expuso que no nos hallábamos a la altura de Pisagua,…sino
a 20 millas al norte de ese puerto. El comandante del Amazonas Manuel Thomson,
en tono violento, manifestó que nuestra situación era a la altura de Pisagua,…y
que no permitiría pusiera en duda o negara su aseveración el capitán Lynch[4].
Rafael Sotomayor hizo cesar la discusión…., expresando que cualquier error
pequeño que hubiera en las informaciones respecto del lugar donde nos
hallábamos, no sería inconveniente para el éxito de la operación que debía
tener lugar. La reunión se disolvió y los jefes regresaron a sus respectivos
buques, poniéndose estos inmediatamente en marcha con rumbo al Este.”.
Sin embargo
en las instrucciones que entregó el mismo Dublé Almeyda posteriormente, habría
un cambio: el batallón navales no iría, sino que había que
reemplazarlo. La razón la cuenta el mismo Dublé: “el…coronel de Guardias Nacionales Martiniano Urriola (jefe del
Navales), y el general (Escala) me dijo lo siguiente: “Comandante, el
coronel Urriola me dice que el personal del cuerpo que manda se compone de
artesanos, fleteros y jornaleros del puerto de Valparaíso; que esta gente tiene
numerosa familia, y como el desembarque en Pisagua ha de causar numerosas
bajas, me pide que este cuerpo (que) está designado para hacer el desembarque,
sea cambiado por otro. Encontrando justas las razones que expone el coronel, Ud.
designará otro cuerpo para sustituir al Navales en el desembarque de Pisagua”. Años
después Dublé Almeyda dirá: “para una
operación de desembarque me pareció lo más natural elegir a los Navales, gente
de mar en Valparaíso, que conoce el manejo de las embarcaciones y todo lo que
con ellas se relaciona.” Pero en el joven official se impone la doctrina de
obediencia y da cumplimiento a la orden, designando al Atacama para esa mision.
¿Cuál
fue el real motivo? Porque los soldados y oficiales del Atacama también tenían
padres, madres, esposas e hijos ¿Qué hacía especial al Navales entonces? Más
encima la unidad formada por boteros tendría la ventaja al momento de embarcar
con personal experto en la navegación hasta la costa en un mar que no iba a ser
tranquilo. ¿O fue un favor que le hicieron al comandante del Navales su amigo
Erasmo Escala, o peor aún un sabotaje de lo que hoy se llama “la familia
militar” para ver fracasar a Sotomayor, ministro en campaña, un civil, en
opinión de los uniformados, metido en cuestiones que no entendía (un cucalón).
LA GUARNICIÓN ALIADA EN
PISAGUA: Se
encontraba a cargo del General Juan Buendía, quien había llegado el día anterior para inaugurar un fuerte.
Estaba acompañado de Roque Saenz Peña, como jefe de Estado Mayor.
Las tropas disponibles se integraban en dos
contingentes:
a.
Contingente Boliviano: Perteneciendo a la 3º División (general
Pedro Villamil y jefe de Estado Mayor coronel Exequiel de la Peña. Sus
integrantes se hallaban acampados en Hospicio, es decir en la meseta que se
formaba tras subir por el farellón en que está situada Pisagua. SE integraba
por:
1.
Batallón “Victoria” Nº1 de La Paz (coronel Juan
Granier), quienes en el combate se atrincheraron tras el terraplén del
Ferrocarril. Con un total de 535 plazas (5 Jefes, 22 oficiales y 490 de tropa).
2.
Batallón “Independencia” Nº3 de La Paz (coronel
Pedro A. Vargas) Se atrincheraron tras el terraplén del Ferrocarril, sin
embargo su 1º Compañía bajó a las rocas de la playa, quedando entre la Columna
Naval y el inicio de Playa Blanca. Consta 429 plazas (4 Jefes, 28 oficiales y
397 de tropa).
b. Contingente Peruano: Comandante General y Jefe Político:
Teniente coronel Isaac Recabarren. Como comandante de los Fuertes y del Puerto
el Capitán de navío Manuel Becerra. Jefe del Fuerte Norte Capitán de fragata
Ignacio Suárez. Jefe del Fuerte Sur: Teniente coronel Manuel Saavedra.
1. Regimiento de Artillería de
Campaña Nº1. Se atrincheraron en los Fuertes Sur y Norte. Consta de 200
Artilleros peruanos y 45 bolivianos: Total: 245 plazas.
2. Columna Naval (Comandante,
capitán de puerto don José Becerra. Ayudante, teniente don Víctor Loayza.) Consta
de 2 Compañías de 60 hombres cada una. 1º Compañía (con rifle peruano), se
posicionó en el muelle principal y sus alrededores entre las rocas Norte y Sur.
2º Compañía (con rifle Chassepot), se posicionó entre las rocas desde la Caleta
del Mercado hasta el muelle del Ferrocarril: Total: 120 plazas.
3. Batallón “Guardia Civil de
Arequipa” (Comandante, sargento mayor graduado don Mariano Ceballos) Se
atrincheraron en las rocas, desde Playa Blanca al Norte. Total:40 plazas.
4. Columna “Gendarmes Nacionales
de Pisagua” (Comandante, coronel don Manuel Francisco Zavala. 2º Jefe,
coronel graduado don Nicanor González.) Se atrincheraron en las casas de
Pisagua, entre el Fuerte Sur y la Estación del Ferrocarril: Total: 100 plazas.
Trabajadores del Ferrocarril Total: 25 plazas.
Ambulancia “Arequipa”
(Instalada en Alto Hospicio).
Francisco
Machuca describe las defensas aliadas. El coronel Recabarren colocó “su gente en línea de tiradores, tras las
rocas de la playa y en los edificios de la ciudad. Convirtió en reductos
atrincherados, la aduana, la iglesia, prefectura, estación del ferrocarril,
bodegas de comercio y aun casas particulares.
Cinco líneas de parapetos formaban las defensas de la plaza. La siguiente dominaba a la anterior, dada la
configuración del terreno que se eleva en gradas, hasta la planicie de
Hospicio, a 300 metros verticales sobre la ciudad. Estableció la primera en la
playa peñascosa, desde Punta Pisagua a Punta Pichalo, que ofrece únicamente dos
lugares de acceso: Playa Blanca en
donde se efectuó el primer desembarco, y Playa
Huata, en donde ocurrió el segundo.
Los
aliados cavaron “…entre las líneas
defensivas, zanjas paralelas destinadas al abrigo de la tropa, con gruesos
parapetos…. Destruyó además los caminos de acceso a Hospicio,…para dificultar
más aun la ascensión de los cerros.
La carretera constituía la 2ª línea, reforzada con hiladas de sacos de
arena. La 3ª, la trocha del ferrocarril hasta la 3ª revuelta. La 4ª el último
zig‑zag; y la 5ª la meseta de Hospicio, que dominaba el campo de batalla,
quedando bajo sus fuegos, la bahía, las playas, la población, la carretera, la
trocha del ferrocarril y los senderos vecinos.
Respecto a
la bahía, bien vale la descripción de otro chileno: “La bahía es muy abrigada, de aguas casi siempre
tranquilas; la faja de terreno plano entre la playa y el pie de los cerros, es
muy estrecha; en las laderas paradas se divisan los largos zigzags del
ferrocarril que trepa hasta la llanura de la cumbre.”[5]
[2] Los buques de la marina inglesa Turquiose
y Thethis nos acompañan desde
Antofagasta observando nuestros movimientos” cuenta Dublé Almeyda
[3] Este sería dirigido por el “capitán de navío Enrique Simpson, que
acompaña al ministro desde que dejó el mando del Cochrane.” Cuenta Dublé
[4] Lynch estaba en
lo cierto y la consecuencia la relata dublé almeyda páginas mas adelante, la
falta de reconocimiento de la costa: Este reconocimiento no pudo
tener lugar antes de que amaneciese, porque hallándonos muy al norte de Pisagua
llegamos a este puerto a las 7 a.m. El comandante Luis A. Lynch había tenido
razón. Fracasó la operación de ejecutar al amanecer el desembarco de Pisagua y
Junín simultáneamente.
[5] DIARIO DE CAMPAÑA DE
UN CIRUJANO DE AMBULANCIA
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