EL AÑO DECISIVO: LA MAYOR INTERNACIÓN DE ARMAS DE LA
HISTORIA DE CHILE (III)
Mientras en el norte de Chile… Claudio Molina Donoso (El
Rucio) uno de los encargados de la Logística
del Frente realiza dos viajes al norte entre setiembre y octubre de 1985. Molina
viaja primero con su pareja Isabel y en el segundo viaje con José Flores Miranda (Jimmy) y elige los lugares para
almacenar armamento, empleando los pirques mineros abandonados de la zona norte
del país. En septiembre
de 1985 llegó a Vallenar, Alexis
Texier Verdugo (Calambrito), quien pronto se hizo cliente del
restaurant Venecia y allí preguntó
por una notaría y le recomiendan la de Oscar
Suarez.
El 23 de octubre de 1985 en Coquimbo se constituye la sociedad Cultivos
Marinos Chungungo SRL (el 28 se inscribe en Vallenar) por los socios Alexis
Texier Vergudo y Víctor Fernández
Cartes. Ella se encontraba destinada al cultivo de especies marinas,
desarrollo y comercialización de productos del mar, cultivados o naturales.
También está destinada a la adquisición de elementos necesarios para el
desarrollo de esa actividad, como la importación de semillas y utensilios y su
exportación. Tendrá un capital inicial de $ 4.000.000, y su sede se encontraba
en calle Rojas 332 de Vallenar. Para el 28 de noviembre se elevaba ante la autoridad pertinente la
solicitud de una concesión marítima en sector de terrenos de playa de 49.000 m2
en la caleta de La Herradura de Carrizal
Bajo, incluyendo una superficie de mar de 90.000 m2. El domicilio que se va
a emplear es el de la bióloga marina Nancy
Barahona Toledo, funcionaria del Instituto de Fomento Pesquero.
Sergio Buschmann (1992) |
Alfredo Malbrich contacta, a través de Pedro con Alexis Texier Verdugo para que este último arme una sociedad
pesquera. Malbrich realizará los
trámites legales, para instalarse en la Herradura
de Carrizal. Le entrega una suma de $200.000 (agosto de 1985) y desde esa fecha hasta julio del ´86 le entrega alrededor de $ 3.000.000 (de la época).
Para que se tenga una idea del actual valor, la UF en esa época estaba
alrededor de $ 2640, por lo que el valor del terreno es de 1136,3 UF, así que
esa cifra $ 26.750 al 4.12.2017. Multiplicando da el resultado al día de hoy: $ 30.300.025 atendiendo exclusivamente
a la inflación.
Para
acondicionar el lugar de desembarco se compraron 4 motores fuera de borda, 3 botes
de goma, un bote de madera, una central de radio con sus respectivos equipos de
comunicaciones, grupo electrógeno, 3 carpas, 20 sacos de dormir, una grúa. Y
suma más y más facturas, pagadas al contado, porque había mucho dinero de por
medio.
Este
frentista Texier Verdugo, vivía en La Herradura y cultivaba ostiones. Traía las órdenes de Alfredo Malbrich para formar una
sociedad. Para ello contaba con su par Víctor Fernández Cartes (Pitrufo)[1] y juntos
concurren a la notaria. Los dos son hombres del equipo de Buschman (a quien Luis Rojas Nuñez le acredita la idea de
constituirse como una empresa)
Simultáneamente
otros dos hombres del Frente Pablo Flores Castillo (Freddy)
y Chayita dieron inicio a otra empresa de fachada: una destinada
a la extracción y comercialización de huiros[2].
Se adquieren en las inmediaciones las algas y huiros necesarios para aparentar
ese tipo de actividad. Y se amontonaban en Carrizal
Bajo, transportándola por camión a Vallenar
y Santiago.
La
coordinación de la operación se hacía desde Vallenar.
En los
primeros días de diciembre del ‘85
un grupo de frentistas empezó a recorrer los terrenos alrededor revisando playas y pirques, caminos y
habitaciones. Llega luego otro grupo que instala galpones, apoyados por jeeps Toyota y una cuadrilla de camiones
pesados, livianos y doble propósito. Como política de relaciones públicas
abastecen con agua potable a la población y combustible para el equipo
electrógeno y transportan a los locales en sus vehículos, cuando es menester.
Alex Texier |
La empresa y
los frentistas (más que frentistas eran militantes comunistas) que vivían allí
pronto lograron que no se notara la depresión económica que afectaba al país:
dos vehículos: una camioneta amarilla en la cual viajaban para las compras y un
jeep azul, algunos hablando por teléfono a Antofagasta,
Santiago y otras partes por largos
ratos, usando buzo deportivo azul marino. Malbrich
tomaba de preferencia jugos de durazno envasado, se les veía en fiestas (en Huasco Bajo, Carrizal y en Vallenar),
pero nunca bebían alcohol, casi no conversaban ni hablaban de sus familiares y
se referían al lugar de trabajo como las algas, salvo la Herradura, que era llamada así por su
nombre. Gustaban de la música de Jean
Michel Jarre, Tomita y Vangelis, cultos y que sabían lo que compraban al
adquirir cassetes.
Gastando y
gastando sin medirse en cuanto a los medios para realizar la operación, ni
tampoco se preocupaban de pedir factura por esas adquisiciones: cinco sacos de
dormir, una tienda, bencina y petróleo por meses diez pares de botas Bata, dos estanques de 200 litros para
agua.
Para septiembre de 1985 Pedro
ya estaba en Copiapó y en
condiciones de informar que había entrado en tratos para la compra de la nave Chompalhue, para disfrazarla de
albacorero[3].
En octubre de 1985, Abelardo Moya, en ese momento encargado
militar del FPMR en la zona sur de Santiago, recuerda que “se me entrega la tarea de volver a
Santiago y comprar las parcelas donde construiríamos los barretines para
guardar las armas…A través de avisos del diario compramos alrededor de cuatro o
cinco parcelas y para mantener la normalidad trasladamos a algunos voluntarios
a vivir en ellas”. Veamos el caso de la parcela de calle Los Granados N° 576,
La Pintana. Al corredor de
propiedades Claudio Pedreros recibió
la visita de Julio Solís (Enrique),
quien oficialmente trabajaba como nochero de la tienda Nadir de propiedad de Mariano Jara Leopold[4].
Obviamente como nochero provocó la sospecha del dueño, Héctor Urrutia, que no
le pagaran, por lo que volvió ahora con Jara
Leopold como interesados en la compra. Jara es quien firmó el contrato de
promesa. Posteriormente Jara le entregó un documento por el cual dejaba a Manuel Solís como dueño de la parcela.
Este último era un militante del PC con el que Julio Solís (sin parentesco) ya se había reunido y le había dado la
tarea de convertirse en el cuidador de la parcela y permitir la instalación de
un refugio subterráneo para esconder las armas que vendrían.
Mariano Jara, ayudista del Partido Comunista chileno |
Faltando
unos días para la Navidad de 1985, Malbrich, Buschman y Pedro
llegan a la zona de Carrizal con un grupo que se encarga de la seguridad y que
se encuentra a cargo de Juan de Dios Márquez Miranda[5],
éste, en épocas há normalmente tiene un punto permanente con Claudio Molina
Donoso (El Rucio) y
tras un contacto telefónico, se citan en el Tavelli en Las Condes. Este le ordena viajar a Vallenar a finales de 1985. Obediente, llega en bus a la ciudad en
cuestión para asumir las tareas de seguridad. Según versión de La Tercera, en
agosto de 1985 se dio el aviso que el encuentro sería el 31 de diciembre de
1986, pero problemas en el viaje dejaron pasar la fecha hasta el 24 de mayo.
La operación estaba organizada en
diversas secciones que no debían tocarse unas con otras para mantener el
secretismo. Idea de Pedro, que ya se la había explicado a Teillier.
a.
Los Hombres
de Mar, en las naves que el PC había adquirido.
b.
Los hombres
de tierra era la estructura que debía
garantizar el desembarco de los medios, y sin interrupción, echar a andar el
sistema de transporte para trasladar el armamento hasta los almacenes de
tránsito. A su cargo estaba Antonio, o "Loco
Antonio"'. La sección estaba formada por dos estructuras supuestamente
"cortadas" una de otra:
1.
Una empresa recolectara de huiros, el alga abundante en la zona, con oficina en
Vallenar, estaba al mando de Sergio
Buschmann[6]. El objetivo de la empresa era darles
cobertura y atención legal a los hombres que permanecían fijos en el punto de desembarco,
los "huireros". La misión principal de ese personal fue habilitar el
punto de infiltración, hacerse parte habitual de la zona y conocer al detalle
la "situación operativa" del terreno, para lo cual en los meses
anteriores se dedicaron a la recolección de huiros, aunque de forma poco
estable, mientras Buschmann, con
tres hombres subordinados, un camión cerrado y un jeep, recogía las algas y las
comercializaba.
2.
el criadero de ostiones y erizos, también asentado legalmente, fue instalado
en la caleta La Herradura, a escasos cinco kilómetros al sur de Carrizal Bajo.
Cuatro personas formaban parte de este grupo comandado por Alexis Texier, un profesional de la informática proveniente de
Santiago, amigo personal de Alfredo Malbrich Completaban el grupo, Maforito, un viejo militante empleado municipal en la capital, y
dos reclutados por Texier desde la Juventud Comunista: Víctor Fernández, joven biólogo marino de copiosa barba, a quien llamaban Pitrufo por ser oriundo de la localidad
sureña de Pitrufquén, y Vilma, una morena
y hermosa estudiante universitaria; ambos formaban una pareja estable, ideal
para la cobertura legal del criadero.
Contaban con
equipos de buceo, algunos medios técnicos del criadero, una balsa de goma tipo
zodiac, un bote de madera motorizado, llamado Andrea, y un moderno jeep de
doble tracción. Su trabajo antes del desembarco era el estudio de la zona y
asistir clandestinamente a los huireros y al personal de apoyo.
c.
La
sección de Almacenes de Tránsito,
operaban en el primer desembarco con “hasta
cuatro minas (piques)[7] que habían sido acondicionadas para guardar
el armamento. La más cercana se encontraba por el camino costero, seis
kilómetros al norte de la caleta; la más lejana, unos cuarenta kilómetros
después del caserío El Totoral, al otro lado de la Carretera Panamericana.
Claudio Molina “el Rucio”, fue el encargado de buscar piques
mineros para esconder las armas en forma provisoria. Entre noviembre y
diciembre del 85, Molina seleccionó cinco minas, las que además debían funcionar
con una fachada, es decir, con cierta legalidad. “Desde meses atrás, una pareja de viejos "pirquineros"
comunistas de la zona trabajaba en cada una de ellas…, pero para mayor
seguridad, la actividad se cubrió con el manto de una pequeña empresa minera,
creada al efecto, encargada de comprar el mineral extraído y dar atención a los
mineros, premunida de un camión pequeño y un jeep.”
Claudio Molina, Rucio,
era el creador y jefe de esta estructura. Su segundo al mando, Daniel. A Molina también se le subordinó
un depósito subterráneo construido en Huasco
Bajo, un caserío cercano al Puerto
de Huasco. El local, de considerables proporciones, se construyó debajo de
una casa de madera, muy similar a las del sector, utilizada como escuela
clandestina de combatientes la mayor parte del tiempo. Tenía tomas de aire
camufladas entre las paredes de la construcción del nivel superior y se accedía
a él por un túnel lateral, cuya entrada estaba oculta dentro de la propia
vivienda. Toda una obra ingeniera de los "barretineros". Al mando de
la instalación estaba José Eduardo
Flores, Raúl, compañero del Rucio Molina desde los años ochentas en
la Jota de Valparaíso y marinero, un detalle que Molina no pasó por alto a la
hora de reclutarlo.
d.
La sección de Transporte Carretero, con
choferes, un camión y camionetas, bajo las órdenes del enigmático Gabriel
Salazar o Negro Gabriel, La misión
del era el traslado de la carga desde las minas hasta los almacenes de Santiago
y otras ciudades. Los choferes no llegaban a las minas ni a los almacenes; en
un punto del norte recogían los vehículos cargados y los llevaban hasta otro en
alguna calle de la ciudad indicada.
e.
Almacenes Permanentes, estaba bajo la responsabilidad de Abelardo Moya,
salido de las estructuras de logística del FPMR. Su jefe directo era Pedro, quien asegura que Moya, (Pintoso), atendía tres o cuatro almacenes en la
capital y varios más en otras grandes ciudades del país, cada uno con familias
responsables de su manejo y normalidad.[8]
UN AMARGO
AÑO NUEVO: El 1° de octubre se firma la escritura pública por la que se compra el Chompalhue,
un antiguo pesquero de alta mar, de casco de madera, fondeado en el puerto de
Arica, fue adquirido con dineros del Partido por Gerardo Alivial Beltrán. Quien lo compra, en Arica, a Comercial Ranco Ltda, por $ 5.350.000[9]. A su vez es reemplazado como
dueño por Manuel Santana Soza.
Cristian Pérez relata en su investigación, al hablar del estado de la nave: “Ni siquiera tenía la hélice”, relata Tino, un militante que había servido en
la Armada de Chile… El barco necesitaba reparaciones urgentes, así como
modernizar sus instrumentos de navegación. Según Tino, pidieron ayuda a un profesor universitario, un ingeniero
mecánico, “quien aportó con soluciones técnicas al trabajo de dos mecánicos de
confianza”[10].
Entre el 20 y el 22 de diciembre llegó a Arica “Pedro”, el jefe, para explicarle a los
futuros tripulantes del barco Chompalhue la naturaleza de la misión. Poco antes había
llegado el “Loco” Ruilova,…. Se
estableció la tarde del 30 de diciembre de 1985 como el momento para el
encuentro en alta mar. En la noche del 23 o 24 de ese mismo mes…, el Chompalhue terminó sus reparaciones y
zarpó desde Arica a Chañaral. La tripulación estaba
compuesta, entre otros, por el capitán José
Astorga, “Pancracio”, “Lalo” y “El Caliente”.[11] La idea era contactar al Río Najasa, nave pesquera
de alta mar cubana el 31 de diciembre para hacer el primer desembarco
En el viaje de la Chompalhue hacia Chañaral Tino y Pedro
no se embarcaron. El 25 de diciembre
partieron juntos hacia el sur. Tino paró en Antofagasta y se dirigió a una
población de la ciudad, golpeó la puerta de una casa, entregó una clave y
recibió cinco cajas, con las que abordó un bus a Chañaral. Las cajas contenían ecosondas, instrumentos para mejorar
la navegación del Chompalhue. Pedro siguió hacia Santiago
Ulises Estrada |
En el puerto
nortino Tino se encuentra con Alfredo
Malbrich, quien llegó a la ciudad en su flamante Toyota azul. Pero la nave
no llegaba. Recién a las 7 PM “con varias
horas de retraso debido a problemas técnicos, por fin entró al puerto la
goleta. “Compramos seis o siete barriles de combustible para zarpar esa misma
noche”, afirma Tino. El contacto con
el mercante cubano debía ser puntual, pero también tenía que estar presente
Alfredo Malbrich. Desconfiados como eran, los cubanos del DOE no entregarían a
nadie más las armas. Pero justo cuando el barco iba a zarpar, Malbrich no quiso
subir. Alegaba que alguien de la Armada podía verlo y sospechar porque su
nombre real no figuraba en la nómina de la tripulación, como obligaba la
autoridad portuaria. El capitán insistió: abordar el Chompalhue en el mar,
desde un bote, sería imposible, pues era muy difícil que desde una lancha se
lograra divisar una goleta por las olas y la curvatura de la tierra. Malbrich se
mantuvo firme. Y como jefe impuso su criterio: se embarcaría al día siguiente,
desde un bote Zodiac. El lugar sería a algunas millas mar adentro, frente a
Carrizal.”[12]
Entonces sería 28 de diciembre, fecha en la que la goleta partiría de Chañaral.
Mar afuera el clima era malo: oleaje, y un fuerte viento con llovizna reducía
la visibilidad.
Orlando
Bahamonde (Pedro) es quien cuenta lo sucedido
esa noche en tierra “La Chompalhue zarpó de Caldera con su tripulación convencional el día y la
hora indicados, a las dos de la tarde del 30 de diciembre. El bote zodiac del
proyecto de criadero partió un poco más tarde desde la caleta Obispito, al
norte de Carrizal; en ella iban el especialista de radio, el navegante y Malbrich, el único que conocía las
coordenadas para ubicar al barco cubano. Juan Ruilova Maluenda, Antonio, el ingeniero, fue quien trasladó en una camioneta hasta la caleta Obispito
a los tripulantes….” Y
cumplida esa misión él se volvía para Santiago.
Qué sentido tenia esperarlos si luego de juntarse con la Chompalhue, tenían que
navegar hasta encontrarse con los Cubanos. Entonces tenían que volver a Chile
(el encuentro iba a ser en aguas internacionales, más allá de las 200 millas).
Es decir volvería el 2 de enero a la misma playa para buscarlos y apoyar el
desembarque de las armas.
Pero como estaba cansado esperó a que se fueran los del zodiac y luego se echo a dormir dentro
de la camioneta, hasta que se despertó pero ya estaba oscuro. Había dormido
alrededor de 12 a 16 horas por el cansancio. Cuando iba a partir apareció un
pesquero a lo lejor con sus luces encendidas, que transitaba de norte a sur,
cerca de la costa, y volvió de nuevo a pasar esta vez hacia el norte. Antonio
sospechó que era la Chompalhue, lo que quería decir que no se había conectado con
los tres hombres del zodiac. El mismo Antonio
declare años después: “Malbrich y los
otros dos compañeros se perdieron, nunca llegaron al lugar. El encuentro era a
las seis de la tarde, una hora muy inapropiada, al rato ya estaba oscuro.
Pudieron haber estado cerca del Chompalhue y no verlo. A los de la goleta les
era más difícil aún encontrar al oscurecer un bote de goma en medio del mar.
En el Rio Najasa según Ulises Estrada, un importante ex
miembro de la inteligencia cubana ya fallecido, “el barco con la gente del DOE
llegó al punto, esperó el tiempo prudente, el contacto no se produjo, y debió
retornar a su base”. Por las labores de coordinación con los chilenos, pues
Malbrich debía ir a Cuba, y de
chequeo sobre las inteligencias enemigas para evitar una posible detección,
pasarían meses antes de que se dieran las condiciones para un nuevo intento. Y
en la Chompalhue “los
tripulantes de la goleta discutieron sobre si seguir o no hacia el punto de
encuentro con el mercante cubano, pero se dieron cuenta que sin el encargado no
tenía sentido hacerlo”[13]
Concluye Juan Ruilova Maluenda "Yo me quedé allí, me quedé esperando, yo creo que eran como las
cinco de la mañana, todavía estaba oscuro, cuando aparecieron dos gallos
caminando por la playa, eran Malbrich y el navegante. Venían reventados, habían
estado dando vueltas casi toda la noche en medio de una mar encrespada. (El radista se) había quedado
cuidando el bote y los equipos que llevaban.”
Pesquero cubano Rio Najasa |
Sigue Pedro en su relato que había sido el propio Malbrich quien “había planificado que ambas embarcaciones se encontraran a las seis de
la tarde frente a la caleta Obispito, a diez millas de la costa. En ese punto,
el zodiac y sus tres tripulantes pasarían a la Chompalhue. Solo entonces, Pancho
(José Astorga), el capitán efectivo de la
goleta, conocería hacia dónde dirigirse….Pancho advirtió que ese encuentro iba
a ser muy difícil, por la hora, la dimensión de las dos embarcaciones y la gran
distancia de la costa. Recomendó que se hiciera mucho más cerca. Ese encuentro
era a pura estimación, no se usaba el aparato de navegación, tenía que ser más
cerca de la costa, no le hicieron caso.”
La preocupación de Malbrich era
que si llegaban a ser descubiertos, y esa posibilidad era más grande entre más
cerca de la costa actuaran, entregaría datos vitales al “enemigo” y mantuvo en
secreto las coordenadas de encuentro
Para los
planificadores cubanos sería una desagradable sorpresa que para el 31 de
diciembre de 1985 la operación no estuviera lista, lo que abortó el primer
desembarque. El barco cubano llega al punto de encuentro, pero la Chompalhue, no. A dar explicaciones a
los cubanos enviaron a Malbrich “Albacorilla". Así los marinos del
Chompalhue lo habían bautizado…por
tener una altura notable y ser francamente delgado.”
Sin nada que
hacer, la tripulación del Chompalhue volvió a sus casas.
Regresaron a Chañaral recién a mediados de enero de 1986. Los instalaron en el
pueblo (parte en la vivienda de Juan Plaza Díaz y el resto en una casa
arrendada al efecto) y con un furgón propio para los traslados. La nave que
fondeó en el puerto a la espera de las órdenes. A su vez, desde Miami les llegaban rastreadores de satélites. Al grupo se
sumó el ingeniero y antiguo militante Manuel
Santana (“Pancho”), quien relata que “gracias a un amigo capitán de
puerto en el sur obtuve de apuro y sin más trámite una licencia de capitán de
alta mar”.
[1] Se trata de un biólogo marino de la Universidad de
Concepción, quien estuvo en Cuba, pasó por Nicaragua peleando contra la Contra.
[2] son macroalgas pardas. Macroalgas
porque se pueden apreciar a simple vista y pardas por su color característico.
Hay macroalgas de otros colores, como verde y rojo, y esto depende del pigmento
que tienen para captar la luz del sol. Las aglomeraciones de huiro se dan en
costas rocosas y de aguas frías de todo el planeta, formando un ecosistema muy
productivo y con gran biodiversidad: los bosques de algas. Estos bosques se dan
en las costas a poca profundidad, donde llega la luz solar, y en áreas con
muchos nutrientes, como las costas de Chile. En Chile tenemos cinco especies de
huiro: tres que habitan en la orilla (intermareales), que son dos especies de huiro negro, y el chochayuyo, y dos que viven bajo el mar (submareales), que son el huiro palo y el huiro canutillo o flotador.
El conchayuyo es consumido como alimento, mientras que los huiros se
comercializan para servir de alimento en cultivos de abalones, a nivel
nacional, y para uso en las industrias cosmética y alimentaria, a nivel
internacional. En el centro y norte de Chile el macroalga más abundante es el
huiro palo, que se extrae de dos formas: la primera es mediante la recolección
de orilla, técnica no destructiva que consiste en retirar las algas muertas que
arrastra la marea; mientras que la segunda implica arrancar el alga viva
completa, normalmente mediante buceo. Esta última técnica se denomina
“barreteo”.
En el norte y centro de Chile, los
buzos extraen el huiro palo con la ayuda de un chuzo, con el que despegan el
alga de la roca. Esta técnica es conocida como barreteo. Las algas barreteadas
pueden ser inmediatamente recolectadas, subiéndolas a un bote, o ser dejadas a
la deriva hasta que varen y puedan ser recolectadas en la orilla.
Estos bosques son el hogar de gran
cantidad de seres vivos, desde otras especies de algas hasta grandes
depredadores como las estrellas de mar o la vieja. Muchas de estas especies
tienen interés comercial. Estas algas son también fuente de alimento para
muchos animales, desde pequeños anfípodos hasta peces como la jerguilla o,
incluso, el hombre. También son usados como zona de crianza o de caza por
muchos animales.
[4] Resultó que este mediano empresario
era un ayudista del PC usando su tienda para dar cobertura al Partido y a sus
dirigentes así como facilitar reuniones y como bodegas de algunas armas.
[5]
Militante comunista desde el Liceo en Talagante en 1972, quien pasa La Habana para estudiar medicina y permanece
allí hasta 1984 cuando deja a su mujer cubana Georgina Torres Damas y a su hijo
de 9 años, iniciando un curso intensivo de guerrilla urbana, contrainteligencia,
chequeo y parte rumbo a Chile con un
pasaporte ecuatoriano a nombre de Rodrigo Morales Garrido, con US $ 2.500 vía
Cubana de Aviación, con pasaje gratis, para viajar a Praga el 24 de diciembre,
cinco días más tarde Viena y de ahí a
Madrid, donde permanece 10 días para aclimatarse con el acento, ingresa a Chile
vía Pudahuel a principios de Enero.
[6] probado
militante salido de las estructuras del TMM de Santiago, actor de profesión y
colaborador internacionalista en Nicaragua
[7] es una perforación en forma vertical en
la cual se puede descender en cabrías (ascensores) o escaleras a profundidades
de la tierra. Éstas, por lo general, en la pequeña minería suelen tener
profundidades que van de 25 metros... Al fondo de los piques se
encuentran galerías, las cuales son fortificadas, ventiladas e
iluminadas, su tendencia es en forma horizontal (tipo túneles)
que se dirigen a frentes de explotación de los minerales
[8] Rojas. Luis De la Rebelión
Popular….
[10]
Perez, Cristian en http://www.casosvicaria.cl/temporada-dos/las-armas-de-carrizal-yunque-o-martillo/
que “
[11]
http://www.casosvicaria.cl/temporada-dos/las-armas-de-carrizal-yunque-o-martillo/
[12] Pérez, Cristian en http://www.casosvicaria.cl/temporada-dos/las-armas-de-carrizal-yunque-o-martillo/
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