EL AÑO DECISIVO: LA MAYOR INTERNACIÓN DE ARMAS DE LA HISTORIA DE CHILE (II)
Pese a
alguna oposición interna de dirigentes situados en el extranjero, un núcleo del
Comité Central tomó la decisión de internar armas en Chile, con el apoyo del
gobierno cubano y su brazo militar, las Tropas
Especiales. Se supone que la decisión se tomó por Gladis Marín, Luis Corvalán
Lepe y el actual diputado Guillermo
Teillier, Sebastián, jefe de la comisión militar del partido, hombre
de confianza de Gladis Marín y nexo con el gobierno de Cuba. Estos tres
personajes eran los que dentro del partido, en su léxico, se llamaba un-dos-tres,
es decir el equipo de dirección más íntimo y que controlaba efectivamente el
trabajo del FMR.
CARRIZAL BAJO
Para
organizar cualquier tipo de resistencia armada, el principal problema era cómo ingresar
de manera segura las armas con que se peleará. Y también es relevante la de pregunta
por dónde traerlas.
Luis Corvalán Lepe |
Evidentemente
el camino seguido normalmente era el de la ruta del norte, por tierra, por
Bolivia en 1983 (en Argentina el control era más férreo y los pasos no
habilitados no eran alternativa[1])
y de antes, al estructurar el Frente a principios de los `80. Así las armas
llegaban hasta la costa peruana y de ahí se enviaban a la frontera en vehículos
con doble fondo lo que implicaba en todo caso un proceso lento y engorroso que
aumentaba la posibilidad de ser descubiertos[2].
La operación
que se decidió en Chile fue cambiar el método de transporte y la vía empleada,
usando el mar en un país con una costa muy amplia, como la chilena, resultaría
mejor. El plan era el transporte de las armas, con un total de 50 o más
toneladas de armamento, siendo designado para esa tarea uno de los miembros
directivos del Frente, Pedro de nombre real Orlando Bahamonde Barría,
jefe de Logística Exterior del Frente. Para la operación,
soviéticos y otros países socialistas pusieron el dinero para todo el tinglado.
El costo se estimó en US$ 30.000.000 de esa época. Para ello Gladys Marín, dirigentes del partido y del FMR, estos últimos, radicados en Europa, debieron viajar a menudo a
Moscú. Los cubanos se encargarían de la recolección de las armas, fuera en
Vietnam, Checoeslovaquia y de los países del bloque del Este de Europa, fabricado
entre 1983-4.
“La Logística
Exterior comenzó a funcionar en 1983 en una base instalada en Bolivia,
desde donde ingresaron algunas cantidades mínimas de recursos y medios. Un
oficial, Jorgito, inició este
trabajo, al que se sumaron luego otros dos oficiales, Gladio Mena y
Filomeno, más una de las doctoras
graduadas en Cuba. En el interior del país, Malbrich y Gabriel eran los encargados de esa
misión. La base pionera en Bolivia continuó trabajando hasta su prematura caída
en 1985.
En Perú se instaló Patricio Hinostroza, apodado Ñato;
en Uruguay, Francisco García, "el Amigo". Por último, en Argentina se organizó la base
principal de apoyo, que se inició con dos hombres y llegó a tener la mayor
estructura y cantidad de personal; Pablo
o Simón, un acucioso oficial
especialista en logística, fue su jefe; Antonio Reyes, el Negro
Antonio, uno de sus primeros subordinados.
En la instalación y apoyo a las bases colaboraron los
partidos comunistas de esos países, a través de vínculos facilitados a Juan Carlos por la Comisión Política
radicada en Moscú. En Uruguay se contó con la colaboración del movimiento
revolucionario 26 de Marzo y en Argentina, donde el Partido Comunista desempeñó
un importante papel, también se tuvo el apoyo de Los Montoneros y el Ejército Revolucionario
del Pueblo (ERP, de curiosa inspiración trostkista).
Gladys Marín |
La estructura de Logística Exterior, con sus bases
principales y de reserva, aseguró las comunicaciones permanentes antes, durante
y después de la operación y fue la responsable principal en el flujo de los
recursos económicos. Por la de Argentina, esencialmente, durante casi dos años
pasaron con absoluta seguridad inestimables cifras de dinero, así como mensajes
y personas, sin que su trabajo fuera descubierto hasta abril de 1987 (cuando) esta jefatura cayó en manos de la policía
transandina; dos de sus integrantes, al obtener libertad bajo fianza en el
proceso judicial a que fueron sometidos, salieron clandestinamente del país. Pablo, el jefe de la base, debió
soportar largos años de prisión en cárceles transandinas.”[3]
Desde los primeros traslados clandestinos de armamento en 1983 y 1984,
procedentes de Bolivia, el Negro Gabriel
impuso ese sistema impersonal de entrega de vehículos, lleno de medidas de
seguridad y de controles previos y posteriores a las entregas. Nunca ningún
traslado de los organizados por este hombre fue descubierto por algún aparato
policial de la dictadura.
Sin embargo
la política de la Sublevación Nacional
necesitaba urgentemente de armas para ser llevada a cabo y en 1986, cuando se
esperaba el año decisivo, no podía ser una mejor época.
Según una
versión del diario La Segunda, dice Hugo Pavéz, abogado comunista, que en
1985 en una reunión clandestina entre la Dirección del PC y la Dirección del
Frente se implementa la idea de internar armas de manera masiva, encargándose a
Pedro[4],
que había regresado al país un año antes, quien toma contacto con Alfredo
Malbricht Baltra[5] (El
Flaco o Albacorilla) y Sergio Buschman Silva (Ricardo
o El Pelao)[6]. El
primero se toma 6 meses de 1985 para revisar las costas del norte de Chile y
determinar que Carrizal era el lugar apropiado, tras tener problemas con las
autoridades en la caleta Hornos, al norte de la Serena debió descartarse ese
lugar. El segundo servirá de tapadera legal de la operación.
Luis Rojas Nuñez lo relata así: Un militante, Juan Carlos, fue llamado por la Comisión Militar (Teillier[7], Pellegrin y Apablaza),
el 5 de diciembre de 1984 (fija la fecha Juan
Carlos, según Rojas) en la que se planteó “solo (el) planteamiento
estratégico esencial…Aseguramiento para un nivel superior de la
lucha", dice Juan Carlos. Como consecuencia, debía
crear bases logísticas de apoyo en todos los países limítrofes con Chile y
próximos a él y ampliar las ya existentes y preparar condiciones en Cuba para que recibieran a Sebastián (Guillermo Teillier) y a otros
miembros de la Dirección del PC que iban a solicitar el apoyo oficial…. Siete veces fui a Moscú (dijo Juan
Carlos) durante toda la etapa de
preparación…La Comisión Política que
estaba allá y otros miembros de ella que viajaron desde el interior del país,
fueron informados, (de) los aspectos
más generales”.
Alejandro Ronda |
Recibido en
Cuba, Juan Carlos, sería el único interlocutor válido para tratar lo
referente de las armas. Siendo su enlace cubano el general Alejandro Ronda jefe de la Dirección
General de Operaciones Especiales (DGOE)
del Ministerio del Interior[8].
Este oficial sería entonces el responsable del lado cubano de la internación de
armas en Chile. Claro, bajo estrictas medidas de seguridad. Según la
investigación del diario La Tercera[9], hay una
reunión entre Ronda y Guillermo Teillier, Sebastián Larraín, también
conocido como El Príncipe. Por el lado cubabo, según Norberto Fuentes[10], las
primeras maniobras para conseguir armas en Vietnam estuvieron a cargo de Patricio de la Guardia, en ese entonces
jefe del Estado Mayor del Ministerio del Interior[11].
Pero ya antes, en la década de los setenta, el mismo sujeto buscaba y conseguía
en el mismo Vietnam armas norteamericanas, para que se las cedieran a Cuba (que
iban a otras guerrillas). La CIA, en un informe desclasificado de la época del
descubrimiento de armas, señalaba, Hanoi no ha vendido a comerciantes
privados las armas norteamericanas capturadas (en Carrizal Bajo) ...ellas
aparecieron en Cuba como abastecimiento regional.
“Muchas veces se ha querido responsabilizar de esto (la internación
de armas) a Cuba, -ha declarado Guillermo Teillier- pero no, todo lo de la internación se
decidió acá (en Chile), fue un
acuerdo político nuestro… Yo conversé efectivamente con Fidel Castro, así como conversé también con Eric Honecker, y con gente importante de los países occidentales,
pero no voy a dar nombres. En el caso de Castro,
yo solo iba a pedirle ayuda. Y en los primeros intercambios, con la experiencia
que el tenía, nos trató de desalentar, porque había una experiencia muy amarga
en América latina de intentos de ingreso de armas…”. Así lo corrobora en parte
el escritor cubano Norberto Fuentes;
“En Chile tuvieron la idea y en Cuba se
perfeccionó. El departamento América, la DGI, e incluso el Ministerio de
Defensa Cubano, colaboraron con los chilenos”[12].
Tony de la Guardia, el segundo de derecha a izquierda, junto a Raul Castro |
Juan Carlos, en aras de la compartimentación, empezó a reclutar a varios comunistas
chilenos para que llevaran a cabo la parte exterior de la logística
estratégica, aparte del sistema normal de internación operante hasta ese
momento (vía terrestre) que siguió operando con normalidad. Esta decisión será
relevante porque para el Frente (y es
la tesis que sostiene Luis Rojas) la
operación corrió a cargo casi exclusivamente del Partido, con escasa ingerencia de los frentistas (aunque las armas estaban destinadas a ellos), quizás la
decisión fue influenciada por tener el control del armamento pesado y con ello
el control del Frente.
En marzo de 1985 (según Juan
Carlos) “llegaron a Cuba Teillier (Sebastián) y tres miembros de la Comisión Política del
PC, uno de ellos Volodia Teitelboim” para el acuerdo general y la aprobación
cubana, pero los detalles lo verían, Pedro[13],
Juan
Carlos y los de Tropas Especiales.
Incluso se le dio un nombre clave, por parte de los cubanos: Volcán. Teillier le llamará Operación Rey.
Se hicieron
simulaciones y pruebas en el exterior para ver la viabilidad del acuerdo con
los chilenos[14].
Finalmente llegaba Pedro a Chile, en mayo
del ’85, para decidir la ruta aunque una internación por vía marítima de
carácter masiva era la mejor alternativa, pero ¿dónde? Primero arma un equipo
de exploración: Alberto Malbrich, Antonio, Víctor Fernández y Alex Texier. “Antonio reclutó en Valdivia a dos ex compañeros universitarios de los
años de la Unidad Popular. Malbrich,
por su parte, convocó a Texier, su viejo camarada de la Juventud Comunista
y compañero en el terreno profesional, ambos eran especialistas en informática y
computación. Texier buscó al biólogo
marino Víctor y a su compañera Vilma, conocida como la Negra, desde las aulas
universitarias de Concepción, con quien Texier
mantenía relaciones de amistad desde sus primeros años como jóvenes militantes
comunistas.” Más tarde se sumaría Buschmann
Antonio de la Guardia, con lentes oscuros |
La
determinación de la zona pasaba por la zona costera que va de Concepción a
Puerto Montt, y por otra el desierto de Atacama. Ese era el dilema. Lo que los
limita en la elección fue que a uno de los militantes contrató una avioneta
para analizar la costa de Chile, lo que era un riesgo ya que los pilotos eran
militares en activo o en retiro o tenían vínculos con ellos; y por otro que “que uno de estos compañeros tenía una amante”,
que era la cónyuge de un militar (quizás de la CNI). Y además había cuestiones
geográficas como relata Alfredo
Malbrich, “Habían algunos lugares que no daban
la profundidad, porque había que acercarse con el barco lo mas posible a la
costa. Tenía que ser necesariamente una playa profunda”[15].
Conseguir el
personal en el país con el propósito de actuar en la operación, cuenta Pedro: “Sebastián (Teillier) nos conectó con la Comisión de Organización (del PC
chileno) y con la dirección de la
Juventud Comunista, ellos nos vincularon con el Sindicato de Tripulantes
Navales. Luego de varias propuestas que terminaron en negativas, llegan al
capitán Alvear y a través de él a
las tripulaciones del primer barco (el Chompalhue),
que según Pedro actuaron sin que les pagaran, voluntariamente, al igual
que los especialistas, entre estos últimos “un
comunicador (radial) que se destacó
por cumplir múltiples funciones fuera de su especialidad, conocido como "El Duro", y también nos pasaron a
un navegante con un aparato de ubicación satelital. Salvador (Galvarino
Apablaza), el jefe del Trabajo Militar de Masas (TMM) nacional
(Apablaza) y Víctor, el jefe del TMM de Santiago aportaron cuadros
importantes. En realidad todo era apoyo del partido, pero a través de contactos
inorgánicos. Recuerdo a Puchini, un
cuadro intermedio del PC a quien le habían apodado así por tener siempre un
pucho en la boca, quien trajo algunos parientes a la tarea y además me presentó al Secretario Regional
de esa zona y así llegamos a la tripulación del segundo barco.”
Un breve
paréntesis: el TMM o Trabajo Militar de Masas, calificado
“como una estructura jerarquizada, un instrumento orgánico del PC….no era
independiente… se creaba junto a cada una de las estructuras de base
"civiles" que siempre ha tenido el PC. Cada secretario regional o
local debía tener subordinado un "encargado
militar", quien era el responsable de todo lo concerniente al
"tema militar" en el territorio….Estos encargados del TMM a niveles regionales y locales
recibían, al mismo tiempo, la atención e indicaciones del especialista militar
o encargado del nivel superior. La cúspide de la pirámide de esta novísima
estructura de mandos militares en el PC terminaba en un encargado o jefe del TMM a nivel nacional, que pertenecía a
la mencionada Comisión Militar, cuya
denominación en clave era "Mensaje" (que identificaba
tanto a los jefes como a las estructuras militares o más bien militarizadas)….Las "fuerzas combativas" del TMM debían formarse, inicialmente, con
los militantes comunistas y su misión consistía en realizar acciones… sabotaje
menores,… Actuaban en cualquier lugar donde fuera necesario
"paralizar", "detener" a las fuerzas represivas en el
combate callejero, podían llegar al enfrentamiento violento y hasta armado…y
sus armas, las piedras, hondas, cadenas, molotov y armas de construcción casera,
aunque la frontera hacia el empleo de las armas de fuego fue constantemente
sobrepasada (así como armas cortas, revólveres o pistolas). Esta estructura debía tratar de incorporar
e influir en las mayorías populares no
militantes, a luchar contra la dictadura empleando formas paramilitares de
enfrentamiento. (Operaba en) pequeñas
"unidades de combate" o "unidades operativas" a partir de
militantes de base y luego masificar nuevas "formas de lucha" en las
mayorías opositoras al régimen militar. En múltiples ocasiones, estas
estructuras cumplieron el papel inverso, generalizando ingeniosas formas de
lucha y armas caseras nacidas de la experiencia popular en el enfrentamiento
con las fuerzas represivas.”[16]
Alberto Mabrich |
Volviendo a Carrizal, Pedro
(Orlando Bahamonde) concibe un plan para la organización de la operación a
partir de dividir la operación entre Hombres
de Mar, Hombres de Tierra, Almacenes de Tránsito, Transporte Carretero y
Almacenes Permanentes…. Todas (las secciones) debían estar cortadas entre sí, sin cruzarse nunca (el compartimentaje era esencial), completarse con hombres adecuados para la
tarea y cumplir con los tiempos necesarios para la organización y realización
de la operación. Le presenta el plan
a Sebastián
(Guillermo Teillier). "Se ve bonito en el papel, veamos
cómo sale en la realidad", fue la
respuesta. “En verdad, todo se hizo de
acuerdo con ese plan, pero en la medida que pasaron los meses, se fueron
violando pasos, y las interconexiones entre estructuras y hombres.”[17]
[1] Primero porque había que incluir a
terceros o civiles, los arrieros quienes podían hablar y si caía uno podía caer
la operación completa. Y segundo porque las cantidades serían pequeñas. Para el
Año Decisivo se requería una catarata no un cuenta gotas
[2] Así
la inteligencia peruana informaba a Chile de estos movimientos, en 1985 se
informaba de las armas descubiertas en vehículos de doble fondo y de lo que se
halló en una caleta de ese país. La Historia Oculta del Régimen Militar página
391.
[3] Rojas. Luis De la Sublevacion….Al
igual que los párrafos anteriores en cursiva.
[4]
Hombre alto, fornido, de rostro redondo y ex combatiente en Nicaragua.
[5] Se trata de un programador de computadoras de
35 años (1986) quien ejerció cargos de jefatura en el banco de A. Edwards,
laboró antes en Texas Instrument y en el Banco del Trabajo, vivía en Las Condes
y cuya misión. Exiliado que regresó en 1979 al país y que en el 1º de Mayo de
ese año fue detenido por Carabineros.
[6]
Miembro de la JJ.CC en 1962, quien de 44 años (1986) estudia Teatro en la
Universidad de Chile, exiliado en 1976 al encontrarse detenido Carlos Camus y
Cristián Precht, gestionan su salida del país y termina en Nicaragua, donde se
encarga de Escuelas de Formación de Teatro, bajo la dirección del Ministro de
Cultura de ese país, Ernesto Cardenal. Conoce a Pedro en una peña en 1982 y
convencido ingresa al país en 1983 vía Merino Benítez. En octubre de 1985 se
reencuentra con Pedro quien le da el encargo de instalarse con una empresa de
exportación de huiros en Vallenar.
[7] jefe de la Comisión Militar, miembro del EDI desde sus inicios y de la
Comisión Política cuando ésta se radicó definitivamente en el país. En
la actualidad diputado por el Partido Comunista.
[8] Las relaciones con los grupos
guerrilleros en el continente los había llevado el Departamento América, pero
desde la caída de Barbarroja Piñeiro, quien privilegió siempre al MIR, el PC
chileno gozó ahora de espacio y popularidad dentro de las autoridades de la
isla caribeña
[9]
Capítulo VI de la historia inédita de los años verde olivo, página 4, serie
especial de La Tercera publicado el domingo 27 de mayo del 2001.
[10] Escritor cubano, quien gracias
a un texto suyo Hemingway en Cuba, lo acercó al círculo de los Castro. En 1989
cae en desgracia por motivo de la llamada Causa N° 1, sobre corrupción y
tráfico de drogas e los hermanos Ochoa (altos oficiales) y Patricio de la
Guardia, de las Tropas Especiales.
[11] Las armas no eran sólo
para Chile sino también para las demás guerrillas centroamericanas.
[14] En versión de La
Tercera A mediados de 1985 se inicia la búsqueda de alguna franja en el litoral
para el desembarco, eligiéndose finalmente Carrizal Bajo. Mientras las tropas
de Roberto Márquez, jefe de la unidad operativa de las Tropas Especiales,
empezaban a practicar en la zona norte de Cuba.
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