EL AÑO DECISIVO: LA MAYOR INTERNACIÓN DE ARMAS DE LA
HISTORIA DE CHILE (IV)
ENTRENAMIENTO: La internación de armas no fue el único operativo que se hizo en la zona.
También estaban las escuelas de guerrillas, instaladas en subsuelos de diversas
casas. Una de ellas estaba en Pedro Aguirre Cerda N° 045 de Huasco Bajo, arrendada por José Flores Miranda, negocio que se
hizo con compromiso de compra. En ella vive Juan Ruilova Maluenda (Antonio o Loco Antonio). El
“ingeniero” Claudio Molina Donoso
hace los planos del barretin. Italo Moya
Escanilla (Rocky) contará en el expediente: “…A la semana el Jano (Molina Donoso) me dice que tengo que hacerle instrucción a una gente que viene destinada a otra tarea
sin explicarme de qué se trata. Es así como a este primer grupo le hago clases
teóricas de armamento y explosivo.” Esta tarea será tres días antes del
primer desembarco de armas.
Estos barretines son construcciones
pre-fabricadas. Módulos de madera apernados e impermeabilizados, que se ensamblan
en los depósitos subterráneos. Estos fueron fabricados en Chile en la mueblería
de calle Rondizzoni n° 1508, por Jaime
Inostroza Espíndola (Chico Nelson o El Boliviano) y secundado
por Jorge Velásquez Ugarte (Toño
o Flaco).
A principios
de 1986 (Enero) quedan preparados
los pirques para recibir las armas, usando algunos que se encontraban
abandonados y construyendo piques dentro de piques o usando aquellos con
pasadizo estrecho o cavernas de difícil acceso.
Las armas se
trasladaron de Cuba a Nicaragua, al aeropuerto de Managua, primero, y luego a un puerto
del Pacífico para ser embarcadas en el barco Río Najasa, una nave
mercante pero que llevaba una carga especial, de nacionalidad cubana,
encargándose de la nave un grupo selecto de oficiales cubanos. El embajador
cubano en Nicaragua Julián López Hernández, pensando que la
operación se hacía a espaldas de Fidel fue a La Habana para denunciar el hecho.
Castro enfurecido les señaló ¿Julián trabaja para nosotros o para los nicas?
Fue removido de su puesto[1]
Los arreglos
seguían en Vallenar, donde se
arrendó una casa en la calle Serrano 701,
el 15 de febrero de 1986 por 20.000
pesos mensuales a cuadra y media de la Municipalidad y a cinco cuadras en línea
recta hasta la comisaría de Carabineros.
Será la futura escuela de guerrilla. La arrienda Diego Lira Matus (Cara de Corneta le apodan) y junto a
Buschmann (donde adopta el nombre
político de Ricardo) se instalan. Luego visitan varias playas en la zona
para la empresa de huiros. Se compran
una camioneta C-30, amarilla tipo container, en $ 900.000 (comprada en Santiago) y en la ciudad de Vallenar
solicita el inicio de actividades de la empresa, con capital nominal de $
500.000. Los huireros los contratará Buschmann..
Lugar de los desembarcos señalado por Sergio Buschmann |
La hija de
la Alcaldesa de Mar pololeaba con el Alexis,
uno de los industriales que pondría una planta procesadora de lexonias. O al
menos eso decía. Mientras la gente del Frente pululaba por la zona. Y en un
pueblo pequeño donde todos se conocen, cualquier “afuerino” destacaba como la
mosca en la nata.
En Huasco Bajo se instala una escuela de
guerrilla, en un subterráneo, lugar a los cuales son destacados Ítalo Moya
Escanilla (Rocky)[2] y Rafael
Pascual Arias (Rodrigo)[3] los cuales
en Marzo de 1985 han instalado su
centro de adiestramiento subterráneo, ejecutan su labor con dos grupos de 10
personas cada uno, enseñando a dos personas a la vez, el uso del M-16, el amongelatina[4] y
las UZIs. De hecho instalan un polígono de tiro donde son adiestrados y en los
cartones que representan figuras humanas, inscriben el nombre del estudiante y
el número de disparos formulados.
La casa
había sido arrendada a su dueña, María
Hidalgo, a través de su hijo Eduardo
Pizarro, en Antofagasta, quien
contaba poder para ello. La leyenda
sería que allí vivía un profesor de la UCV quien se hacía llamar José
(Víctor Hugo Fernández) quien llevaba allí a su conviviente Vilma
Olivares Cayul, La Negra, sus dos hijas de 3 y 5 años y su
suegra, los que llegaron aproximadamente en Marzo de 1986.
Al principio
el grupo familiar vivía en la casita de reuniones de la iglesia, luego
compraron la casa de Huasco Bajo y
habrían manifestado la intención de adquirir el terreno aledaño a la casa. Lo
particular de esa familia fue la
cantidad de gente que les visitaba y el hecho de empezar a cavar un pozo,
excusándose en que se emplearía en un pozo séptico, luego trajeron un camión
con tablas, más tarde sacaron una casita de madera que estaba a la izquierda
del jardín, argumentando la idea de hacer una piscina pero luego volvieron a
instalar la casita y adujeron que se arrepintieron de la idea y que volvieron a
tapar el hoyo. La ropa no se lavaba en ese lugar por lo que iban comprando más
y más, y gaste que gaste. Movimos
demasiada gente y vehículos, rompiendo con la compartimentación, con el
secreto, y necesariamente fuimos dejando demasiados indicios.
De ese grupo
no se tuvo noticias desde el 4 de Agosto, cuando la operación fue descubierta.
En marzo de 1986 Diego Lira parte a Santiago
a comprar un camión Chevrolet azul
C-60, portando consigo $ 1.200.000. Para esa fecha también en la casa de Huasco
habitan transitoriamente Eduardo
Niedbalski Ajagan (Fitipaldi), quien era chofer y
mecánico y Mario Hayes Olivares (El
negro o Mario), quien se encargaba del papeleo de impuestos internos.
También pasan por ahí Jorge Concha
Gonzalez, chofer y mecánico; Carlos
Nuñez Gonzalez (Rafael), cocinero y aseador del inmueble y Luciano Sandoval Sarmiento (Guatón) Antes ya habían comprado en
Coquimbo un jeep Willys amarillo en $ 150.000. Y en Santiago debe comprar un
camión aljibe, por $ 1.300.000. Los vehículos grandes y las camionetas son
todos embarretinados para trasladar
armas y explosivos.
EL PRIMER DESEMBARCO: La Chompalhue se trasladó a Caldera, donde empezó a pescar albacora
para justificar su presencia. Como el capitán y su segundo eran conocidos de
los responsables del puerto, no había problemas de seguridad. Así pasaron
cuatro meses.
Por satélite
y en mensaje cifrado[5], a
mediados del verano de 1986, llega la información que se esperaba: la nave se
prepara para llegar a las costas chilenas, por donde se espera para el
transbordo. De ahí Malbrich se
traslada a Coquimbo y se embarca en
la Chompalhue[6]
zarpando hacia el noreste al encuentro del buque cubano Rio Najasa.
“El 23 de mayo, el Chompalhue por fin zarpó…La
tripulación la componían Manuel Santana
como capitán; José Astorga, como
segundo capitán; Lolo; Alfredo Malbrich; Mario Vega; Pancracio; Javier; Tino; el Loco Ruilova; El Marino, un técnico en navegación
satelital (José o El duro); y Lucas, el
radiotelegrafista. El 25 llegan al punto de encuentro con buen clima y sin
oleaje. Al acercarse el Río Najasa[7]
comenzó a hacer señales visuales y chasquidos con la radio, a bordo los cubanos
iban dirigidos por el mismísmo Alejandro
Ronda. “Malbrich y el “Loco” Ruilova subieron al carguero.
Rojas Nuñez lo cuenta así: El encuentro de la Chompalhue, de escasos veintidós metros de eslora, y 7 tripulantes (uno era Victor[8] o el Lolo) con el barco mercante de unos ciento
cincuenta metros, había sido al atardecer del 26 de mayo a más de doscientas
cuarenta millas de las costas chilenas. Al avistar a la nave cubana “el
comunicador que llevábamos, al que le decían "el Duro", lanzó
repetidos llamados. Los cubanos se limitaron a acercarse y se detienen a
media milla de la nave chilena. Una
hora después se acercaron para hacer el abarloamiento
por el estribor del mercante. A las 6 PM "Nos amarramos por proa y popa separados solo por la
"aceituna"[9]
del barco cubano”
Víctor, "El Lolo: "Cuando miré hacia arriba, vi
apoyados en la borda del mercante a hombres con traje de buzo aún destilando
agua. Se me ocurre que…los cubanos nos inspeccionaron… ".
Al barco cubano subieron Antonio
y Malbrich con chuicas de vino chileno y una bandera del FPMR. Luego los
marinos cubanos empezaron el traslado de su carga a la nave chilena. Terminaron
entre la 1 y 2 AM, usando la pluma (grúa), dejándola en la cubierta, mientras
la Chompalhue
con un sistema de cuerdas la situaban en la bodega. Los cubanos en la bodega
estibaban (ordenaban) la carga. Poco
después comenzaron a bajar las armas. Primero la bodega, luego la cubierta, los
baños y hasta la cocina del Chompalhue, se repletaron de paquetes. Había
entusiasmo entre los chilenos, a pesar de que Manuel Santana advirtió que
estaban “sobrepasados en el peso, que si no alivianan, se hundirán”. En una
versión distinta la mala estiba obliga a tirar numerosos bultos al mar
ante el escoramiento de la nave.
Cuando terminamos, uno de ellos,…, le gritaba a su jefe hacia arriba, medio
en serio o medio en broma,…, que lo dejaran ir a pelear con nosotros a Chile.
Un jefe le gritó muy fuerte desde arriba: "¡Oye, no comas tanta mierda y
acaba de subir! ¡Dale, apúrate, que vamos echando!"[10].
Algunos cubanos bajaron a la goleta. “Tino” recuerda que uno de ellos,
mirando con asombro la embarcación, sólo atinó a preguntar: “¿De dónde sacaron
esta carcaza?”. Con vivas al Partido, a la revolución y cantando la
Internacional, los chilenos iniciaron el regreso a Carrizal, cargados hasta el
límite. Algunos pescados en la cubierta trataban de disimular la carga. Un
militante armó un lanzacohetes RPG-7 y una ametralladora M-60 en la popa. Armas
para la defensa en caso de cualquier eventualidad.”
Carrizal Bajo hoy en día |
Inesperado encuentro en alta mar[11]: Mario Vega tripulante de la Chompalhue aquel día;
“Íbamos de vuelta, cuando de repente le digo a Malbrich que a lo lejos se veía
algo parecido a un buque de guerra. El me dice que no, que era imposible.
Entonces me hacen subir a un mástil y veo que sí, efectivamente era un buque de
guerra. No lo podíamos creer”. Ese buque de guerra era en realidad un
destructor de la armada….Alfredo
Malbrich; “Nos preparamos para lo peor, porque que mas podíamos hacer, no
teníamos ninguna posibilidad. Yo pregunté en un momento si podíamos cambiar de
rumbo, pero eso se descartó porque hubiera aumentado las sospechas….teníamos
con que defendernos o en último caso había que hundirlo si nos iban a detener”.
Manuel Santana agrega; “Fue como una hora de una tensión increíble.
Se habló incluso de un abordaje, pero el nuestro era un barco tan chico que ni
siquiera hubiéramos llegado a la altura de la borda del otro buque, entonces
como podíamos abordarlo?.... La decisión final fue hacerse los tontos y seguir
navegando”.
Sorpresivamente el buque de la armada, que se había acercado peligrosamente
a la Chompalhue, sin mediar comunicación alguna continuó el rumbo de su
navegación. De vuelta se encontraron con un destructor chileno que participaba en las
maniobras de la UNITAS[12]
pero pese a la preocupación no pasó a mayores. Siguieron su ruta
El viaje se
hace en forma lenta para llegar a la costa cuando anochezca. Instalándose a 500
metros de la playa una vez avistado el grupo de espera, se descargan de la nave
con los botes de goma a motor. Luego la nave toma al sur y las armas son
enviadas a sus refugios en el interior. Para más tarde, en un tráfico de
hormiga, ser enviadas al centro y norte de Chile[13].
Eran las diez de la noche del 28 de mayo cuando Malbrich, a bordo del Chompalhue,
la goleta pesquera que navegaba con su capacidad de carga al tope, estableció
comunicación radial con Pedro.
Después del aviso, dos fogatas preparadas para ese momento iluminaron el lugar.
A un kilómetro y medio de la playa, en la entrada de la quebrada, cerca de La
Rotonda, estaban los tres guardias de seguridad instalados arriba, todos
miembros del Frente.
Una hora más tarde, aproximadamente, Alfredo
Malbrich divisó con nitidez la luz
de las fogatas. Enseguida ordenó a Pancho,
el patrón de la goleta[14],
enrumbar hacia ellas. La embarcación llevaba cerca de cuarenta y ocho horas
navegando con su pesada carga desde que se separó del barco cubano.
Destructor chileno Riveros (1990) |
El primer desembarco La goleta
Chompalhue fondeó a unos ciento cincuenta metros de la costa, inmediatamente
afuera de la entrada de la ensenada. Con los siete tripulantes habituales de la
embarcación, al mando de Pancho, iban José
(El Duro), oficial especialista en comunicaciones; René, el navegante encargado de encontrar la nave cubana en medio
del océano Pacífico; Alfredo
Malbrich, jefe de todos
ellos, y Antonio. Excepto este
último, los demás eran el Personal de Mar, que también debía participar en la
descarga.
Pedro cuenta que incluso ese personal no fue
suficiente por lo que se llamó mas gente, la
Comisión de Organización del partido solo colaboró con la búsqueda de la
primera tripulación, todo lo demás lo fuimos logrando por gestiones de la
propia gente incorporada. Ese personal de apoyo para el descargue de la nave se
lo pedimos a los que estaban desde un inicio. Cada uno buscó parientes y
amigos, que no siempre eran militantes del PC.
El zodiac -con Alexis Texier Calambriento y Víctor
Fernández, Pitrufo, quien lo
conduce-…Se arrimó y lanzó algunas
cuerdas de sujeción…. En la cubierta de la Chompalhue,
Pancho alzaba jubiloso una impresionante ametralladora M-60. Los demás
tripulantes se movían como nerviosos mientras arrimaban cajas y paquetes hacia
la borda.
Los primeros en bajar a la playa fueron Antonio y Malbrich, que se abrazaban emocionados a cuantos se iban
encontrando….Pancho se paró
ceremonioso frente a Pedro y, con
gesto enérgico y marcial, puso la ametralladora en las manos del jefe de la
operación, al tiempo que decía,… "Compañero Pedro, la misión ha sido
cumplida".
Pedro incorporó otra zodiac, cada una podía trasladar 400 kilos y tardaban 40 minutos en cargarlas y descargarlas, más el viaje de ida y regreso
entre la goleta y la playa; en el bote de madera, con capacidad de tonelada y
media, se hacía ese trabajo en una hora.
Las balsas llegaban hasta la misma playa. Sus ocupantes se tiraban al agua
y ayudaban a sacar la carga hacia una cadena humana que la trasladaba a los
jeeps y camionetas. Los vehículos subían por el camino de la quebrada y
descargaban en una pequeña hondonada que quedaba a menos de cien metros de La
Rotonda, donde estaba el camión, que tenía la responsabilidad de trasladar la
carga a los almacenes de tránsito.
Para evitar encuentros con los “huireros” legítimos “uno de nuestros huireros estrella, Challita, fue a visitarlos temprano y
los emborrachó hasta que no supieron ni dónde estaban parados.”[15]
Era tal la cantidad de material a
mover que a los guardias de seguridad (tres en total) los llaman para que
ayuden a la descarga, en la segunda noche. Los
paquetes los sacaban de los botes y pasaban de mano en mano hasta el jeep. Los
primeros hombres estaban con las botas en el agua….La mayoría de los hombres se
había tomado algún trago para el frío
y más de uno quedó mareado por
decir lo menos. El cansancio cunde,
cuenta otro integrante: vi gente
desplomarse extenuada, a otros se les caían los paquetes.
"Ir hasta el Chompalhue
en el bote de madera, cargarlo, regresar y descargarlo, todo en medio del
constante movimiento del mar, era una tarea difícil,… Al rato, la gente que iba
en él,…estaba vomitando.” Cuando
empezó a amanecer el Chompalhue sale del lugar y se interna aguas afuera a la
espera de la noche para poder seguir con la operación.
Pasada la
medianoche del segundo día llega de sorpresa, detenida por un guardia arriba,
una camioneta llevaba dos pasajeros, uno era “Mario, el chofer de Buschmann,
que había ido desde la oficina de Vallenar y llevaba,…a Sebastián (Teillier)… Pedro
“pasada la sorpresa, saludó con afecto a
su jefe y le pareció bien que estuviera allí para que apreciara la magnitud de
todo aquello.” Unas frases de felicitaciones del lacónico Teillier.
Guillermo Telleir (2016). Principal encargado militar del PC chileno |
Al amanecer del 30 de mayo de 1986,…
en un escondrijo cercano a la playa y
en otro ubicado en lo alto, próximo a La Rotonda, habían quedado mimetizadas
temporalmente toneladas de armamento y explosivos. [16]
Comenzaba entonces la segunda
etapa. Parte del material fue acomodado en una quebrada lateral, llamado el barretín del pollo (pues quedaría a
cargo de Marquez Miranda, El Pollo). El resto trasladado al camión
chevrolet fue distribuido entre los
depósitos transitorios en las siguientes 6 noches: la mina abandona El Túnel, en la Quebrada Matamoros, 15 kilómetros al
norte de Caleta Corrales; la Mina Palo
Negro o Aurora; Mina Mantos Blancos
o El Sapo, ubicada hacia el este de la Panamericana, en zona cordillerana,
con el cruce del camino a El Totoral y el Barretín
de Huasco Bajo. El 5 de junio, Pedro le pudo asegurar a Sebastián que la operación había sido
un éxito total.
Como los
armamentos deben ser enviados a otras regiones, José Abelardo Moya Toro, (Pintoso), padre de Moya Escanilla
fue encargado del transporte y almacenamiento, en una serie de casas que
cubrían los barretines:
a.
Parcela de
calle Los Granados N° 576, La Pintana,
comprada por los dirigentes del PC Julio
Solís Rosas y Mariano Jara Leopold
por $ 2.600.000. sus cuidadores eran Manuel
Solís Cubillo, Margarita Astudillo
Ibacache y Emilio Vargas Manzur.
El cuidador Manuel Solis fue
contactado por Julio Solís (Enrique) quien le ordenó hacerse cargo
de la parcela cuando esta fuera adquirida por el Partido (con el dinero del
mismo). Luego concurre a la notaría con Julio Solís y Enrique Urrutia, el dueño
de la misma. Este último había recibido la visita de Enrique y de Mariano Jara
como interesados en la compra, y Jara había firmado el contrato de promesa. Llegaron
a esa parcela mediante el corredor de propiedades Claudio Pedreros, a quien
Jara le entregó un documento por el cual dejaba a Manuel Solís como dueño de la
parcela
b.
Parcela de
calle Tucapel N° 1635, La Pintana,
comprada por Alejandro Cabello Pizarro
por $ 1.700.000. Sus cuidadores fueron Sergio
Berríos Paredes, Ernesto Ayala
Flores y el propio José Abelardo
Moya Toro.
c.
Parcela de
calle Miraflores N° 718, de Chimbarongo,
en comodato, adquiriendo una casa prefabricada para Luis Beltrán Gonzalez Quiñones.
d.
Casaquinta
de Vicuña Mackenna N° 2496, Peñaflor,
comprada por Mario Ernesto Moya Toro
en $ 2.000.000.
e.
Parcela de
calle La Trilla, sector 4-II, de Paine,
comprada por Aniceto Erices Sánchez
en $ 1.600.000.
f.
Casa de
calle Longaví N° 7745, Las Condes, arrendada. Encargados eran Ruth Grandón San Martín y Tomás González Castro. Sirvió de
refugio a varios de los prófugos de Carrizal Bajo. Allí Claudio Molina, “El Rucio”, logró llegar y fue apresado.
Cuenta Roberto Ampuero[17]: El traslado constaba de tres etapas. En
primer lugar Patricio Ruilova, junto
al equipo permanente de Carrizal, guardaban el armamento en barretines cercanos
al sector en forma transitoria. Cuenta Ruilova (hermano del Loco Antonio) “Acomodábamos las armas en las paredes de
una camioneta y la cerrábamos con una tapa de aluminio. Luego la llenábamos con
verduras. También llenábamos los neumáticos con granadas y explosivos. Si la
policía hubiese sido más astuta, tal vez nos hubieran pillado antes”.
Famosa foto. Pedro es el del sombrero. Con el fusil Patricio Ruilova. Gonzalo Valenzuela es quien sostiene la foto. Juan Ruilova quien usa la polera blanca. Buschmann abajo a la derecha |
Luego éstas eran llevadas a piques mineros más profundos, elegidos por Claudio Molina, en aquellos escogidos también había pirquineros de verdad para aparentar. para finalmente ser trasladadas a la
capital. En el trayecto a Santiago los vehículos frentistas debían sortear
nuevos y riesgosos obstáculos, como los controles policiales carreteros.
Otra cantidad de armas fueron llevadas directamente a los barretines de
Huasco y a los subterráneos de la posada Árbol de Marañón. Aníbal Niedblasky participó de aquella faena y Erasmo Mayoringa, quien era el frentista mas veterano del grupo;
“Cuando estaba en esa casa de seguridad y llegaron las armas, yo las tomaba y
las miraba, y me gustaban, hasta las hallaba bonitas, no lo podía creer”. Patricio Ruilova relatará años después: “Acomodábamos las armas en las paredes de
una camioneta y la cerrábamos con una tapa de aluminio. Luego la llenábamos con
verduras. También llenábamos los neumáticos con granadas y explosivos. Si la
policía hubiese sido más astuta, tal vez nos hubieran pillado antes”.
La Chompalhue fue trasladada a
Bahía Inglesa donde su cubierta y bodegas fueron lavadas para borrar todo
rastro de lo transportado. NO sería más usada por el Partido.
[1]
Capítulo VI de la historia inédita de los años verde olivo, página 5, serie
especial de La Tercera publicado el domingo 27 de mayo del 2001. Testimonio de
Jorge Masetti. Confirmado por Lázaro Betancourt, ex oficial cubano de las
Tropas Especiales.
[2] En 1984 a los 19 años
es reclutado por el Frente y más tarde es enviado a Cuba, a propuesta de su
jefe Juan, por entrenamiento en
Agosto de 1985 primero a Perú, donde es reconocido por su camisa cuadrillé y
maleta negra y es transportado a Cuba y de ahí, convertido en instructor, es
trasladado a Chile, precisamente a Vallenar
en Febrero de 1986.
[3]
Ingresa al PC EN 1973, dentro del comité local Luis Emilio Recabarren,, ingresa
al Frente en 1984, pasa por una escuela en Cuba y de ahí, como instructor viaja
a Vallenar en mayo de 1986.
[4] Dinamita amoniacal de alta
eficiencia para romper rocas tenaces y de gran dureza. Sobresalen sus
propiedades de alta densidad, alta velocidad de detonación y su excelente
resistencia al agua, lo que da como resultado un producto de alta energía para
producir un optimo efecto rompedor en cualquier tipo de terreno o faena, a
excepción de minas de carbón. En http://www.enaex.com/productos/amongelatina-60/
[5] Uno de los entrevistados de
Luis Rojas Nuñez rechaza esto, indicando que se hicieron comunicaciones con
equipo personal
[6] La tripulación la componían Manuel Santana como capitán; José Astorga,
como segundo capitán; “Lolo”; Alfredo Malbrich; Mario Vega; “Pancracio”;
“Javier”; “Tino”; el “Loco” Ruilova; “El Marino”, un técnico en navegación
satelital; y “Lucas”, el
radiotelegrafista. En
http://www.casosvicaria.cl/temporada-dos/las-armas-de-carrizal-yunque-o-martillo/
[8] trabajaba en labores de pesca, se había graduado de
técnico marino, tenía veintitrés años de edad y había sido reclutado a través
de un dirigente comunista del Sindicato de Pescadores y Tripulantes en
Talcahuano.
[9] Así
le llaman a una inmensa goma sólida que tienen los grandes barcos para atracar;
es lo mismo que en un barco chico, como el de nosotros, que usaba gomas viejas
de camión
[10] "Vamos
echando", expresión coloquial cubana que significa partir o irse en el
acto.
[11]
http://historiadetodos.wordpress.com/2010/11/04/las-armas-de-carrizal/
[13] El
relato en La Tercera (Capítulo VI de la historia inédita de los años verde
olivo, página 5, serie especial de La Tercera publicado el domingo 27 de mayo
del 2001) es el siguiente: El día D, más de 70 hombres se concentraron en el
área de Los Corrales, cercana a Carrizal Bajo. Mientras, las goletas Chompalhue
y Astrid Sue se hicieron a la mar para tomar contacto con el barco cubano, en
el límite de las 200 millas marinas. Entre los asistentes se encontraba el
mayor cubano Rigoberto Cruz y Alejandro Ronda, quien incluso se sacaría una
foto en el Río Najasa. Dos días después del encuentro en alta mar, las
goletas regresaron a tierra, cargadas de armas y se inició el desembarco.
Fueron necesarios otros dos viajes hacia mas adentro para completar la
operación.
[14] Pedro
nos aclara que en realidad "Pancho" operaba como capitán efectivo,
era su dotación y su barco, pero la nave tenía registrado legalmente al Capitán
Santana, que también participó de la operación. Pancho no poseía la legalidad
para desempeñar ese cargo.
[17] http://historiadetodos.wordpress.com/2010/11/04/las-armas-de-carrizal/
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