EL AÑO DECISIVO: LA MAYOR INTERNACIÓN DE ARMAS DE LA HISTORIA DE CHILE (V)
EL SEGUNDO DESEMBARCO DE ARMAS[1]: Cuenta Luis Rojas Nuñez, terminado el desembarco del 26 de mayo de
1986, Pedro supo que habría una
segunda operación porque en el barco cubano había quedado parte de la carga
convenida. Para realizar los ajustes, viajaron a Cuba el ingeniero Antonio y Sebastián. A mediados de julio regresa Antonio y traía consigo la fecha del segundo desembarco.
Recuerdo (dice Pedro) casi textual lo
que me dijo: "el barco cubano llega exactamente en diez días más, ya
salió".[2]
Antes que
viajaran los dos militantes frentistas-comunistas el propio Pedro había
expresado: “Nosotros planteamos con claridad que el segundo desembarco no podía hacerse
antes de cuatro meses. Cuando los compañeros se fueron de viaje, recién
habíamos encontrado la goleta Astrid Sue, un excelente barco, mejor que el
Chompalhue. Tenía un contrato de pesca por dos meses más y la compra fue con el
compromiso de cumplirlo. Terminada esa faena, pasaba a nuestra entera
responsabilidad. Después debíamos prepararlo, avituallarlo y dejarlo en óptimas
condiciones para la misión, ya teníamos la experiencia de la primera. Además,
nos habíamos planteado la tarea de optimizar todo el sistema organizado para la
operación, superar los errores cometidos,prever todas las variantes y reclutar,
organizar y preparar al personal paracumplir con éxito la misión. No se me
olvida, solicité cuatro meses. Había razones objetivas que obligaban a esperar
ese tiempo". A los cubanos no les gustó la
respuesta y dejaron en claro que habría un segundo desembarco a la brevedad. Es
decir en alrededor de 10 ó 12 días, aunque el equipo y la tripulación ya
estaban disponibles
Vilma Olivares, segunda de izquierda a derecha. A su lado, con barba Alex Texier. Forman parte del grupo huirero |
Juan de Dios Márquez el encargado de la seguridad del operativo, cuenta
que “Cuando terminamos el primer
desembarco se ordenó limpiar todo y salir. Entonces yo me volví para Santiago. Pero luego, cuando me
comunico telefónicamente con un compañero y me dice que viene la segunda
operación, yo le digo, pero ¡como!, protesto, y él me dijo, bueno, esa es la
orden. Luego en Vallenar me encuentro con Rafael Pascual y lo primero
que me dice es, bueno ¿y quién cresta dio la orden para esto?, ¡esto está
quemado!”[3].
“Entre junio y julio de 1986 se efectuó una reunión en la casa de calle
Serrano 701 de Vallenar, con la asistencia de Pedro, Alexis Texier, Sergio
Buschmann, Claudio Molina y Pato Lucas, planificándose un segundo desembarco que tuvo lugar en
el mes de julio, esta vez con el uso del pesquero “Astrid Sue”, con su tripulación incrementada con los marineros Manuel Gallardo Olate y Aliro Piña Rojas , pero con la
exclusión de Mario Vega Vargas que
había abandonado la nave por desavenencias con Manuel Santana y Alfredo
Malbrich”[4].
Pero esta
operación iba a ser realizada a matacaballo.
se adquiere el Astrid Sue una nave de mejor calidad. Para la adquisición de la nave, Mauricio
Gómez y Nelly Gómez
(domiciliados en Felming N° 7862 en Santiago), junto a Nelson Ascensio Pardo la adquieren por $ 6.000.000 en efectivo y
2.000.000 mas que se debía pagar con pesca, para pagar una deuda que tenía el
dueño de la Astrid Sue. Se compra el 20 de julio de 1986. Mauricio Gómez es
enviado a Iquique para contactarse con Yuri
Fortte Barrios y Alex Castro Cádiz.
La tripulación se integrará por Nelson
Ascensio Pardo, contramaestre Eduardo
Aliaga Ramos, motorista Mardoqueo
Saavedra Silva y como tripulantes sin esepcialidad Mauricio Gómez, Yuri Fortte,
Alex Castro y Juan Gonzalez Zamora, además del cocinero Fredy Armando Peralta. Todos ellos se alojaron en una vivienda de
calle Escuela, sin número, de Coquimbo, la que fue acondicionada por Nelly Gómez, comprándose Nelson Ascensio Pardo[5] una
camioneta Chevy Luv, doble cabina, para el traslado de la gente del pesquero desde
La Herradura al puerto de Coquimbo donde está amarrada la Astrid Sue. Ascensio
Pardo había sido un dirigente comunista en un sindicato de tripulantes pero
había sido expulsado del PC en 1971. El mismo Ascensio Pardo viaja a Santiago entre
el 9 y el 17 de julio, donde empezaron a comprar equipo de telecomunicaciones.
Primero en la Casa Royal ($ 568.000) y en la casa comercial San Agustín, donde
adquiere 4 transceptores MT Mitsubishi, por la suma de $ 450.000. Adquisición
de la empresa Ingeniería y Construcciones del Pacífico Ltda, con sede en
Alcalde Pedro Alarcón N° 2143 Santiago. Todo ello adquirido por Ascensio, con
dinero del Partido
Dirá la
sentencia en el mega caso del Frente, que incluía el Arsenal, el Atentado y otras
operaciones, “…con su tripulación
incrementada con los marineros Manuel
Gallardo Olate y Aliro Piña Rojas,
pero con la exclusión de Mario Vega
Varas, que había abandonado la nave por desaveniencias con Manuel Santana y Alfredo Malbrich. La nave (Astrid
Sue) zarpó desde Caldera el 12 de julio de 1986, aproximadamente a las 19
hrs, recalando tiempo después en la caleta que se conoce como La Clínica –por
haberse encontrado allí drogas e instrumental de enfermería- ubicada en el
costado sur de la Herradura de Carrizal. En dicha caleta subieron a bordo Pedro, Malbrich y Juan Ruilova (Antonio o Loco Antonio). Al zarpar, “Pedro” dirigió una arenga a la
tripulación, que no era conformada exclusivamente por militantes comunistas. Alex Castro, uno de los navegantes
frentistas, notó en ese momento la incertidumbre de algunos; “Ahí recién muchos
marineros se dieron cuenta de lo que estaba pasando y yo les decía que solo era
un contrabando, que les íbamos a pagar, con tal de quitarles el miedo”[6].
Luego van a Huasco a embarcar a Popeye
pues era quien llevaba consigo una antena satelital y parte desde Huasco en un
viaje largo de 28 horas. Toman rumbo noreste y hacen contacto con el buque
cubano. Llegan al punto de encuentro a las 16 hrs, cuando consiguen contacto
por HF con el buque cubano,
separándose hasta las 20 hrs ambas embarcaciones esperando la oscuridad, y al
reencontrarse el transbordo de carga duraría hasta las 4 AM, llenando las
bodegas e incluso llevándola en cubierta, donde se perdieron numerosos bultos,
unas 30 o 40 bolsas de material, pues les tocó muy mala mar (es pleno
invierno). Eran unas 45 toneladas de material, cuánto se perdió en el mar
quizás unas cinco toneladas. El marinero Yuri
Forte sufrió un golpe en la cabeza y Patricio
Ruilova decidió subirlo al barco cubano para que recibiera curaciones. La
Astrid Sue debió resistir los embates de un temporal que estuvo a punto de
hacer zozobrar la embarcación. Yuri Forte; “Ese
barco se salvó solo por maniobra, porque en un momento dado teníamos la
cubierta llena de agua y el barco se nos hundía. Ahí empezaron los gritos para
acá, para allá, y hubo que botar algunas armas al mar. Yo no sé de tonelaje,
pero me da la impresión de que traíamos mucho más de lo que aguantaba el barco.
Ese regreso fue una odisea”.
Haciendo posteridad. Militantes comunistas que participarn en la internación de armas |
Llega de vuelta a Corrales ahora el 25 de julio mas o
menos a las 5 AM del 26 de julio. Acá
sigue Pedro en su relato: llegó el Astrid Sue, como a las
cuatro de la madrugada. Desde ese mismo momento empezó un intenso trabajo para
descargarlo, éramos más de setenta personas trabajando. Llegó el día y seguimos
trabajando un buen rato con el sol afuera, quizás hasta pasadas las ocho o
nueve de la mañana…En un momento paramos y el barco se fue mar adentro. Por el
día la gente se escondió en los mil recovecos que tiene la caleta, los
vehículos se fueron y todo quedó como siempre, con cuatro o cinco huireros
habituales. Al anochecer llegó el barco de nuevo y comenzamos a trabajar temprano;
apenas cayó el sol ya estábamos descargándolo. A las dos de la madrugada ya
habíamos terminado, pero teníamos un tremendo atolladero de material en la
playa misma y arriba, en la quebradita que usábamos de tránsito, metros antes
del lugar que los muchachos llamaban La Rotonda, donde podían llegar los
camiones y camionetas.”
“En las noches siguientes, fuimos sacando la carga
desde la caleta hasta las minas. Fueron casi nueve noches de movimiento de
vehículos y gente…
En julio de 1986 parecen haber adquirido
la posada del Arbol del Marañon, ubicada 8 kilómetros al norte de Vallenar
y a algunos metros de la Panamericana y quien cuidaba la posada Arnoldo Rojas recibe la noticia del
dueño acerca de la venta del local, yendo sus nuevos propietarios a ir a
buscarla el 12 de Agosto de 1986. Fue
allí donde se encontraron con un barretín 22 toneladas de armamento, quizás el
mayor requisado.
Para el 6 de Agosto se incautan las armas por
la CNI. Para la fecha menos del 10% del armamento estaba repartido, y pequeñas
partidas de armas entraron por Bariloche después para paliar la derrota. Pero
no se puede andar por ahí portando un M-16, por lo que algunos debieron ser
cortados en tornerías del partido.
Los cubanos
demostraron su ira, culpando de incompetencia a los chilenos, pero a los
cubanos los condecoraron en la sede de las Tropas Especiales.
Relata Javier Ortega en La Tercera que en la segunda semana de agosto
de 1986, un alto mando frentista charlaba con otros compañeros en uno de los
principales refugios del FMR en Europa Occidental. Sin entrar en detalles
anunció importantes golpes para los meses siguientes. La conversación se
interrumpió cuando el televisor de la sala difundió un acontecimiento de Chile.
Consternado el jefe se puso a llorar.
La caída: Orlando Bahamonde (Pedro)
asume responsabilidad en la caída: “Nosotros, dicho metafóricamente,
hicimos mucho ruido, nos confiamos, nos extralimitamos a partir del éxito
inicial. Movimos demasiada gente y vehículos, rompiendo con la
compartimentación, con el secreto, y necesariamente fuimos dejando demasiados
indicios.” Otros
frentistas dirán: Pablo Flores: “Los compañeros que bajaban a los cabarets, se tomaban
su trago y tal vez ahí, con alguna de las niñas se les soltaba la lengua”. Y Sergio Buschmann
(Ricardo)
“Inevitable fue que los marineros
frentistas buscaran entretención en prostíbulos de la región. Las visitas
podrían incluso ayudar como fachada; “Empezó la inquietud de porque estos
huiremos no iban a casas de puta, no serán maricones estos gallos?, entonces
había que ir a estos lugares”.
El 5 de agosto "…solo
quedaban algunos paquetes de fusiles en la quebradita de tránsito, adonde
llegaban los camiones….No lo sacamos porque ya era demasiado avanzada la mañana
y lo dejamos para la siguiente noche. Esa apreciación fue un error grave. Debíamos haber
mantenido el mismo rigor hasta que no quedara absolutamente nada en la playa ni
en ningún lugar aledaño. Y con la
última carga tuvieron un incidente con carabineros en el camino que por fortuna
para ellos fue menor[7].
Otra cosa que les intrigó fue un hombre al que llamaban "el hombre de la moto" y que, justamente, bajó a la playa el
día entre la primera y la segunda noche del desembarco. …Este hombre pudo
confirmar las interrogantes de la "alcaldesa". En la denuncia que
hizo esta mujer, aparecen declaraciones de un vecino que había visto armas en
la caleta.
Mapa de la zona |
La entonces
alcaldesa de Mar de Carrizal[8],
Magaly Salinas, afirma que “la gente se fijaba
en que los afuerinos andaban con grandes
cantidades de dinero y no iban a
prostíbulos, y pensaban que eran traficantes de locos”.[9].
"Eran muy amables, siempre
transportaban a la gente cuando lo necesitaba y pagaban bien por los huiros",
cuenta la alguera Rita Rivera.
"Hacían caminos donde no había,
pagaban las algas aunque no se las entregaran y trataban de alejar a los
algueros de los lugares donde ellos acampaban", dijo Magaly Salinas. Además regalaban
botellas de whisky, un producto muy inusual en la zona. Por esa misma época, en
1986 empresarios japoneses de la industria cosmética decidieron adquirir las
algas que proliferaban en la zona, pagando 3 pesos en promedio. Diego Lira a cargo de la empresa de
fachada, empezó a pagar 3,50 y después $ 4 y por último a $5 el kilo[10]
. Gastaban a manos llenas y sin pedir nunca rebaja en un pueblo y en medio de
la recesión de la crisis de 1982.
Entre los
vecinos se empezó a correr la voz qué algo raro pasaba en la caleta de
Corrales: Allí se hablaba de movimientos
raros, de camiones que se movían de noche. A partir de la alcaldesa de mar
de Carrizal, Magaly Salinas, quien (la versión de Luis
Rojas) le informó a la alcaldesa de
Huasco, y ésta a los militares.
Según Krantz Bauer, oficial de Inteligencia del Ejército destinado en
esos años a la CNI y encargado de la brigada que perseguía al FPMR, todo fue
por casualidad. “Se rumoreó que la gente que había llegado (a Carrizal) podían
ser contrabandista de locos. Este chisme llegó a la alcaldesa de mar de
Carrizal Bajo, Magaly Salinas. Ésta se lo contó a la alcaldesa de Huasco,
Gloria Nordenflycht, y ésta, en un viaje a Copiapó, pasó la voz a la esposa del
intendente. Ella se lo dijo a su marido militar, quien ordenó a la CNI
investigar el caso. Lo hizo sin darle importancia”.[11]
La
posibilidad que hubiera algo con armas es lo que hizo aparecer a los agentes de
la CNI quienes a las 10 de la mañana del 6 de agosto tocaron la puerta de la
casa de "Magalita", como la llaman sus más cercanos. Concurrió el jefe zonal de la CNI. Su chapa
era Ricardo Opazo. Ella los invitó a almorzar, pero ellos querían ir hasta
el sector de Corrales, a 20 km al norte de la caleta. Un huirero (recolector de
huiros) los guió hasta el lugar.
Pasaron las horas, y Salinas
comenzó a sospechar de que se trataba de algo más grave. Cerca de las 8 de la
noche volvieron a golpear su puerta: "Un capitán de Ejército me dijo que
todo era más grande y terrible de lo que yo me había imaginado". La
información que le dio el oficial era bastante confusa. Sólo una cosa entendió:
los algueros eran extremistas y escondían muchas armas. La alcaldesa de mar
salió a la calle y les avisó a los vecinos, casa por casa, que era mejor
permanecer dentro de sus hogares, porque estaba en ciernes una posible
"guerra civil". Esa misma noche los carrizalinos escucharon varias
ráfagas de disparos. Luego supieron que se trató de enfrentamientos entre
agentes de la CNI y miembros del FPMR.
¿Qué había pasado? Los agentes de la CNI se dirigen a la Caleta de Corrales. A los frentistas
a quienes se les había dejado allí como guardia se les dejó un lanzacohetes
y un M16. Según Ítalo
Moya que hacía de guardia vio venir a un grupo de hombres, cuatro en total
pero “pensé que eran gente que compraba
huiros y decidí esperar sentado hacia la playa”. Extraña
conducta porque según Juan de Dios Márquez; “La orden que tenía la guardia era que si entraba alguien o un vehículo
extraño, tenía que hacer un disparo al aire, pero…no actuó”. Estaban en el lugar Juan de Dios Márquez (El
Pollo), Pablo Flores Castillo (Freddy), Rafael Pascual Arias (Rodrigo) y Gonzalo Valenzuela,
acompañados por Abel Rojas, el
alguero que les vendía huiros. Según otro testigo Pablo Flores “A esa hora llegó el Jeep hasta donde mismo
estábamos nosotros, en la playa. Como te digo estábamos tomando desayuno y con
una guitarra en la mano. Ellos empezaron a revisar el lugar, porque juraban
ciegamente que éramos traficantes de locos”. Completamente sorprendidos no
se movieron y los agentes de la CNI, quienes tenían sus armas aún enfundadas
empezaron a revisar el lugar.
En “El Ruco” encontraron a tres
frentistas (militantes comunistas) y a un
lugareño (Abel Rojas, el alguero que les vendía huiros), tan confiados que dormitaban (un par
estaba alrededor de una fogata con una guitarra). Les bastó revisar las cajas para descubrir los fusiles M-16. Incluso “los CNI revisaron el lugar
con las armas enfundadas, hasta que uno de los agentes salió del
"ruco"[12]
donde se dormía con una baqueta de fusil en la mano (en el expediente dicen
que encontraron casquillos de bala). Es
en ese momento[13] los
detienen .Juan de Dios Márquez; “Me pegaron una
patada en los testículos y nos tiraron a todos a tierra. Nosotros estábamos
sorprendidos, no lo esperábamos”. También
encontraron panfletos del FPMR y rollos de fotos[14].
El jefe de la oficina de Copiapó
de la CNI ordena a dos de sus hombres quedarse con los detenidos. A los que se
les agregó Ítalo Moya quien “estaba en una parte alta y vi movimientos raros. Entonces, cuando de
improviso me sorprenden por detrás. Luego me amordazaron y me vendaron” y Gonzalo Valenzuela (Chayita). Según otra versión los dos
bajaron hasta la playa y ahí fueron detenidos (que es lo más probable). A ese
se sumaba el huirero Abel Rojas.
Pedro defiende al
menos parcialmente a sus hombres que se dejaron sorprender: “en ningún momento yo los eximo de su
responsabilidad. Como muchos dicen, si solo se hubiesen escondido, habrían
pasado la inspección. También hubieran podido implementar perfectamente una defensa.
Estaban preparados para una eventual situación de este tipo, tenían armas con
qué responder y contaron con tiempo suficiente para hacerlo porque supieron de
la presencia de los agentes desde que estos llegaron a la parte alta de la
caleta. En fin, cualquier cosa hubiese sido mejor a la nula respuesta que
dieron. Según una carta salida de la cárcel, entregada por el jefe de seguridad,
los CNI revisaron el lugar con las armas enfundadas, hasta que uno de los
agentes salió del "ruco" donde se dormía con una baqueta de fusil en
la mano. Fue este quien dio la señal de alarma y fue entonces cuando sacaron
sus armas y neutralizaron a los tres hombres que estaban allí. (Pero
ellos) no tuvieron ninguna
responsabilidad en que la CNI llegara a la caleta a investigar, esa es nuestra
responsabilidad. Y segundo, ellos no sabían dónde estaba el armamento
desembarcado. Como alguien me dijo en aquel tiempo, ellos fueron el elemento
que precipitó la caída, la primera puerta que se abrió, aunque te reitero, no
fueron ellos quienes dieron el número ni la dirección para que la CNI llegara
hasta allí. Después se abrieron otras puertas que nada tienen que ver con
ellos"[15].
El jefe y otro de sus
subordinados parten en el jeep en que vinieron con rumbo a Vallenar llevándose
a Juan de Dios Márquez (El
Pollo), Pablo Flores Castillo (Freddy), Rafael Pascual Arias (Rodrigo) que van tirados en el piso del vehículo. Amarrados y
vendados. Se cruza en el camino con Texier
quien va en un jeep azul, pero no lo detienen por carecer de los medios para
hacerlo.
Al mismo
tiempo en el camino que va a la caleta de Corrales avanza una camioneta una camioneta C-30 amarilla que conducía Sergio Buschmann, y en el que iban
también Aníbal Niedblasky y Alfredo Malbrich. Se cruzan también con Texier
Verdugo (calambrito) que va en
dirección desconocida.
Los tres iban
hacia la playa sin sospechar lo que había pasado. Buschmann al llegar al sector de la playa bajó
solo hasta los roqueríos. Medio alcoholizado, Abel Rojas fue utilizado como cebo para atrapar al recién llegado.
Dice Rojas que “ahí me pusieron de sapo,
cuando de repente por un camino empieza a bajar alguien. Cuando se acercó me di
cuenta que era Buschmann, el pez
gordo. Ahí ellos le dijeron ¡manos arriba! y él les dijo ¡nunca alzo las manos!
y siguió discutiéndoles”. Usando todas sus dotes actorales Buschmann se
negó a ser detenido; “… y me dicen te
estábamos esperando viejo tal por cuál, tu eres el director de la escuela de
guerrillas y de inmediato me ponen una pistola en la cabeza. Entonces al tipo
que me apuntaba le di un empujón y comencé a correr a los roqueríos, porque si
tu estás en el campo o en un lugar abierto, el arma corta no te sirve”. Buschmann
logró volver al jeep con sus compañeros (a esa hora ya eran cerca de las 7 PM)
y retornar a Vallenar para alertar a sus compañeros, sacar algunas M-16 y
volver por sus compañeros, esta vez con más gente. Anochecía y la CNI, sus tres
presos, y el huirero quedaron en la playa. Pero la aparente tranquilidad se vio
pronto interrumpida, cuando capitaneados por Buschmann, varios frentistas: Aníbal
Niedblasky y Alfredo Malbrich, Texier y otros más volvieron al rescate
de sus compañeros, ahora premunidos con fusiles M-16. “Les gritamos que entregaran a los presos y que si nuestros compañeros
no subían, iba a empezar el baleo”. Por media hora el fuego se hizo
intenso, tanto que en la misma Carrizal Bajo se oía con claridad. Sin muchas
posibilidades debido al alto armamento que usaron los frentistas los agentes de
la CNI (los dos que quedaban) huyen cosa que también hacen los detenidos que
logran desatarse pues rato antes Gonzalo
Valenzuela simula dificultad para respirar por lo que le sueltan las
amarras y aprovecha de desatar a Moya
Escanilla. Y también arrancan los recién llegados salvadores.
Ascencio Pardo |
En Vallenar los agentes de la CNI
dejaron a buen recaudo detenidos a los frentistas, y empezaron los llamados
frenéticos a Santiago y a las autoridades de Copiapó de lo que se había
descubierto en la costa para pedir refuerzos. Lo que habían visto no era una
operación pequeña. Esa misma noche carabineros y agentes de la CNI locales
empiezan a situar el primer cerco. Un vehículo se estaciona en el cruce de
caminos que une Vallenar con Carrizal Bajo y otro se dirige más cerca de la
zona para instalar otro. Ya debe acercarse a la quebrada de bajada cuando
encuentran la camioneta amarilla que está estacionada y abandonada y allí se
sitúa el otro equipo destinado a interceptar la zona.
UN poco antes cuando logran
escapar desde la Playa, Sergio Buschmann junto a Diego Lira, Aníbal Niedblasky y otros dos frentistas, después de escapar de la
playa huyeron hacia los cerros cercanos. Pensaron que la camioneta amarilla no
les serviría porque los caminos ya debían estar cerrados completamente y así
rodeados era mejor escapar por las rendijas que aún dejara el operativo de
cerco yendo a campo traviesa, por donde el vehículo no podía atravesar.
Mientras en el cruce de caminos
los dos carabineros y un agente de la CNI estaban de guardia cuando se acercó
un jeep Toyota azul, en el que iban varios frentistas a los que se enfrentan a
balazos, consiguiendo dejar inutilizado el vehículo y obligando a sus
destinatarios a huir a pie también
Buschmann y sus compañeros pasaron cincos días
intentando eludir el cerco policial, días en que sufrieron los rigores del
desierto. De día dormían tapados con piedras; solo reiniciaban la marcha de
noche. No tenían alimentos y el agua escaseaba. Finalmente fueron capturado
cerca de la Panamericana el 13 de agosto, por Carabineros…. Italo Moya,…fue detenido dos días después
en una mina abandonada.
Malbrich lo relata así: Íbamos en una camioneta C-30 de color
amarillo…se encuentran con Texier
y compañía. Buschmann baja a la
playa y vuelve gritando que la CNI (los
chanchos) estaban ahí, por lo que deciden bajar armados: Buschmann, Anibal Nierdsbalski, Malbrich
Baltra y dos sujetos mas.
Sergio
Buschmann, junto a
algunos de sus compañeros, huyó caminando por el desierto. …. Otro grupo tuvo
más suerte. Abordó un bote Zodiac y huyó por la costa varios kilómetros hacia
el sur, hasta ponerse a salvo. Allí, para avisarles había
llegado Diego Lira, quien al intentar llegar con refuerzos, se enfrentó con carabineros recibiendo decenas
de proyectiles (el vehículo). Los
frentistas resultaron indemnes del enfrentamiento regresando a La Herradura. Orlando Bahamondes Barría[16], Pedro;
Vilma Olivares, su pareja Víctor Fernández, Claudio Molina y otros miembros de la empresa de fachada…,
abordaron un bote de goma iniciando una desesperada fuga por la costa, tratando
de evitar a los buques de la armada que ya habían sido alertados. Navegaron dos
días hasta que se les acabó el combustible y debieron bajar a tierra donde
continuaron escapando. Pero se comete un error fatal: la cámara fotográfica
con un rollo sin revelar. La huida sigue por el desierto hacia Argentina,
pasando toda clase de pellejerías. Recordaría Fernández que el hambre era
tremenda. En ese deambular incluso nos tuvimos que comer una mula que
encontramos y gracias a eso nos alimentamos durante diez días
Ítalo Moya |
En el cruce donde había un
control, de dos policías uniformados y un agente de la CNI, se enfrentan con
los frentistas que huyen. Cuando a la mañana siguiente encuentran el jeep toyoya azul está con impactos de
balas. En el iba Diego Lira y dos frentistas más luego de avisar a la gente de La Herradura. Allí Vilma Olivares (la cocinera del grupo), Víctor Fernández, y otros miembros de la empresa de fachada
enterados del allanamiento en Corrales, abordaron un bote de goma iniciando una
desesperada fuga por la costa, tratando de evitar a los buques de la armada que
ya habían sido alertados. Navegaron dos días hasta que se les acabó el
combustible y debieron bajar a tierra donde continuaron escapando. Claudio Molina recuerda que “por la necesidad de salir rápidamente de ese
punto en el bote, es que se les queda olvidada la cámara”. El olvido de esa
cámara, con numerosas fotos de los implicados en la operación, permitiría más
tarde la identificación y captura de muchos de ellos. Este detalle fue el más
increíble, pero tiene una explicación muy simple: propaganda. Documentan la
operación para después presentarla al mundo, fuera que detrás de ella se venía
el cambio a un gobierno “democrático y
popular” con lo que los participantes serían héroes nacionales. Nadie
quería quedar fuera de la Historia.
Víctor Fernández; “El hambre era tremenda. En ese
deambular incluso nos tuvimos que comer una mula que encontramos y gracias a
eso nos alimentamos durante diez días”. Gonzalo Valenzuela, Manuel
Santana, Patricio Ruilova y Víctor Fernández lograron eludir el
cerco y nunca fueron capturados. Distinta suerte corrieron Alfredo Malbrich -quien fue atrapado al salir de la casa que
arrendaba en Vallenar- e Italo Moya,
quién fue detenido dos días después en una mina abandonada.
Sergio Buschmann junto a Diego Lira, Aníbal Niedblasky y otros dos
frentistas, después de escapar de la playa huyeron hacia los cerros cercanos.
Pasaron cincos días intentando eludir el cerco policial, días en que sufrieron
los rigores del desierto. Finalmente fueron capturados. Sin agua ni alimentos,
muchos frentistas deambularon durante días por el desierto, ocultándose en
puentes y alcantarillas.
En Caldera, los tripulantes del Chompalhue
miraban las noticias en televisión. Un…periodista informaba que se había
descubierto una escuela de cuadros y un gran cargamento de armas del PC. El
capitán, Manuel Santana, recuerda que salió de inmediato a hacer una llamada de
emergencia y que ordenó que “todos tuvieran sus cosas listas para irse”. Cuando
regresó, había distintas opiniones. Un compañero sostenía que había que esperar
las instrucciones del Partido. Pero él corta la discusión: “En esta situación
el Partido se puede ir a la cresta. Hay que salir de aquí inmediatamente”.
Minutos más tarde un furgón Suzuki cargado de hombres emprendió rumbo al sur[17].
Y ninguno de ellos fue detenido.
Pablo Flores |
Sin embargo en el caso del Astrid
Sue, en el que embarcaron varios que no eran militantes o al menos tan
disciplinados, la situación fue diferente: Según Luis Heinecke, tres tripulantes de la Astrid Sue, Eduardo Aliaga Alamos, Juan Carlos González
Zamora y Freddy Peralta Peralta
se presentan a la Gobernación Marítima de Copiapó y relatan todo lo que saben.
La razones eran dos: no eran militantes comunistas y no se les pagó por su
participación en el Astrid Sue y su contrabando de armas, fuera que con eso se
desembarcaban de cualquier relación con los comunistas. Aunque, acusan los
denunciantes, qye se le hizo entrega de $ 1.200.000 a Alex Castro y a los tripulantes que si son comunistas le tocan $
200.000 a cada uno[18].
El 7 de agosto cae el “mecánico” Jorge Concha Gonzalez, en Vallenar armado y con $ 420.000. El 8 Malbrich,…fue detenido…en
Vallenar, tras ser seguido desde una casa de seguridad a la que entró aunque no
tenía puesta la señal de normalidad. En un pirque minero caerá Ítalo Moya Escanilla. El primer arsenal sería entregado por Gonzalo Valenzuela y Moya (según Heinecke) y descubierto el
jueves 7 de agosto.
Rafael Pascual Aria
Yuri Forte
|
Paula Afani relatará[19]
tras la detención de los primeros
frentistas, el primer arsenal fue descubierto en la zona de Carrizal Bajo. La
sorpresa de los que vieron el arsenal fue mayúscula… hasta ese momento seguían
convencidos que se trataba de una escuela de guerrilla. Además del cerco
CNI-Carabineros…, tres aviones del
Comando de Aviación del Ejército, trasladaron la mayor parte del material
descubierto a La Serena y el resto en camiones del Regimiento Copiapó. Con cerca de 350 fusiles M-16, 124 kilos de
T-4, un lanzacohetes RPG-7 y mucho más material (munición, equipos de buceo,
motores fuera de borda, equipo de señales y tecnológico de comunicaciones,
etc).
El primer reportero que acudió al sector de La Herradura de Carrizal Bajo fue Francisco Droguett,…camarógrafo de la
Intendencia Regional. Sólo tenía conocimiento que un jeep de la CNI había
tenido un enfrentamiento con subversivos en la localidad de Carrizal
Bajo. Después de cuatro horas de viaje llegaron al lugar. Era cerca de
medianoche….acercándose lentamente por una huella, muy difícil de andar,
mientras tanto se acercaba otro vehículo, hasta que se bajó un agente armado
con una subametralladora AK 47 con cargador doble,…. Dicho vehículo, al
revisarlo al día siguiente se pudo comprobar que tenía más de cien
perforaciones de proyectiles y sus neumáticos reventados,…. al llegar a la
playa, lo primero que vio fue un campamento y una lona como una carpa, donde se
suponía que vivía gente, pero al acercarse, grande fue su sorpresa, al apreciar
gran cantidad de armamento tales como: fusiles, lanzacohetes rusos y
americanos, equipos de comunicaciones y muchas municiones dispersos por
todo el lugar. Revisado el área por los agentes, unos regresaron a Copiapó y
otros se quedaron custodiando lo encontrado.
La gigantesca operación fue informada recién el 11 de
agosto de 1986 a la opinión pública,
Avión Casa-212 Ejército de Chile |
El Ejército dispuso un avión CASA C-112, para
trasladar a la prensa a Copiapó, luego por
tierra hasta la caleta donde había un gran contingente militar de civil,
con bastante apoyo aéreo de helicópteros, que sobrevolaban la zona. Ahí
pudieron apreciar la gran cantidad de armamento, sobre todo fusiles M -16,
cubiertos con grasa para evitar el óxido salino….lanza cohetes RPG-7, de
procedencia rusa, cohetes LOW, de procedencia americana; granadas de piña y
peras, municiones para M-16 por toneladas, equipos de comunicaciones VHF
marca Kenwood y Yaesu. Además bastantes alimentos y una famosa foto donde los
extremistas posaban con las armas.
[1] Según Luis Heinecke este es el
tercer desembarco, pues ingresa en el conteo el fracasado de Año Nuevo de
1985
[2] No hay que olvidar que si
alguien conocía las operaciones del Frente, era el PC y atrasar el desembarco
de armas significaba que este tendría lugar (cuando la operación para el
Atentado tenía como fecha inicial el 31 de Agosto) y las armas para entonces
tendrían que estar en Chile.
[5] Según
la Revista Qué Pasa, fue obligado bajo fuerte presión para que comandara la
nave en cuestión. Alegó lo mismo en el proceso
[6] http://historiadetodos.wordpress.com/2010/11/04/las-armas-de-carrizal/
[7] "Salimos temprano en la mañana del día 5, en el punto quedaron tres
o cuatro compañeros. Nosotros nos fuimos con Texier en un vehículo y Buschmann
en el camión con el último cargamento. Íbamos a cierta distancia uno del otro.
El chofer del camión no era experimentado, el mejor que teníamos llevaba días
de trabajo, estaba extenuado y lo habíamos liberado. Cuando ya estábamos en
pleno camino, nos cruzamos con una camioneta de la policía y personal de
control de pesca, creo que era un inspector. "El chofer del camión se puso
nervioso, y cuando se cruzaron rozó la camioneta de los pacos. Ellos siguieron
su camino, pero a los cien metros se dieron vuelta, persiguieron el camión unos
metros y lo hicieron detenerse. Como siempre, Buschmann hizo gala de sus dotes
de actor profesional. Un inspector abrió el camión, corrió los huiros que la
carga tenía encima, y descubrieron un paquete bien amarrado, envuelto en papel
café como emparafinado, que era como venían envueltos los paquetes. "El
hombre tiró del cáñamo, miró a Buschmann y le preguntó qué cosa era. Este le
dijo algo así como que eran unos kilitos de locos, que los dejara pasar, que se
podían arreglar. "A continuación le dio diez mil pesos, como un vulgar
soborno, "Pa que repare el espejo roto", le dijo al inspector.
Después de esto se fueron. Te advierto que no es textual, pero la historia fue
más o menos así.
[8] La Alcaldesa de Mar no dice
relación con la actividad municipal sino con la actividad marítima, es la
autoridad en la caleta respecto a las actividades de pesca y tráfico marítimo.
[9]
http://www.casosvicaria.cl/temporada-dos/las-armas-de-carrizal-yunque-o-martillo/
[10] para hacerse una
idea se compraba un chicle por 1 peso, por lo que para entender los precios que
se mencionan aquí hay que multiplicarlos por 10 ó mas
[11]
http://www.casosvicaria.cl/temporada-dos/las-armas-de-carrizal-yunque-o-martillo/
[12] Una improvisada estructura de
madera y cartones construida cerca de la playa, que los hombres llamaban “El
Ruco”, se fue llenando de armas. Con los bultos cubiertos, todo parecía normal.
[13] Pablo
Flores cuenta que “después siguen
haciendo un rastreo y en algún momento uno de ellos encuentra entre las rocas
un fusil M16. Ahí les cambio la cara y empezaron a gritar que éramos
terroristas”.
[14] Una
vez reveladas, en las imágenes aparecerían varios combatientes posando junto a
las armas recién desembarcadas. Cuenta Luis Heinecke que “el 17 de agosto el locutor de Radio Moscú informó que las fotografías
habían sido captadas por Jorge Triviño en 1985 y que esas mismas actividades
habían sido filmadas por cineastas franceses de la empresa Colimason (todo lo
que, teimpo después, fue ratificado por Volodia TEitelboim en el número 34 de
la revista “Araucaria”)
[16] “Pedro”, también logró romper el cerco en el
desierto. Luego de llegar a Santiago, salió meses después de país hacia
Argentina y, desde allí, a Cuba.
[17] Los
tripulantes del Chompalhue lograron llegan ilesos a Santiago, donde se
ocultaron. Tiempo después abandonaron el país.
[18] Según los testimonios de
algunos participantes, rescatados por Luis Rojas Nuñez, actuaron a título
gratuito, sin que mediara pago alguno. Pero incluso ellos admiten que no todos
los participantes, claro que en materias menores, fueron militantes comunistas.
[19] Afani Paula; Carrizal Bajo, 20
años después, capítulo VI, como sale en http://despiertachile.cl/not/414/carrizal__20_anos_despues/
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