El labrador y la serpiente

En una ocasión el hijo de un labrador dio un fuerte golpe a una serpiente, la que lo mordió y envenenado muere. El padre, presa del dolor persigue a la serpiente con un hacha y le corta la cola. Más tarde el hombre pretende hacer las paces con la serpiente y ésta le contesta "en vano trabajas, buen hombre, porque entre nosotros no puede haber ya amistad, pues mientras yo me viere sin cola y tú a tu hijo en el sepulcro, no es posible que ninguno de los dos tenga el ánimo tranquilo".

Mientras dura la memoria de las injurias, es casi imposible desvanecer los odios.

Esopo

sábado, 11 de junio de 2016

EL ASESINATO DE JECAR NEGHME (II)

Uno o dos días después que asumiera el mando el Mayor Pedro Guzmán es que se ejecuta la operación. Sanhueza le explica en terreno cómo era la rutina del sujeto; primero se iba a la calle Bandera y luego, frecuentemente y después de las 18:00 horas, se iba al CODEPU tipo 20:00 ó 21:00 salía y tomaba micro hacia Maipú…. El nuevo jefe, enfáticamente me ordena “A partir de este momento, apenas se den las condiciones, vamos a operar en cualquier lugar y Ud. me acompañará físicamente en la ejecución del sujeto.
En la mañana de ese 4 de septiembre Antonio Román Bustamante alrededor de las 11:00 horas, mientras se encontraba en el Centro Cultural Aquelarre, ubicado en calle Moneda N° 2423, vió a través de la ventana a un taxi antiguo, Simca 1000 en cuyo interior se encontraban cuatro individuos observando hacia el aludido centro el que luego de unos cuatro o cinco minutos partió a toda velocidad; que este hecho le llamó mucho la atención y en el mismo Centro le dijeron que allí habían permanecido alrededor de 30 minutos.
Afuera del local, cuando Juana Méndez Barra y Marcela Bonet González, se retiraban de las oficinas de CODEPU, ubicadas en calle Bandera N° 465 2° piso,…se encontraron sorpresivamente con dos sujetos en actitudes sospechosas, quienes las miraron fijamente y se rieron, sin dejar de observarlas y al abordar ella un microbús en Catedral con Bandera miró nuevamente a los sujetos que continuaban en actitud vigilante. Estando aún Nehgme, en las oficinas de Codepu.
Agueda Sáez Fick, conviviente de Jécar Nehgme Cristi, con el que tenía un hijo de 5 años de edad. Se separó de él ese día, alrededor de las 18:00 horas, en Moneda con Ahumada, señalándole que regresara a casa puesto que él iba a las oficinas del CODEPU a Bandera y que luego a las de calle Moneda para regresar temprano a casa.
Ese día 04 de septiembre cuenta Norambuena que Sanhueza Ross, le ordena a él y y al teniente Corsini, trasladarnos para…ubicar en el centro a Jécar Nehgme y una vez localizado, comunicarle por radio de inmediato. Corsini conducía el vehículo, un taxi, con el cual nos desplazamos hacia el centro Nehgme, se encontraba en un domicilio de la calle Bandera con Catedral y, como a las 18:00 horas, Norambuena informó que el sujeto había salido. Cuenta Corsini que el Capitán Sanhueza nos ordena ir a “marcar” el sujeto nuevamente, el que una vez detectado, debía comunicarle de inmediato. Nos dirigimos hacia el centro, específicamente hacia el sector de calle Bandera, en un taxi, de colores reglamentarios, que yo conducía y me acompañaba el Teniente Norambuena. Yo me quedé en el estacionamiento acostumbrado en tanto que Norambuena se dirigió caminando hacia Bandera. Luego de un rato y cayendo la tarde, Norambuena informó por radio que el sujeto había salido y caminaba hacia el poniente. Entonces yo salí del estacionamiento y luego doblé hacia el poniente, cruzando sobre la Norte Sur y en alguna parte del recorrido subió Sanhueza al auto. En el trayecto, Norambuena avisa al Capitán Sanhueza que el sujeto ingresó a una casa, ante lo cual este último –que iba sentado en la parte trasera del auto- me ordena que doblara por Cumming hacia el sur. Una cuadra antes de llegar a la Alameda, me estacioné al costado derecho, permaneciendo en ese lugar unos cuarenta a cincuenta minutos.
Sigue el subordinado Norambuena con que al cabo de una media hora se presentó en el lugar el Capitán Sanhueza a quien le referí que Nehgme había salido de una sede del partido, dirigiéndose a un restaurant del sector, donde permaneció alrededor de unos veinte o treinta minutos. Posteriormente Nehgme salió del lugar y se dirige por Bandera hasta Moneda y desde allí camina hacia Estación Central.
En la ocasión no nos quedó otra alternativa que seguirlo, confiesa Sahueza Ross: Norambuena a pié con su radio informando cada desplazamiento del sujeto. Corsini en el vehículo –taxi marca Toyota- como conductor y yo en ese momento, en la zona cerca de Norambuena, siguiendo indirectamente al sujeto.
Norambuena Aguilar y Sanhueza, lo siguieron a pie hasta la calle Cumming, de ahí dobló hacia Alameda y luego tomó la calle Erasmo Escala. En ese sector ingresó a una casa, ante lo cual el Capitán Sanhueza ubicó por radio a Corsini para que éste se desplazara en el vehículo hasta Cumming. En este mismo lugar el Capitán Sanhueza manda al teniente Norambuena que se quede vigilando y cuando éste saliera que le comunique por radio. El sujeto permaneció en la casa unos cuarenta o cincuenta minutos (3 horas según Sanhueza),…y una vez que salió…le informé de inmediato al Capitán Sanhueza por radio señalándole “salió sujeto y se desplaza por la calle Bulnes hacia la Alameda”. Corsini y Sanhueza Ross se mantenían atentos a la radio. Lo mismo ocurría con el Mayor Guzmán, desde el cuartel. Allí el mayor Pedro Guzmán Olivares sostenía que aunque no se hubiere planificado previamente, se dieron las condiciones para llevarla a cabo, por lo que se aprovecha la oportunidad. Estando en el Cuartel General recibí una comunicación vía radial de Sanhueza en la que me informaba que el sujeto se encontraba en movimiento en el sector céntrico de Santiago. Por esta razón e inmediatamente, llamé al Teniente Allende y nos trasladamos en su vehículo a la calle Bulnes, dejándome él en el vehículo que conducía Corsini y en cuyo interior se encontraba el Capitán Sanhueza, trasladándose Allende en su vehículo hasta Alameda con Bulnes, por instrucciones mías. Lo confirma el mismo Allende Tello, quien se encontraba en la oficina realizando mis labores normales, alrededor de las 20:30 horas aproximadamente y encontrándose el Brigadier (Leddy) en su oficina, el Mayor Guzmán se asomó a mi oficina y desde el pasillo me dice “Ya alférez, vamos”. Inmediatamente saqué el auto marca Subarú de color verde, de cargo fiscal y lo conduje por calle República hacia Alameda, trasladando sólo al Mayor. En el trayecto escuché por radio a Norambuena decir “salió el sujeto”. El Mayor Guzmán me ordenó seguir por calle Cumming hacia el norte y en la primera cuadra me dijo que virara en U, pudiendo observar que Corsini se encontraba al volante de un taxi, estacionado en calle Cumming.

Jecar Neghme


Guzmán me ordena detenerme al lado del otro vehículo, instruyéndome que me ubicara en el vehículo en Alameda para el evento en que el sujeto siguiera en otra dirección, yo prosiguiera con el seguimiento. Luego Guzmán se bajó y se subió al auto que conducía Corsini, junto al Capitán Sanhueza.
Mientras tanto, cuenta Corsini que Sanhueza caminó hacia el poniente por la calle corta. Luego de un rato, escuché por radio que Norambuena dice “salió el sujeto por Bulnes hacia la Alameda” y en un momento determinado Sanhueza vuelve al auto, colocándose en el asiento trasero. Sanhueza Ross continúa con que todos esperábamos la salida del sujeto, sin saber por cual calle se desplazaría. Cuando salió del lugar, el Mayor Guzmán había resuelto que si tomaba la calle Bulnes, que era oscura, poco transitada y más encima, lloviendo, se daban las condiciones para operar. Al desplazarse el sujeto, al parecer hacia su domicilio y conforme a las comunicaciones radiales efectuadas por Norambuena que lo seguía, se empieza a evidenciar que se acercaba a la calle Bulnes. En ese instante me dirijo al taxi en que se encontraba Corsini y le ordeno que nos dirijamos,…desde la calle Cumming, hacia la primera cuadra de calle Bulnes, al llegar a la Alameda. En ese instante el Mayor Guzmán, que se encontraba en la zona, me ordena que nos reunamos en el taxi, en la misma calle Bulnes, siempre con Corsini al volante.
En su puesto de chofer, Corsini Escarante dirá que…apareció el auto chico, al parecer Subarú de color verde, conducido por Manuel Allende y en el cual viajaba el Mayor Pedro Guzmán. Este último, se baja del auto y sube al taxi que yo conducía y junto al Capitán Sanhueza se sientan atrás. Luego el Teniente Manuel Allende, en su vehículo, sale en dirección hacia la Alameda, allí dobló hacia la derecha y yo lo seguí en el otro vehículo. Allende se estaciona por Alameda y se me ordena doblar por calle Bulnes hacia el norte. Posteriormente se me ordena detenerme en un costado de la calle. Estaba muy oscuro y lloviznando. Se me ordenó, además, apagar las luces del vehículo.
Ahí dice el mayor Pedro Guzmán Olivares que los tres que nos encontrábamos en el vehículo estacionado en calle Bulnes. Por ahí pasa Javier Albornoz Rebolledo, quien estaba en el local de la Izquierda Cristiana ubicado en calle Bulnes con Compañía y más o menos a las 20:15 ó 20:00 horas, junto a Cecilia y Gabriel, se dirigieron hacia Alameda para tomar locomoción, por la calle Bulnes. Pasado Romero cruzaron hacia el sector oriente de dicha arteria, lugar donde se encontraban estacionados dos vehículos, uno de color azul marca Datsun en cuyo interior había cuatro individuos y el otro de color beige, sin ocupantes. Al pasar por el lado del móvil azul, los sujetos hicieron ademán de bajarse (por el parecido que Gabriel tenía con Jécar), pero desistieron, motivo por el cual continuaron su camino y precisamente en la esquina de Alameda con Bulnes visualizaron otro sujeto en actitud sospechosa. Ninguno de los agentes de la CNI menciona el hecho
El mayor Pedro Guzmán declara que recibimos el comunicado de Norambuena que el sujeto se desplazaba por calle Bulnes hacia la Alameda, razón por la cual Guzmán y Arturo Sanhueza hacemos abandono del vehículo y esperamos al sujeto que se acercaba. Lo que cuenta Sanhueza Ross es mas descriptivo, pero también diferente: al subir el Mayor Guzmán al vehículo dice: “Ramiro, Gianino, si el sujeto viene en dirección nuestra, se opera en cualquier circunstancia. No hay retorno ni vuelta atrás”. En esos instantes, Allende comunica por radio que ya se encuentra en Alameda con Bulnes, Norambuena va informando que el sujeto se va acercando a la calle Bulnes hasta que, en determinado momento, les comunica, que el sujeto llega a Bulnes y toma hacia la Alameda, solo.
Sanhueza explicó a Guzman que dejó el vehículo del mayor Guzmán en la Alameda para el caso que si no operaban ese día y el sujeto, si es que se desplazaba por Bulnes hacia la Alameda, sería seguido por el Teniente Allende, por si tomaba alguna locomoción.
Nehgme se dirige al Centro Aquelarre donde conversa con distintas. Antonio Román, aproximadamente a las 20:45 horas se encontró en el Casino del Centro con Jécar Nehgme y estuvieron conversado junto a Esteban Romo Alvarez quien llegó a las 8 PM, hasta más o menos las 21:15 horas, momento en que él se retiró, dejando a Romo y Nehgme continuando la charla
Terminada la reunión en el Centro Aquelarre, alrededor de las 21:30, Neghme sale sólo del local. Allí se cruza con María Angélica Vega Gutiérrez, en… calle Bulnes, ella va por la vereda poniente en dirección al norte, y se encontró con Nehgme, que se dirigía hacia el sur con el cual, al enfrentarse, ella se bajó a la calzada y cuando había avanzado unos cuatro o cinco metros sintió como unos quejidos a sus espaldas y al voltear la vista, pudo observar que al hombre que había pasado por su lado lo tenían arrinconado contra la reja de fierro dos individuos altos, pensó que lo estaban asaltando, por lo que sigue caminando.
El teniente Corsini Escarante dirá que vio aparecer en la oscuridad a Nehgme (al cual no reconoce), a unos 20 metros del lugar donde estábamos. Cuando aparece esta persona, el Capitán Sanhueza y el Mayor Guzmán se bajan del auto, cada uno por su costado y lo enfrentan…, y me dí cuenta que en ese momento se le iba a ejecutar.
Sanhueza cuenta que en ese instante,…a lo lejos vemos que se viene acercando Nehgme. Cuando ya está a la vista, desde el interior del vehículo, el Mayor Guzmán me ordena que nos bajemos del vehículo, que preparemos las armas, actividad que desarrollamos al interior del móvil, pasando balas. Yo pasé bala a mi arma de servicio, una pistola CZ, calibre 9 mm., además y por seguridad, portaba en una cartuchera en mi espalda, una pistola de servicio, calibre 7,65.
En esos instantes, bajo del vehículo, observamos que viene el sujeto a unos 60 metros del vehículo. Atravesamos la calle y cuando el sujeto estaba unos 30 metros del móvil, el Mayor Guzmán se encontraba a mi derecha, le grita un par de palabras y abre fuego contra el cuerpo de la persona. Guzmán Olivares en cambio dice que estando cerca de siete u ocho metros de distancia, delante de él, yo extraigo una pistola marca Llama 7,65 mm. del cinto con la cual efectué entre cuatro y cinco disparos al cuerpo de la persona (sin gritarle nada, lo que es más probable ya que una testigo directo del asunto nunca escucha gritos pero sí los balazos).
Luis Sanhueza disparo con mi arma,…al cuerpo de la persona y al primer o segundo tiro, el arma sufre un desperfecto y se me tranca. Entonces usa la segunda arma que era la pistola de 7,65 mm., disparando en dos o tres ocasiones, a la misma persona. Debo señalar que quedé impactado de que la persona no caía al suelo. En fracción de segundos pensé que no tenía ningún tiro pero ya al emprender la retirada el sujeto cayó al suelo. Guzmán explica que Sanhueza, por su parte, también disparó desde un costado y al cuerpo del sujeto, no sé cuántos tiros. Otro de los agentes, Corsini Escarante, desde el lugar donde estaba, solamente divisaba las siluetas (estaba oscuro y llovía) y recuerdo haber escuchado varios disparos y ví el cuerpo que cayó al suelo. Inmediatamente se regresaron al vehículo ordenándome dirigirme al Cuartel. Debo indicar que yo quedé muy impactado con lo acontecido y me costó reaccionar.
María Angélica Vega Gutiérrez Llevaba unos tres o cuatro pasos cuando sintió tres disparos que sonaron roncos, “tres cosas roncas” motivo por el cual echó a correr mirando también hacia atrás, observando que llegó un auto y a él se subieron los asaltantes. En su domicilio de calle Bulnes N°16, departamento A, Eduardo Ramírez Aravena se encontraba, junto a su esposa María Alejandra Jara Leiva y su suegra Ana Luisa Leiva Vidal cuando repentinamente escuchó tres detonaciones con intervalos de segundos entre cada una, siendo el último de mayor intensidad. Inmediatamente se escuchó un vehículo que partía “rajado”, sintiéndose, además, un chirrido de neumáticos propios de la aceleración al iniciar la marcha a velocidad y que este vehículo siguió por calle Bulnes hacia el norte…..
Guzmán y Sanhueza suben de nuevo al auto, que conducía Corsini y emprenden la retirada, pasando junto al cuerpo de la persona, Sanhueza lanza unos panfletos. Allende también hace abandono del sector…nos trasladamos hasta el Cuartel ubicado en República con Grajales, esto debe haber ocurrido alrededor de las 22:00 horas, previamente de dejar a Guzmán Olivares en Cuartel General situado en República con Toesca. Este oficial dirá que luego me retiré a mi domicilio para reintegrarme al día siguiente a mis funciones habituales. Al retomar mis funciones me presenté al Brigadier Leddy, dándole cuenta del cumplimiento de la misión.



¿Y los oficiales Allende Tello y Norambuena? Dirá Cosini Escarante: a Manuel Allende, la última vez que lo ví fue cuando se estacionó en la Alameda, casi al llegar a Bulnes. A Norambuena le pierde el rastro: no sé cómo regresó al Cuartel, lo cierto es que cuando llegué él ya estaba ahí. Allende Tello Yo seguí solo por Cumming hacia el sur y doblé en Alameda hacia la derecha, en dirección al poniente, estacionándome en ese lugar. Observé, asimismo que el auto que conducía Corsini me adelantaba y tomaba la calle Bulnes en dirección al norte. No transcurrieron más de tres segundos cuando escuché varios disparos que provenían precisamente del mismo lugar de calle Bulnes, presumiendo en ese momento que la orden se había concretado….de inmediato me dirigí por Alameda hacia el poniente, virando por Avenida España para finalmente llegar al Cuartel General de la Agencia Metropolitana. Allí ya se encontraban el Mayor Guzmán conversando con el Brigadier Leddy y al acercarme a la conversación, el Brigadier nos ordenó retirarnos de inmediato.
Mientras Norambuena relata que ya estaba oscuro …alrededor de las 21:00 horas aproximadamente, me retiré por Cumming hacia República y mientras me desplazaba, escuché unos disparos, no recuerdo cuántos, percibiendo entonces que se había concretado la orden impartida. No imaginó que ese momento se iba a ejecutar este operativo, de tal forma que me dirigí a la Unidad ubicada en calle República con Grajales, solo y a pie. Estando allí llega el Capitán Sanhueza y Corsini, En la versión de Sanhueza Ross me reúno con Norambuena y Corsini y les consulto si existía alguna novedad y que…ya había terminado la misión…. Traté de darles tranquilidad y justificar la operación, despachándolos hasta el otro día a iniciación de actividades en forma normal y manifestándoles que este tema no lo habláramos nunca más. Todos se retiran luego a sus respectivos domicilios
Mientras que en calle Bulnes: Eduardo Ramírez Aravena al acompañar a su suegra a la puerta, en la calle a unos 20 mts. de su casa había un radiopatrullas que en esos momentos intentaba estacionar. Miró hacia donde estaban los Carabineros y vio un cuerpo en el suelo. A su vez Javier Albornoz Rebolledo de vuelta de dejar en el paradero y ver que Gabriel y Cecilia abordaron una micro,…él continuó su marcha por la vereda norte hacia la Estación Central y antes de llegar a Bulnes, apareció un radio patrullas a alta velocidad que viró por Brasil hacia Bulnes y en esta última arteria vio un bulto en el suelo.
Otra testigo recordará que se sintieron varios estampidos apagados, los que le parecieron como petardos, luego como ajetreo de gente y un grito o quejido de dolor e inmediatamente dos detonaciones fuertes, totalmente diferentes al sonido anterior, ya que los primeros fueron seguidos y sordos.
Llega la radio patrulla al lugar, y comienzan con el procedimiento de rigor. Al llegar uno de los carabineros grita “pásame una UZI”. En eso, uno o dos minutos después, llegó un automóvil (Datsun) color celeste que entró por Bulnes desde la Alameda, deteniéndose a unos 30 mts. más o menos desde el lugar donde estaba el cadáver; manejado por un sujeto de contextura gruesa, de unos 30 a 40 años de edad, bien vestido, el cual se bajó a unos tres metros donde estaba el cadáver, así que lo detuvo para pedirle su identificación, aduciendo éste que no la portaba pero que era agente de seguridad. Aquí hay dos versiones: la mayoritaria que dice que se le informa al recién llegado que ya hay un procedimiento en curso y está a cargo de carabineros y otro minoritario (un único testigo) que indica que informado el sargento Luis Órdenes Meneses, ordenó detenerlo, pero más tarde fue dejado en libertad.
En el suelo, tendido sobre la acera, estaba Jécar Nehgme Cristi en posición decúbito sobre su costado izquierdo el cual presentaba desde su frente y narices escurría sangre que se licuaba un tanto con la lluvia suave que caía en ese momento y que escurría hasta la calzada (;) con la cabeza hacia el norte y los pies hacia el sur … y presentaba 18 perforaciones en diversas parte del cuerpo…Junto al cuerpo se encontraron 02 panfletos con la siguiente leyenda: “Por traición a la lucha revolucionaria y al pueblo, amarillo burgués”. En la acera y en la calzada, se encontraron, en total, catorce vainillas correspondientes al calibre 7.62 mm. y dos de 9 mm.
A la pareja de Nehgme, Agueda Sáez Fick, la llama un amigo dirigente de la CUT, el cual le informó que habían acribillado a Jécar y que esa noticia la había escuchado por radio. Ella le cuenta de inmediato a la madre de Jecar, Milagros Cristi, y junto a este dirigente fueron hacia calle Bulnes a metros de la Alameda. En este lugar pudo observar el cadáver desnudo de Jécar, vestido sólo con slip, que presentaba heridas de bala en la cabeza y en el torso. Estaba sobre la calzada de la calle Bulnes y cerca de la cuneta poniente, su cabeza estaba orientada hacia el norte, sus pies hacia al sur y estaba lloviendo.
Norambuena Aguilar Al día siguiente, recuerdo, en un diario mural apareció un recorte de prensa que daba cuenta de la muerte de Jécar Nehgme, vocero del MIR. Sigue Allende Tello A partir de este momento nunca se habló más del tema y ni siquiera con el Mayor Guzmán y al otro día continuamos con nuestras actividades normales, indistintamente de las noticias que luego de difundieron por los medios de comunicación. De la persona que fue ejecutada, según me enteré después de los detalles, supe que se trataba de una persona que tenía una actividad política pública.
Cuenta Patricio Vega Trujillo que posteriormente a la ejecución de Nehgme… Sanhueza los reunió y dijo que del tema no se comentaba nada más y que por rumores que circularon, se dijo que el mencionado Sanhueza habría participado en ese hecho.
A la prensa llama el Comando 11 de septiembre, el que se adjudica la ejecución: el mismo grupo que aparentemente actuó en las muertes de la noche posterior al atentado contra la comitiva del General Pinochet. En realidad los agentes de la CNI.

Epílogo en prisión. Reuniones en el Batallon de Policía Militar: Allende Tello recuerda que él y Corsini Escarate y Norambuena, llamamos a una reunión al Capitán Sanhueza a quien le hicimos presente la situación que estábamos enfrentando e informándole de la resuelta decisión de asumir nuestra participación. En principio se sorprendió, reaccionando luego que, en su calidad de Comandante de la Brigada, reconoció que impartió la orden a Norambuena y Corsini, asumiendo su responsabilidad frente a nosotros, comprometiéndose a “responder por ello como ninguno del mando lo ha hecho”.

Mural en el lugar de su muerte

Sigue Silvio Giovanni Corsini Escarate que detenido en esa unidad mi abogado defensor don Roberto Miranda nos comunicó que un abogado querellante había expuesto en los alegatos ante la Corte de Apelaciones… la existencia de un botín de por medio, en la operación. Ante esto, junto a Norambuena y Allende nos sorprendimos y citamos a una reunión al Brigadier Leddy, Arturo Sanhueza y Pedro Guzmán para aclarar esta situación. Norambuena le preguntó derechamente al Brigadier Leddy quién había dado la orden y por qué se comentaba que había un botín de por medio. A esta pregunta contestó el Capitán Sanhueza “La orden la dio mi Brigadier Leddy y yo no tengo idea de los dineros”. El Brigadier Leddy manifestó “Yo no he dado ninguna orden y no tengo antecedentes de los dineros”. En ese momento intervino Pedro Guzmán y dijo “Pero si Ud. mi Brigadier dio la orden”. Enfrentado el Brigadier ante lo representado por Guzmán y Sanhueza, finalmente dio a entender que así había sucedido.
Manuel Allende le dió a conocer al Brigadier Leddy la circunstancia que en una oportunidad, cuando Sanhueza salió de su oficina estaba muy molesto y Sanhueza le habría manifestado “Esto no se debe hacer”…
Allende Tello la recuerda como el Brigadier Leddy dijo que él no había ordenado nada, oportunidad en que Sanhueza le representó el hecho de que dicha orden él mismo se la había dado, que había elegido al sujeto, etc. El Brigadier le dijo “pero si tú me lo propusiste”, ocasión en que yo intervine, representándole en forma muy airada y diciéndole “Discúlpeme mi Brigadier, pero aquí yo soy testigo que el Capitán Sanhueza le hizo presente que no debían hacer la operación” y a esto nada respondió. En el mismo acto le hice presente que igual situación se había suscitado con el Mayor Pedro Guzmán. Posteriormente él manifestó “Bueno, si Uds. me lo propusieron y yo acepté se transformó en orden”, dando nosotros por entendido que había asumido su responsabilidad.
Finalmente piden una tercera reunión, a la cual debía asistir el General Abarzúa, la que se realizó y en la que participaron, además, los antes nombrados. Se tocaron los mismos temas y mi General Abarzúa preguntó si íbamos a decir la verdad, respondiéndoles que yo no iba a aceptar el desconocimiento de una orden militar y menos se me imputara que había actuado por dinero. Norambuena y Allende apoyaron decididamente mi postura.  Allende Tello dirá hubo una tercera reunión en la que participó el General Abarzúa y a la consulta sobre los supuestos dineros por el operativo, él mantuvo una conducta viril y aseguró no tener conocimiento de esto, pero si tenía que asumir su responsabilidad de mando, tendría que hacerlo.
Luis Sanhueza Ros, explica lo que era el tema de los dineros encaramos personalmente al Brigadier Leddy y al General Abarzúa, ya que había antecedentes de que efectivamente existió movimientos ajenos a las platas de operaciones que mensualmente se nos proporcionaba, dineros que ascendían a la suma de $200.000.- mensuales, que eran repartidos a los agentes para efectuar gastos como estacionamientos, pasajes, teléfono, etc. Al respecto, se emitía una rendición de cuentas mensual y enfáticamente señalo que jamás se entregó recursos económicos, por lo menos a mi Unidad, para alguna operación determinada.
El mismo oficial relata que a fines del ‘89, después de esta operación me cita a su oficina el Tesorero General de la CNI, vale decir el encargado de las platas. Se trata de Jorge Alfredo Guajardo Rojas Mayor de Ejército, Oficial de Intendencia, en la época, quien durante el año 1989 se desempeñó como Jefe del Departamento de Tesorerías de la CNI, en el cual se administraban los recursos asignados para el funcionamiento de ese organismo de seguridad que eran mantenidos en una cuenta corriente en el Banco BCI de la sucursal Vicuña Mackenna. El procedimiento para la entrega de los dineros para las diferentes operaciones efectuadas por agentes de la CNI eran entregados a través de los recibos con el visto bueno del Director…y los cheques correspondientes eran emitidos sin colocar el nombre del beneficiario y lo único que les quedaba como respaldo era un recibo en el cual se consignaba la firma del Director, además, la firma de la persona que retiraba el documento. Norambuena Aguilar dice que existían fondos para ser utilizados en los diversos trabajos realizados por la CNI que eran manejados directamente por el Comandante de la Brigada, vale decir, por el Capitán Sanhueza, y que eran aproximadamente $200.000.-, los que eran distribuidos de acuerdo a las necesidades de cada uno de los integrantes de la Brigada para el pago de locomoción colectiva, colaciones, revistas y diarios cuyo contenido debían ser analizados.
Continúa Luis Sanhueza Ros, que Guajardo Rojas en su despacho me dice “Capitán, lo he mandado a buscar porque quiero saber si en alguna de las operaciones que Ud. ha participado ha recibido dineros extras”. Indudablemente le expresé categóricamente que jamás…. Al respecto, desde un archivador abierto me muestra dos o tres recibos,…las sumas…eran elevadas, es decir, de millones, y me hizo reconocer la firma de quien recibía esos dineros: la firma del Brigadier Leddy. Como no pude dar mayores antecedentes y además, quedó claramente establecido que ni yo ni mi Unidad había recibido dineros, me pidió que la misma respuesta que le daba la dijera ante mi General Abarzúa, Director del DINE y de la CNI. Por lo tanto, atravesamos desde su oficina de calle República. En su despacho se me exhibe nuevamente del archivador los recibos antes mencionados y el General me pregunta si en alguna ocasión en las operaciones que yo y mi Unidad habíamos desarrollado recibimos sumas extras de dinero, respondiendo una vez más, categóricamente, que jamás…. Al instante me exhibe nuevamente que reconozca la firma de quien había recibido en cada comprobante que allí aparecía. Nuevamente reconocí que era la firma del Brigadier Leddy. Acto seguido, el General me agradece y me dice que retome mis actividades y no me preocupe por nada.
Tras esta situación solicita al Sub Director de la CNI, Brigadier Marcos Derpich para expresarle e informarle que deseaba ser destinado y no trabajar más bajo las órdenes del Brigadier Leddy porque me encontraba saturado de estar en Brigadas operativas y además, no me encontraba cómodo con una persona en que se me había instalado en mi interior una desconfianza y una personalidad que no era compatible con mi forma de ser….entregué la Unidad y me incorporé por orden del Sub Director, en el Departamento Jurídico que estaba al mando del abogado don Víctor Gálvez, lugar en el que permanecí durante cuatro meses aproximadamente, hasta que fui destinado al Comando de Institutos Militares del Ejército.

También a fines del año 1989, por orden del Comandante en Jefe, se entregó un diploma y una medalla de reconocimiento llamada “misión cumplida” y que se le entregó a todo el personal. Esta condecoración la entregaba cada jefe de Unidad a su personal. En mi caso particular, rehusé me la entregara el Brigadier Leddy y esta condecoración y diploma me la hizo entrega un abogado, el Jefe del Departamento Jurídico, don Víctor Gálvez. 

EL ASESINATO DE JECAR NEGHME (I)

Conforme a Hernán Vásquez Villegas, quien pertencía a la Unidad C.1.3 de la CNI…., entre los meses de marzo y abril de 1989 el Capitán Sanhueza los reunió para darles la misión de vigilancia y seguimiento de un sujeto identificado como Jécar Nehgme, según dijo, por instrucciones del mando, ya que al parecer se estaba reorganizando el MIR político. Ese dirigente mirista llegaba periódicamente a unas oficinas ubicadas en el 4° piso de calle Bandera N° 465, el cual no representaba ninguna importancia de carácter político, ya que toda su actividad era en el ámbito público y por lo mismo, al asumir la misión no les pareció relevante y sólo fue un trabajo más de los que realizaban y, además, ya no se encontraban motivados puesto que la CNI se estaba terminando y serían prontamente encuadrados en otras Unidades.
Orlando Torrejón Gatica[1] cuenta que en Marzo del ’89…por instrucciones de Sanhueza Ros comenzaron a realizar investigaciones en torno a distintos dirigentes del MIR, entre ellos, a la persona de Nehgme, hecho que le consta porque recuerda que le correspondía digitar los informes que entregaban los equipos acerca del trabajo realizado y además, porque el nombre de esta persona era poco común.
Patricio Vega Trujillo integró la agrupación a cargo del Capitán Arturo Sanhueza Ros que tenía la misión de investigar las actividades del MIR que este movimiento comienza a resurgir políticamente y era liderando por…Nehgme, razón por la cual el Capitán Sanhueza, en una reunión con la agrupación, les informa que se ha resuelto realizar un seguimiento y para ello determina a dos equipos que deben vigilarlo en forma permanente –Vásquez Muñoz “El Pablito” y Muñoz Orellana “El Cordillera”- cuya función específica y principal era lograr determinar las actividades políticas y reuniones que Jécar Nehgme desarrollaba en forma cotidiana. Agrega que los sectores que éste frecuentaba eran más en el centro de la ciudad y él, que se desempeñaba como conductor, sólo debía ingresar a una calle determinada o estacionarse en un lugar; que estos seguimientos eran esporádicos, los cuales comenzaron más o menos tres meses antes de la muerte del sujeto y todas las informaciones diarias de sus actividades las entregaban también diariamente al Capitán Sanhueza y éste a los estamentos superiores….Nehgme no representaba para ellos ningún riesgo, toda vez que sus labores políticas eran públicas y por lo tanto, sabida por todos.
Hernán Vásquez Villegas A fines del mes de mayo, fue llamado a un curso de requisito para ascender al grado superior y al reincorporarse al mes siguiente, se informó que al sujeto ya no se (le) estaba trabajando. Recuerda también que hubo un tiempo en que Capitán Sanhueza pasó transitoriamente a depender directamente del Director de Operación (Leddy). Luego de unos dos meses más de vigilancia, hubo una orden del escalón superior, en el sentido de que al señor Nehgme se le debía dar un “escarmiento” -golpiza- con el objeto de retirarlo temporalmente de la actividad política y para ello se iban a utilizar unos usleros.
Jaime Silva Ratz formaba parte de la Unidad de Reacción “Apache” y que en el año 1989, habiéndose trasladado la Unidad completa a Grajales con República, más o menos en julio, luego de haber hecho uso de una licencia médica, encontrándose sus compañeros de equipo fuera de Santiago, quedó en calidad de disponible en el cuartel. Fue requerido entonces por Sanhueza Ros, el cual era jefe interino de las Brigadas Verde y Azul que investigaban al MIR y al FMR para que los acompañara, junto al conductor llamado “Vitoco”, dirigiéndose hacia la Plaza de Maipú, lugar en que permanecieron por un lapso de una hora más o menos.
En tanto, por la frecuencia del radio transmisor se escuchaba el seguimiento de una persona distinguiendo la voz de un agente apodado “Cordillera” quien se dirigía al “Telele” y este último le mencionaba que se encontraba cerca del “Olafo”. Dice que luego se trasladaron hasta el Templo Votivo de Maipú, específicamente a la calle Olimpo.
Allí Sanhueza Ros (Ramiro) le indica que descienda del vehículo, señalándole que siga a una persona que transitaba por una calle como a unos 150 mts. de distancia y a quien solo vió por la espalda. Dice que Ramiro le ordenó que no lo perdiera de vista hasta que el sujeto se internó en uno de los pasajes de la población, él corrió para no perderlo y cuando dobló hacia el pasaje donde había caminado la persona se encontró con el vehículo en que se desplazaba, ordenándole Ramiro que subiera de inmediato.
Acota que fue dejado en su domicilio, advirtiéndole que era probable que al día siguiente nuevamente lo requerirían, hecho que efectivamente aconteció, dirigiéndose a la Plaza de Maipú, junto con el Vitoco y allí estuvieron aproximadamente una hora, escuchando luego que la persona se encontraba en el centro de Santiago, así que regresaron al cuartel. Nehgme realizaba su trabajo a la luz pública y, por lo mismo, no constituía para nadie un personaje de mucha relevancia política.
Víctor Manuel Muñoz Orellana participó de algunos seguimientos esporádicos que se les ordenaron practicar con la instrucción de esperar en el estacionamiento de calle Morandé entre las calles Compañía y Catedral, lugar desde el cual se prestaba apoyo a otro equipo que realizaba la vigilancia.
Luis del Carmen Roldán Olmos[2], a principios del año 1989, se les entregó una orden de investigar las labores de trabajo y domicilio particular del vocero del MIR Jécar Nehgme, el que se materializó y entregó en el mes de mayo, al escalón superior; que establecieron que tenia su lugar de trabajo en calle Bandera, frente al antiguo Congreso y en calle Bulnes, al llegar a Agustinas o Moneda y su domicilio particular en la comuna de Maipú, detrás del templo Votivo. Recuerda que en una oportunidad, en el seguimiento, participó toda la Unidad, encabezada por el Capitán Droguett, y el sujeto abordó un colectivo a eso de las 20:30 horas, siguiéndolo hasta su domicilio….Nehgme no era un político relevante que pudiera originar problemas futuros…, ya que sus actividades las desarrollaba dentro de un marco reducido de personas y a la luz pública. Afirma que el día en que se produjeron los hechos investigados fueron despachados como de costumbre a las 18:00 horas por el propio Sanhueza Ros.
Lo mismo recuerda José Arturo Fuentes Pastene: en el mes de julio del año 1989, por instrucciones de su jefe de equipo, y junto a él, comenzaron a realizar seguimientos alternados a una persona respecto del cual sólo tenían antecedentes que se trataba de un dirigente político. Recuerda que uno de los lugares que frecuentaba era el CODEPU en calle Bandera y otro, uno de los sectores de la comuna de Maipú, en una plaza Templo Votivo, donde permanecían varias horas en espera de su salida. Asevera que la misión era sólo “marcarlo” e informar luego al jefe de equipo sobre las actividades por él desarrolladas. A mediados del mes de agosto del mismo año se recibió la instrucción de cesar en los seguimientos, sin señalar los motivos.

Jaime García Torres

Luis Sanhueza Ros, recuerda que en el mes de agosto de 1989, yo había sido designado como Comandante de la Unidad que investigaba las actividades al MIR[3] situada en el nuevo Cuartel de Grajales. En esta Unidad, formada cinco meses antes, tras abandonar el Cuartel Borgoño y la salida de Alvaro Corbalán, dedicándose (en su declaración) más a la recepción y análisis de las informaciones del MIR, en atención a que ese mismo año se había perdido el Plebiscito y prácticamente las Unidades se preparaban para disolver la Central …e incorporarnos a la DINE, tanto así que el Director de la CNI lo ejercía el mismo Director de Inteligencia del Ejército, el General Abarzúa. Las misiones que yo tenía con mi personal, conformado por unos treinta agentes, era la comprobación de las carpetas que se nos habían traspasado de las antiguas Unidades de Borgoño que combatían el MIR. En estas carpetas existían los antecedentes de muchos miristas (Manuel Cavieses Donoso, Roberto Toro, Pascal Allende, Sergio Aguiló, Jécar Nehgme, etc.) Cada una o cada dos semanas comprobábamos la información de esas carpetas, referidas a domicilios, actividad del momento y rutinas a través de seguimientos, si es que la persona estaba ubicable. De todas estas informaciones cada quince días se insertaban en el informe que se elevaba al escalón superior, vale decir a mi jefe directo que era Hugo Acevedo, quien… traspasaba la misma información al Comandante de la División Metropolitana, Brigadier Enrique Leddy. Por orgánica, éste debía traspasarla al Departamento de Análisis y Operaciones de su Cuartel General, a cargo del entonces Mayor Pedro Guzmán.
Por esos días Jaime Norambuena Aguilar la CNI, su tarea fue la de vigilancia y control del MIR, entre 1988 y 1990. En particular…realizar seguimientos y vigilancias a las personas más connotadas del MIR. En el año 1989, pertenecía a la Brigada C.1.2.3, al mando del Capitán Arturo Sanhueza Ros. Al mismo tiempo realizaba en la Escuela de Infantería de San Bernardo el curso de requisito para ascender al grado de Capitán, desde principios de marzo hasta el día 19 de agosto del ‘89.
Por esos mismos días de agosto Sanhueza Ros es citado a la oficina del Brigadier Enrique Leddy con la totalidad de las carpetas de los sujetos del MIR que poseíamos en nuestra Unidad. Una vez en la oficina del Brigadier, me ordenó que le hiciera un resumen de la información de cada una de ellas y de la situación actual. Una vez revisada cada una de estas carpetas, apartó la de Jécar Nehgme y me ordenó exponerle la rutina y las actividades de este último. “A partir de este momento, con sus Oficiales y el mínimo de personal debe eliminar a este mirista”. Pide que le aclare la orden: “Que a partir de este momento se efectúa la operación de eliminación de este mirista”, por lo cual le respondo lo siguiente: “Mi Brigadier, como Comandante de esta Unidad, debo hacerle presente que el MIR, en estos momentos, no está actuando en la clandestinidad. Es más, precisamente, el vocero del MIR político y no militar es Jécar Nehgme, considerando, respetuosamente mi Brigadier que sería un error efectuar una operación de esta naturaleza…este sujeto ha sido seguido y vigilado en reiteradas ocasiones por mi personal a cargo, por tal motivo, no sería una operación que tuviera características de secreta. Le hace presente que no es el sujeto apropiado ni el momento para efectuar dicha operación.” En esas condiciones mi Brigadier, con una actitud molesta y definitiva, me ordena nuevamente que le diera cumplimiento a su orden y no le pusiera problemas… y recalca que se debía hacer lo más rápido posible. Antes de retirarme de su oficina, recuerdo que él se paró de su escritorio para hacerme salir de su oficina y yo, aún cuando iba retirándome hacia la puerta, le volví a repetir que se evaluara la situación para suspenderla. Recuerdo que en ese preciso momento se encontraba su ayudante personal, el Teniente Manuel Allende que debió haber escuchado mis negativas. Del mismo modo recuerdo que salí con mis carpetas molesto, efectuando un comentario a la salida con el ayudante en el sentido que no me encontraba de acuerdo con la misión. Lo repite Allende Tello[4], quien es el ayudante de Leddy, el Capitán Sanhueza salió muy molesto de la oficina del Brigadier Leddy portando una carpeta bajo el brazo y le manifestó “Esto no debe hacerse” o algo similar.
El en ese entonces teniente Norambuena Aguilar recuerda que el 21 de agosto de 1989 me presenté al Comandante de la Brigada, el Capitán Sanhueza, después de haber finalizado el curso…, y me parece que al día subsiguiente, me hizo presente que había que dar inicio al seguimiento y vigilancia de Jécar Nehgme, vocero del MIR, a quien, por orden del propio Brigadier Leddy, había que “neutralizar”… Terminada la reunión con Leddy Sanhueza Ross se va a su oficina y reúne al Teniente Jaime Norambuena y Teniente Silvio Corsini[5], comunicándoles la orden…les dije que me sentía muy mal, ya que no quiso aceptar mis argumentos…luego de exponerles mi discrepancia…, les señalé que íbamos a cumplir esta misión a nuestra manera, vale decir, que a partir de ese momento “vamos a salir de la Unidad con los vehículos del Teniente Corsini y el mío, que era un Charade, pero vamos a realizar vigilancias y seguimientos y comunicaciones radiales para que el mando, a través de la radio, estuviera informado que estábamos en la actividad ordenada.”
Corsini Escarate el Capitán Sanhueza nos comentó que la orden que había recibido de parte del Brigadier Leddy era eliminar o “neutralizar” al sujeto mencionado. Al conocer ésta, le manifesté al Comandante de Brigada que dicha acción no podía ejecutarse por los momentos que estaba atravesando el país, se había perdido el Plebiscito, la Central Nacional de Informaciones estaba culminando su actividad como tal y por tratarse de una persona que desarrollaba su actividad política en forma pública. El Capitán Sanhueza me contestó que él ya eso lo había representado, pero que el Brigadier le ordenó continuar. Por ello es que tratábamos de dilatar la misión, abortando los seguimientos, ya que incluso a veces durante las tardes realizábamos cuestiones particulares.
La rutina que hicimos diariamente era ir a vigilar una oficina que quedaba ubicada en calle Bandera y las salidas que hacía esta persona a diferentes lugares del centro las controlábamos para que el mando se diera cuenta que estábamos cumpliendo. Pasaron muchos días y no teníamos los resultados que el Brigadier esperaba,…en tres ocasiones se trasladó al centro a reunirse con él…en los estacionamientos que tenía la Central…en calle Bandera con Catedral. Se le reprende severamente porque no se había efectuado la misión. Aprovecha de reiterarle nuevamente que este sujeto era público y se desplazaba como cualquier ciudadano por el centro de Santiago y que evaluara la posibilidad de suspender la misión, teniendo como testigo a Norambuenay aún así, el Brigadier seguía con su decisión…. Luego que el Brigadier se retiraba…comentábamos entre los tres (él, Cossini y Norambuena) el desagrado de la actitud obsesiva e irracional del Brigadier Leddy a ese respecto.
Lo apoya Normabuena Aguilarfueron de seguimiento y vigilancia portando una pistola CZ de 9 mm, ordenado por el Capitán Sanhueza, labores que desarrollé junto a él y Corsini, consistiendo como misión específica ir a su domicilio particular…en la comuna de Maipú y seguir la rutina diaria que realizaba…desde su domicilio hasta el centro, que era lo que hacía frecuentemente. Dentro de estos seguimientos, que duraron entre ocho y diez días, detectamos que su rutina era siempre la misma,…, hubo varios días que no lo realizamos Dirá Luis Sanhueza muchas veces hablábamos por radio sin tener idea de que dónde estaba el sujeto, ….Sigue Norambuena en su relato: Junto al Capitán Sanhueza y Corsini, nos trasladábamos al centro y simulando que lo seguíamos, actividad que realizamos en varias oportunidades. Como consecuencia de lo anterior, le representé al Capitán Sanhueza que no hiciéramos esta operación, ante lo cual me respondió que el mando lo estaba apresurando.
Enrique Leddy

El papel del teniente Corsini Escarate era de conductor, siendo que Nehgme no vivía en la clandestinidad, se le hicieron seguimientos para chequear sus desplazamientos y es por ello que quien lo “marcaba” era Norambuena y yo me quedaba en el vehículo….en algunas ocasiones también acompañó en esta misión…el Capitán Sanhueza.
En una segunda o tercera ocasión de las visitas, narra Luis Sanhueza Ross, el Brigadier Leddy me ordena que junto con eliminar al sujeto, en el lugar de los hechos debía lanzar una cantidad de panfletos…y me entrega un papel que decía algo así como “Amarillo burgués traidor”. Le pregunté qué significaban esos términos, a lo cual me manifestó que leyendo los últimos informes de la actividad del MIR había detectado que hacía dos o tres meses antes se había efectuado una concentración en el Teatro Caupolicán, en donde en uno de los pasajes habla al público el vocero del MIR, Jécar Nehgme, y un sector de la audiencia le gritaba “Jécar Nehgme, traidor, amarillo burgués”. Entonces consideró que debía quedar en el sitio del suceso para desvirtuar cualquier vinculación con la Central…. Esos panfletos llegaron a mi poder ese día en la tarde.
Esperando que tanta demora…terminaría en un desistimiento de la orden. Sin embargo, a los 12 o 15 días siguientes, el Brigadier Leddy, a través de un llamado radial, me ordena presentarme inmediatamente en su oficina. Una vez en ella, en tenida operativa, es decir de ropa sport, inmediatamente al hacer ingreso a su despacho, visiblemente molesto y en una actitud agresiva, me dice “Qué es lo que le está pasando, por qué no ha dado cumplimiento a la orden. ¿O es que tiene miedo o pretende hacerle problemas al mando? Me extraña que Ud. tenga estas actitudes”. Le respondí que …las condiciones para efectuar la operación no se daban, por lo cual, de manera agresiva y molesta, me ordena que me retire de la oficina y espere en terreno nuevas resoluciones. Al salir de la oficina, al ver esta actitud, pensé que iba a ser sancionado o destinado a otra División.
Este enfrentamiento lo relata también Norambuena el Brigadier Enrique Leddy Araneda…, Comandante de la División Metropolitana C.1., concurrió al centro donde nos encontrábamos desarrollando la vigilancia y seguimiento de Jécar Nehgme, a comprobar en terreno y acelerar el cabal cumplimiento de la misión,….el Capitán Sanhueza le representó al Brigadier Leddy la inconveniencia de llevar a efecto este operativo, replicándole éste con cierta dureza algo así como “Y..¿cuándo se iba a cumplir la orden que él habìa dado?”….no estábamos de acuerdo con la orden impartida, el Brigadier Leddy quien se molestó
Al retornar nuevamente al centro, informé a mis Oficiales la situación que había vivido, es más, les señalé que en cualquier momento me llamarían para firmar mi hoja de vida o me iban a relevar del mando. En ese instante recibí un absoluto apoyo de mis Oficiales quienes me manifestaron que si me destinaban, ellos solicitarían voluntariamente su destinación porque la actitud del Brigadier era, por decir lo menos, muy desmotivadora y sin criterio.
Corsini Escarate: Un hecho que me llamó la atención es que unos días antes de la comisión de este hecho, llegó al estacionamiento ubicado en calle Morandé o cerca de los Tribunales de Justicia, el Teniente Manuel Allende conduciendo un auto fiscal, a cargo. Este Oficial se desempeñaba en ese tiempo como ayudante del Brigadier Enrique Leddy, Jefe de la División Metropolitana. Luego de saludarnos y al consultarle qué andaba haciendo en el centro, me contestó “traje a mi Brigadier Leddy a hacer una diligencia”, replicándole, por mi parte, que estaba esperando al Teniente Norambuena y al Capitán Sanhueza, sin mencionarle nada más. En esa oportunidad, estos últimos se encontraban “marcando” al sujeto en el sector de Bandera. Luego de unos quince minutos apareció el Brigadier Leddy y se retiraron. Poco después, el propio Capitán Sanhueza comentó que el Brigadier Leddy había venido a verificar si estaban trabajando en lo ordenado.
Creo que al día siguiente, al mediodía, luego que regresamos al Cuartel con el Teniente Norambuena, el Capitán Sanhueza nos dijo “Mi Brigadier Leddy está molesto porque nos hemos demorado mucho en cumplir la misión”.
Que Allende Tello a los días siguientes me correspondió trasladar al Brigadier Leddy, en el vehículo que tenía a cargo, hasta un estacionamiento que estaba ubicado en calle Morandé con Catedral. Allí él se bajó y me encontré en el mismo recinto con Corsini que estaba en un taxi de su Brigada. Recuerdo haber conversado con éste algunas palabras, en tanto el Brigadier se bajó y no sé hacia dónde se dirigió. Corsini me preguntó qué andaba haciendo y yo le respondí que acompañando al Brigadier y no comentando nada…. Cuando regresó el Brigadier no hizo comentarios y nos regresamos al Cuartel.

El mayor Pedro Guzmán Olivares Jefe de Análisis y Operaciones del Cuartel General de la División Metropolitana, recuerda que uno o dos días antes de la muerte de Jécar Nehgme, en conformidad a una orden superior, el Brigadier Leddy me manda a buscar para que concurra a su oficina y en presencia de su ayudante Manuel Allende me ordena integrar la Unidad del Capitán Sanhueza para controlar y apurar la ejecución de Nehgme porque la orden impartida a la Unidad iba demasiado lenta. Yo le representé en dos oportunidades que no era prudente mi participación, primero, porque yo no conocía a esta persona; segundo, yo no cumplía funciones operativas y desempeñaba el cargo de asesor en el Cuartel General de la División…. Además, que el Capitán Sanhueza, en su oportunidad, me había referido que las condiciones de seguridad para el cumplimiento de la misión eran malas considerando que al sujeto lo había seguido toda su Unidad….Al Brigadier le pareció mal, me levantó la voz y me ordenó el cumplimiento estricto de la orden y que debía hacerse a como diera lugar. El Teniente Allende, su ayudante, fue ordenado para que se integrara también a la Unidad.
Allende Tello Como a los dos días después, el Brigadier Leddy mandó a buscar al Mayor Pedro Guzmán quien se desempeñaba en ese entonces en la Oficina de Análisis u Operaciones, y como la puerta de su oficina estaba abierta, escuché que le dijo que debe eliminar a un sujeto y que él debía tomar el mando de ese operativo, puesto que Sanhueza había “aculado”, y luego me llama a integrarme a la conversación, ordenándome en el mismo acto que debía participar en la operación. Al salir de la oficina le pregunté al Mayor Guzmán de qué se trataba la misión y él me respondió que había que eliminar a un sujeto militante del Movimiento de Izquierda Revolucionario. También recuerdo que después de haber recibido la misión, el Mayor Guzmán concurrió a la oficina del Brigadier y yo le acompañé. En mi presencia le sugirió no llevar adelante esta operación debido a que a este sujeto la Brigada de Sanhueza hacía tiempo que le estaba siguiendo, que ello no resultaba conveniente y además que se trataba de una persona que no estaba en la clandestinidad. El Brigadier Leddy insistió en mantener la orden dada, visiblemente molesto. Luego nos retiramos puesto que no había nada más que hacer.

El agente de la CNI Manuel Morales Acevedo recordó que uno o dos días antes del asesinato, alrededor de las 10:30 horas, en circunstancias que se encontraba de Comandante de Guardia en los estacionamientos del Cuartel Grajales, notó que dos personas estaban en un rincón del recinto, que se acercó a ver que ocurría, percatándose se trataba del Capitán Sanhueza y otro funcionario a quien conocía como el “Cordillera”, los cuales estaban probando una pistola Llama, calibre 7,65 mm. con silenciador, quienes al consultarles que estaban haciendo le comentaron que la estaban probando porque el silenciador estaba fallando, esto es, “estaba metiendo mucha bulla”.
El Inspector Víctor Caro (Ventura) al encontrarse con su amigo, Jaime Torres Gacitúa, le cuenta en la cafetería que terminaba sus servicios en la CNI por haber tenido un problema con el que era su Comandante, el Capitán Sanhueza Ros, y ello se habría originado porque este Capitán le habría ordenado integrar un equipo destinado a la eliminación de un dirigente del MIR, y junto con negarse a cumplirla, solicitó su retorno a Investigaciones que era su institución. De esto dirá Víctor Caro Pizarro, que como miembro de la unidad habría apoyado esporádicamente labores de vigilancia de Jécar Nehgme, pero en aquel entonces no sabía con precisión acerca de la importancia de tal o cual sujeto, ya que a todos los que les correspondió vigilar a algunos. Pero en esa época tenía reiteradas confrontaciones por razones de trabajo con el Jefe de la Unidad, Capitán Luis Arturo Sanhueza, ya que le daba la impresión de que planificaba con el mando alguna acción grave…hizo público su descontento al comentar con algunos Oficiales de Ejército respecto a este problema, ya que les hizo saber que tenía “muy mal olor” y que no se prestaría para participar en ninguna de las planificaciones desquiciadas que pudiera tener Sanhueza.
Ahora Luis Sanhueza Ross Ese día (el del enfrentamiento con Leddy) seguimos deambulando por el centro hasta que aproximadamente las 18:00 ó 19:00 horas me llama por radio el Mayor Guzmán, Jefe de Operaciones del Cuartel General, quien me solicita mi ubicación y que lo espere porque debía conversar personalmente conmigo. En esas circunstancias nos contactamos, me parece, en Bandera con Catedral y me informa lo siguiente. “Capitán, vengo por orden expresa del Brigadier Leddy a tomar el mando de la operación. Mi Brigadier está extremadamente molesto por su actitud. Ya se le agotó la paciencia y me ha enviado a mí como Jefe de Operaciones a ejecutar, a dirigir y a controlar efectivamente el trabajo con respecto a la operación. Por tal razón, mañana asumo el mando, junto con el Teniente Allende y nos incorporaremos para dar cumplimiento a la orden emitida por el mando”.
Sigue Norambuena Aguilar Creo que dos días antes de que se concretara la orden, el Mayor Guzmán concurrió junto a nosotros a los lugares en que se practicaban los seguimientos para ver en terreno la actividad…. Al ver al Mayor pensé que éste iba a comprobar en terreno que dicha misión no se podía realizar por la situación del país, pero me dí cuenta que la operación ya venía ordenada desde arriba. De ahí, el Capitán Sanhueza nos hizo presente que le habían quitado el mando, no de la Brigada, pero sí de este operativo específico, quedando en definitiva subordinado bajo las órdenes del Mayor Guzmán.
Corsini Escarate: posteriormente, en una oportunidad, concurrió a la Brigada el Mayor Guzmán, quien se desempeñaba a la época, como Jefe de Análisis u Operaciones que cumplía órdenes directas del Brigadier Leddy y no tenía ninguna relación de mando directo sobre los integrantes de la Brigada. El Mayor Guzmán nos comentó algo así como “vamos a trabajar juntos”. Esto nos dio la certeza absoluta que no podíamos rehusar el cumplimiento de la misión encomendada.
Continúa Sanhueza Ros, que terminada la reunión con Guzmán, quedó tremendamente desmoralizado al ver que había perdido la confianza y la “lealtad” de mi superior… Fue una situación incómoda porque todo lo que anteriormente habíamos conformado para dilatar la operación llegaba a su fin, porque para nosotros y para mí específicamente, el Mayor Pedro Guzmán era una persona muy seria, enérgica y de plena confianza del Brigadier. Además, al analizar que también se incorporaba su ayudante personal, sin duda, reflejaba la absoluta desconfianza que ya había demostrado.



[1] haberse desempeñado al año 1989 como Plana Mayor o encargado de las operaciones de la Brigada que investigaba las actividades del MIR, cuyo comandante era el Capitán Arturo Sanhueza Ros.
[2] pertenecía a la Unidad MIR al mando del Teniente Luis Sanhueza Ros
[3] Dirá Sanhueza Ross que tanto él ,como Comandante de la Unidad, mis Oficiales y el personal de planta, en todos los análisis y actividades de información referidas al MIR, sabíamos que definitivamente el MIR no estaba ejerciendo actividades clandestinas ni militares, situación que informábamos permanentemente al escalón superior.
[4] a fines del mes de agosto del año 1989 yo me desempeñaba como ayudante del Brigadier Enrique Leddy, vale decir, en funciones de secretario en cuestiones administrativas, las que cumplía en una oficina al lado de la que ocupaba el Brigadier Leddy, donde debía estar desde antes que llegara él y hasta después que se retirara.

[5] Teniente de Ejército destinado a la Central Nacional de Informaciones a la Unidad C.1.2.3 que investigaba las actividades del MIR, me correspondió desarrollar actividades operativas y administrativas, ya que en ese tiempo la CNI estaba terminando su labor como tal y debíamos ser traspasados a la Dirección de Inteligencia del Ejército. Dentro de los actos administrativos, era Oficial supervisor de todo lo relacionado con material de guerra y vehículos motorizados de la Brigada; y en lo operativo, informar de actividades que desarrollaban los sujetos con actividad subversiva que estaban en carpeta en nuestra Unidad, pero sólo en lo que se refiere a observación de sus desplazamientos, de lo que dejaba constancia en las carpetas pertinentes.