El labrador y la serpiente

En una ocasión el hijo de un labrador dio un fuerte golpe a una serpiente, la que lo mordió y envenenado muere. El padre, presa del dolor persigue a la serpiente con un hacha y le corta la cola. Más tarde el hombre pretende hacer las paces con la serpiente y ésta le contesta "en vano trabajas, buen hombre, porque entre nosotros no puede haber ya amistad, pues mientras yo me viere sin cola y tú a tu hijo en el sepulcro, no es posible que ninguno de los dos tenga el ánimo tranquilo".

Mientras dura la memoria de las injurias, es casi imposible desvanecer los odios.

Esopo

jueves, 2 de mayo de 2013


Mas imágenes de la plaza Echaurren, viendo su evolución. Desde 1870 a 1900
Plaza Echaurren, en la etapa de construcción de la pileta. Al fondo la Iglesia de La Matriz. Hacia 1870. En la época en que el sector Puerto era la aristocracia de la ciudad. Una curiosidad: la "farmacia" que se lee bajo el nombre de Botica y al la do la "droguería" inglesa. Y el novedoso alumbrado a gas en la plaza.
 
Actual Plaza Echaurren, mirando hacia calle Serrano. Al fondo alcanza a distinguirse la torre de la Intendencia. En primer plano la pileta de agua donde se abastecían los "aguateros", que llevaban agua hacia las casas y los cerros. Junto a ellos dos vehículos del transporte público, los llamados "carros de sangre". tirados por caballos.

viernes, 26 de abril de 2013

La foto superior corresponde a calle Blanco, pasado la actual plaza Sotomayor en 1900. Mientras que la de abajo muestra frente a la Intendencia el primer edificio de Correos de Chile. Apreciénse los taxis de la época pues en esa zona estaba el muelle donde desembarcaban los viajeros. Se puede datar a principios de 1860

jueves, 25 de abril de 2013

Dos imágenes de la Intendencia- La de arriba tomada por Harry Olds, en 1900. La de abajo es la actual sede de la Primera Zona Naval, y temporalmente Intendencia entre 1973 a 1990. Tiene de particular que se parece a la alcaldía de París pues se supone quese emplearon los mismos planos.

La foto superior es de 1877 (pues se alcanza a distinguir el edificio de bomberos construidos en 1877 y que se incendió en 1878). Nótese como se gana terreno al mar.
La imagen inferior es una vista del puerto con la bolsa de comercio y se puede datar posteriormente a 1879 y anterior de 1886 pues a esa fecha desaparece la bolsa comercial y allí va hoy el mounumento a los héroes de Iquique

domingo, 21 de abril de 2013


Vista de Valparaiso. DFaguerrotipo de Mayo de 1854, tras un temporal. El sector corresponde a lo que hoy es Plaza Anibal Pinto.

sábado, 20 de abril de 2013



ACÁ VA EL PRIMER APORTE. ARTÍCULO ESCRITO HACE YA VARIOS AÑOS ATRAS



LA CRISIS MILITAR DE 1978:


1.- EL INICIO DE LA CRISIS
    Todo comenzó a partir del fallo de la reina de Inglaterra, el 2 de Mayo de 1977, el fallo arbitral declaraba que el verdadero curso del Canal Beagle era poniente-oriente, las islas (Lennox, Picton y Nueva y los roqueríos e islotes anexos) serían chilenas por hallarse situada al sur del Beagle, aplicando el Tratado de 1881. Se otorgaban 6 meses de plazo para cumplir lo fallado.
Argentina guardó ominoso silencio. El 5 de Mayo, llegaba el enviado de la Junta Militar trasandina: el Almirante Julio Torti, quien invitaba a Pinochet a conversar y negociar directamente. La Cancillería presionaba porque todo se llevara jurídicamente, si se fracasaba en las negociaciones directas el plan chileno era lograr que se acudiera a la Corte Internacional de Justicia en la Haya.
En ese mismo mes, los argentinos instalaron una baliza en la isla Barnevelt. Por este y otros incidentes Merino exigía que se repitiera por la fuerza toda ulterior violación de la soberanía chilena.
Consciente que si se iba a ello, se ratificaría el Laudo, los argentinos, con el Presidente Videla a la cabeza, optarían por presionar en las negociaciones o por las armas. En esto mientras Chile se mantenía solo Argentina estaría cerca de la URSS, ya que en definitiva esta recibiría al General Viola y le ofrecería apoyo militar y condecoraría al mismo general.
En las conversaciones Chile iba representado por el antiguo jurista Julio Phillipi y los argentinos con el General Osiris Villegas. Las dos rondas de conversaciones entre Julio y Septiembre de 1977, fueron un fracaso. Mas tarde sería el fracaso de Carvajal y del canciller argentino Oscar Montes en Diciembre de 1977, tras dos reuniones de trabajo. La raíz del problema era que los argentinos deseaban cambiar el fallo respecto de las islas mismas, quedando de manifiesto por los argentinos que estimaban la guerra como ultima ratio, pero viable en todo caso.
Se dictó el Decreto que se refería a las Líneas de Base Recta y se nombró Alcalde de Mar, actitud chilena legítima pero apresurada (por presiones de la Armada), lo que hizo surgir nuevas protestas y que Pinochet acentuara el mando sobre las unidades que quedaron en máxima alerta.
Para el 5 de diciembre el almirante Torti estaba de vuelta con una propuesta: firmar un tratado complementario del de 1881 que alteraba su sentido de fondo: lo que asignaría las islas a los argentinos.


2.- DOS CITAS CUMBRES

2.1.- Cita en Mendoza: Plumerillo

    Ella se acordó con dos visitas: la de Contreras el 9 de Enero de 1978, que, en su versión llegó a la idea de la cita cumbre (allí se encontró con el embajador René  Rojas Galdames quien se sintió pasado a llevar), pero también se presentó otro enviado: el general Agustín Toro Dávila y consecuencia de ella(s) se citaron en Plumerillo.
El jueves 19 de Enero de 1978 se reúnen en la base aérea de Plumerillo Pinochet y Videla, en la ciudad de Mendoza; le acompañarían dentro del espacio aéreo argentino, seis aviones pintados de camuflaje, tras los saludos protocolares y con altas temperaturas, los mandatarios se reunieron a puertas cerradas por casi 13 horas (8 según Vial Correa), separadas por un almuerzo (palmitos, mariscos y champiñones con carne).
La reunión se hace sin asesores diplomáticos, los que se encuentran en otro lugar, y que se encontraban en contacto con Pinochet a través de Coronel Ernesto Videla.
Reunidos en el despacho del jefe de la Base Aérea Militar, la versión argentina menciona que Pinochet presentó el reclamo frente a la actitud de desconocimiento del Laudo, lo que fue apenas y observado por Videla. Pinochet, insistiendo en la idea de la paz, que para eso ellos estaban ahí, hasta que en determinado momento tomó del escritorio que los separaba un papel borrador, se puso de pie y se dirigió a la pared donde estaba un mapa de la zona en disputa….Pinochet hizo un croquis a mano alzada y regresó al escritorio. Mostrando el dibujo, le preguntó a Videla: ¿Qué le parece una cosa así?…. en el dibujo había una línea vertical norte-sur que partía por el medio las islas Evout y Barnevelt….Videla contestó Como base me parece bien, pero la línea debiera empezar en Nueva, partiéndola en dos, y terminar en Hornos, partiéndolo también[1]. Pinochet le detuvo con un gesto y agregó: Dejemos esto así como un principio, no avancemos más… Por ahora dejémosla así. Hizo un calco con el dibujito, y cada uno firmó el ejemplar con que el otro se quedó[2].
Para la versión chilena, citando la revista Qué Pasa, Pinochet guiaría la conversación en todo momento, pero antes del mediodía Videla informó que la Junta Militar Argentina rechazaría el Laudo. Pinochet respondería a esto Impóngase, señor, no deje que otros lo dominen. Igual cosa más tarde le llamaría la atención a un asesor de Videla respecto de un acuerdo final que no sería firmado: ¿Que‚ significa esto?, preguntó en tono malhumorado pidiendo una explicación.
El encuentro sería un fracaso medias: se acordaron 3 fases sucesivas: negociaciones (45 días); temas de fondo (180 días) y formalización de los textos y firma. Argentina sacaba del ámbito jurídico el problema y entraba a negociaciones directas con Chile.
Una de las señales que se daban para estimarla fracasada era que no pudo firmarse acta alguna, pues un representante de la Armada las objetaba: debían decir que Chile retiraba sus tropas de las islas o que Argentina debía situar las suyas ahí, conjuntamente. Pinochet la rechazó destempladamente y con ira la idea.
Uno de los problemas más graves resultaba ser que entre los argentinos los belicistas Emilio Massera, Almirante y Orlando Agosti brigadier, se oponían. Del Ejército se oponía Benjamín Menéndez y Carlos Suárez Mason. Además la Cancillería argentina solo implementaba las políticas ya decididas por la Junta.
El Laudo Arbitral fue rechazado oficialmente por los argentinos el 25 de Enero de 1978, en una nota desordenada y con faltas de ortografía fue informado el Embajada René Rojas Galdames del rechazo argentino y que se declaraba insubsanablemente nulo el Laudo, por el Canciller Montes.
Cuando Cubillos llegó al mando de la cancillería en Abril de ese año, le abrió las puertas a los hombres de la cancillería. Se hizo asesorar de un grupo de embajadores, sin importarle tendencias políticas.
Uno de los problemas graves era la actitud de desconfianza endémica de Pinochet frente a los funcionarios que no pensaran igual que él, como el caso de Enrique Berstein, quien integró la delegación chilena que fue a Buenos Aires, vetado la principio por ser DC, más al final Pinochet aceptó su asistencia.



2.2.- Cita en Puerto Montt: El Tepual

Esto llevó a un nuevo encuentro en El Tepual, en Puerto Montt, mientras que Videla llegaba en el Tango 02, elaborando de antemano un documento a través de las diversas negociaciones. La idea apoyada en el papelito dibujado por Pinochet se fue a pique y sería el propio presidente Pinochet quien le diría a su par argentino A ese dibujito rómpalo, porque no me lo aceptan.
A la hora de almuerzo los aviones de la FACH carretearon por la pista del aeropuerto, provocando las normas de rigor.
Como nota particular de la cita el discurso de despedida de Videla, Pinochet leyó un discurso preparado por un jurista (las versiones argentinas responsabilizan a Julio Phillipi) en la que se sostenía: 1) respecto integral del Tratado de 1881; 2) Delimitar los espacios marítimos conforme a los mismos instrumentos y a las normas de Derecho Internacional y 3) en caso de desacuerdo, aplicar el Tratado de Solución de controversia (léase La Haya)
Para atender a la crisis, el Comité Asesor Político Estratégico CAPE, se reunía todas las mañanas en el Diego Portales, donde intentaba coordinar a militares y civiles. Ronald MacIntyre era el representante de la Armada en este punto. Las reuniones de Cubillos con  su propio comité‚ asesor continuaron en las oficinas de La Moneda.
Para apoyar las posiciones chilenas, funcionarios de la Cancillería se reuniría en diversas naciones. Enrique Berstein y Patricio Pozo viajaron en Septiembre del 78 en secreto a Brasilia, solicitando al canciller de ese país Azeredo da Silveira que alertara al gobierno norteamericano en su siguiente viaje a Washington, el mismo Berstein cuenta este episodio: Partimos a Brasilia con Patricio Pozo, en los primeros días de septiembre de 1978. Excepto los más altos funcionarios del Ministerio, nadie supo de nuestra misión…tan secreto era el carácter de mi misión que Azeredo de Silveira me enviaría esa tarde a buscarme a la embajada en su automóvil particular, y me solicitaba que no me mostrara en Brasilia. En la reunión, en presencia del director de asuntos políticos (brasileño) expuse en detalle la gravedad de la situación con argentina y el peligro inminente de que estallase un conflicto armado en caso de que, como todo parecía indicarlo, la comisión segunda no llegara a conclusiones satisfactorias: Pedido su pronunciamiento acerca de la actitud que podía tomar la Cancillería brasileña, Berstein se inclinó porque, aprovechando su viaje a Washington interpusiera sus buenos oficios. Así sucedió con el viaje.
Al mismo tiempo se pidió ayuda a Alemania Inglaterra y España.
Cubillos se reuniría con los Papas Juan Pablo I y II, pidiendo su intervención, conversando en esa ocasión con Agostino Casaroli, Secretario de estado de la Santa Sede. Esas maniobras resultaron, el Secretario de estado Cyrus Vance se mostró preocupado igual que el Papado.
En Octubre se desarrolló una reunión secreta en el piso 22 del Diego Portales, donde el embajador Landau se reuniría con el Presidente, trayendo un mensaje de Jimmy Carter, en el que pedía que imperara la paz, en este momento mi colega en Argentina le está dando el mismo mensaje al general Rafael Videla. Yo sé que Ud. Quiere la paz, general, así es que espero que traspase este mensaje a las Fuerzas Armadas Chilenas diría el embajador a Pinochet. Para el embajador norteamericano en Buenos Aires la guerra era un hecho consumado[3].
Landau asistía a reuniones en la casa del ex canciller Germán Vergara Donoso, a los almuerzos asistían Julio Phillipi, Helmut Brunner y Enrique Berstein, Santiago Benadava y el hombre del contacto con el Gobierno, el Coronel Ernesto Videla. Se esperaba a cambio de las invitaciones el apoyo moral norteamericano.
A principios de octubre Landau informaba al Departamento de Estado que era imposible negociar con la Argentina ya que si Videla aceptaba un trato, la Junta de Generales lo desautorizaba, eran informes que cada vez eran más negativos. Desde la oficina de Pastora, severo crítico de la política de Derechos Humanos se empezó a tratar la idea de recurrir al Vaticano, pero chocó con la muerte de Juan Pablo I, y después con una gran confusión en Roma por tener un Papa polaco.
En el Vaticano, el embajador Robert Wagner se acercó al Papa Juan Pablo II para que actuara como mediador.
Sabiendo el canciller que las situaciones del Ejército y la Fuerza Aérea era la más peligrosa y no tanto la armada, hubo oficiales que se le acercaron para convencerlo de ser más transigente, el Jefe del Estado mayor de la FACH Javier Lopetegui concurrió hasta la casa de Cubillos: Ud. Ministro, con su intransigencia nos va a llevar a la guerra. Regale una o dos islas a Argentina y se nos acaba el problema para siempre. El General Washington Carrasco le aconsejó al Canciller que retrasara un poco más las negociaciones, a fin de tener tiempo para preparar mejor la guerra.


Aprestos argentinos

El Almirante Massera supervisaría las maniobras de su flota y la Aviación Naval como la Infantería de Marina también se movilizarían. Como los argentinos estimaban que las conversaciones no habían fracasado no tenían porque ir a la Corte Internacional de La Haya. La postura chilena era la inversa.
La campaña sicológica en Argentina pronto comenzaría con oscurecimientos en San Juan, Neuquén, y Buenos Aires. Aviones Boeing 707 y los recientemente adquiridos 747 viajaban llevando tropas, hacia el sur (símil de LAN, LADECO y la FACH); los hospitales eran repintados y señalizados.
Desde la provincia de Buenos Aires se desplazan hacia la frontera el Primer Cuerpo de Ejército, integrado por la Brigada de Caballería Blindada I (integrada por los Regimientos Tiradores Blindados Nº 1 Coronel Bradsen, el 10º Húsares de Pueyrredón, el Escuadrón de Exploración de Caballería Blindada 101 Simón Bolivar y l Grupo de Artillería Blindada Martiniano Chilavert), la Brigada de Infantería X (situada antes en Palermo).
Mientras el Cuerpo de Ejército II, al mando de Leopoldo Fortunato Galtieri con la Brigada de Caballería Blindada II (que incluía el regimiento Tiradores Blindados Nº 6 Blandengues y el 7º Coronel Estomba y el Grupo de Artillería Blindada) y la Brigada de Infantería VII.
Se trasladó al mismo tiempo el Grupo de Artillería de Defensa Aérea 601 junto a la brigada de Infantería de Montaña IX. Más al sur se destacó el regimiento de infantería Nº 24.
Se compra material bélico hasta por un monto de 180 US$ millones. En expresiones del entonces Presidente Pinochet en virtud del embargo derivado de la Enmienda Kennedy de Febrero de 1976, y con el mercado europeo cerrado también (no así para los vecinos trasandinos que adquirirían cazacarros Kurasier de Austria y aviones de guerra), implicaba un problema que tardaría en ser solucionado.
A esas fechas los informes de inteligencia chilenos y norteamericanos fijaban el día de invasión el 21 de diciembre, evidencia de ello eran fotos satelitales del sector al norte del paso Puyehue, cuando los tanques y vehículos argentinos empezaban a movilizarse.
El general Pinochet guardaba en un cajón de su escritorio la información de que Chile estaba en guerra con Argentina, mientras el Ministro Secretario General de Gobierno revisaba el Bando Nº 1 que contenía entre otras informaciones el horario del toque de queda, de racionamiento de los servicios básicos y los puntos que servirían de refugios antiaéreos. Para la población civil serían las estaciones del Metro, los estacionamientos subterráneos, mientras las máximas autoridades lo harían en la bóveda del Banco Central.


3.- PLANES Y PREPARATIVOS MILITARES

Los planes argentinos

Denominado Operativo Soberanía, en principio había quedado sin fecha ni hora en el cual tendría lugar.
Este comenzaría con una operación de intrusión con 24 o 36 horas de antelación con tropas especiales de la infantería de marina en los islotes Freycinet, Herschel, Wallaston, Deceyt y Hornos, eliminando toda resistencia. La ocupación sería precedida por una denuncia  ante el Consejo de Seguridad de la ONU, denunciando el emplazamiento de destacamentos militares en dichas islas, acompañados de artillería.
No se esperaba una reacción chilena inmediata pero si la había la Flota del Mar se encargaría de ella. Se encontraba dividida en dos grupos, uno de ellos situado cerca del Beagle y otro en la entrada del Estrecho de Magallanes. Una vez ocupadas, tarea del GT1 (Grupo de Tareas Nº 1) era el de protegerlas, los Mirage (Dagger, su versión israelí) y los Skyhawk bombardearían Punta Arenas y Puerto Wiliams, además de rutas caminos y puentes y otros  objetivos relacionados con el transporte y abastecimiento de Magallanes. Para esas horas y las posteriores se esperaba la reacción de la Flota Chilena y enfrentamientos aeronavales en el Estrecho y el Beagle.
El Ejército argentino cruzaría la zona de la Patagonia en cuatro puntos distintos, en las zonas de Chubut y Santa Cruz y la Fuerza Aérea atacaría en masa las instalaciones chilenas. Y luego la guerra se llevaría a lo largo de toda la frontera especialmente en la zona de Mendoza y Jujuy.
Otro ataque con el fin de cortar Chile en dos se llevaría a cabo en la zona del paso Pueyhué, en la provincia de Neuquén.
Se estimaba necesaria la ocupación de Santiago o Valparaíso, apoyados con la Fuerza Aérea, mientras en el sur austral se quedaba con otra ciudad marítima, con el apoyo de la Aviación Naval y las Fuerzas de Infantería d7e Marina.
La tesis dominante entre los argentinos era que Chile sólo haría una defensa simbólica, pidiendo la intervención de los organismos internacionales.
En cuanto a la duración de la guerra esta debería serlo hasta destruir el aparato militar chileno o su economía, cualquiera de los dos que se consiguiera primero para lograr que el aparato militar chileno se recuperara en cien años
Para un autor argentino[4] dada la naturaleza del terreno, las operaciones seguramente no serían rápidas (basta con pensar en el cruce de la cordillera), sino, por el contrario, lentas y sangrientas. Por tanto era razonable tener en cuenta la posibilidad de que, antes del logro de los objetivos argentinos, la guerra fuera detenida por Estados Unidos o por la ONU. Además, crear dificultades es tarea del defensor, y la cordillera de Los Andes, por si sola, hubiera hecho un magnífico trabajo en ayuda de las tropas chilenas….Se debe tener en cuenta que el factor sorpresa,….no influía en absoluto, desde el momento en que ambos ejércitos estaban enfrentados y alertas desde mucho tiempo.
Hay un detalle que revela el periodista chileno Luis Alfonso Tapia[5]: El gobierno (uruguayo) no tenía dudas de que el país vecino del Río de la Plata, se preparaba para ir a la guerra con Chile cuando entre la primavera y verano 1978-79, todas las casa y departamentos de Punta del Este (en su mayoría propiedad de argentinos adinerados) comenzaron a llenarse de varones, todos jóvenes, que inexplicablemente habían adelantado por meses sus vacaciones. Lo mismo sucedía en Colonia, ciudad distante 40 km. de Buenos Aires, separada por el Río de la Plata, y en otros sectores donde jamás la juventud argentina de familias adineradas había colocado un pie…. En los bancos comerciales también había una actividad febril, y todos los días la plaza financiera no daba abasto para atender las remesas de dólares y de otros valores, y que desde el gran Buenos Aires y otras ciudades importantes se hacían llegar.

Presunta reacción chilena

Para las fuentes argentinas Chile respondería al ataque con tres movimientos al unísono: cruce de la Cordillera con objetivo la ciudad de Río Gallegos, un ataque al sur de Chubut en la zona del Río Mayo, y una invasión de la zona norte de Argentina.

Preparativos chilenos:
Quince mil soldados chilenos fueron movilizados para defender Puerto Natales, Tierra del Fuego y Punta Arenas. En la Isla Grande de Tierra del Fuego había cinco mil hombres, estaban integrados estos contingentes de 3 regimiento de infantería, 1 de artillería y la Escuela de Suboficiales, dirigidos por el Teniente Coronel Oscar Vargas. Sus instrucciones eran ocupar la ciudad de Río Grande.
En la zona de Coyhaique, el uso del Cuerpo Militar del Trabajo dejaba una forma de infiltración de tropas cubierta por una idea ajena a lo militar, que alcanzaba a los diez mil hombres.
La escuadra fondeada en los canales esperaba su turno para rechazar la invasión. A esto cabe repetir lo que escribiera el periodista Luis Alfonso Tapia: Si bien el fondeadero de las torpederas Guacolda, Fresia, Tegualda y Quidora,  era Puerto Williams, nunca se encontraban allí…. (Estaban) estratégicamente ubicadas en algún lugar…entre el área de Navarino y Cabo de Hornos y de océano a océano…. Su andar (de 30 nudos) les permitía cambiar, especialmente en las noches, de fondeaderos sin que nadie pudiera detectarlas.
Se movilizó todos los medios humanos, paracaidistas deportivos entrenados para combate, pescadores de la Patagonia como espías, radioaficionados para las comunicaciones, corredores de motocross, entrenados por Kurt Horta, para servir de cazatanques con cohetes LAW. La FACH, LAN y LADECO trasladarían tropas para el sur en numerosos vuelos, durante todos esos meses.
En la zona central, frente a la invasión argentina aguardaba la 2ª División de Ejército para resistirle, esperando darle un recibimiento de película, bajo el mando del General Enrique Morel. La planeación chilena era defensiva para rechazar la invasión pero no para invadir a los argentinos, al menos no al principio, sino que una vez rechazados contraatacar. Las órdenes de Pinochet eran de guerra total, conquistar la mayor extensión de territorio argentino, ejecutar las acciones de sabotaje y sembrar el pánico en el enemigo, lo que implicaba en todo caso la población civil.
Se crea la TOA, el Teatro de Operaciones Austral cuyo jefe es el General Nido Floody (intendente de la zona), encargado de la lucha allí y sucesora de la región Militar Austral.
La FACH dentro del ambiente general tiene sus objetivos de cortar comunicaciones y de hostigar a las tropas argentinas, aunque en declaraciones del jefe de la Fuerza Aérea de la época Fernando Mathei, era su rama la más afectada por la enmienda Kennedy, lo que dificultaba mucho su labor, de lo cual se quejaría en un reportaje de TVN.

En Punta Arenas[6] los ventanales del aeropuerto se tapiaban. Este centro aéreo tiene dos pistas y a él llegaban el personal militar y de Carabineros que marchaba casi de inmediato a la frontera. José Ballesteros, veterinario y oficial de Carabineros recuerda que me tocaba ir a recibirlos, a cualquier hora, a ayudar a la recepción de los carabineros que llegaban, para orientarlos y mandarlos a los frentes…. Vino mucho carabinero de Santiago. La mayoría llegaba casi con lo puesto.
El mismo Ballesteros, estaba a cargo del tema de la logística en la ciudad, así recuerda: el problema para nosotros era cómo organizar la ciudad en caso de guerra…qué íbamos a hacer con los muertos….¿hay bolsas? Hay que meterlos en bolsas, alguien tiene que identificarlos ¿Dónde los vamos a dejar? ¿Hay fosas comunes en el cementerio?….Yo también trabajaba en el Servicio Nacional de Salud y me correspondió estar a cargo del Servicio de Higiene Ambiental y Control de Alimentos. Por ese lado debíamos ocuparnos qué calidad de agua íbamos a entregar, de la leche en los hospitales, de cómo se distribuiría para los niños. Preocuparnos también con lo que pasaba con los supermercados en caso de una guerra…. quedaba todo a disposición del Estado…. (Implicaba también) el abastecimiento de luz, los insumos básicos, la alimentación. Tienes que reunirte con una serie de gremios, ver como te vas a abastecer de agua potable si no hay, ver qué equipos generadores de electricidad tienes, dónde están, quien los va a usar. Las ambulancias y los vehículos de emergencia, quien los va a manejar…. Con el correr del tiempo, sí, estuvimos preparados para lo que viniera. Habíamos dispuesto centros de distribución de alimentos para la población, claro de los elementos nutritivos básicos, no de caviar: arroz, fideos, azúcar, café.
Otro puntarenense recuerda que en los días críticos hubo grandezas y bajezas. Por ejemplo, se cobraban cinco veces el precio habitual de los materiales de construcción. También se hizo un catastro de los radioaficionados porque la radio Presidente Ibáñez llegaba a Comodoro Rivadiaba por el norte y la Antártica por el sur, pero, por ejemplo, a Cerro Sombrero (Tierra del Fuego) no llegaba por culpa de la geografía del lugar. También hubo un censo de vehículos, camiones y camionetas, para saber qué estaba disponible para la guerra y que no.

La situación de los reservistas en la zona austral, fue similar a la experiencia de Enrique González quien era teniente de la reserva del Ejército de 46 años en 1978 recibí una citación para presentarme en el regimiento el 12 de diciembre. Pensé que era una más, pero esta vez iba en serio: nos dejaron adentro. Nos informaron directamente de la situación….el oficial a cargo nos dijo que íbamos a ser carne de cañón, que estaríamos muy cerca de la frontera. Nosotros pensamos que este hombre quería impresionarnos, pero no…. Eramos como 300, éramos una unidad de infantería, llevábamos  fusiles SIG y algunas subametralladoras…. Nosotros no teníamos la posibilidad de usar el SIG con todo el cargador de un viaje, porque había que ahorrar munición. Sólo podíamos usarla en un solo caso: si nos atacaban.
Nos enviaron a Punta Delgada…nos movimos entre 6 y 10 kilómetros de la frontera Argentina. En primera línea. En una de las posiciones había también una batería de un regimiento de artillería de Concepción, el Silva Renard. Del terreno sobresalía un poco el tubo de los cañones. Todo era bajo tierra, todo era galería y por supuesto había una malla de camuflaje.
Los que nos daban de comer era muy poco. Lo que era bastante bueno era el desayuno, porque era caliente. Té, café, leche y un pan, un kilo que tenía que durarnos todo el día. Bastante aceptable. Eso era lo mejor, porque el resto era casi incomible…. Entonces asábamos un cordero.
    Para el caso de guerra nuestra misión era mantener la posición por 48 hrs en caso de ataque. Después íbamos a ser reemplazados….Fuimos relevados por la gente de la Escuela Militar. Eran macanudos, venían recién saliendo, casi directo de la fiesta de graduación. Ellos nos corregían…. (por ejemplo) los hoyos, los hacíamos a un metro y la tierra la poníamos alrededor. Eso la hacía mas visible. Ellos nos dijeron que la esparciéramos.
Para el Día D, nos volvíamos para Punta Arenas…. Todo el día estuvimos esperando el transporte en un camino, escondidos, sin comer nada, sin nada…. Se hizo tarde y no nos recogían. De pronto apareció un jeep con un oficial con la orden de que había que volver a las trincheras porque la situación había empeorado…. Esa noche no hubo nada y al día siguiente, si, nos fuimos.

Otro veterano, Germán Flores, recuerda: llegué a Punta Arenas el 5 de Abril de 1978. Salimos de Temuco (de donde provenía, pues se trataba de un recluta del regimiento Tucapel de Temuco). Salimos de Temuco sin saber a donde íbamos. Nos subieron al avión y nos trajeron. Una vez en el avión, subió un señor y nos dijo. “Señores. Uds. van a Punta Arenas” No sabíamos ni donde quedaba. Llegado a Punta Arenas fueron traslados con rapidez al frente, en la hacienda Ciake en el sector fronterizo de Morte Aymond, a cinco kilómetros del hito 53.
En el frente el cigarro era lo máximo….hacíamos un cigarro con coirón, lo molíamos y lo fumábamos. También hacíamos cigarros con pasto seco…. Nos levantábamos temprano, a las siete teníamos que estar listos. Sabíamos que el café llegaba entre las 9 y 10 de la mañana. Teníamos pan y raciones de combate. Las raciones eran comida en lata que se había comprado de la guerra de Vietnam. Venían porotos, lentejas, todas esas cosas. La mayor parte del tiempo conversábamos y jugábamos al truco.
El pelotón se integraba por mitades mitad de Temuco y mitad de Punta Arenas. Hicimos buenas amistades, contábamos chistes. Cuando se bajaba al campamento base, que era la estancia Ciake. Hacíamos “circo de campaña” echábamos la talla, salíamos a actuar, nos disfrazábamos. Me acuerdo que para un circo de campaña matamos a un guanaco y lo comimos. Al otro día, claro, estábamos todos en la enfermería porque nos dio indigestión: el guanaco no fue bien preparado.
Para el frío nos fuimos adaptando. Dormíamos en sacos de dormir con guantes y nuestro cuello de lana arriba, pero en la noche hacía por lo menos 15 grados bajo cero. Al final uno se acostumbra. Además, después, en septiembre, vino el deshielo.
Dentro del área había varias posiciones más, pero estaban detrás de nosotros: Bernardo O’Higgins, Santa María, Entre Vientos. Su misión era la de ser PAC, Puesto Avanzado de Combate. Al principio construíamos las trincheras: salíamos de madrugada y picábamos la tierra con nuestras palas portátiles. Hicimos trincheras de dos metros de profundidad por cuatro de ancho. Hicimos zanjas de comunicaciones. Tirábamos la tierra a la orilla del camino para que no se viera desde los autos. Claro que era más escarcha que tierra. Algunas veces cuando regresábamos a picar ya había metro y medio de nieve que había que sacar…. Cuando tuvimos listas las trincheras, se hizo el mimetismo completo para que no se viera desde el aire,…. Y ahí estuvimos viviendo en las trincheras: dormíamos y comíamos. Nuestra casa era la trinchera. Eramos en total, 32, en distintas trincheras.
El rancho se integraba por garbanzos, porotos, lentejas. Hambre pasamos pocas, hay que ser sincero: nos arreglábamos de cualquier forma. De vez en cuando matábamos a un cordero…. Los cocinábamos a escondidas, por supuesto. El problema era el agua. Pasaba un riachuelo semiescarchado y nosotros picábamos el hielo con nuestras botas y eso se convertía en agua y la tomábamos. Pero el momento que más recuerdo fue cuando se hizo la “Pascua del Soldado” nos llevaron de Punta Arenas jugo, cigarros, pan de pascua.
Para el día D en la noche, el mayor Sergio Gutiérrez, mayor de Infantería del Regimiento Pudeto nos llamó y nos dijo que esto ya empezaba. Se nos repartieron granadas y minas antipersonal…. Se nos dijo que un barco argentino había ingresado al canal Beagle.
Teníamos una estrategia: aguantábamos el primer chaparrón, defendiendo hasta que llegara la Quinta División de Ejército, y posteriormente atacaríamos. Siempre se nos decía que tuviéramos cuidado con la parte aérea: los argentinos eran super fuertes en eso. El lema de nosotros era diez por uno, en el sentido que podíamos matar esa cantidad y después moríamos tranquilos. Moríamos por la patria.
Una vez detuvimos a un oficial argentino. Todos los días veíamos a un hombre a caballo, supuestamente un arriero, con un perro, pero no veíamos ovejas. Me acuerdo que con un cabo dijimos: vamos a ver quien es este caballero. Fuimos, le hicimos una pillada, lo paramos y le preguntamos donde estaba su estancia, sus ovejas. Al último lo detuvimos y esa persona, cuando fue traída a Punta Arenas, resultó ser un espía argentino, un oficial.
Nuestros oficiales nos decían cosas para irnos preparando sicológicamente, para estar fuertes. Lo único que sabíamos era que teníamos que defender a Chile….Con el tiempo se fue creando una actitud argentina hacia el argentino. Nosotros, si veíamos a un argentino que atacaba, teníamos que matarlo, dejarlo en el camino, cosa de ir mermando la resistencia sicológica de ellos.

Otros veteranos, en un reportaje de TVN acerca del conflicto, recuerdan también la captura de un suboficial argentino que espiaba la línea del frente. Es más esos mismos hombres recuerdan que la actitud argentina resultaba tan arrogante que sus  tanques situados al otro lado de la frontera y visibles desde sus posiciones no llevaban camuflaje de ninguna especie y sus carrocerías brillaban, delatando su posición.
Incluso el Obispo de Punta Arenas contaba de un sacerdote que oficiaba de espía para los argentinos.
    En  la ciudad, las emisiones de la radio, hacían llamados a misteriosos clubes con nombres de tribus indígenas se juntaran, se convocaba a la reserva.
Para el día 21 el Intendente, General Nilo Floody realizó una reunión en el teatro municipal donde informaba que la guerra se venía y que había que prepararse. La autoridad regional dio a conocer los planes de emergencia y se repartieron instructivos para cavar trincheras en el patio de la casa.

En el evento de un estallido bélico, relata Sergio Fernández en sus memorias[7], el Presidente de la República había dispuesto que el titular de Interior continuaría encabezando un gabinete íntegramente de civil, con la sola excepción de la cartera de Defensa. Todos los altos oficiales que ocupaban cargos ministeriales, serían desligados de sus tareas gubernativas y regresarían a funciones militares…. El 5 de noviembre, es un escueto comunicado hizo saber que el Comandante en Jefe del Ejército había dispuesto que las nuevas destinaciones de la oficialidad superior…quedaban postergadas. Todos los generales continuarían en los mismos cargos y funciones que detentaban en ese momento, hasta el 1º de Enero siguiente…. Se había decidido qué civiles asumirían los cargos de gobierno vacantes por el alejamiento de los militares. Los designados no tuvieron conocimiento de ello…. El desenvolvimiento de la administración interna descansó principalmente en el subsecretario del Interior, Coronel de Aviación Enrique Montero Marx…. El Ministro de Hacienda (Sergio de Castro)…en silencio destinaba al frente bélico cuantos recursos era posible reunir…sin abandonar el plan económico, financió la preparación contra la guerra y apertrechó al país.


Los intentos de lograr la intervención de Paulo VI en la crisis eran infructuosos pues éste se negaba y además se encontraba enfermo. Lograda una cita en el Vaticano, para el 6 de Agosto ella no fue posible por la muerte del Pontífice, de lo cual le fue informado al Canciller por el Nuncio Sodano por teléfono en la madrugada (5 AM) del mismo 6.
Una vez elegido Juan Pablo I, Cubillos asistió a la entronización del mismo y Agostino Casaroli, secretario de Estado, le obtuvo una audiencia, pidiéndole que apoyara la paz en el Cono Sur. Ya el Cardenal Silva Henríquez se lo había solicitado al momento de rendirle homenaje en el que prometen obediencia al Papa.
El resultado de ello fue que finalmente Juan Pablo I, el 20 de septiembre dirigió a los episcopados de ambos pueblos un llamamiento solemne a la paz.
Hernán Cubillos se enteró de la muerte del Pontífice y la elección de Juan Pablo II durante su viaje a China, y, sin interrumpirlo, envió desde su hotel en Pekín un telegrama a Casaroli, por la que pedía una nueva entrevista con el Papa. El 26 de Octubre se recibía en la embajada en Chile recibió el mensaje de telex: se le recibiría el 30. El viaje Pekín-Hong Kong-Roma- Santiago casi no puede realizarse por una tormenta. Llegado al Vaticano, el 30 a las 11 hrs el Canciller realizó su exposición ante el Papa empleando el inglés, aunque Su Santidad prometió que la próxima vez sería en español, ilustrando su exposición con cartas náuticas, recalcando la idea de la utilidad de la participación de Roma en el conflicto.
A su regreso ya era 2 de noviembre, día en que se reunían por última vez las comisiones, sin lograr acuerdos. El mismo día Chile proponía llevar el conflicto a La Haya o solicitar la mediación de un gobierno amigo, escogido de común acuerdo. Ya en dos oportunidades los argentinos rechazaron ir a la Corte, con sólo cinco días de diferencia, más en la segunda nota, los chilenos ofrecieron la posibilidad de un gobierno amigo, aceptando los argentinos para el día 23. En una semana Cubillos y su comité‚ asesor barajaron todas las posibilidades y se preparó el viaje para el 12 de diciembre.


4.- PERÚ ADOPTA UNA NUEVA POSTURA
En Noviembre del '78 la Cancillería limeña recibió la visita de un Almirante, embajador de Argentina, el que venía a proponer una alianza para la guerra contra Chile, el canciller De la Puente lo rechazó recordando la historia de la guerra del pacífico, días después el Canciller viajó allá  para poner en conocimiento de los chilenos la propuesta y asegurar la neutralidad peruana en la guerra, a su vez por esos días un mensaje similar llevó a los argentinos el Ministro de defensa del Perú el General Oscar Molina, pero esto no aseguraba nada en verdad para el caso de una guerra de verdad.
Las discusiones fuertes en aquellos momentos entre duros y blandos, los primeros liderados por el Ministro del Interior el Gaucho Cisneros. La amistad entre De la Puente y Morales evitó esta entrada al conflicto, así como la situación económica del Perú, además de estar empezando el proceso de transición destinado a dejar el poder por lo que eran bastante criticadas y se encontraban aisladas. La situación tensa se detuvo con el retiro argentino de su situación bélica


5.- LOS ÚLTIMOS INTENTOS

 

Los días y horas tensos

El 12 de Diciembre de 1978, a las 18:40 Hernán Cubillos descendía de un avión en Ezeiza, llevando consigo la última oferta del gobierno militar chileno para lograr una salida pacífica del posible conflicto. Desde ahí los trasladaron en el avión presidencial hasta el Aeroparque Jorge Newey.
Se trasladó a la embajada chilena con rapidez y desde ahí, el representante diplomático chileno, Sergio Onofre Jarpa, le dio un resumen de la situación que se vivía en Buenos Aires. Allí le sorprendió la invitación de Videla a una cena en Olivos, la residencia presidencial.
Cubillos portaba la aprobación chilena a la idea de nombrar mediador a Juan Pablo II, y sólo eso.
Antes de entrar a la cena misma, el Canciller chileno se acercó al Nuncio Apostólico ante el Gobierno de la Casa Rosada, Monseñor Pio Laghi, al cual no dejó de preguntar las seguridades que podían pensarse en una negociación en que la contraparte no tenía un solo centro de poder sino que se encontraba atomizado, el Nuncio respondió: Tenga confianza señor Ministro, vaya adelante porque no hay otra solución. Además yo estoy convencido que ni Videla ni Viola quieren la guerra.
Luego de una reunión protocolar al día siguiente en la Casa Rosada con Videla, se llevó a cabo la negociación en el palacio de San Martín, precisamente en el Salón Dorado. Se esperaba su conclusión como a las 10, pero terminaba a las 12:50, en ella se llegó a sólo dos puntos de acuerdo: la aceptación del mediador y del sistema que se iba a seguir ante él (negociaciones bilaterales), pero en cuanto a los temas a proponer ante este mediador, es decir sobre qué debía mediar: los espacios marítimos solamente, ya que los terrestres ya habían sido decididos en el Laudo (tesis chilenas) o también incluía estos (tesis argentina).
Mientras en el contiguo Salón Verde se reunían los asesores, allí estaban Moncayo y Berstein, agregándose otros funcionarios, entre ellos el comandante Allara (Armada), el cual les invitó a salir a otra oficina, Berstein recuerda propuse de inmediato avocarnos a…la declaración conjunta. Allara respondió que no habría tal  declaración, ya que el documento contendría partes secretas. Ambas partes presentaron sus proyectos de declaraciones, suspendiendo la reunión para estudiarlos. Una vez regresados, los argentinos insistían en la idea de las partes secretas  y se explicó que las parte secreta tan buscada por argentina contendría una división anticipada de las islas situadas al sur del Canal Beagle. La discusión posterior entre otras cosas implicaba que el Mediador se limitaría a apoyar lo ya acordado por las partes (la sección secreta) y a rechazar la inclusión del compromiso de no recurrir a la fuerza ni a la amenaza del uso de la misma, llegando a considerarla irritativa.

Reunidos más tarde esta sólo duraría 8 minutos. No había acuerdo.

En la tarde y cuando ya se había acudido a sus respectivos superiores (Pinochet y Videla) los Cancilleres no pudieron avanzar. Aquí Cubillos propuso a Pastora hacer, entre ellos, el documento que pidiera al Santo Padre su intervención como mediador sin más precisiones, trabajando en ello, pero el mismo Pastora frente a sus colaboradores, y refiriéndose al texto declaraba que No, esto así no va; sino se precisa sobre qué el Papa deberá mediar los comandantes me lo deberán rechazar. A las 19:30 quedó concluido el texto y aprobado por Pastora[8], quien tocaba llevárselo a sus superiores.
Pinochet, una vez informado, aceptó el documento, pero  el Canciller Pastora, frente a la Junta Militar Argentina, fue avisado que no era admisible, aunque aceptaban como un avance que Chile aceptara al Papa como mediador. Viola estimaba que si Chile no indicaba cuáles serian los temas en que se mediaría, nada impedía a Chile después desconocerlos en caso necesario[9]. Los demás miembros de la Junta sostenían la mi a opinión.
Para la noche a las 20:45 Pastora retornaba al Palacio de San Martín y se comunicaba con su par chileno, en ese momento en la Embajada de Chile, en calle Tagle (barrio de Palermo), para indicar que se rechazaba el acuerdo si Chile no indicaba cuáles eran los temas en que se sometería la mediación. Cubillos recuerda: Pastora está deshecho. Por el teléfono me dijo que él había sido desautorizado, que presentaría su renuncia, y me pedía en todo caso que esa noche estuviera en la cena oficial que él tenía preparada, en el Hotel Alvear, para ofrecerla en mi honor. El mismo pensaba poder dar vuelta la situación en la misma. Así, en el salón de honor, decorado patrióticamente para la ocasión con banderas chilenas y argentinas se llevó a cabo. Por la delegación chilena concurrieron Cubillos, Ernesto Videla, Helmut Brunner, Francisco Orrego, Rolando Stein y Enrique Berstein; entregando en algún momento un regalo que se traía para la ocasión. Los argentinos, sorprendidos, no tenían nada preparado por lo que debieron dirigirse a la joyería Riccardi, par adquirir una cigarrera de plata, entregada a la hora del postre. Pastora les conferenciaría: El asunto ya no tiene salida, mientras sollozaba: Estoy desolado, mientras la delegación chilena intentaba consolarlo. Y terminada la cena se fueron a la sede diplomática
A las dos de la mañana, ante Videla, Pastora cansado dijo Jorge, no hay nada que hacer, no hay márgenes para un acuerdo los chilenos son inamovibles.
Tras saludos protocolares y la aceptación de la fórmula se sentarían a cenar tanto el Canciller argentino como el Chileno. Pero no habría celebración ya que ese 12 de Diciembre la Junta militar argentina rechazaba la posibilidad desautorizando al ministro Pastora[10], repitiendo


La actitud peruana
En Diciembre de 1978[11], el 15 para precisar el Gobierno peruano empieza a tomar medidas acerca de los acontecimientos ocurridos en la zona del Beagle, así la Escuadra Peruana parte al sur, el aeropuerto de Lima es cerrado para maniobras de la Fuerza A‚rea, y las tropas quedan en estado de inamovilidad.
La 2ª Región Militar del Perú con sede en Arequipa empieza a ser reforzada, así como los depósitos han sido diseminados para evitar su destrucción, movimientos de tanques así como vuelos de aviones de reconocimiento. Por último en la localidad boliviana de Santa Cruz se reunían en secreto los mandos militares bolivianos y peruanos rodeados de intensas medidas de seguridad.
En Santiago se decidió a través del Comité Asesor Político Estratégico, creado por Pinochet para atender al conflicto, integrado entre otros por Ronald MacIntyre, decidió volcar los esfuerzos con argentina, en el norte se quedaba solo. Así para paliar la situación se trasladaba de noche en aviones comerciales una masa de material destinado a los depósitos para que se sobreviviera, Misileras y torpederas tendrían las defensa de la costa.
    El puesto de mando de la VI División en una mina abandonada bajo tierra estaba dirigido por Juan Guillermo Toro Dávila (Su segundo jefe era Dante Iturriaga, que a la vez era Jefe de estado Mayor de la Región Militar Norte), quien tenía directa comunicación con Santiago, en una de esas tardes un llamado llegaba a Santiago informando un avión enemigo y pidiendo ordenes acerca de si derribarlo o no, recibido por el Jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional el General Joaquín Ramírez. El avión peruano volvió a pasar esta vez a Bolivia.
Para atender mejor el mando ante una posible alianza tripartita se crea una Región Militar Norte, similar a la Austral con sede en Punta Arenas destinada a coordinar la batalla en su totalidad. El General julio Canessa, situado en el desierto estaba a su mando, viajando constantemente al norte y al sur sería cosa de unas pocas horas estar de nuevo en el norte.
Para trabajar se empleó todo el material humano disponible, grupos motorizados armados para realizar pequeñas incursiones en moto, hombres en alas delta destinados a pasar desde el Morro al otro lado para finalmente llegar a atacar por detrás a las líneas.
Gigantescos pulpos de concreto podían guarecer a 20 hombres, eran fabricados por miles para situarlos en diversos lugares estratégicos, resistiendo diversos ataques a‚reos.
    Medidas disuasivas destinadas a demostrar los peligros eran las maniobras que eran mas grandes que las empleadas por los peruanos, incluso en una ocasión para las Fiestas Patrias, se llegó a hacer desfilar 40 batallones en Arica, lo que no se supo es que se debió desguarnecer todo al sur de Arica, trasladados en la noche anterior.


El día D y la hora H

(E)l día 15, cerca de las 19 horas, la embajada en Buenos Aires informó que en la ciudad de Rio Gallegos se concentraban ap0roximadamente 15.000 soldados y seguían llegando refuerzos. Al oriente de la ciudad, en la localidad de Palermo y Hacienda Buitrera, había cerca de 200 tanques y vehículos blindados, cañones de 105 mm y piezas antiaéreas. En lavase Aérea se sguía construyendo casamatas y hangares de concreto armado. En Río Grande existía otra gran concentración de tropas, iniciándose la evacuación de civiles. El d{ia anterior habían finalizado las maniobras en la zona de Río Turbio[12]
El 18 de Diciembre se encuentra cada vez mas cercana la idea de un raid aéreo en el sur. Se envía un avión de exploración al Atlántico, el que es objeto de una interceptación por parte de dos aviones del 25 de Mayo, se esconderá entre las nubes y volverá a territorio nacional.
Para el 19 la flota en el sur espera: está integrada por el crucero Prat, buque insignia, los destructores misileros Williams y Riveros, así como las fragatas del mismo tipo, Lynch y Condell, cuatro destructores artilleros: Portales, Centeno, Cohcrane y Blanco; el petrolero Araucano y el Yelcho, unidad de apoyo logístico, en total dos mil hombres entre ellos 150 oficiales. Des principios de ese año habían realizado maniobras lo más reales posibles, contando para ello con el abastecimiento necesario.
Al mediodía llega un mensaje cifrado de la Comandancia en Jefe, Prepárense para iniciar acciones de guerra al amanecer. Agresión inminente. Buena Suerte. El mensaje fue retransmitido del Estado Mayor a todos los demás buques, llegando luego otro comunicado, esta vez ordenando la destrucción de cualquier nave enemiga que se encontrara en territorio nacional. En el atardecer la flota viaja al sur, de la zona del Cabo de Hornos, la igual que ocurriera en marzo y en octubre de 1978, pero ahora iba en serio.
Ahora cualquier zafarrancho de combate podía ser la guerra misma. El comandante del Prat exclamaría Ahora vamos a saber cuantos pares son tres moscas. Durante todo el tiempo de espera, la flota estuvo celebrando cuanto onomástico, fiesta o cumpleaños que hubiera. El almirante López, jefe de la flota visitaba a las tripulaciones explicando la situación.
Al amanecer del día 20, la flota estaba en el mar de Drake, alejándose rumbo al sur de las bases aéreas de la flota argentina.
Para el día 20, en San Martín de los Andes, se había requisado y pintado de color gris todas las camionetas y camiones civiles. En Chile, el vagón de ferrocarril cargado con explosivos que los ingenieros militares desplazaban desplazaban desde hacía tiempo, cada noche al centro del túnel Caracoles para obstruir el paso de unidades argentinas si iniciaban la  ofensiva, al despertar el alba no se retiraría como de costumbre[13]
El 21 de Diciembre ya argentina rechazó a la Santa Sede, la escuadra zarpaba para rechazar el desembarco, dirigida por el Almirante Raúl López. Mientras la flota de invasión llevaba dos semanas esperando en el mar, entre las Malvinas y Tierra del Fuego, a falta de fondeaderos dignos de ese nombre.Era un crucero, cuatro unidades misileras, cuatro artilleras y antisubmarinas y buques de reabastecimiento, así como las unidades de transporte de tropas, bajo el mando del almirante Humberto Barbuzzi. El 19 partieron a 20 nudos al sur, por el este de la isla de los Estados
Jefe de la 3ª Zona Naval en Punta Arenas era el Almirante Luis de los Ríos y el comandante de la Flota de Alta Mar, el Almirante Raúl López Silva esperaban. Al enterarse de la salida de la flota trasandina fueron a interceptar, tomando curso noreste. Si todo seguía igual su flota iba a ser detectada electrónicamente en 4 horas y en seis podía haber combate

En el mes de diciembre el cielo sobre Santiago estuvo nublado. Al amanecer del jueves 21, se daba como un hecho que la invasión argentina se desataría esa misma noche. Aquella mañana, abandonando por unos minutos la reunión permanente con Cubillos y otros ministros y oficiales, que entraban y salían con expresión sombría, entregué anticipadamente pequeños obsequios de Navidad a las secretarias y algunos colaboradores. No sabíamos qué circunstancias estarían viviéndose a la mañana siguiente[14].

    Ese mismo 21 Pinochet en la Escuela Militar, en medio de una ceremonia de graduación de oficiales, su edecán militar, Jorge Ballerino le entregaba un mensaje urgente de Punta Arenas que indicaba que las hostilidades se iniciaban.

En el piso 10 del Diego Portales el CAPE reunido esperaba decidir si recurrían a la Corte o no. Se sabía que de hacerlo, era un casus belli, informado de ello por el Ministro del Interior Argentino Alvaro Eduardo Harguindeguy al embajador chileno, Sergio Onofre Jarpa. Pinochet mantuvo el silencio en la discusión y optó por decir al final: Tengo un extraño presentimiento. Esperaremos 24 horas.
La inteligencia militar chilena entregó su último informe en el crepúsculo: la invasión comenzaría aquella misma noche…. Otros dos gobiernos incrementaron la información conocida. El de Brasil confirmó la magnitud del movimiento argentino. El de Estados Unidos aportó la certeza de la fecha y hora del ataque, más el conocimiento de que Perú organizaba sus fuerzas para una operación en el Sur[15].
Entre el 19 y 21 el clima es desastroso e impide la partida de los aviones ya del 25 de Mayo y de las bases de Ushuaia, Río Gallegos y Río Grando
La aviación mantenía bajo vigilancia, y hacia el mediodía del día 20, ella informa: la flota argentina enfrenta el temporal… Se hace difícil la navegación… Hay mar gruesa que dificulta el avance en el área, más tarde se indica que las naves están virando 180 grados. Al parecer se retiran del sector. Finalmente concluye: Afirmativo, los barcos se repliegan hacia la isla de los Estados.
l comité‚ se enteró pocas horas después que una flota argentina se dirigía contra las islas Picton Lennox y Nueva, pero una tormenta la obligó a retornar. Esa tormenta llevaba bastante tiempo, ya que el 20 de Diciembre se encontraba en la zona y se esperaba que ésta durase 72 horas. Para un oficial argentino fue de olas impresionantes, de 12 metros de altura y el mar estaba tan encrespado que era inimaginable  siquiera intentar maniobra de aproximación alguna a las islas. Pese a la alta moral de los infantes de marina  el mal tiempo causaba estragos entre ellos[16].
Los buzos tácticos de la armada trasandina por ende, se encontraban impedidos de acercarse a reconocer el terreno, y los vehículos anfibios tampoco podían llegar. Ni despegar los helicópteros.
Pedro Daza, diplomático enviado a Washington estaba listo para pedir la convocatoria urgente al TIAR.
Para el jueves 21 en la noche en Roma llegaban las respuesta de los cables cifrados para Videla[17] y Pinochet, aceptando la propuesta del Papa como mediador, lo que fue informado al mundo el 22 al mediodía (8 y 7 de la mañana en Buenos Aires y Santiago respectivamente).



A las 18:30 dos horas y media antes del punto de no retorno, la Junta Argentina aceptaba la mediación Papal.
La Junta Militar reunida durante todo este tiempo estaba en esa reunión, de aproximadamente de una hora, en la que Videla llegó a amenazar con renunciar a la Presidencia. La posición de Viola (Ejército) Lambruschini (Armada) y Agosti (Aviación), era la contraria de no detener la invasión y más aún cuando ellos presionaban a sus hombres para atacar Chile con la mayor prontitud. Se adopto finalmente la tesis de paralizar el ataque tras una ardua discusión, en la que Videla amenazó con presentar su renuncia, bajándose del caballito de la guerra primero Viola, luego Agosti y finalmente Lambruschini.
Ahora tocaba avisarles a las tropas que retornaran, lo que se hacía desde el edificio Libertadores los equipos de comunicaciones enviaban en clave la noticia del cese de la operación, pero hubo algunas dificultades en cuanto a las tropas de la zona de Neuquén, zona de la X Brigada, que lograron entrar a Chile unos pocos kilómetros en cuanto a sus avanzadas (esto a las 20 horas), por lo que debieron enviarse helicópteros a detener el movimiento de sus unidades.
El día 22 en la noche la flota chilena que había vuelto a sus fondeaderos parte de nuevo a la zona de Beagle-Nassau. En la mañana del 23, los servicios de escucha de la flota chilena captan un mensaje que pasa a llamarse de los 200 grupos, desde Buenos Aires. La flota argentina se dirigió a Puerto Belgrano, seguido por la aviación chilena que la siguió hasta cerciorarse que esa era su ruta, destino al que llegarían para Navidad.
El día 23 de Diciembre anunciaba el Papa de la designación del cardenal Samoré para esa tarea, lo cual no fue bien recibido por la cúpula militar argentina.
Para la Navidad de 1978, recuerda el Obispo Tomás González, se vivió en medio de una tensión extrema. Con toque de queda, la misa del gallo fue a las 10 de la noche. Luego de Navidad se había aceptado la Mediación y se dio libertad a los soldados. Para año nuevo….ellos estaban tan contentos que iban a los supermercados a comprar papel higiénico. Y con esos rollos hacían guirnaldas en la ciudad. Pedían platita y la gente estaba eufórica, feliz. Las gentes les daba plata. Iban al supermercado a comprar pisco. Al día siguiente, primero de Enero, cuando salí para hacer misa había una cantidad de chiquillos conscriptos ebrios. Claro la euforia, la tensión del momento, se había ido.

Viajando el Cardenal Antonio Samoré el 26 de Diciembre. Tras varias reuniones se estableció la base para el acuerdo de Montevideo firmado por Chile y Argentina en el Palacio de Taranco el 8 de Enero de 1979.
   

Acuerdo de Montevideo

Para el 7 de Enero en la tarde, se recibía la información de parte de Samoré en cuanto a que las últimas negociaciones se llevarían a cabo en Uruguay, por lo que solicitaba que viajara a ese país[18].Finalmente a las 9 de la mañana obtuvo la confirmación que el documento llegaría a ser firmado el 8, al día siguiente. Había que informar a Pinochet, quien se encontraba en Tierra del Fuego, en la Punta catalina, inaugurando una instalación petrolífera, cuenta Sergio Fernández: en el lugar se había instalado una rudimentaria caseta telefónica. Hasta ella llegó una llamada urgente del Canciller Cubillos para el Presidente. La ceremonia de inauguración fue suspendida. El Presidente me pidió que lo acompañara hasta el teléfono, con la expectación de los presentes….El Canciller quería informar al Presidente que Argentina aceptaba oficialmente los términos de la mediación… Por teléfono Pinochet le dio la autorización al Canciller para que fuera a Montevideo y firmara el Acta.

Cubillos viajó hasta Montevideo, siendo recibido por los embajadores chilenos en Argentina y Uruguay y el canciller uruguayo. A las 5 de la tarde se reunía con Pastora y Samoré en la Nunciatura uruguaya. Se trabajó por varias horas y al terminar Pastora anuncia que el Acta de Compromiso, el segundo documento que sería signado, iba a tener el carácter de secreto, lo que fue rechazado por Cubillos, pese a las insistencias de Samoré, los argumentos sobre la inconveniencia de un documento secreto fue acogida por Samoré, quien apoyó al chileno, obligando a pastora a llamar a Buenos Aires y pedir nuevas instrucciones, de lo que se tardó una hora media en lograrla.
En el palacio Taranco, a las 20 horas se realizaría la firma del documento

Para el 8 de Enero, día de la firma del Acta, el Canciller Argentino Washington Pastora estaba a punto de salir en avió rumbo a Montevideo cuando al mismo aeropuerto llegaba el general Benjamín Menéndez, quien casi forcejeando intentó evitar la salida del canciller, evitando la firma del documento; pero ello fue imposible, al intentar hacerle bajar desde la escalerilla del Tango 02 (Avión Presidencial) Pastora le dijo: Retírese general, yo respondo a las órdenes del Presidente Videla y tengo precisas instrucciones. Al llegar a Montevideo, aún se tuvo que esperar hasta tener nuevas órdenes y finalmente firmar el documento.
Este documento tenía ciertas menciones, convenientes de repetir acá:
8) …acuerdan solicitarle que actúe como mediador (a la Santa Sede) con la finalidad de guiarlos en las negociaciones y asistirlos en la búsqueda de la solución del diferendo para el cual ambos gobiernos convinieron buscar el método de solución pacífica que consideraron más adecuado. A tal fin se tendrán cuidadosamente en cuenta las posiciones sostenidas y desarrolladas por las partes en las negociaciones ya realizadas relacionadas con el Acta de Puerto Montt y los trabajos a que ésta dio lugar.
9) Ambos gobiernos declaran no poner objeción a que la Santa Sede en el curso de estas gestiones manifieste ideas que le sugieran sus detenidos estudios…

Y tan importante como lo anterior, es el Compromiso firmado en la misma oportunidad en que las partes no recurrirán a la fuerza en sus relaciones mutuas, realizarán un retorno gradual a la situación militar existente al principio de 1977 y se abstendrán de adoptar medidas que puedan alterar la armonía en cualquier sector.

En este último párrafo lo destacado, hay que decirlo, convenía infinitamente a Chile en peor situación militar que su vecino, y explica la oposición de los sectores duros argentinos a su acuerdo.
En Chile resultaba informado Cubillos por Landau acerca de que el Papa había aceptado la mediación enviando al Cardenal Samoré a la misma.




[1]  El periodista argentino Bruno Passarelli, se acoge a la versión dada por Reynaldo Bignone, secretario general del Ejército y que dejó su  testimonio en sus Memorias, llamadas El último de facto, el cual indicaba el trazado (del mapa ya indicado) muy parecido a la línea Torti con la única diferencia que la mejoraba en función de los intereses chilenos, ya que la línea divisoria de los océanos no tocaba la isla de Hornos ni bajaba por ese meridiano las 200 millas pertinentes, sino directamente desde la isla Barnevelt, más al este. Cuando Pinochet apoyó el lápiz sobre el circulito con el que había graficado esta última, intervino de nuevo Videla: Doble ahora hacia el oeste, señor Presidente, hasta el Cabo de Hornos. Si yo le hago caso a Ud., respondió Pinochet con una sonrisa, cuando vuelvo a Santiago me derrocan.

[2] De Isabel a Videla: los pliegues del poder de Carlos M. Turolo, página 115. En todo caso esta versión aparece confirmada con un rumor recogido por el libro Bomba en una calle de Palermo de los periodistas Mónica González y Edwin Harrington, con la clara mala intención de su fuente al mencionar una servilleta como documento, con la idea de remarcar una intención de irresponsabilidad por parte del Primer Mandatario Chileno, quien era el de la iniciativa. Además agregaba el malhumor por parte de miembros del Estado Mayor de la Defensa Nacional ante semejante actitud de Pinochet.

[3] La actuación norteamericana databa desde que se produjo el Laudo, enviando Carter breves notas diplomáticas esperanzando de que se pusiera fin al conflicto con ello. Robert Pastora sería uno de los propulsores de la intervención norteamericana, pese a su impopularidad y que no tenían buenas relaciones con Chile ni con Argentina.
            Durante la época más densa y peligrosa Landau se reunía dos veces por semana con Cubillos siendo un tema prioritario.

[4]  Carlos M. Turolo De Isabel a Videla. Los pliegues del poder.

[5]  Del autor, Esta noche: la guerra, páginas 62-3.

[6] Basado en un reportaje de la Revista del Domingo de El Mercurio fechado el 6 de diciembre de 1998.

[7]  Mi lucha por la democracia, Sergio Fernández, editorial Los Andes 1994, páginas 55 y siguientes.

[8] Para los argentinos el principal redactor del texto fue Cubillos frente a un dubitativo y vacilante Pastora. Ver El Delirio Armado, del periodista trasandino Bruno Pasarelli, página 78.

[9]  La tesis de Bruno Pasarelli es que esa actitud de Viola y de Videla iba apuntada al sector de los Halcones del Ejército Trasandino ya que una actitud conciliadora no se vería bien, por lo demás el 13 de diciembre ya circulaban rumores de la posible renuncia de Videla, el racionamiento de la nafta y una corrida bancaria, lo que tuvo que ser desmentido de viva voz por el representante del gobierno ante la prensa.

[10] Conforme a los argentinos, El Delirio Armado, del periodista trasandino Bruno Pasarelli, página 74, este era un oficial de Ejército retirado cuya única experiencia diplomática fue Cónsul en Nueva York, a mediados de la década de los cincuenta y que había sido designado el 6 de Noviembre de 1978 en su puesto al frente de la Cancillería Argentina.

[11] UN CASO DE ESPIONAJE: El  13 de Diciembre llegaba al puerto de Talara el buque petrolero chileno "Beagle", que llegaba a cargar combustibles, llegó armado y recaló en el muelle Nº 2 de los 91 tripulantes bajaron autorizados solo 10 entre ellos los oficiales Sergio Jarpa Gerhart, comandante de la nave y capitán y el Teniente Alfredo Andohazegui Alvarez, al día siguiente una camioneta enviada por la embajada chilena recogió a estos oficiales, manejado por un suboficial de inteligencia enviado por el agregado naval chileno capitán Jorge Contreras.
            Desde Lima agentes de inteligencia peruana los seguían. Fueron detenidos en plena carretera Panamericana por un auto de la FAP, acusados de tomar fotos a la base a‚rea El Pato, cerca de la ciudad. La Cancillería y la embajada chilena se activaron de inmediato, citado ante el Canciller José de la Puente, el embajador Francisco Bulnes Sanfuentes, debió ver otra vez a este por un mismo asunto.
En Octubre del '78, el 12 para precisar se detuvo al ex-suboficial de la FAP Julio Vargas, detenido tras dar planos e información acerca de la base aérea La Joya, ya antes había entregado os planos de la base aérea de Arequipa, en principio rechazado por el General (R) Vicente Rodríguez, agregado aéreo, sin embargo interesaron a Juan Chiminelli, quien era consejero administrativo de la Embajada y oficial de la DINA-CNI.
            El móvil del peruano era dinero pues estaba cesante, tras ser despedido de la FAP, logró el ingreso a la base aérea, ahora en Diciembre estaba detenido ya que los servicio de inteligencia de ese país detectaron la traición. Confesado estos se arreglaron los tratos a través de un acuerdo donde se acordaba expulsar a Chiminelli, Rodríguez Ricardo Aqueveque y al agregado a‚reo adjunto, y que se les hiciera sumario. Se guardaría el secreto.
Ahora el Canciller interesado en no dar argumentos a los militaristas decidió también guardar el secreto en lo de Talara pero a condición que los marinos salieran inmediatamente y se les diera alguna sanción, De la Puente ordenó su traslado en avión de inmediato desde talara a Lima en un avión de la FAP acompañados de un diplomático de ese país, para mayor garantía, paralelamente se presionaba al Beagle para que saliera del puerto.
Los oficiales trasladados a Lima se encontraron en el aeropuerto con periodistas que esperaban la llegada del primer Jumbo al Perú, por lo que en poco tiempo un diario el Tiempo se enteró de la historia y la foto del capitán Jarpa salió en el semanario Caretas.
Luego en Lima empezaron a preguntarse que hacía una nave en la que bastaban 30 tripulantes y que bastaba dos días para cargar y llevaba 8, así que se les acusó de intentar volar el puerto y afectar a si sustancialmente el tráfico de petróleo del interior de la selva, ya que casi todo salía por ahí. Más extraño los oficiales eran infantes de marina lo cual no es normal al mando de un buque petrolero.    
Para agravar la cosa la inteligencia de la FAP grabó una conversación entre el almirante Jorge Parodi de la Armada peruana, y Merino en la que este último en su sentido del humor trató de modo festivo la cuestión, declarando que los aviadores no eran ingenuos caballeros, posteriormente la FAP y sus mandos se quejó ante Bulnes, agregándose que los marinos chilenos solo llevaron un sumario cuando Merino estaba de vacaciones de verano, siguiendo el almirante Arturo Troncoso.
            Declarado culpable el suboficial peruano Vargas fue condenado a muerte y ejecutado, rechazando el Consejo de Ministros la posibilidad del indulto y exigiendo que se declarar persona non grata a Bulnes el 18 de Enero viajando expulsado el 20 de Enero a Santiago, rompiendo así las relaciones las que por 3 años se llevarían solo por cónsules.

[12] Videla Cifuente, Ernesto; La desconocida historia de la mediación papal; página 233, Ediciones Universidad Católica de Chile, 2° Edición, 2008
[13] Videla Cifuente, Ernesto; La desconocida historia de la mediación papal; página 241, Ediciones Universidad Católica de Chile, 2° Edición, 2008
[14]  Mi lucha por la Democracia, Sergio Fernández, Editorial Los Andes.

[15]  La Historia Oculta del régimen militar, página 198, Ediciones La Época.

[16] Citado por Bruno Passarelli El Delirio Armado página 122.
[17] La comunicación fue directa con la Residencia de Olivos del Presidente, atendiendo el mismo Videla, el mensaje fue recibido con un suspiro de alivio por parte del militar.
[18] En este punto, la versión argentina es bastante menos favorable a Chile en esta conversación, así cuentan: Samoré se puso insólitamente duro y comunicó por teléfono a Cubillos que ya no tenía paciencia para ulteriores dilaciones y ya no esperaría mucho tiempo más a que su gobierno se aviniese a firmar un documento “amplio”, pidiendo la mediación. Era virtualmente un ultimatum….