El labrador y la serpiente

En una ocasión el hijo de un labrador dio un fuerte golpe a una serpiente, la que lo mordió y envenenado muere. El padre, presa del dolor persigue a la serpiente con un hacha y le corta la cola. Más tarde el hombre pretende hacer las paces con la serpiente y ésta le contesta "en vano trabajas, buen hombre, porque entre nosotros no puede haber ya amistad, pues mientras yo me viere sin cola y tú a tu hijo en el sepulcro, no es posible que ninguno de los dos tenga el ánimo tranquilo".

Mientras dura la memoria de las injurias, es casi imposible desvanecer los odios.

Esopo

jueves, 12 de octubre de 2017

EL DÍA "D" CHILENO. DESEMBARCO EN PISAGUA (V)

EL DÍA "D" CHILENO. DESEMBARCO EN PISAGUA (V)

El desembarco de apoyo: A las 11 h. (del 2 de Noviembre), habiendo recibido órdenes del señor Jeneral en Jefe para dirijirme a Junin, según lo acordado el dia anterior, hice señales al Itata i Magallanes de "seguir mis aguas" i al Angamos de cruzar fuera del puerto, fondeando en aquel surjidero a las 11h 35m. AM. Dirá Erasmo Escala que “la primera división del ejército, compuesta del regimiento 3º de línea, batallón Naval de Valparaíso, dos baterías de montaña y el batallón Valparaíso, embarcada en el Amazonas y en el transporte Itata, se dirige, convoyada por la Magallanes, sobre la caleta de Junín, un poco al sur de Pisagua, donde debía desembarcarse para tomar el camino que debía conducirla al mismo campamento del enemigo, en el cerro de Pisagua, y sorprenderlo allí por la retaguardia.
Vista área de Pisagua
Esta caleta presentaba también muchas dificultades y peligros para el desembarco, pues las olas reventaban con una gran fuerza sobre las rocas de las playas, que pueden parapetar una fuerza insignificante para rechazar a un ejército, por numeroso que fuera, que tratase de desembarcar allí. Felizmente la pequeña guarnición que había, compuesta de unos 30 hombres, huyó a los tres primeros tiros que se le dirigió de a bordo, y pudo efectuarse con toda tranquilidad el desembarco.” Sigue el oficial naval con que a las “11h 35m, el oficial encargado de la división, teniente 1° don Emilio Valverde, pisó en tierra i enarboló el pabellón nacional.”
Relata Dublé Almeyda que acompañó este desembarco: “A Junín llegamos a las 11 a.m. Dos o tres disparos de cañón que desde a bordo se hicieron sobre esta mala caleta, pusieron en fuga a los 30 o 40 soldados que allí estaban de guarnición. Se dio principio al desembarco. El primer chileno que salió a tierra fue el ingeniero don Federico Stuven, soldados del Navales y 3º de Línea desembarcaron en seguida, vivando a Chile, llevando nuestra bandera que fue plantada en tierra…. El único desembarcadero consiste en un angosto golfo de cuarenta metros de ancho entre altos y rocosos cerros, con una constante mala mar, que no permite atracar lanchas ni botes a la orilla, cubierta de piedras, que hacen la playa casi inabordable. Los soldados desde las lanchas y botes saltan a las rocas. Este es el desembarcadero. Ha habido que colocar escalas desde las lanchas a un alto perfil de piedras para que la gente pueda subir con más facilidad.

el área de los combates
…la batalla termina: A las 13:00 ya los bolivianos estaban ascendiendo en retirada hacia Hospicio, donde se situaba su campamento, dejando sus atrincheramientos, perseguidos por los chilenos y a veces devolviendo el fuego y continuando la retirada, pues no se había declarado una huida. En la historia del Atacama se cuenta que “Uno de los oficiales bolivianos prisionero decía que los del “Atacama” parecían leones hambrientos y que su sola presencia paralizaba a sus soldados hasta el punto de que necesitaba a cada momento ser animados para que no emprendiesen la fuga[1]. Y luego, el estampido y los efectos de los disparos de los buques chilenos, los tenían “sonsos”, según la expresión del mismo prisionero, porque no estaban acostumbrados a oír aquellas detonaciones, que los aterrorizaban y confundían. Agregaba que cuando una granada de los gruesos cañones estallaban sobre sus cabezas, les parecía que el cielo se desplomaba sobre ellos. Y luego, cuando los proyectiles chilenos no destrozaban algunos, caía sobre sus cabezas una avalancha de tierra, que casi los sofocaba.
Hay que recorder que las piezas de artillería pesada del Cochrane, con sus granadas que se calculan en 250 mm (9 pulgadas)
Junín
A la 1 PM, dice Recabarren, que ve cómo “se retiraban las fuerzas bolivianas situadas en los cortes de la línea férrea, circunstancia que me obligó a disponer la retirada de los que se batían en la playa; efectuándola…media hora después y por la vía de Junín, única que aun se encontraba expedita y que continué hasta dominar la pampa del Hospicio, de donde me dirigí a la estación de San Roberto….

Ya a las 14 hrs llegan los primeros chilenos a l pampa de Hospicio, tardando en total dos horas para subir la cuesta “De inmediato se izó el pabellón chileno en un poste de telégrafo en Alto Hospicio y la Escuadra chilena suspendió por completo sus fuegos.


…en Junin: Cuenta Dublé Almeyda que “A las 3 p.m. los primeros soldados llegaron a la altiplanicie, ocupando las tropas el gran camino que allí conduce desde la orilla del mar. A las 6 p.m., venciendo toda clase de dificultades, habíamos desembarcado 2.300 hombres. Emprendimos la marcha para atacar por la retaguardia las fuerzas acampadas en la altiplanicie de Pisagua.” En eso llega una orden de Escala: “que la división marche inmediatamente por la pampa del Arenal para atacar el campamento boliviano; que de los 165 hombres de caballería que van en la división, se de la mitad de este número al comandante de ingenieros señor Martínez, para que lleve a efecto las órdenes que ha recibido respecto a los ferrocarriles y telégrafos enemigos; el resto de la tropa de caballería marcha con la división. De los caballos que llevan los soldados de caballería se puede disponer para que monten los jefes. Y, en fin que se cumpla todo con prontitud lo que le ha ordenado de antemano”.

El ferrocarril de Pisagua conquista esencial en Tarapacá




Después de trasmontar las alturas de Junín, (2.070 pies), la división[2] se dirigió por la llanura al lugar de su destino…. Después de avanzar como dos kilómetros por la altiplanicie y ya entrada la noche, nos dividimos para esperar la batería de artillería que había quedado retrasada, detención que nos sirvió de descanso. En esta situación sentimos un fuerte y prolongado temblor, que duró como un minuto. La oscilación de la tierra era tan grande que hallándonos acostados nos movía del lugar que ocupábamos y nos echaba unos contra otros. Incorporada la batería de artillería continuamos la marcha hasta casi encontrar la línea férrea que va al interior, tomando enseguida la dirección al campamento boliviano para atacarlo por la retaguardia. Todos los soldados marchaban silenciosos, pero con entusiasmo de batirse en pocas horas más, soportando con resignación las fatigas de una marcha forzada. No se presentó inconveniente alguno. No hubo un solo rezagado.



Imágenes de Pisagua tras el combate. El incendio
Los heridos: Desde Antofagasta no se había trasladado ninguna de las ambulancias, especies de hospitales de campaña de la época. Las atenciones médicas que se podían dar eran mas bien limitadas. Así lo relata Ruperto Marchant: “desde las tres de la tarde comenzaron a ser atendidos los heridos…. Es necesario haberse hallado en el improvisado hospital de sangre para darse una idea de lo que era aquello (un centener de heridos) tendidos en el suelo sin tener ni agua para lavar las heridas ; muchos de ellos en fuerza de los sufrimientos, pidiendo a gritos la muerte; otros clamando  por algún remedio o alguna bebida repitiéndose…un día y otro día: aquello era para partir el alma”
El cirujano de Guerra Körner contará años más tarde que recién para el 11 de noviembre (¡nueve días después de la batalla!) recién se embarcó desde Antofagasta las ambulancias (hospitals de campaña) Valparaíso y Tercera de Santiago. El 16 de noviembre le tocó el turno a Kórner en el Angamos rumbo a Pisgua para llegar el 18 a Iquique y esa misma mañana a Pisagua. Sin embargo a falta de “embarcaciones para el desembarque, fuimos trasbordados con todo el personal y materiales, en los botes del Angamos, al transporte Itata fondeado vecino a nosotros[3]…..El día 20 desembarcó toda la ambulancia, instalándose en el hospital cuya atención nos fue encomendada.
La flota chilena

Pisagua desde un buque chileno
Atendieron de inmediato a 180 heridos, ya de la batalla de Dolores, trasladando a 150 embarcados en el Copiapó. Este viaje dirá el cirujano “….los ocho días de aquella navegación fueron en realidad muy pesados. La tarea de atender los heridos hacinados en las obscuras y mal ventiladas bodegas del buque, con elementos enteramente insuficientes y con un solo ayudante, fue casi superior a mis fuerzas. [4]


[1] Aunque sea para gloria de los atacameños el comentario, no hay que olvidar que los chilenos que avanzaban no parecían detenerse por nada, aun cuando el fuego de los defensores pretendía impedirlo. Ante ese espectáculo rojo-azul ascendiendo imparable, no es de sorprenderse que los defensores pensaran en retirarse.
[2] Componían la división: una batería de cañones Krupp de montaña, al mando del sargento mayor J. de la C. Salvo, el regimiento 3º de Línea, el Navales, el Valparaíso y 100 hombres de caballería
[3] Reciben la noticia y ven la llegada de la Pilcomayo capturada y las noticias del combate de Dolores
[4] DIARIO DE CAMPAÑA DE UN CIRUJANO DE AMBULANCIA

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