El labrador y la serpiente

En una ocasión el hijo de un labrador dio un fuerte golpe a una serpiente, la que lo mordió y envenenado muere. El padre, presa del dolor persigue a la serpiente con un hacha y le corta la cola. Más tarde el hombre pretende hacer las paces con la serpiente y ésta le contesta "en vano trabajas, buen hombre, porque entre nosotros no puede haber ya amistad, pues mientras yo me viere sin cola y tú a tu hijo en el sepulcro, no es posible que ninguno de los dos tenga el ánimo tranquilo".

Mientras dura la memoria de las injurias, es casi imposible desvanecer los odios.

Esopo

lunes, 5 de marzo de 2018

EL DIVORCIO O LA SEPARACIÓN: EL QUIEBRE DEL FRENTE. NACEN LOS AUTÓNOMOS Y LOS DEL PARTIDO 1986-87 (I)


EL DIVORCIO O LA SEPARACIÓN: EL QUIEBRE DEL FRENTE. NACEN LOS AUTÓNOMOS Y LOS DEL PARTIDO 1986-87 (I)




Tras las protestas del 2 y 3 de julio de 1986, y los sonoros fracasos de Carrizal Bajo (internación de armas, en agosto de 1986) y del Atentado a Pinochet  (septiembre del mismo año) comenzó la "adecuación táctica"[1] del PC: abandonar la vía violenta y acercarse a la vía electoral. Fue el triunfo de quienes sospechaban de la vía militar (V gr Orlando Millas[2]).
Carrizal Bajo, la mayor internación de armas hecha en Chile hasta el día de hoy, y el casi inmediato atentado a Pinochet (y su fracaso), simplemente consiguieron convencer a los demás (dirigentes) para considerar un capítulo a cerrar la experiencia de la Sublevación Nacional. El sector responsable es lo que Rojas Nuñez considera la derecha del partido comunista. Mientras la izquierda del PC optaba por seguir el camino del Frente (tensionando y quebrando la disciplina del Partido). Pero ninguno avisoró que en realidad el proyecto que quedó aislado fue el del PC en general (la violencia como medio de derribar a Pinochet y llegar al poder) y que lentamente se empezaba a armar lo que sería la campaña para derrotar al gobierno en el plebiscito y en el que la violencia lo único que favorecía era precisamente a los militares.


Para Luis Rojas Nuñez fue un período de “conflictos internos y contradicciones, que comenzó a fines de 1986 y se extendió hasta después del XV Congreso del PC, realizado en mayo de 1989”. Quizás todo esto surja, como dice este mismo autor, a raíz del pecado original: la decisión política del PC de aparecer desvinculado al Frente[3]. Lo que era sólo creído por el PC chileno y nadie más. Para el resto del país el FPMR no era más que el brazo armado de los comunistas chilenos, lo que dañaba a la relación con los frentistas porque el Partido aparecía como “avergonzándose” de su “hijo”, al negarlo frente a todo el mundo, aunque todo el mundo los reconocía como padre e hijo[4].


A su vez, las diferencias al interior del FPMR se comenzaron a sentir fuertemente a partir de 1986 al fracasar "el año decisivo", fecha en que se esperaba el levantamiento de masas, y por los problemas suscitados por el no uso del armamento ingresado por Carrizal y la pérdida de los barretines que aún quedaban.
Para el PC la Sublevación Nacional no era concebida como una derrota militar del enemigo, sino como su derrota político y moral. Por lo que la SN no era concebida como una estrategia de poder, sino como un contenido operativo en función de la acción armada como elemento de presión y no de guerra. (Detrás de ello, la lógica del no creemos en la vía armada, pero si en la vía violenta)

Ya para mayo de 1986, al PC no le gustaba la independencia de acción del Frente. Con dos episodios que ocurrieron con poca diferencia de tiempo el Partido empezó a hacer pública la crítica. El primero fue el asalto  a la Panadería Lautaro y la muerte del carabinero Vásquez Tobar en dicho atraco y un barretín encontrado (28 de abril y 8 de mayo respectivamente). Estos hechos determinaron la primera intervención directa de la Comisión Política en sus estructuras militares[5]…. En un análisis crítico del trabajo de la Comisión Militar[6], dirán que el asalto “si hubiera sido exitoso no habría representado nada en términos políticos, y la cantidad de dinero obtenida,…apenas habría significado una solución económica transitoria a nivel local.” El resultado fue que, al actuar no medían consecuencias, tendría que comunicarse a la Comisión Política cualquier acción (y aprobarla) y la Comisión Militar debió sancionar a las jefaturas frentistas vinculadas.
Respecto de la muerte del carabinero Vásquez Tobar el problema se extendió por largo tiempo, al ser atendido uno de los frentistas herido en la clínica de la Vicaría de la Solidaridad[7] y llevar a la Fiscalía Militar la exigencia de las fichas médicas de las personas atendidas por la institución religiosa y a la larga un duro enfrentamiento del gobierno con la Iglesia, que tensó las relaciones con el Partido Comunista y la institución eclesiástica. Y respecto del descubrimiento de un arsenal la responsabilidad de la caída de las armas era, según un frentista interrogado por Luis Rojas Núñez en su ya tan citado trabajo, culpa de la responsable del Partido Comunista (ya que el partido controlaba el armamento)que guardaba una libretita donde anotaba la entrada y salida de los fierros (armas en el argot del Frente) y una accidental puntapié a un macetero que cubría el techo del barretín donde estaban guardadas. Pero la CNI sabía ya que en el lugar había un arsenal y con accidente o sin él quizás lo hubieran encontrado escarbando[8]. Lo de la libretita cuenta la misma fuente “fue una exigencia de mi jefa y, por cierto, no era militar de carrera. Eso demuestra algunos esquematismos que se imponían en la organización.”
En ese mismo Mayo la Comisión Política (la dirección del Partido en Chile) “decidió que uno de sus miembros celebraría reuniones de "conversación" con un grupo de alrededor de veinte oficiales, sobre los cuales ya circulaban al interior de la dirección críticas tales como una tendencia al militarismo, traslado mecánico de otras experiencias revolucionarias (Nicaragua y El Salvador), poco conocimiento del partido, uso de métodos de ‘ordeno y mando’, baja comprensión de la política del partido”[9].  Tales encuentros se realizaron con 4 ó 5 oficiales a la vez. Tales reuniones se harán hasta la división (junio de 1987). Siempre con Pellegrin presente.
Rodrigo Rodriguez Otero, (Tarzan o Juan Carlos), le tocó una reunión de ese tipo, justo en la época que cavaba para llegar a la carretera G-25 (para atentar contra Pinochet)[10], tuvo que concurrir a “una casa en el barrio alto, donde unos señores trajeados nos hablaron de la glasnost y la perestroika. Me pareció surrealista, desubicado y descorazonador….escuchar los lugares comunes de la liturgia partidaria.”
Pedro, el jefe de la Logística Estratégica (también conocida como Logística Central del PC), ocupado en Carrizal Bajo, tiene también que concurrir. La cita, recuerda, “…más parecía una de esas reuniones con la Comisión de Control, donde te sientes investigado y que cualquier cosa que digas puede ser usada en tu contra.,….La animadversión del dirigente se manifestó al instante…. Fue una reunión tensa y desagradable… señaló acciones inconsultas y sin considerar la situación política, e hizo generalizaciones acerca del trato de los militares, que se comportaban de forma prepotente…. Al final de la discusión le pedí que me dijera, para esclarecerme, cuál era el papel, lugar y misiones del trabajo militar en la política del partido. La respuesta fue citarle la situación de Lenin en la Revuelta de 1905 (!!!)[11], en Rusia y concluyó con una frase que decía algo así como que las acciones armadas son para mantener en alto la moral combativa de las masas"
A finales de 1986, cuenta Núñez Rojas, el PC contaba con 43 oficiales en el país. De ellos, diecisiete estaban en el TMM (Trabajo Militar de Masas), uno en la Comisión de Organización, cuatro en la Logística Estratégica y dieciocho en el FPMR. En julio de 1987, momento de la ruptura del PC, la cifra había ascendido a unos cincuenta, de los cuales alrededor de treinta se fueron del partido. La totalidad de los oficiales de las bases logísticas en el exterior, con su jefe al frente, se quedó (o se fue, según como se vea) en el FPMR (autónomo).”
En la siguiente etapa al Año Decisivo, cuestiones que habían quedado enterradas vivas, empiezan a asomarse en la relación entre el PC y el FPMR, su nunca reconocido brazo armado. De esta lucha interior ambos bandos se responsabilizan.
Para el FPMR, el PC había abandonado la política de la Sublevación Nacional: se acusa claramente a la Comisión Política, entre otros argumentos, de "cambios en los últimos tiempos en la línea política de la sublevación" "abandono y retroceso de la Rebelión Popular" "desmantelamiento de todo lo acumulado en el terreno militar", "liquidación del trabajo militar del partido".[12] Si se paralizan las acciones estas deberían tener solo por propósito “salir del aislamiento y revertir el retroceso en la lucha que se evidenciaba desde fines de 1986.”
Para la Comisión Política del PC, se aceptaba todo lo hecho antes y como señala Luis Rojas Nuñez, es …, el único documento del PC donde aparece con marcado énfasis la pertenencia del FPMR a este partido. Dice textual: "El Frente es una creación del partido, una organización político militar, referente militar de masas, componente central de la fuerza militar propia del partido. Es una organización del partido que fue concebida con el criterio de que dispusiera de una autonomía relativa, sobre todo en su actividad pública".[13]
El Partido “acusa de "fraccionalistas", de "desconocimiento de la línea política" y esquematismo al querer aplicar experiencias de otras revoluciones, exige que se debe profundizar la disciplina partidaria (sujeción a la jefatura comunista) y que a fin de cuentas es el Partido el que debe decidir cuándo y en qué forma desarrollar sus políticas atendiendo, dice el documento, al “momento y el tipo de acciones que corresponde implementar está en relación con la situación política existente en un momento dado y en relación con el avance del conjunto de la línea del partido". Además el Partido ordena que todos los militantes se movilicen para convencer a los “confundidos y engañados” que se desbandan por culpa de algunos jefes.

Ya en Abril de 1986, Raúl Pellegrin decía a sus subordinados en el Frente, que “las cosas no son como aparentan: que hay mucha resistencia en el Partido en implementar una política militar y que nota la ausencia de ambición de poder en términos de poder popular….mucho centralismo y poca democracia; acomodamiento, mucho funcionarismo: abandono de la crítica y de  la autocrítica.
Tras la denominada Operación Siglo XX, dirigida por el Comandante Ernesto (José Joaquín Valenzuela Levy[14]), el FPMR comenzó a sufrir fuertes golpes[15] y discusiones internas que posteriormente tendrían graves consecuencias para el grupo.
Para los que permanecían en el PC el problema se produce en una discusión…en torno a la perspectiva y rumbo de nuestra organización…a pesar de los éxitos obtenidos…se habían producido grandes bajas por el mal cuidado de las medidas de seguridad, el resguardo de los combatientes y de las unidades y que el Frente no se estaba desarrollando…, algunos compañeros del Frente, producto de su propia experiencia personal, se “desviaban” al considerarse a sí mismos como un grupo mesiánico y no en el puntal de la lucha general del pueblo sin  disputarles espacios a nadie[16].
El escenario político mostraba una compleja situación para los partidos de izquierda, tras concluir el 86. Se vivía una situación objetiva de aislamiento del Movimiento Democrático Popular (MDP), integrado por el PC, el PS-Almeyda (la fracción más radicalo extremista del socialismo) y el MIR. Este aglutinamiento seguía creyendo en que el gobierno militar iba a caer por las armas y las protestas. Además, los primeros efectos de la Perestroika en la URSS comenzaban a estremecer las  estructuras del PC, lo que daría paso al desmoronamiento de los socialismos reales y varias oleadas de renuncias al PC principalmente al inicio de la década de los 90.




[1] Jacinto Nazal,…, figura principal en los orígenes de la Tarea Militar del PC y uno de sus más acérrimos defensores, reclamará que si el Partido sólo pretendía dar un "paso táctico", lo menos que debió hacer…fue conservar sus cuadros de dirección militar, que costó tantos años formarlos; mantenerlos como en la reserva, organizados, vinculados, mientras desempeñaban cualquier trabajo en lo personal o en lo político.

[2] miembro de la Comisión Política, quien sin ambages criticó y rechazó desde sus  orígenes los cambios de rumbo del PC conducido por el EDI (Equipo de Dirección Interior), que en su parecer, alejaban al partido de su tradicional política de masas. Se opondrá a cada una de las definiciones realizadas por el EDI en los años del 1980 a 1986.

[3] Nuñez Rojas cita como ejemplos declaraciones hechas a la prensa por Óscar Azócar, miembro de la Comisión Política del PC: "El partido, como tal, no fue el que apretó el botón para que surgiera el Frente Patriótico". En diario La Nación 27-4-1991. Por su parte, Jorge Insunza asegura que el PC ha mantenido relaciones con el FPMR "como las hemos mantenido con otras fuerzas políticas que lucharon contra la dictadura.” En diario La Época 23-4-1991.

[4] Tito Tricot en sus memorias usa el mismo criterio pero en el marco de la relación madre-hijo
[5] El caso aparece en un análisis e informe de la Comisión Militar de octubre de 1986 referidos al tema de la crisis conservado junto a un grupo de documentos en la Oficina del FPMR en La Habana. En Cuba existió para los asuntos militares y operativos una sola oficina del PC y del FPMR hasta julio de 1987. Después se formarían dos, una por cada organización, hasta que fueron cerradas de forma permanente en 1990. Estas oficinas fueron independientes de la parte civil del PC y a su representación política oficial. Rojas Nuñez, Luis de la Sublevación Nacional a la Guerra Imaginaria.

[6] Integrada por el actual diputado y secretario general del Partido Comunista, Guillermo Tellier (Sebastian), Pellegrin y Gladys Marin. Y existían otras dos Comisiones Militares, una en La Habana, Cuba y la otra en Berlín Oriental (República Democrática Alemana)
[7] Organismo dependiente de la Iglesia, que rechazaba todo tipo de violencia.
[8] De hecho a todas las personas se las iban a llevar a los cuarteles de la CNI para interrogarlos, lo que abría la posibilidad que alguno hablara.
[9]  Luis Rojas Nuñez. Op cit

[10] En el primer proyecto que era instalar una gran cantidad de explosivos y al paso de la comitiva presidencial se haría detonar, algo similar al ataque de la ETA española al Almirante Carrero Blanco en 1973.
[11] Esos signos de exclamación son míos.

[12] El documento del grupo disidente y que posteriormente se conocería como FPMR (A), es elaborado aproximadamente el 20 de junio de 1987, no tiene título y es para esclarecer a los militantes del FPMR la situación interna que se vive…. Existe otro documento de similares contenidos elaborado dos meses más tarde por Pellegrin y Salvador, que se titula "Una Carta al Partido". Es una respuesta al documento del propio PC sobre "la fracción", como la Comisión Política nombró a este grupo. Rojas Nuñez, Luis “De la Sublevación Nacional a la guerra Imaginaria”. De ahora en mas “De la Sublevación….”

[13] Documento titulado "Información del Partido producto de la situación producida en el Frente Militar”. Luis Rojas Núñez, De la Sublevación….”. Las negritas son mías.


[14] Hay algunos que lo responsabilizan del fracaso de la operación, pues usó LAW en vez de los RPG-7, con los cuales se hizo todo el entrenamiento en Cuba.

[15] Según el diario La Tercera para la dirigencia comunista, enfrentada a la peor debacle de los últimos diez años, no sólo habían quedado al descubierto las febles medidas de seguridad de los frentistas. También se hizo evidente que sus mandos habían empleado a militantes sin experiencia…. En otro párrafo expresa La colectividad llegó a perder un militante cada ocho horas ya sea porque era arrestado o porque debía salir del país tras ser identificado por los organismos del régimen. La historia oculta de los años verde olivo.

[16] Guzmán, Quién, Cómo, Por qué de Manuel Salazar, Ediciones BAT, 1993, página 58.


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