El labrador y la serpiente

En una ocasión el hijo de un labrador dio un fuerte golpe a una serpiente, la que lo mordió y envenenado muere. El padre, presa del dolor persigue a la serpiente con un hacha y le corta la cola. Más tarde el hombre pretende hacer las paces con la serpiente y ésta le contesta "en vano trabajas, buen hombre, porque entre nosotros no puede haber ya amistad, pues mientras yo me viere sin cola y tú a tu hijo en el sepulcro, no es posible que ninguno de los dos tenga el ánimo tranquilo".

Mientras dura la memoria de las injurias, es casi imposible desvanecer los odios.

Esopo

lunes, 5 de marzo de 2018

EL DIVORCIO O LA SEPARACIÓN: EL QUIEBRE DEL FRENTE. NACEN LOS AUTÓNOMOS Y LOS DEL PARTIDO 1986-87 (iii)



EL DIVORCIO O LA SEPARACIÓN: EL QUIEBRE DEL FRENTE. NACEN LOS AUTÓNOMOS Y LOS DEL PARTIDO 1986-87 (III)




Y EN CHILE… Para 1986 las confrontaciones entre el encargado de la coordinación paramilitar en el Área Metropolitana del PCCH y el encargado Militar de la Comisión Política, hicieron de paralelo de las que tenía con la Dirección Nacional del Frente. Recriminaciones de abandono de oportunidades y debilidad en la explotación y uso de los resultados concretos alcanzados eran respondidas con acusaciones del mal financiamiento y de estarse inflando la importancia de la perspectiva militar.
Para la Comisión Política del PC, en un documento oficial[1] de la época expresaba una defensa al tema military y, dice Luis Rojas en su completo estudio, “asegura que era una adquisición estratégica incorporada para siempre a la política del PC, y reivindica todo lo obrado en ese plano”. Agrega, en otra parte, que "el accionar armado es una obligación del partido en las condiciones del fascismo". Hay que hacer notar que para el Partido el término “fascista” está dedicado a todo lo que esté a su derecha, siempre y cuando el Partido no haya pactado con ella, caso en que la designación desaparece y se convierten en paladines del Pueblo, junto a ellos. Pero siguiendo con el documento de marras, respecto al accionar armado queda limitado a "el momento y el tipo de acciones que corresponde implementar está en relación con la situación política existente en un momento dado y en relación con el avance del conjunto de la línea del partido".
Dos acusaciones cruzan hacia los frentistas rebeldes: "desconocimiento de la línea política" y esquematismo al querer aplicar experiencias de otras revoluciones (lease Cuba y Nicaragua). Los critica es por su "bajo nivel político ideológico habría facilitado la circulación de ideas extrañas a la línea del partido… no consideran la situación política a la hora de realizar sus acciones militares, tienen una lectura alejada de la realidad ". Disciplina es la respuesta que da el Partido (respeto a las normas partidarias, la subordinación a la mayoría, de los órganos inferiores a los superiores). Sin embargo no están perdidos para el Partido, ya que en el mismo documento apunta a "salvar a la inmensa mayoría de los que se fueron". Recapacitar y volver. Y se le da la tarea de hacer volver al redil a los "confundidos o engañados" fueron arrastrados a la ruptura por algunos jefes.”
Finalmente en octubre de 1986 la dirección del PCCH se encontraba decidida a terminar con el Frente vía desmantelación. El Partido decide rápidamente: “reestructuración y reordenamiento de su funcionamiento; fortalecimiento de los Mandos Zonales donde las estructuras militares estaban subordinadas al mando político; determinación de una serie de tipos de acciones y cuáles de ellas requerían la aprobación del partido; cursos de educación política, encaminados a superar las "limitaciones" político-ideológicas de los oficiales y jefes.” Todo ello bajo el argumento de “fortalecer, ordenar, organizar y dinamizar el trabajo militar[2]
Como una respuesta interna del Partido, dentro de las filas comunistas (y frentistas) apareció un documento (diciembre de 1986) "Sobre el Proceso de Discusión Interna", según Luis Rojas Núñez, emanado de Galvarino Apablaza[3], víctima de las Veinte Medidas de octubre. En él se denuncian “los informes falsos, denunciados por los jefes de TMM regionales y locales, que aumentaban la cantidad de células, grupos y acciones” lo que provocaba que la Dirección del Partido tuviera una visión errada de la realidad, todo lo cual pasaba primero por las manos de la Comisión De Organización (la gran villana de la historia[4]); “la adjudicación de los éxitos en las acciones militares al PC y de los fracasos y errores a la Comisión Militar; el incumplimiento crónico del paso de militantes al FPMR y al TMM, que propiciaba el "pirateo"; el envío al Frente, por parte de algunos dirigentes, de sus militantes más conflictivos (los militante-problema o como se dice en Chile “de todos los cachos”), y cierto grado de desconfianza política respecto a los integrantes de la Comisión Militar.” Acusaba a la dirección del PC (EDI o Equipo de Dirección Interior) de aplicar “métodos de investigación policial, coartación de la democracia interna, deformación y ocultamiento de información, presiones internas y externas, y análisis de carácter técnico, exclusivamente, de las dos grandes operaciones fallidas.” Y finalmente, la Comisión Militar estimaba que se intentaba dar una respuesta técnica a un problema de corte ideológico-político: “se había pospuesto la discusión ideológica y que existía una gran presión para fiscalizar el trabajo militar. "La discusión ha sido frenada, el desarrollo dialéctico de nuestro proceso hará aflorar más adelante las contradicciones".
Un oficial de los autónomos que emitió un informe al respecto a finales de 1987, indicó que al momento de tomar las decisiones, no se tomaban en cuenta a nadie: se planteaba la desarticulación de las unidades de los sectores poblacionales, estudiantes y del pueblo mapuche. Unido a la decisión de disminuir los recursos económicos y materiales, lo que se hace bajo la fundamentación del momento político. A pesar de todo asumimos por disciplina de comunistas estas resoluciones… producto de las discusiones se lograron parar algunas de (las discusiones).”
Galvarino Apablaza
En una conversación de Tito Tricot, militante frentista, con otro de sus compañeros, este último le dice “…ya no hay vuelta atrás. Le respondo que lo sé, que hace tiempo lo tengo decidido. No sabemos lo que pasará pero sabe que puede contar conmigo. Me pregunta cuánta gente o medios tengo porque debemos seguir en proceso de rearticulación…[5]
Entre noviembre de 1986 y junio del ’87 se desarrollaron unas doce reuniones entre la Dirección del Partido y la del Frente. Pellegrin fue su principal interlocutor, quien siempre rechazó la idea de desmantelar la organización. La idea, según los autónomos, era enviarlos a Rusia a escuelas de cuadros políticos. Esto último es rechazado por los comunistas, quienes también sostienen que el Frente no tenía vinculaciones con el PC[6].

En marzo del 87 la Comisión Política decidió profundizar las medidas de intervención y control en su trabajo militar. Esta vez, estaban dirigidas al FPMR en particular…La Comisión Política decidió relevar del cargo a la mayoría de los miembros de la Dirección Nacional del FPMR, incluido su jefe, Raúl Pellegrin. Gran parte de estos jefes y oficiales fueron destinados a pasar escuelas políticas y de superación, principalmente en Cuba y en los desaparecidos países socialistas del este europeo. Dicho de manera poco elegante, los echa, los exilia y toma el mando del FPMR.
Por esas fechas, Guillermo Teillier (Sebastián) estaba en Cuba. Pellegrin envía a La Habana a su ayudante Armando, (tras traerlo del extranjero y citarlo en Santiago para que fuera a “explicarles a los cubanos y al propio Sebastián las últimas medidas de la dirección del PC y hacerles comprender las razones de su resistencia a ellas. El ayudante lleva una carta del mismo Pellegrin. Cuenta el mismo Armando que Pellegrin le dice que: nadie en la organización estaba dispuesto a tolerar tal medida. Para el PC no había ninguna otra posibilidad, el relevo de cuadros, la subordinación a la medida era condición primera para cualquier otra solución. No había negociación posible.”[7] Pellegrin pedía independencia, pedía que las relaciones, las comunicaciones y la colaboración con el FPMR tuvieran su propia vía, separada del PC.” Los cubanos habrían aceptado.
Según Armando, Teillier no sabía lo que pasaba. Cuando le cuenta lo que ocurre en Chile fue “muy cauteloso, en ningún momento intentó polemizar ni descalificó la decisión de Pellegrin, ni tampoco mostró intenciones de plegarse a lo que hacían Pellegrin y Salvador. Era un "hombre de partido" y no iba a aventurarse con…Pellegrin. Fue respetuoso e hizo unas cuantas recomendaciones para impedir que por estos problemas se perjudicaran las partes en conflicto, y trató de atenuar cualquier clima beligerante".
Cuenta Cristobal Peña en su texto sobre el Atentado a Pinochet que “Manuel había llegado en los últimos meses de 1986 a Chile, después de cumplir por largos años diversas misiones, primero en el Partido Comunista y después en el Trabajo Político Exterior del FPMR. Fue “…de los que se quedan en el Frente. Y realta que hubo…resistencia o desinterés de determinados jefes y combatientes a darle sentido político a las acciones combativas que se planificaban, o al menos discutir esa posibilidad….se realizaba una distribución cuantitativa de acciones para una campaña determinada, sin consideraciones de otro tipo. En la propia estructura del mando de Santiago a la cual pertenecía Manuel, donde el jefe era Recaredo Valenzuela, (Benito), no se hacía ni se daba a conocer informe político alguno, era como un rechazo a todo lo que recordara al PC.
Manuel debía reunirse a la una de la tarde del 15 de junio con Benito, a quien habían asesinado una hora antes de la cita. Casi todos los jefes que murieron en la Operación Albania habían sido objeto de seguimientos y, aunque se percataron de ello, continuaron con la misma dinámica; no se le hacía caso, confiesa Manuel. A Benito, en particular, lo habían seguido durante largo tiempo, y es casi seguro que fuera así como la CNI llegó a Manuel, al que detuvo en septiembre de 1987, a raíz del secuestro de Carreño.
Guillermo Díaz, a su vez, señala (que) la fácil incorporación y promoción de nuevos militantes y funcionarios, las múltiples deficiencias y deformaciones que había en la aplicación estricta de las medidas de seguridad, así como la actuación displicente y hasta de arrogante irresponsabilidad de algunos jefes y combatientes ante el chequeo. En ese momento, ya existían en el Frente señales del combatiente pistolero, que hacía alarde del uso del arma personal y de un desprecio autosuficiente hacia el enemigo. Por otra parte, para algunos miembros de la organización, cualquier denuncia de seguimiento de los aparatos de seguridad podía ser interpretada como una debilidad o temor infundado
Para Junio de 1987 se vuelve a repetir la misma situación y ante la protesta por parte de la Dirección, el PC resuelve destituir a toda la dirección[8], rompiendo todo vínculo con el PC. A esas fechas la dirección se integraba por seis comandantes: José Miguel (Raúl Pellegrin), Bernardo (José Valenzuela Levi[9]) Aurelio (Roberto Nordenflycht); Benito (Ignacio Valenzuela) Aureliano y Daniel.
Detonante de la crisis fue el nombramiento del encargado de Santiago, el PC apoya a una persona que se inclina en contra del trabajo de las unidades territoriales y plantea eliminarlas, y mientras se discute empieza a desmantelarlas, agrega José Miguel (Pellegrin), quien realiza la descripción: …se propuso posponer la reestructuración de los cuadros hasta después de septiembre, propusieron contribuir al trabajo militar de masas, y tratándose de los cuadros él se haría cargo ya que la Dirección le dijo que tenía confianza como para hacerse cargo de Santiago mientras el asunto se arreglaba. Esta reunión se verificó con la Comisión Militar del PC en el primer semestre del '87. Para el Partido era la ocasión de eliminar a Pellegrin y su predominio en el Frente, vía copamiento de las principales jefaturas del Frente. Integrado por los primeros oficiales entrenados en Cuba, sostenían que la única manera de conservarse vigentes era a través de la vía armada. Para los dirigentes pro PC la idea era producir hechos políticos que reactivaran la movilización[10].
Carabinero Vasquez Tobar, asesinado por el Frente en un asalto
Integrantes del FPMR-Partido decían que en definitiva lo que ocurría es que era problema de estilo, mientras ellos se iban por el lado político los autónomos pretendían seguir la línea militar. Ya las desconfianzas se aumentaron con el asunto del arsenal en la que el PC no se hizo cargo, y quienes reivindicaron el derecho del pueblo para tener armas fueron Buschmannm, Malbrich y Molina, todos militantes del PC o vinculados a él.
Aceptado que Carrizal fue una derrota tremenda, igual que el atentado a Pinochet, el Frente lo aceptaba como obra suya (las dos operaciones), los PC lo rechazaban e incluso culpaban a la CIA de ambos actos (Carrizal y Atentado). Esta actitud derivó en otro problema porque los autónomos aceptaron el atentado como una victoria y no una derrota, mientras el Partido decía que era el eterno problema, porque de esa manera usaban la lógica de que hay que accionar aunque nada ocurra.
La vía de la sublevación nacional era plenamente vigente señaló José Miguel. Ante la Comisión Militar del PC exigió que ante los ataques de que eran víctimas se abriera una discusión dentro del partido incluido el Frente acerca de la política de sublevación nacional y rebelión popular, y declara casi una rebeldía al negarse a seguir operando con órdenes y resoluciones que atentan contra esa estrategia.

Las cosas estaban bastante mal en cuanto a las relaciones del PC y el Frente y en una reunión en el mes de Junio ante la amenaza de un comandante, un combatiente desenfunda su arma contra un dirigente del PC[11] fue respondida con un gesto similar de una metralleta que empuñó el comandante Daniel. Cristóbal Peña lo cuenta así: Unos días atrás, en unas de las últimas reuniones celebradas entre las dos partes, José Miguel comunicó que a partir de ese momento se negaba a acatar cualquier resolución del partido. La paciencia estaba agotada, la lucha no podía seguir demorando. Puede haber sido poco antes o inmediatamente después de esa reunión, con los ánimos caldeados y la sensibilidad a flor de piel, que Bigote, ante lo que interpretó como una provocación inaceptable, desenfundó su arma para amenazar a uno de los jerarcas del partido. Quién sabe qué hubiese ocurrido si el propio José Miguel, ayudado por el comandante Daniel, no hubiese contenido a Bigote.
La guerra interna se extendió en La Habana, señala La Tercera, en una balacera y persecución en auto que no terminó peor simplemente porque todos fueron detenidos por la seguridad cubana, todo ello supuestamente ocurrido en el elegante barrio de Miramar. En Chile se inició una rápida ofensiva para controlar el armamento, afirmando representar al pueblo y que los fierros pertenecían al pueblo. Al mismo tiempo no se escatimaba en amenazas, pistolas en la sien, para lograr la entrega de los barretines. Luis Rojas Nuñez no da detalle alguno de esos momentos, pero si que sería uno de los puntos mas bajos para ambas partes. La falta de recursos obligó a instalar las escuelas guerrilleras en barrios populares.
Cuenta Cristobal Peña que “la división recién se había hecho público y los frentistas experimentaban un proceso de definiciones. Había un ambiente enrarecido, de secretismos y desconfianzas, que nunca se disipará por completo; por el contrario: con el sucesivo traslado del resto de los presos políticos a la Cárcel Pública, que iba camino a convertirse en una cárcel de alta seguridad, ese ambiente tenderá a tornarse cada vez más espeso.”
Y continúa que para julio o agosto de 1987 la confusión y la crisis. El Secretario Regional de Pudahuel (Platino) elaboró el siguiente documento[12] crítico con la inestabilidad en la línea que seguía el Partido:

OPINIÓN DEL SECRETARIADO DE PLATINO SOBRE INFORME DEL 25 DE JUNIO 87  Participan: Secretaría política, Orgánica, Sindical, Propaganda, Militar, Poblacional.
Camaradas: En primer lugar, saludamos la oportunidad y franqueza de este informe, con lo cual se nos permite a todos opinar frente a la situación política, las tareas del momento y las dificultades internas que se presentan. Recoger la opinión de las bases es una sana práctica y debería hacerse más frecuentemente, porque así se enriquece la línea y el quehacer del Partido. No ayuda cuando los informes no son francos y oportunos. Tenemos el ejemplo de la información que bajó y después de los sucesos de Carrizal[13], que no tuvo la misma franqueza, y como consecuencia, después de ella quedó un gran desconcierto y muchas conjeturas en la militancia.
Estamos claros de que éste es un momento difícil y decisivo, en el que no valen las medias tintas. La única posibilidad de salida, la vemos en impulsar con fuerza y verdadera decisión nuestra política, que responde a los intereses de la clase y del pueblo. Pensamos que, en la medida que se irrumpa con fuerza, los sectores vacilantes se irán plegando a la movilización. Imposible ya pensar en repliegues tácticos: es momento de ofensiva y de jugarse el todo por el todo. Así lo indica el estado de ánimo de las masas y del Partido, y desde luego, las condiciones objetivas de miseria y crisis generalizada. Hay que echarle para adelante con las tres patas de nuestra política: lucha de masas en ascenso, clara política de alianzas y trabajo militar a todo trapo[14].
Panadería Lautaro. El asalto que complicó la relación
FPMR-PCCH
En lo que respecta a las alianzas, las vemos y las trabajamos como alianzas de clase, no de cúpula políticas, basándonos en las movilizaciones y acciones concretas. En lo militar, hay unanimidad en apreciar que hay un retraso inmenso. Y no se trata de cosas puntuales solamente, sino de un problema político. El Partido, como conjunto, todavía no ha asumido el trabajo militar.
Las comisiones nacionales de masas, por ejemplo, no plantean alguna exigencia en cuanto a ADM. A lo más, hablan en forma ganeral de éste o plantean que hay que tener un encargo de ADM en la comisión. Las otras comisiones, por lo consiguiente. Se siguen planteando cursillos políticos donde no se toca lo militar, como si fuera algo separado de nuestra política. Se siguen pagando los estipendios de los camaradas del TMM en forma separada del resto y sólo este mes se le entregó el reajuste que los demás gozamos desde comienzos de abril. Todo esto muestra una actitud de poco manejo, de poca comprensión de lo que significa el TM para un partido revolucionario, una actitud que parte desde más arriba de los regionales. Impresiona que hay camaradas que comparten las ideas de la dictadura de que lo militar en nuestro partido es sólo un trabajo de "cabezas de pistola" y no algo indisoluble en nuestro quehacer.
El día 20 de Junio se realizó un activo de secretarios de CL (Comités Locales) en este regional, para discutir nuestro plan hasta Septiembre. A pesar de que no era el tema central, todos pusieron el acento en exigir urgentemente instrucción combativa y logística y más medios para realizar acciones de mayor envergadura que las que realizan hasta ahora. Sin excepción, todos preguntan "¿Hasta cuándo nos dejamos golpear?". Y esto pasa por implementar lo militar.
En torno a algunos problemas con camaradas del F. Patriótico; no pensamos que sea un problema simple, de desviaciones de actitudes puntuadas porque sí. Partimos haciéndonos una autocrítica por no apoyar como es debido al FP, tanto en cuadros como en infraestructura, como en preocupación por el funcionamiento del Partido en el interior del FP. Creemos que los camaradas de la Dirección del FP fueron colocados allí no sólo por su capacidad militar, sino también reconociendo, por parte de la Dirección, un alto nivel ideológico. Pero, por lo general, son más jóvenes que los correspondientes miembros del Partido y, como tales, más intolerantes respecto a aceptar burocracia y conciliación, porque a los jóvenes la dictadura les ha negado todo, más que a los mayores. Y de hecho, nos guste o no, hay burocracia, hay conciliación y hay tendencias derechistas entre los camaradas que implementan no sólo lo militar, sino en muchos terrenos. La cuestión militar es la que se ve más entorpecida, hasta límites extremos en ocasiones. Y entonces vemos la actitud de la gente del FP como algo lógico, y que, si no corregimos primero, los otros errores, van a seguir apareciendo en más y más gentes que de verdad quieren avanzar. Tal vez lo más notorio de estas tendencias son María Maluenda, A. Toro y otros, pero hay más. Pensamos que es éste un problema muy de fondo, que hay que discutirlo sin pelos en la lengua, con el fin de fortalecer al máximo nuestro Partido en estos momentos. Creemos que el problema no es en este momento si los compañeros del FP son más o menos puntuados; pensamos que el problema es al contrario: cómo damos la batalla ideológica interna para impedir la proliferación de las tendencias de derecha, que son las de más peligro[15]. Queremos entregar algunos antecedentes para manejo de la Dirección que muestran que esto de tendencias de derecha no es solo un fantasma o un decir :
1.   Durante lo que va del año, hemos recibido numerosas órdenes y contraórdenes en lo militar, cambiando a última hora programaciones enteras, generalmente suspendiendo casi todo. O no se hace nada porque no entregan materiales[16]. Eso no da precisamente una impresión de pisar sobre seguro en lo militar ante los militantes.
2.   Hasta hace un mes, estaba Absolutamente Prohibido el uso de explosivos. Para el aniversario del Partido queríamos saludar la mañana con algunos ruidos y se nos prohibió tajantemente hacerlo, a nosotros y a la J (Juventudes Comunistas). porque eso echaba a perder los posibles acuerdos con DC. No hubo ruidos ni acuerdos tampoco.
3.   En enero, se nos planteó suspender el castigo a un sapo, porque "el peor castigo para un sapo es el castigo moral" (esto, por vía 1). Al preguntar si eso corría también para gente como el Fanta[17] se nos contestó que sí.
4.   En la segunda quincena de febrero bajó un camarada de la Dirección a atender al secretariado. La secretaria le consultó si había nuevas orientaciones para reactualizar el plan de SN (Sublevación Nacional). Su respuesta fue una encogida de hombros y decir que nos preocupáramos de las alianzas mejor, porque no era momento de pensar en la SN. Cierto que se había planeado que el momento táctico exigía Privilegiar las alianzas. Pero ¿eso impide pensar en la movilización? ¿Los secretarios tenemos que trabajar al día, sin pensar en metas? ¿Es que sólo se hacen los planes inmediatos?
5.   Se dice en el informe que hay que implementar fuertemente el TM (Trabajo Militar). Pero los cortes presupuestarios apuntan exactamente a lo contrario. Por ejemplo: en diciembre pasamos un funcionario nuestro, buenísimo, al FP. A poco de estar allí hubo un recorte presupuestario y le bajaron el estipendio a la mitad. El hombre tuvo que dejar el FP y buscar pega en otro lado para mantener a su familia. En lo interno no es posible conseguir elementos para operar, tales como mecha, pitos u otros, porque el TMM no tiene presupuesto para eso. ¿Cómo entonces conciliamos lo que la Dirección plantea -que pensamos que es correctísimo- con lo que en realidad se hace?
6.   A fines de abril el MIR lanzó unas granadas a la casa de una dirigente vecinal del MAN en nuestro territorio. Se nos presionó bastante para que sacáramos una declaración diciendo que no era posible que gente de izquierda hiciera esto, que debían ser de los mismos oficiales (léase el Gobierno Militar) que trataban de desprestigiar a las fuerzas populares . En realidad nos resistimos a hacer esta declaración porque sabíamos que la masa estaba contenta con la acción. Y cinco días después, el día 1o de Mayo en la tarde, una masa de cerca de 500 pobladores, cercó a pedradas la casa de la misma dirigente y casi se la deshicieron , porque la gente la identifica como una de las que fue a amenazar a la Luisa Riveros a su propia casa. ¿Por qué negamos la legitimidad de la violencia revolucionaria, siendo la propia masa la legitima? 
Podríamos seguir mencionando botones de muestra, pero lo concreto es que pensamos que son estas cuestiones las que dan pie a que algunos compañeros se empiecen a desesperar y tomen la conducta de unos pocos como la línea de conducta de la dirección. Y esto se ve reforzado porque todos los compañeros que bajan, incluso los de las comisiones nacionales, bajan diciendo que "vienen a nombre de la Dirección del Partido". Y toca escuchar opiniones que a veces obligan a preguntar directamente si son opiniones de la Dirección, resultando muchas veces que son opiniones personales y que se vierten con tanta soltura y liviandad que dejan en mal pie a la Dirección si uno no se toma el trabajo de preguntar si son personales o no.
Por otra parte, desde hace mucho tiempo que estamos manifestando nuestra preocupación por otra situación, que, en cierto modo, también se relaciona con el informe porque tiene que ver con el funcionamiento del Partido y que es el fruto de las comisiones nacionales. No sólo nos toca ver lo que aportan en sus bajadas, sino que en nuestro secretariado hay 2 ex-miembros de comisiones nacionales que conocen su ritmo de trabajo y su funcionamiento y pueden hablar con más propiedad del tema. En general, bajan camaradas que viene entre el 1 a 3 semanales, generalmente a pedir estadísticas a cuentas, que no tienen nivel político para ayudar a resolver nada y, por lo tanto, no se justifica su presencia como "aporte" al frente respectivo. O, si tienen nivel político, no alcanzamos a enterarnos, porque la verdad es que no hay aporte. Después de la información por vía 1 el CR (Comités Regionales) programa sus acciones y movilizaciones y las comisiones que bajan se limitan a constatar.


[1] Documento titulado "Información del Partido producto de la situación producida en el Frente Militar". Copia del documento conservado en la oficina del FPMR en La Habana. Este se encuentra explicado en el invaluable trabajo de Luis Rojas Núñez, “De la rebelión popular a la Sublevación imaginada” y es de donde lo extraemos para esta exposición.
[2] Rojas Nuñez op cit. Informe de la Comisión Militar de octubre de 1986.
[3] Así lo sostiene ese autor Por la forma y contenido del documento, por las correcciones manuscritas hechas al margen presumo que pertenece a Salvador, segundo jefe de la Comisión Militar, que en ese momento ya estaba removido de su cargo. Según Mauricio, la dirección del PC en su conjunto nunca se involucró de lleno en las cuestiones militares, más bien se percibía una reticencia, urticaria sobre los problemas militares de la lucha y de la política.

[4]Se identifica principalmente a la Comisión Nacional de Organización, centro y guía del funcionamiento partidario, como la que bloqueaba, impedía o suspendía coordinaciones y relaciones de la Comisión Militar con la Sindical, la de Pobladores y otras, así como los del TMM con militantes y estructuras de base, y la que habría distorsionado, tergiversado o minimizado los planes dedicados al trabajo militar. Se afirma que por esas razones no crecían las unidades de combate del partido en el sector productivo, en la clase obrera organizada, a pesar de que había trabajadores dispuestos a integrarlas.” Rojas Nuñez, op cit.

[5] Tricot, Tito, op cit
[6] Revista 7+7 El fantasma sin cabeza, semana del 23 de agosto de 2002
[7] Entrevista con Armando, jefe de la infraestructura de Pellegrin. Santiago, julio 2007. Rojas Núñez, Luis, “De la Sublevación….”

[8] Según La Tercera sólo eran tres.

[9] Tras salir al exilio en 1975 ingresó a la Escuela de Cuadros Wilhelm Pieck, y le decían ricitos por su cabello crespo. De militancia comunista vivió en Estados Unidos y luego estudió en el Nido de Águilas. En septiembre de 1977 el ex diputado comunista Gilberto Canales le propuso ingresar a la Escuela Militar de la República Socialista de Bulgaria, para formarse dentro de 5 años como oficial de tropas generales. Valenzuela aceptó junto a otros hijos de exiliados. Siendo 30 plazas en total, llenándose los cupos también con jóvenes que venían de la URSS en la ciudad cosaca de Saporoche, llegados ahí el 9 de septiembre para capacitarse como tractorista pero el golpe arruinó ese plan, y quedaron olvidados hasta ese momento. Cuando en 1981, los llamados búlgaros egresaron Orlando Millas les pidió que integraran el dispositivo militar del PC en Cuba, a los que se quedaron se les advirtió que nunca podrían salir de Bulgaria para evitar filtraciones. En ese momento adoptó el nombre de Rodrigo, estimado como el mejor oficial del grupo. Partieron el ’83 a Nicaragua como parte de los seis Batallones de Lucha Irregular conformados por chilenos para combatir a la Contra. En el Frente Norte estuvo entrenando tropas y se enamoró de una nicaragüense y rompió su matrimonio con una médico militar chileno, y luego quiso llevar a su nueva mujer a La Habana, pero el PC se le impidió y sólo ante la amenaza de renuncia el Partido cedió. Regresó a Chile en 1984 llegando a ser uno de los seis jefes del FPMR y el Frente le encargó la tarea de organizar el atentado para lo que cambió de nombre, siendo ahora Ernesto. Fue asesinado en la Operación Albania. Información del Diario La Tercera en su especial Los años de verde olivo capítulo IV.

[10] Diario La Tercera, citando a un ex frentista formado en Europa Oriental (Santiago, febrero del 2001).

[11] La Tercera cuenta: A cargo de las tensas conversaciones con los rebeldes, la postura del dirigente comunista Jorge Insunza era inflexible:”No hay alternativa. El Año Decisivo falló y el FPMR debe desmontarse” En uno de los encuentros, Pellegrin lo encañonó con su pistola. Otro jefe frentista desenfundó su revolver en defensa del dirigente comunista. Aunque el tenso momento se diluyó cuando “José Miguel” bajó el arma, era claro que la convivencia estaba definitivamente rota. Un informe de la CIA señalaba que en julio de ese año jóvenes de la facción rebelde del FPMR fueron instruidos por altos oficiales frentistas para ejecutar a un militante del PC cuyo único crimen había sido en estar en desacuerdo con la línea militar. Tal información no ha  sido verificada.

[12] aparecido en fpmr.org
[13] En ese momento el Partido Comunista rechazó tener participación en esa operación (declaraciones al principio), acusando de montaje de la dictadura su origen.
[14] Destacado es mío. Así como todos los demás
[15] Como Pellegrin reconoce la existencia de este sector del Partido que desea el fin del Frente como obstáculo para avanzar en una política de alianzas con los partidos de la Alianza Democrática (futura Concertación de los Partidos para la Democracia), que nunca se dará. De esta ala derechista identifica el texto a dos, María Maluenda y Alejandro Toro.
[16] No hay que olvidar que era el Partido Comunista (y no el Frente, si es que se pueden distinguir) el que internó las armas de Carrizal Bajo y quedaron bajo su estructura orgánica, tanto en el transporte como en su mantención.
[17] Miguel Estay Reyno, un militante del PC, integrante de su rama de Inteligencia, quien fue capturado y severamente torturado y amenazado por los agentes del Comando Conjunto, en los años ´70. Condenado en el caso del Triple Degollamiento de 1985.

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