El labrador y la serpiente

En una ocasión el hijo de un labrador dio un fuerte golpe a una serpiente, la que lo mordió y envenenado muere. El padre, presa del dolor persigue a la serpiente con un hacha y le corta la cola. Más tarde el hombre pretende hacer las paces con la serpiente y ésta le contesta "en vano trabajas, buen hombre, porque entre nosotros no puede haber ya amistad, pues mientras yo me viere sin cola y tú a tu hijo en el sepulcro, no es posible que ninguno de los dos tenga el ánimo tranquilo".

Mientras dura la memoria de las injurias, es casi imposible desvanecer los odios.

Esopo

miércoles, 17 de junio de 2015

OPERACION ALBANIA O ELEFANTE (III)

Reunión en Borgoño: Cerca de las nueve de la noche, la Brigada Investigadora de Asaltos de la Poli cía de Investigaciones, encabezada por el Chueco Oviedo, compareció en pleno en el cuartel Borgoño. En esa reunión, Corbalán explicó a la audiencia que la idea era “pegar una apretada” al Frente y que para ello se realizarían en las siguientes horas diversos allanamientos en la capital. A la Policía de Investigaciones se le asignó una función de apoyo a la CNI, que se reservaría la acción en primera línea. Hasta donde se logró establecer en el proceso, en esa cumbre policial no hubo mención a las siete personas, cuatro hombres y tres mujeres, que permanecían detenidas en el cuartel.
Esta había sido convocada por declaraciones de Sergio Oviedo oficial de la Policía de Investigaciones de Chile, quien señala que el día 15 de junio de 1987 recibió instrucciones de la superioridad, al parecer del Prefecto señor Francisco Manás, en el sentido que debían prestar cooperación a la Central Nacional de Informaciones, orden que fue transmitida a su personal y éstas consistieron básicamente en los hechos ocurridos en Villa Olímpica y Varas Mena.
Cuenta Jorge Vargas Bories que concurrió a la reunión que se hizo en el Cuartel con asistencia de la Brigada de Asaltos de Investigaciones, en donde Corbalán da instrucciones y dice que correspondía “pegar una apretada” al Frente y para ello necesitaba a todo el personal. Agrega que permaneció en el Cuartel hasta que, en la medianoche, se recibió un llamado de apoyo para las actuaciones de Varas Mena y Villa Olímpica, concurriendo él al primero de estos lugares. Allí se encontró con Quiroz y participó en una operación rastrillo del perímetro, pero no se encontró nada y ya los hechos habían concluído.

Cuartel Borgoño N° 1470.


Enfrentamiento en Varas Mena N° 417: El procedimiento, según Krantz Bauer, fue encargado a Investigaciones y se le proporcionó un equipo de la CNI para que los orientara respecto de donde estaba la casa, misión que entregó él mismo a un ex funcionario de Carabineros, empleado civil de la CNI, apodado el “Muñeca”.  La CNI pensaba que era solo una casa de seguridad donde se encontraban dos frentistas, uno de ellos Juan Waldemar Henríquez (al que la CNI apodaba El Rey)[1]. Pero también operaba como “escuela” del FPMR[2] y en ese momento había cerca de una docena de “alumnos”. Recuerda uno de ellos, Santiago Montenegro, que como habían pocas casas (de seguridad), utilizaban la de Varas Mena, que estaba destinada a la instrucción. Habían además compañeros que hacían las veces de dueño de casa y al fondo estábamos los que andábamos con problemas repartidos en literas. Cecilia tenía prohibido el acceso a esa parte y ni siquiera conocía a quienes permanecían escondidos. Los militantes perseguidos eran llevados con los ojos vendados. La fachada era un inmueble arrendado por un joven matrimonio con un pequeño hijo[3]. El dueño de casa era Juan Henríquez Araya y de su esposa la ayudista Cecilia Valdés y su hijo de 2 años
 Esa noche de 15 de junio, dentro de la casa ya se sabía de la muerte de Ignacio Valenzuela y, más aún, de Patricio Acosta a pocas cuadras. Juan Waldemar Henríquez llegó cerca de las 10 de la noche con noticias inquietantes. Dirá Cecilia Valdés: "El comentó que había mucha gente extraña afuera, que había mucho auto y que algo raro estaba pasando". Santiago Montenegro pensaba que eso era así por la muerte de Patricio Acosta a pocas cuadras del lugar. Pero a las 11 PM los residentes, cuenta Montenegro, sabían que la casa estaba rodeada…; en ese momento, los encargados de seguridad de la casa nos informaron que se podía producir un enfrentamiento. Era complicado porque no sabíamos que tanto sabía la CNI de nosotros, ya que cabía la posibilidad de que ellos no supieran de nuestro paradero. En ese momento salir era más suicida que quedarse…. Ahí empezó una discusión de si nos retirábamos esa misma noche o permanecíamos hasta el día siguiente. Nosotros decidimos esperar[4]".
Afuera la CNI llevaba tiempo instalándose. Narra una vecina Laura Valenzuela, quien vivía al costado oriente de la casa que “primero dos individuos altos de negro que eran como una especie de francotiradores con armas largas, después ya entró el choclón, gente de jeans, mal vestida con brazaletes y ellos venían con metralletas y qué se yo. Fácil tienen que haber sido más de 10 personas".

Varas Mena

La defensa de los frentistas estaba ya determinada previamente Juan Waldemar Henríquez debía ser secundado a la hora de repeler a funcionarios de seguridad, por uno de los combatientes. Eso se decidía por turno. Ese día le tocó a Wilson Henríquez
Aparentando normalidad Cecilia Valdés: "como las 12:00 de la noche yo estaba viendo las noticias en el living de esta casa que está al final. Sentimos primero un aviso por el timbre y yo me levanté del sillón, porque era la única que estaba despierta a esa hora, en esta parte de la casa. No sé, yo tuve en ese momento un presentimiento, golpearon la puerta súper fuerte; yo corrí a avisarle a mis compañeros. Cecilia Valdés toma a su hijo, avisa a Héctor Figueroa y hace sonar el timbre de alarma. Luego se sintió un estruendo en el portón (el vehículo de la CNI que entraba por el portón) y dimos el aviso de escape, lo que permitió que se salvaran todos los compañeros, excepto los jefes que estaban a cargo, que fueron los que se quedaron a cubrir la retirada."
 Cae el portón, se escucharon gritos y de repente sentí un timbre. Recuerdo que si se accionaba ese timbre había que efectuar la retirada, era nuestra alarma (Montenegro).
Empieza la balacera. Dirá Eugenia Torres: "De repente un tipo entró y dijo tírense al suelo y quédense ahí, no se muevan, y empezaron a disparar, y disparaban de adentro de mi casa hacia fuera, hacia la casa del lado por una ventana, por el patio hacia atrás y del techo hacia arriba".
Dentro de la casa Juan Henríquez Araya, Héctor Figueroa[5] corren al pasillo para abandonar el inmueble se produjo una especie de silencio, cesando la balacera, y allí nos percatamos de la existencia de compañeros heridos. Subimos por la escalera con Juan, Santiago Montenegro[6], yo y mi hijo, y atrás Héctor Figueroa. El frentista de guardia Wilson Henriquez, empieza a disparar con su M-16.
Los que están adentro, aprovechan: Montenegro me toca subirme a la mesa, junto a un compañero rompimos la calamina plástica y justamente era plástica para en la oscuridad ver el espacio. La rompimos y cuando yo salgo ahí fui herido. Con el golpe me caigo para dentro nuevamente. Sangra, pero no es grave ya que se mantiene lúcido. Con él caen varios, incluyendo a Cecilia Valdés
En los techos suben Juan Waldemar Henríquez y Wilson Henríquez (Arturo), quienes respondían el ataque policial con sus armas. El techo de la casa de la señora Eugenia cede Henríquez cayó herido al interior de la vivienda, en medio del comedor, donde fue encontrado mas tarde por la dueña de casa. Henríquez le solicitó ayuda, pero ésta se negó por temor a la acción policial. En el baño quedaron rastros de sus heridas, donde intentó evitar un desangramiento. Luego ingresaron los policías al inmueble encontrando a Henríquez tendido en el piso, y a esas alturas sin ofrecer resistencia. Sin embargo, fue rematado por ráfagas de disparos en el mismo lugar. Algunos testigos señalaron que Henríquez se había rendido y que estaba con los brazos en alto cuando fue ultimado. Luego lo sacaron a la calle donde le dispararon nuevamente. El cadáver de Juan Waldemar Henríquez quedó tendido toda la noche en la calle, junto a un árbol.
A su vez el otro combatiente Wilson Henríquez, quien se encontraba herido a bala, fue rodeado por agentes de la CNI en el patio de otra casa, la numero 419, donde se había refugiado. Ahí fue visto por la familia de la casa  (Laura Valenzuela y su madre) quienes le indicaron que debía entregarse, a lo que él se negó. Entonces entran a la casa un grupo de agentes e hizo a la familia introducirse en el dormitorio. Apresaron a Wilson Henríquez y comenzaron una suerte de juego con él, lo golpearon, lo sacaron a la calle arrastrándolo, dijeron que lo iban a volver a entrar para que no se resfriara y luego lo mataron.
El ex agente Manuel Morales relató, lo que vio en ese patio; "Y lo vi que tenía lesiones en la pierna, en la parte del tórax o del estómago y en el cuello, heridas que se tapaba con la mano". "Le alcancé a colocar la esposa en la mano derecha y lo tiré al suelo. En ese momento apareció el capitán Velasco, que es Belarmino Quiroz, se metió entremedio y con una subametralladora HK, americana, con silenciador, le disparó de tres a cuatro balazos, diciendo mátalo, mátalo".

henriquez juan
Juan Henriquez Araya


Wilson Henriquez Gallegos

Flavio Oyarzún era un detective de Investigaciones en esa época y patrullaba el sector y al escuchar los tiroteos entró a la casa donde acababan de balear a Wilson Henríquez; "En la cama de abajo había un individuo que se quejaba, dándome la impresión que estaba herido, entonces se dio la orden de tomarlo de las manos y de los pies y yo, siempre pensando en ayudar, lo tomé de uno de los pies y lo trasladamos al fondo del pasillo, donde hay un patio con piso de tierra y lo dejamos en el suelo tendido. En ese momento apareció el que daba las órdenes por señales, que andaba con una metralleta o fusil, pero era un arma larga y se acerca al individuo y sin decir nada le dispara matándolo".
El relato de Laura Valenzuela continúa "Y después se siente que lo van sacando, lo arrastran y lo llevaban en andas. Alguien dice este huevón quedó vivo y lo vuelven a entrar y en eso lo tiran seguramente en el patio nuevamente; y hacen ruidos y empiezan a golpear las ventanas para apaciguar un poco la bulla que metían".
Mientras tanto detrás de Varas Mena 417, Cecilia Valdés había logrado llegar a la calle por los techos, junto a Héctor Figueroa[7] y su hijo, pero fue interceptada por una patrulla de la CNI. . Cuando nos detuvieron, nosotros dijimos que íbamos al hospital, pero no nos creyeron. A mi hijo lo pusieron en la camioneta y a mi me llevaron hacia una esquina para asesinarme. La golpean duramente y me empiezan a preguntar de dónde había salido, pero como yo no les respondía, ellos me dijeron que me iban a fusilar y me hacen caminar de ahí hasta una esquina. La cosa es que pasó bala el tipo, que tenía una cara desorbitada, súper alterado y después hay una discusión entre ellos, y justo en ese momento pasó un vehículo lleno de hombres, tal vez pensaron que eran compañeros que venían a rescatarnos, se asustaron y nos devolvieron nuevamente a la casa.
En "El Rodriguista";  otro sobreviviente contará que "…Nos arrastramos por los techos, cruzamos patios, hasta que finalmente llegamos a la calle, todo ello en medio de disparos, gritos, sirenas... En la calle correr, saltar un muro cuando las fuerzas y el nerviosismo no se soportan. Llegamos a una bodega abandonada, llena de fierros, palos y no se cuantas cosas... se mantienen los ruidos, disparos, sirenas, gritos y pasos. ¡Ahí vienen!, entran a la bodega, el M16 preparado, la luz de su linterna nos ciega. ¡No nos vieron!... se alejan los pasos... se van".
Santiago Montenegro fue el último en huir por los techos…de pronto me disparan, no sé si de un pasaje vecino o del fondo. Nos dispararon por todos los flancos; luego aparece una camioneta, me enfoca y me dispara nuevamente. Yo quedé herido, recibí un balazo en el hombro…. A pesar de eso logré salir del cerco"…..Apenas al final del pasaje Gengis Khan, ya sin fuerzas para saltar la muralla. Le pidió ayuda al vecino de la penúltima casa, pero éste aterrorizado, se la negó. A través de un pasadizo, Santiago logró escabullirse igual en la casa del vecino que le había negado ayuda. Santiago se desangraba en el patio trasero de la casa, cuando fue descubierto por otra vecina que llamó a Carabineros, que habían reemplazado a la CNI en los alrededores. Eso le salva la vida.
Santiago Montenegro[8];"El carabinero viene y le dice al teniente: "Mi teniente, la CNI está buscando al detenido", y él le dice: "No, no lo vamos a entregar". Montenegro es rápidamente retirado del lugar por Carabineros y llevado a una comisaría., y lo anotan en el libro de guardia….cuando la CNI me fue a buscar para matarme yo escuchaba la conversación, ellos decían: mira huevón, lo echamos arriba de la camioneta y lo matamos; pero el teniente que estaba a cargo decidió llevarme a la Posta."
Jorge Vargas Bories[9] ese día, como todos los agentes, concurrió a presentarse en la mañana temprano y allí se dispuso que se integrara a los equipos de trabajo que dirigía Bauer, quien estaba a cargo tanto de la Brigada “Azul” como de la “Verde”, que comandaba Guzmán, quien estaba en curso para ascenso. Como pertenecía a la Brigada Especial –que no hacía seguimientos- debería haberse integrado a algún equipo de trabajo, pero ello no era posible por su rango de Oficial, pues en ese caso habría pasado a depender de un suboficial, al no conocer él a las personas investigadas…permaneció en el Cuartel hasta que, en la medianoche, se recibió un llamado de apoyo para las actuaciones de Varas Mena y Villa Olímpica, concurriendo él al primero de estos lugares. Allí se encontró con Quiroz y participó en una operación rastrillo del perímetro, pero no se encontró nada y ya los hechos habían concluído.
Concluida su actuación en Villa Olímpica (donde murió Julio Guerra Olivares)  dice Fernando Burgos Díaz (y Sanhueza también) concurren a Varas Mena, en donde ya no había nada que hacer, salvo que con el Teniente Sanhueza ingresaron a la casa desde donde se decía que habían arrancado unos individuos, revisaron unos hornos en que también, se decía, podía haber gente escondida, pero ello no fue así. Junto con Burgos llega también René Valdovinos Morales (hay que recordar que el grupo estuvo en la detención de Elizabeth Cabrera Hinojosa) en plan de apoyo a Varas Mena, en donde ya había dos personas muertas y al examinar a uno de ellos, comprobó que se trataba del “Rey” a quien también hacía seguimientos, pero no tenía chequeado ese lugar como de llegada o encuentros para él.
También llega César Acuña Luengo ante la petición de apoyo por el enfrentamiento en Varas Mena, llegaron con Valdovinos cuando el procedimiento había terminado.
Juan Jorquera Abarzúa:  durante la noche, concurre a Varas Mena, en afán de apoyo, en donde, por la operación rastrillo que se determinó en un sitio eriazo, que era como un basural, estuvo a punto que lo mataran, atribuyendo estas intenciones, por los dichos de los demás, al Capitán Velasco, lo cual denunció al Capitán Bauer.



[1] Fue de los chilenos combatientes en Nicaragua, asesorando al Estado Mayor de la zona respectiva. Nieto del diputado comunista Bernardo Araya y egresado de la Academia Militar Cubana en 1983 fue asignado al entrenamiento de milicias sandinistas en el sur del país. Al decidir regresar a Chile para integrar el Frente es condecorado por Daniel Ortega con la Medalla del Combatiente Internacional Primera Clase. Conocido como Comandante Arturo

[2] En realidad, la escuela era más política que otra cosa –afirma Montenegro-. Los alumnos, en general, eran muy jóvenes, casi todos menores de veinte años; solo había una mujer, también muy jovencita. Eran militantes de base del TMM de la Juventud Comunista, de las Milicias y del Frente. Allí lo que más se estudió fue el contenido del Trabajo Político Rodriguista y las nuevas estructuras territoriales del Frente, su organización, dirección y mando.

[3] Cuenta una vecina Eugenia Torres; "Yo siempre vi un joven que llegaba en un furgón que lo descargaba siempre adentro, una niña joven con un niño de como unos 2 años 9 meses. Nunca vi más gente, ni tampoco ruido, nada. Era todo normal, como cuando uno se cambia, que hace arreglos, martillazos y cosas así pero nunca vi que hubiera tanta gente como dijeron que había".
[4] Cuando llegaron, vimos la posibilidad de sacar a nuestros compañeros en auto, pero no teníamos ningún vehículo, por lo cual decidimos esperar hasta el otro día

[5] Héctor Figueroa Rojas, segundo jefe de la escuela y participante en el atentado Héctor contó tiempo después en la cárcel que pudo haber salido de la escuela como los demás, el haber ayudado a salir del área a Cecilia con su pequeño hijo por patios y techos retrasó su desplazamiento

[6] jefe intermedio del Frente y en ese momento alumno, había sido subordinado de Moisés Marilao, Moisés Marilao Pichun. Fue un oficial mapuche graduado en Cuba en la especialidad de Tanques en 1979. Participa como artillero en la guerra de Nicaragua. Es asesor en la construcción de las unidades de tanques del nuevo Ejército Popular Sandinista. Entra a Chile en septiembre de 1984 formando parte del segundo grupo de cinco oficiales que se incorporan a la lucha clandestina. Cae en la ciudad de Temuco en Mayo de 1985 en un enfrentamiento con fuerzas de carabineros y guardado prisión años atrás en Temuco.

[7] Héctor Luis Figueroa Gómez, Víctor, fue uno de los veintiún fusileros que emboscaron a Pinochet y un añodespués sobrevivió a la Operación Albania. A fines de los ochenta, mientras militaba en las JJCC de Viña del Mar, estudió Electrónica Industrial y siguió un curso de es- pecialización en la Universidad Federico Santa María. Su carrera quedó postergada indefinidamente cuando ingresó al FPMR y más tarde fue enviado a un curso de guerrilla urbana en Cuba. Las huellas de dos de sus dedos habían sido encontradas en la casa del poblado de La Obra.

[8] Santiago Montenegro pasó casi tres años preso. Sólo salió casi agónico, debido a una tuberculosis, no tratada. Fue esa enfermedad la que le impidió fugarse el año 90, junto a otros 49 frentistas desde la Cárcel Pública. Cecilia Valdés también

[9] nombre operativo era “Jorge Polanco Valdebenito", que era Empleado Civil del Ejército, asignado a la Central Nacional de Informaciones, aunque también trabajó siendo Oficial en servicio activo, por lo que conservaba ese rango. Agrega que en junio de 1987 integraba la llamada Brigada Especial, que estaba al mando de Francisco Zúñiga, ex Oficial de Carabineros y Empleado Civil de la CNI.

OPERACION ALBANIA O ELEFANTE (II)


Las primeras muertes: Lucía Carvallo Benavides, cónyuge de Ignacio Valenzuela[1] recuerda que el 14 de junio del año 1987 junto a su esposo estuvieron compartiendo en casa de un amigo que estaba de cumpleaños y que a eso de las 21:00 horas, Ignacio se retiró puesto que estaba realizando diversos proyectos, desconociendo su destino, movilizándose en una citroneta AX 330 de su propiedad[2]. El 15 de Junio en la calle Alhué de las Condes, Ignacio Valenzuela Pohorecky, de 30 años, ingeniero comercial titulado de la U, a la que la CNI llamaba chaqueta de cuero, estaba dirigiéndose a casa de su madre en Alhué 1237, es baleado por la espalda por individuos, movilizados y dentro de un furgón utilitario. René Valdovinos Morales[3], cuenta que al decidirse su detención y sabiendo que él había hecho los seguimientos, se dispuso que participe en esa detención y se designa para ello a dos equipos, a cargo del Teniente Correa (nombre de chapa del Teniente Emilio Neira[4]). En uno de ellos estaba el “Bareta”, (Manuel Morales Acevedo[5]) y el Paco Correa, (César Acuña),…. Dice al respecto el teniente Neira que en cada vehículo había tres personas. El primero, que estaba a cargo del “Catanga” –René Valdovinos- y lo integraban, además, dos empleados civiles,:el “Paco Correa” –César Acuña Luengo- y el “Bareta” –Manuel Morales Acevedo-; en el otro vehículo y equipo iba él, como jefe (de los dos vehículos), un funcionario llamado “Pepito” y otro empleado civil cuyo nombre no recuerda.

Ricardo Valenzuela

 Valdovinos dice que iniciaron el seguimiento para la detención, constituyéndose en un domicilio detectado y en que llegaba a dormir Valenzuela, esto es, en un departamento de la Remodelación San Borja, ubicado en calle Portugal con Marín. Dice el teniente Neira que se instalaron en una bomba de bencina ubicada en una esquina, frente a ese edificio, sabiendo que su rutina normalmente era salir a correr al Parque Bustamante, por lo que ése sería un buen momento para proceder a la detención. Sin embargo la víctima sale[6] como a las 09:00 horas, caminando, y después de un largo recorrido toma locomoción y llega a un lugar por Macul donde revisa una citroneta; después entra a un lugar para hacer un pago, al parecer de luz, para posteriormente tomar locomoción hacia el sector Colón oriente[7], en donde se baja y camina en dirección al oriente.
Sigue Valdovinos Allí el Teniente Neira ordena la detención (por radio)…los dos equipos y ellos se cruzaron en el camino con las armas de puño, conminándolos a que se entregara. Así lo relata el teniente Neira: el vehículo que conducía “Bareta” se le cruza por delante, dándole voz de “Alto” y éste retrocede algunos pasos cerca de un árbol haciendo ademán de sacar su arma, por lo que “Bareta” le dispara, advirtiéndole él que lo mismo hace Acuña y el sujeto cae al suelo con la pistola en la mano. Cuenta Cesar Acuña Luengo que la víctima les mira, tira al suelo un diario que portaba y lleva su mano derecha hacia la cintura en ademán de sacar un arma, oportunidad en que Valdovinos le grita en tres ocasiones “No la saquís, no la saquís, no la saquís”, pero igualmente éste retiró una pistola, arma con la cual los apunta y ante esta circunstancia, todos dispararon. Acuña Luengo con un AKA. Para darle mas verosimilitud
Acuña corre hacia el sujeto, pegándole un puntapié al arma para sacarla de su cuerpo y allí observa, luego de revisarla, que en su chaqueta le “cargó” colocándosele entre sus ropas una granada que corresponde a las que usa el Ejército”.. Expresa que ordena al equipo que lo enfrentó que no disparen más, da cuenta al Cuartel de los hechos y después llega al lugar el Mayor Corbalán y también los funcionarios de Huellas de Borgoño y posteriormente, funcionarios de Investigaciones, que empiezan a fijar el sitio del suceso.
Bareta recuerda que al poco rato llegó el Mayor Corbalán, quien andaba con un gorro azul como de mezclilla. Ávalos Narváez recuerda que en el lugar se encontraba presente el mayor Corbalán, portando gorra de mezclilla, quien se acercó amistosamente a los periodistas reunidos, entre los que tenía no pocos conocidos, para reafirmar la tesis del enfrentamiento. También lanzó un comentario peyorativo “acerca de la forma en que mueren los comunistas” y aprovechó de anticipar lo que se venía:
—Esta noche hay que dormir con las botas puestas.
En el sector se monta el operativo correspondiente. En una casa, entra un agente de la CNI y pide el telpefono, realizó un llamado diciendo “hombre abatido. Alhué con Zaragoza”.
Concluye Valdovinos que …. la orden fue siempre detenerlo…dada la importancia que a él se le atribuía, por lo que era vital interrogarlo…. De regreso a la Unidad, no se le asigna otra función, hasta que en la noche salen en plan de apoyo a Varas Mena, en donde ya había dos personas muertas y al examinar a uno de ellos, comprobó que se trataba del “Rey” a quien también hacía seguimientos, pero no tenía chequeado ese lugar como de llegada o encuentros para él. Luego en el Cuartel, siendo ya tarde, se percató que unos Oficiales estaban en reunión, de la que ellos no participaron. A una hora determinada se ordena ir hasta Pedro Donoso, en donde siempre entendió que había un enfrenamiento, y, llegado al lugar, se le asignó como misión la contención en una esquina y allí se estacionó, sin que nada ocurriera porque ya había gran cantidad de personas.
Corbalán recuerda que ese día... me dirijo primeramente a calle Alhué donde ya se había producido el enfrentamiento, el cual ya había concluido, había mucha gente en el lugar. En esa misma mañana , otro integrante de la CNI, el capitán Iván Quiroz Ruiz, yo tomé conocimiento de ese trabajo de neutralización que se estaba haciendo al Frente Manuel Rodríguez el lunes 15 de junio de 1987, puesto que el sábado y el domingo estuve franco.... No obstante tenía conocimiento que se estaban haciendo seguimientos  y trabajando la gente respecto de la gente del Frente... y por ello que el lunes 15 yo estaba en la mañana como era habitual en la reunión de coordinación con el Vice director de la CNI con el Brigadier señor Leiva. El Director general Salas, dice él, se encontraba dando cuenta de las actividades de la CNI...al general Pinochet. Esa mañana toma conocimiento de un enfrentamiento entre personal de Borgoño y un individuo del Frente Manuel Rodríguez.
Como a las 4 de la tarde Corbalán se dirigió al Cuartel Borgoño, desde Alhué y ahí se da cuenta que no íbamos a tener el personal suficiente para cumplir con los operativos de neutralización ..., porque había que hacer muchas diligencias..., resultaba indispensable contar con la colaboración de gente de otros organismos... También me entero que se habían producido las detenciones previstas y, por lo tanto, llamo al General Salas para que él dispusiera el procedimiento respecto de ellos y la manera como Investigaciones podía prestarnos el apoyo requerido[8]. Salas indica que ya se iba a ver la manera de prestar ese apoyo y que esperara sus instrucciones sobre la suerte que iban a tener los detenidos. Testigo de ese llamado es el capitán Iván Quiroz. Esos operativos que refiere Alvaro Corbalán se refieren, dice Quiroz, a Villa Olímpica y Varas Mena. La hora de esos llamados la fija a la medianoche. Corbalán se dirige a Varas Mena, yo lo acompaño en el auto, porque así me lo pide y en el trayecto llama al General Salas por el teléfono que había instalado en el auto dándole cuenta de lo que estaba ocurriendo hasta ese minuto.
Como dato, cada vez que había un enfrentamiento, verdadero o falso el detective Héctor Silva Calderón, quien en 1986 fue trasladado en comisión extrainstitucional a la CNI, destinado a la Sección Huellas, que estaba a cargo del Inspector Rodrigo Fernández. Esta no es la excepción por lo que debe concurrir a los diferentes sitios del suceso, en la mañana con la muerte de  donde habían ocurrido enfrentamientos con fuerzas de seguridad, de tal manera que recuerda a uno de los fallecidos de apellido extranjero, “Povorosky”, en la mañana, en el sector de Colón a la altura del 9.000. Señala que posteriormente, en horas de la noche, el señor Fernández lo fue a buscar a su domicilio para concurrir a los otros procedimientos en Varas Mena, en Villa Olímpica –Ñuñoa- y finalmente, en Pedro Donoso. Expone que ellos hacían su trabajo y se retiraban; que en los lugares había un gran número de funcionarios de la Central y también le parece que de Investigaciones, consistiendo su función en colaborar en la toma de huellas de las personas y, en otras ocasiones, ayudar en los peritajes a vehículos involucrados en acciones extremistas y casas de seguridad. Sostiene que le resulta imposible, porque no se acuerda y no tiene antecedente alguno al respecto, declarar que en la oportunidad de que se trata se pudo haber filiado personas que en definitiva resultaron muertas en la “Operación Albania”. Ello porque permanentemente se filiaba a personas detenidas tanto en el Cuartel como en otras Unidades y en otras, cuando había enfrentamientos, se constituían en el Cuartel para la identificación de los cadáveres.
La muerte de Valenzuela no es lo único que va a ocurrir. Se allanará el departamento donde había arrendado una pieza a Ana María Parra Cávanes: el departamento 173 ubicado en Avenida Portugal N° 373 de la Torre 24 de la Remodelación San Borja. Alrededor de las 18 hrs los agentes entran forzando la entrada, mientras al mismo tiempo entraban por el balcón de un departamento vecino. Dice Luis Erazo Silva, mayordomo en el edificio de departamentos Torre 24 de la Remodelación San Borja, Aproximadamente a las 18:00 horas, ingresaron cuatro sujetos que se identificaron como de Investigaciones, exhibiéndole una placa que no leyó, los cuales se dirigieron al departamento de la señora Parra. Luego que éstos permanecieron en ese lugar, por aproximadamente quince minutos, se retiraron llevándose consigo un canasto de mimbre cuyo contenido desconoce, enterándose posteriormente de la sustracción de especies de doña María Parra. En cambio Pedro Barrientos Cárdenas, quien trabajaba ahí también pudo observar un allanamiento…entre las 17:15 y 17:30 horas, donde se apersonaron alrededor de doce sujetos que exhibieron una “Tifa” e indicándoles que iban a hacer un allanamiento. Dice que por curiosidad subió y se percató que dicho operativo se llevaba a cabo en el departamento 173 que ocupaba doña María Parra.

Patricio Acosta 

El turno de Patricio Acosta Castro[9]: Cuenta Krantz Bauer que a Patricio Acosta Castro[10], a quien…identificaban como “Jirafales”, por su estatura…. En ese minuto la CNI sospechaba que podía ser jefe de un destacamento especial del FMR, y le tenían detectado su domicilio en Varas Mena. En cuanto a su detención, ella se encargó al equipo de Pancho Zúñiga, el cual logró su contacto el día 15 por la tarde pero éste, antes de procurar la detención, le disparó. Recuerda que Zúñiga le explicó que Acosta había hecho ademán de sacar un arma, pero la demás gente dice que no fue así. Afirma que no era costumbre el que después de un enfrentamiento con personas del Frente, se preparara el sitio del suceso, colocando armas para “cargar” a una persona, pero, dice, “en este caso puede ser que a lo mejor, conociendo como fue Zúñiga, haya “cargado” al muerto, lo que naturalmente a mí no me consta”.
Juan Jorquera Abarzúa[11],  ese día el Capitán Bauer le da órdenes para constituirse y vigilar un domicilio en calle Varas Mena con el objeto de detectar a un miembro del Frente que apodábamos el “Rey”, a quien se le había hecho seguimiento y que era muy importante. Junto a otros equipos se constituye en el lugar, cuando de una de esas casas sale una mujer que se le ordena seguir. Era una mujer joven que vestía pantalones de mezclilla…, quien toma una micro hacia el centro de la ciudad, por Santa Rosa, bajándose en Vespucio con Departamental. De todas sus actuaciones iba informando permanentemente al Capitán Bauer. Al bajarse ésta, se le ordena su detención, lo que hizo abrazándola con fuerza y en un movimiento rápido la introdujo en el asiento trasero del vehículo, la traslada al Cuartel y allí la entrega a la guardia. …que vuelve al sector de Varas Mena, cumpliendo la misión original de detectar la presencia del “Rey”, cuando hace un relevo con el equipo que vigilaba una de las casas de Varas Mena, al poniente de Santa Rosa y de allí, alrededor de las 18:00 a 19:00 horas sale de esa casa Acosta Castro, quien era vigilado por otro equipo, por lo que lo sigue hasta Santa Rosa, desde donde éste se devuelve hacia la casa, en calle Varas Mena Nº 630, desde Av Santa Rosa hacia el poniente. Y lo sigue a pie, quedando su equipo estacionado allí en Santa Rosa. Se le ordena detenerlo, pero yo no podía hacer esa detención solo, por la gran contextura física del sujeto. En la intersección con calle Moscú Mientras lo seguía, a cierta distancia observa que en sentido contrario venía el Capitán Zúñiga con otros agentes, por lo que entiende que ellos van a proceder a la detención. Sin embargo, en un momento dado y cuando el sujeto se encontraba más o menos a unos cinco metros de distancia suya, sin advertencia alguna…el Capitán Zúñiga le dispara de improviso y éste cae al suelo. Agrega que sintió dos disparos y comprendiendo que allí se había cometido una “embarrada”, regresó al móvil y se fue al Cuartel, en donde dio cuenta de la intervención del Capitán Zúñiga.
Minutos antes ya había una camioneta celeste con cuatro pasajeros, dos en su interior y el resto cerca de ésta y un auto de color rojo y en la bomba de bencina había otros. Eran los agentes de la CNI a cargo del capitán Zuñiga. Después de la muerte de Acosta el lugar se llenó de gente: vestían con ropa deportiva, violentos y de lenguaje vulgar que amenazaban a la gente que salía de sus casas a presenciar los hechos, obligándolas a retirarse; que portaban armas largas y cortas y los individuos que tenían estas últimas, disparaban al aire. también cómo uno de los que tenía una especie de metralleta le disparó al sujeto en el suelo (estando ya muerto), luego otro le tomó la mano y le puso un arma para posteriormente tomarle una fotografía. Cuando llegó la noche una vecina les facilitó es facilitado una sábana para cubrir el cuerpo y energía eléctrica para encender los focos de los reflectores. Otra testigo diría que Acosta  estaba ensangrentado y aún con vida, puesto que daba algunos saltos, como tiritones, cuando uno de los sujetos que estaba cerca le disparó en el suelo. A la persona de la víctima le habían disparado entre ocho o nueve personas y que después que ella fue conminada por un sujeto a ingresar a su casa, observó desde la ventana del dormitorio del segundo piso que a la persona a la cual habían disparado la estaban desvistiendo, que le pusieron un gorro pasamontañas y un objeto que se veía como arma, un tanto pequeña.

Los allanamientos fracasados: A las 21:00 “tres unidades de la CNI enfilaron hacia Las Condes, para allanar la casa N° 7793 del pasaje La Quena. Su objetivo es detener a un frentista al que denominaban “El Queno”, quien había sido localizado en Valparaíso y seguido hasta Santiago. Por su nivel de contactos en la estructura, la CNI estaba segura de que se trataba de un importante miembro del FPMR. Cuando los vehículos llegaban al pasaje, “El Queno” advirtió el peligro y huyó con un fusil M-16. Entre la calle Boccacio y avenida Padre Hurtado se enfrentó a balazos con agentes y carabineros de civil que llegaron a prestar apoyo. Logró escapar, pese a que un helicóptero policial con un potente reflector se unió a la cacería. Su identidad sigue siendo un misterio hasta hoy.”[12]
A su vez Erich Silva Reichart[13] el día de los hechos tenían instrucciones de permanecer en el Cuartel de La Reina y por la tarde, a eso de las 18:30 horas aproximadamente, se trasladó al Cuartel Borgoño con alrededor de quince comandos. Allí permaneció y concurre también a la reunión ampliada con la Brigada de Asaltos de Investigaciones que se celebró como a las 21:00 horas. Expresa que fue destinado para realizar un allanamiento en una casa que estaba cerca del Cerro San Cristóbal, la cual fracasó porque el guía que le asignaron se equivocó de casa y cuando llegaron a la correcta, dos personas adultas que allí había escaparon hacia el cerro y no pudieron detenerlas. Se hizo acta de allanamiento que llenó y firmó con su puño y letra y su nombre real –pese a que su nombre operativo era Benjamín Urzúa Figueroa- lo que a su juicio es representativo de la confianza y buena fe con que estaba actuando. Cumplida esta misión, regresa al Cuartel y no se le asigna otra.



[1] había participado en acciones de relieve, como el rescate de Fernando Larenas y el secuestro del coronel Haberle, antes de asumir la jefatura de Santiago y ascender a la Dirección Nacional con el nombre de comandante Benito. En los fusileros de Peña, Cristobal

[2] Dicho vehículo fue posteriormente encontrado con las cuatro puertas abiertas sin las llaves puestas. el día 17 de junio de 1987, alrededor de las 09:50 horas, don Andrés Atilio Vera Sanhueza dio cuenta telefónica que desde la madrugada del día 15 de junio se encontraba abandonada en la acera norte de calle Las Palmeras, al llegar a Avenida Pedro Alessandri, por el oriente, una citroneta modelo AX 330, color blanco, patente GJ, la que estaba con sus puertas abiertas y sin las llaves de contacto.

[3] miembro de la Brigada Azul, con sede en el Cuartel Borgoño, que estaba a cargo del Capitán Bauer, e investigaban al Frente Manuel Rodríguez. Su función era era de seguimiento y punto fijo de aquellas personas que se suponía tenían cierta importancia dentro del Frente y necesitaban agregar el máximo de información porque había cuestiones investigativas pendientes, tales como la internación de armas de Carrizal y el atentado al General Pinochet. Por esta actividad recuerda que logró ubicar, por los “puntos” (contactos) que ellos hacían, a las personas que creían importantes y que sólo reconocían por un nombre o sobrenombre que alguien les asignaba, ya que no sabían su identificación. Así, hacían punto fijo y seguimientos al “Rey”, a “Jirafales”, al “Rapa Nui” (porque tenía domicilio en la calle de ese nombre) y a uno que le decían el ”chaqueta de cuero”, que supieron correspondía a Valenzuela Pohorecky, quien para ellos era un miembro muy importante, encargado de logística, esto es, de toda la estructura material del Frente.

[4] Enrique Neira Donoso expresa que su especialidad es la de Oficial de Intendencia y que en tal calidad desempeñaba funciones en la CNI, Cuartel República, hasta que a principios de 1987 fue traspasado al Cuartel Borgoño, en donde un tiempo fue ayudante del Mayor Corbalán, pero siempre en labores también de su especialidad. Agrega que unos 20 o 25 días antes de los sucesos que se investigan, el Comandante Corbalán le ordena pasar a disposición del Capitán Bauer -que investigaba al Frente Manuel Rodríguez, el MIR y el Partido Comunista-, lo que se cumple y éste lo interioza en las labores propias de esa actividad, que él desconocía, pasando a integrar varios equipos con gente que por cierto tenía más experiencia que él en esta materia.

[5] era ex Carabinero, contratado como empleado civil y se desempeñaba como agente de la Brigada Verde del Cuartel Borgoño, encargada de investigar al Frente Manuel Rodríguez, que comandada por el Capitán Bauer (N.O. Hernández)

[6] Según Valdovinos Durante el seguimiento habían detectado que llevaba un bulto al costado derecho, lo que significa que andaba armado

[7] dirigiéndose al sector de Irarrázabal, por donde estaba el Cine California, donde hace “punto” con dos personas y se separan. Creyendo que era una buena ocasión para detenerlo, se comunica con el Capitán Bauer y éste le dice que esperen porque la preocupación prioritaria era detener a un sujeto de mayor importancia y que se conocía como “El Rey”, motivo por el cual continúan con el seguimiento, llegando hasta la Plaza Nuñoa y posteriormente hasta el sector de Las Condes, calle Alhué, lugares a los que llegó utilizando, sucesivamente, micros de locomoción colectiva. Declra el teniente Neira que dirigiéndose al sector de Irarrázabal, por donde estaba el Cine California, donde hace “punto” con dos personas y se separan. Creyendo que era una buena ocasión para detenerlo, se comunica con el Capitán Bauer y éste le dice que esperen porque la preocupación prioritaria era detener a un sujeto de mayor importancia y que se conocía como “El Rey”, motivo por el cual continúan con el seguimiento, llegando hasta la Plaza Nuñoa y posteriormente hasta el sector de Las Condes, calle Alhué, lugares a los que llegó utilizando, sucesivamente, micros de locomoción colectiva.

[8] Se agregará personal de la BIA, dirigida por el Chueco Oviedo, la que participará en el operativo de Varas Mena
[9]Juan Carlos Acosta Contaba su hermano que en el barrio los vecinos le contaron después siempre había personas que se movilizaban en vehículos que lo seguían e incluso le exhibían armas; otros le comentaron que había varios sujetos alrededor del cuerpo de su hermano, todos armados, que gritaban a los vecinos que entraran a sus casas porque no había pasado nada y que luego, uno de los individuos, profiriendo groserías al herido, le había disparado una ráfaga muy cerca del cuerpo del tendido. También refiere que días después de la muerte de su hermano, en el domicilio de su madre en calle Varas Mena N° 630, se produjo un allanamiento por sujetos que se movilizaban en una camioneta, situación que alertó a los vecinos, quienes se instalaron en una especie de círculo para evitar que colocaran en la casa elementos que pudieran incriminar a su hermano, retirando del inmueble únicamente un libro de su padre referente al socialismo y una hoja que contenía la figura de los grados que era de su hermana que precisamente era funcionaria de las Fuerzas Armadas. Dice que Patricia Angélica Quiroz estaba separada de su hermano, pero mantenían buenas relaciones y conoció también a Elizabeth Escobar que también iba a casa de su madre y presumo que mantenía una relación sentimental con Patricio.

[10] Llevaba una vida pública normal e incluso se había hecho cargo de su hijo Sebastián, tras separarse de otra integrante del Frente, Patricia Quiroz.
[11] era agente del Cuartel Borgoño, específicamente en la Brigada que estaba a cargo del Capitán Bauer, que investigaba al Frente Manuel Rodríguez y que resultó de haberse fusionado, al parecer, las Brigadas Azul y Verde, la primera de ellas encargada del MIR. Lo conocen como el Muerto.
[12] Perez, Cristian en http://www.casosvicaria.cl/temporada-dos/la-cni-sale-a-reventar/

[13] Manifiesta que a esa época tenía el grado de Teniente de Ejército, destinado a la CNI, pero en la Unidad Antiterrorista –UAT-, cuyo Cuartel estaba en La Reina y que era una Unidad absolutamente militarizada y profesional, compuesta por personal seleccionado, en donde él era el segundo Comandante y su función era la de jefe de instrucción del personal. El Comandante era el Capitán Pérez y ellos, aún cuando estaban destinados a la CNI, su función no era de inteligencia, sino de mantener en las mejores condiciones físicas a ese personal que estaba reservado a actuaciones extraordinarias y constituía una reserva de elite del Director Nacional.


LA OPERACIÓN ALBANIA[1] O ELEFANTE

La visita Papal en abril de 1987 significó una tregua unilateral del FPMR. Y terminada esta el Frente informa el 15 de abril el FPMR, a través de un asalto simultáneo a nueve radioemisoras locales y a una agencia de prensa extranjera, que ésta terminaba. En uno de esos ataques fue muerto José Eduardo CORTES VASQUEZ, de 34 años, guardia de la Policía de Investigaciones, tramitando su retiro.  Se desempeñaba en el momento de los hechos como vendedor de lámparas.            Ese día, en horas de la noche, miembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) ocuparon varias radioemisoras y una agencia internacional de noticias en diversos puntos del país. Tres integrantes de dicha organización extremista, intentaron transmitir una proclama en la Radio "Tropicana" ubicada en el Pasaje Lima de la Población Huamachuco 2, de la comuna de Renca.  Los dueños opusieron resistencia y al no poder cumplir su objetivo los individuos se retiraron del lugar. Cuando lo hacían, se encontraron con el afectado, el cual ante los gritos de auxilio de la propietaria, acudió en su ayuda tratando de detenerlos. Los sujetos reaccionaron haciendo uso de armas de fuego.

Y durante el mes anterior: El 2 de mayo se reportan la caída de varias torres, con el consiguiente apagón. El 12 una unidad del Destacamento del FPMR realizó un hostigamiento con explosivos y fusiles a un cuartel de la CNI ubicado en José Domingo Cañas, en la comuna de Ñuñoa, el cual, según informes de prensa, no ocasionó víctimas.
El 11 de junio en la noche dos grupos armados realizaron sendas operaciones de hostigamiento desde los vehículos en que viajaban. Una se efectuó pasadas las ocho de la noche contra un cuartel de la CNI en Camino Loyola de Quinta Normal; en la retirada, el grupo se cruzó con un auto policial, que neutralizaron con disparos de fusil M-16.
El otro grupo, a una hora no precisada lanzó una bomba a una imprenta  en Avenida La Paz, ametralló al personal de ésta y provocó heridas graves a cinco de ellos. Aunque los medios reportaron que cinco trabajadores de la imprenta habían resultado “gravemente heridos”, en el Frente estaban seguros de que también hubo muertos y que esos muertos y heridos no eran precisamente obreros sino funcionarios de la CNI que operaban tras la fachada de la imprenta Bremen[2].

El mayor Coirbalán

En la combativa zona del carbón, en el sur, allá Coronel, un mando medio frentista está descontento con su jefatura, pues se siente maltratado. Decide traicionar a su organización a cambio de dinero y entregar a la CNI un “punto” con su superior. Es decir, da a conocer el lugar y la hora en que se reunirá con su jefe, para que la CNI pueda individualizarlo y comenzar su seguimiento[3]. Esta es la versión del en ese entonces capitán Krantz Bauer[4], acerca del primer paso que permitió establecer un hilo conductor a la investigación del FPMR. El oficial a cargo de la Brigada Verde, encargada de las operaciones en contra del PC y su brazo armado, informa a principios de junio de 1987 la presencia de varios centenares de frentistas en Santiago, lo que hace temer algún ataque importante por parte de los frentistas, reeditando el Año Decisivo. Así lo declara Alvara Corbalán me comunica que tiene un trabajo de investigación que involucraba a una cantidad numerosa de terroristas del Frente[5] que se movían por Santiago y que de no hacer algo, se corría el riesgo de que pudieran estar tramando o preparando en lo inmediato, algún golpe o atentado de graves consecuencias y además no se quería cometer el mismo error que en el caso del atentado al general Carol Urzúa, donde para capturar a una cédula terrorista se dejó pasar la oportunidad para evitarlo.
Sigue Bauer Donoso, Para dicha misión debía detectar y chequear aquellas personas que eran objeto de seguimientos, definir cuáles serían las más importantes para su detención y, con esto, desarticular cualquier operación futura. De las indagaciones, recuerda, tenía antecedentes de un dirigente que ellos apodaban “El Rapa Nui”, de quien desconocían su identidad y que después resultó ser Valenzuela Levi, el denominado “Comandante Ernesto”, que había participado como jefe del atentado al General Pinochet. Aclara, eso sí, que esa información la tuvieron después que éste había muerto, ya que antes nada sabían de él, aunque presumían que era importante por el nivel de contactos que tenía. Recuerda, también, a otro joven a quien ellos apodaban “El Rey”, denominación que se le asignó, entiende, porque hacía las veces de jefe de todo y que, no obstante, desapareció el día de los hechos. Debido a lo mismo se ordenó la detención de otro sujeto, pero en el operativo de Varas Mena se estableció que uno de los Henríquez caídos era “El Rey”, desconociendo que ése era su domicilio e ignorando también que en ese lugar operaba una escuela de guerrillas. Agrega que, del mismo modo, se había detectado la presencia de una mujer a la que se le asignó como nombre el de “M16”, de la que tampoco tenían su individualización, pero habían detectado que llegaba a un determinado domicilio. Tenían también conocimiento de una persona que estimaban importante en el FMR, llamado Valenzuela Pohorecky, a quien se le hizo  seguimiento en varios domicilios. Agrega que la orden era detener a esas personas y a varios más, muchos de los cuales lograron escaparse al momento de los allanamientos respectivos. Insiste en que la idea original era detenerlos….
Corbalán (jefe de la Unidad Antisubversiva de la CNI) informa al general Salas (Director de la CNI), quien de inmediato toma la decisión y me ordena que habia que neutralizar a toda esa gente..., para detenerlas y determinar la implicancia que tendrían en hechos delictuosos y también en lo que se refiere a su participación en el atentado del general Pinochet. Habían otros atentados que se estaban investigando, porque estábamos ante el recrudecimiento en las actividades del Frente. Le transmite la orden a Bauer para que tenga a disposición recursos y personal, pues él era el que estaba a cargo de la operación. Sigue Bauer con que dicha misión debía detectar y chequear aquellas personas que eran objeto de seguimientos, definir cuáles serían las más importantes para su detención y, con esto, desarticular cualquier operación futura[6].

Relata Manuel Ramírez Montoya que el 14 de junio de 1987 fueron citados todos los equipos al Cuartel Borgoño, pero al parecer sólo asistieron Oficiales. Luego su jefe de equipo, el Teniente Droguett –Sanhueza Ros-, le dijo algo así como “se revienta”, razón por la cual debían estar temprano al día siguiente, de tal forma que, de la manera ya convenida, pasó a buscar a “Ramiro” –Sanhueza Ros- y Pablo San Martín -Santibáñez Aguilera-; que en la Sala de Conferencia Iván Quiroz Ruiz[7] se dirigió a todos los equipos allí reunidos diciéndoles algo así como “Hoy vamos a reventar” “Siempre cuando muere algún colega nuestro todos reclaman pidiendo poder hacer justicia y ahora tienen la oportunidad, huevones” agregando, además, que “ahora, todos los equipos a sus marcas”, lo cual significaba mantener la vigilancia a los sujetos a quienes se les estaba haciendo seguimiento y cuyo control era llevado por el Capitán Hernández (Bauer).
Cuenta Bauer que el día 15 de junio, se obtuvo por la Dirección de la Central Nacional de Informaciones que la Fiscalía Militar[8] otorgara una orden amplia de investigar, que facultaba la detención y allanamiento de los domicilios donde se sospechare que hubiese gente y armamento del Frente Manuel Rodríguez y que, cuando salieron los equipos a cumplir con su cometido, la mañana del citado día, cada uno llevaba su orden y una carpeta con hojas en blanco para dejar constancia de las respectivas actas de allanamiento e incautación cuando fuere procedente…. Y precisamente que el objetivo de dicho mandamiento judicial era la investigación de un tráfico ilícito de armamento automático y explosivos en la Región Metropolitana, señalándose como domicilio del tráfico ilícito Varas Mena Nº 630.

Gonzalo Asenjo Zegers

El día anterior a que se diera comienzo a los allanamientos y detenciones, se dio orden por el Comandante del Cuartel para que todas las Brigadas y equipos se integraran a esa actividad, disponiéndose que al día siguiente deberían llegar antes de la hora de costumbre, esto es, a las 07:00 horas, mientras que otros recibieron las órdenes pertinentes para dirigirse directamente desde sus casas a los lugares en que les correspondía actuar. Así, entonces, participaron las Brigadas de Asalto, la Especial y todas las demás, agregándose a dicha actividad la denominada Unidad Antiterrorista –UAT-[9] , que no funcionaba en el Cuartel Borgoño, sino en la comuna de La Reina y cuyo Comandante era el Capitán Rodrigo Pérez[10]. Esta Unidad estaba formada por comandos, los que eran de gran especialidad técnica, pues estaba destinada a actuar en situaciones de emergencia graves, constituyéndose en una verdadera reserva del Ejército, y que dependía directamente del Director Nacional de la CNI. Se integró a dicho trabajo por orden del Mayor Corbalán quien, se le dijo, habría manifestado al Capitán Pérez –N.O. “Capitán Sanz”- que lo hacía por orden directa del General Salas. Lo cierto es que dicha Brigada se integró a los trabajos de ese día, distribuyéndose sus integrantes a los distintos equipos de trabajo de Borgoño, por lo que perdió su identidad como tal y el Capitán Pérez el mando directo de su gente.
En tales condiciones, en la mañana del día 15 de junio se ordenaron los grupos de cada Brigada y, en cuanto a él se refiere, instruyó a los de su Brigada para detener a las personas designadas, especialmente al “Rey” y Valenzuela Pohorecky, este último chequeado como un miembro importante del Frente Manuel Rodríguez y que, además, tenía antecedentes de haber participado en un asalto a una armería que culminó con un enfrentamiento con agentes de la CNI, pero que no eran de Borgoño.- Se pensaba que éste, a la fecha, podía estar en un cargo directivo y no operativo, pero se tenía la idea de una persona decidida al momento de emplear las armas. A Valenzuela se le tenía detectados sus domicilios o lugares donde se movía, especialmente en un departamento en Avenida Portugal.
Cuenta Bauer Donoso que en la…mañana del día 15 de junio se ordenaron los grupos de cada Brigada y, en cuanto a él se refiere, instruyó a los de su Brigada para detener a las personas designadas, especialmente al “Rey” y Valenzuela Pohorecky, este último chequeado como un miembro importante del Frente Manuel Rodríguez y que, además, tenía antecedentes de haber participado en un asalto a una armería que culminó con un enfrentamiento con agentes de la CNI, pero que no eran de Borgoño.- Se pensaba que éste, a la fecha, podía estar en un cargo directivo y no operativo, pero se tenía la idea de una persona decidida al momento de emplear las armas. A Valenzuela se le tenía detectados sus domicilios o lugares donde se movía, especialmente en un departamento en Avenida Portugal. Se ordena su seguimiento y detención a cargo del equipo que dirigía el Teniente Neira.



[1] El nombre de Albania se produce porque hubo que usar a Investigaciones y ese organismo citó a los agentes mediante un plan de enlace que se llamaba con ese nombre, puesto que la operación se estaba realizando fuera de horas de oficina (Álvaro Corbalán).

[2] En Peña, Cristobal; Los Fusileros

[3] Pérez, Cristian, en http://www.casosvicaria.cl/temporada-dos/la-cni-sale-a-reventar/. Sin embargo hay otra versión, publicada en http://historiadetodos.wordpress.com/category/uncategorized/page/5/: En esos días, la Dirección Nacional del FPMR había fijado una importante reunión de sus máximos líderes. Tal era la oportunidad que habría estado esperando la CNI para atrapar a la mayor cantidad de líderes del Frente de una sola vez. La idea era darle un golpe mortal al FPMR, de tal naturaleza que ya no pudiera volver a levantarse.
…, de acuerdo con una versión extendida posteriormente entre los familiares de las víctimas de la Operación Albania, uno de los apresados, mas algunos infiltrados, habrían pasado a colaborar con la CNI.
La cúpula del Frente había comenzado entonces un trabajo de contrainteligencia para detectar a los infiltrados. En enero de 1987, ya figuraba en la tabla de una de las reuniones de la Dirección Nacional el punto que ellos mismos calificaron como “infiltración”.
En marzo de 1987, tres altos dirigentes frentistas se reunieron en una casa de seguridad en Santiago, con el fin de analizar detalladamente los videos grabados de los actos y reuniones realizados por el FPMR en esos meses. Con lápiz y papel en mano fueron observando las imágenes e identificando a los asistentes a los actos, chequeando sus nombres, su tiempo de pertenencia a la organización y su grado de confiabilidad.
En mayo de ese año,….la cúpula del FPMR ya tenía serias sospechas de militantes específicos de sus filas. Incluso, pensaban que la infiltración podría haber llegado a un alto…. Sin embargo, la Operación Albania puso fin a ese trabajo de contrainteligencia. Según un ex frentista, los dardos indicaban a un combatiente que se había formado militarmente en Bulgaria, de quien más tarde se supo que era familiar de una funcionaria de la CNI y que luego colaboró con “La Oficina”, el organismo de inteligencia creado por la administración Aylwin en 1991.
Gracias a este informante y a su propio trabajo de inteligencia, los hombres de la CNI tuvieron claridad respecto de las personas que debían ser detenidas y, eventualmente abatidas…para algunos efectivos de la CNI esto implicaba “levantarse y acostarse durante semanas” siguiendo al hombre a su cargo.

[4] Declaración de Krantz Bauer Donoso, en el proceso de la Operación Albania mes de junio de 1987 tenía el grado de Capitán de Ejército, destinado a la Central Nacional de Informaciones, en el Cuartel Borgoño, en donde funcionaba la División Antisubversiva, y de la cual su Comandante era el Mayor de Ejército don Alvaro Corbalán Castilla. En…algún momento se le asignó la jefatura de la llamada Brigada Azul, encargada de investigar al MIR. Posteriormente, debido a que algunos partidos políticos y movimientos revolucionarios iban perdiendo importancia, y coincidiendo con el alejamiento temporal del Capitán Guzmán ( de nombre real Téllez), Comandante de la Brigada Verde, que debió concurrir a un curso institucional para ascenso, en el hecho se fusionaron ambas Brigadas, dedicándose entonces a detectar e investigar las actividades del FPMR, del MIR y del PC, en base al análisis de inteligencia propiamente tal –vigilancias y seguimientos- como también a los antecedentes que aportaban informantes pagados y con quienes mantenían contacto. Lo anterior se hacía particularmente en relación al Frente…por cuanto, a partir del año 1984, éste comienza a actuar cada vez con mayor fuerza en el país a través de secuestros y otras acciones, entre las que se destaca el atentado al entonces Presidente a la República General Augusto Pinochet. Lo cierto es que, a la época de los hechos investigados en esta causa él era el Comandante de esta Brigada fusionada de hecho, la que contaba con alrededor de cincuenta agentes, y que normalmente se dividían en equipos de trabajo de tres personas.

[5] Para Luis Rojas Nuñez, los puestos de cada uno dentro de la estructura del FPMR Recaredo Ignacio Valenzuela, Benito, treinta y un años, fundador del FPMR, uno de los nuevos incorporados a la Dirección Nacional del Frente después de la separación del PC en junio de 1977, recién había sido nombrado jefe de Santiago.
Patricio Ricardo Acosta Castro, veintiséis años, cumplía tareas como instructor.
Julio Arturo Guerra Olivares, Guido, treinta años, de los mas antiguos frentistas, siendo combatiente y fusilero en el Atentado a Pinochet.
Juan Waldemar Henríquez Araya, veintiocho años, oficial graduado como especialista en Tropas Generales en Cuba en 1982, participó en la guerra irregular frente a los antisandinistas de La Contra, en Nicaragua en 1984, al momento de su muerte era jefe de la escuela clandestina de Varas Mena.
Wilson Daniel Henríquez Gallegos, veintiséis años, estudiante de la escuela clandestina, al que le correspondía el turno de guardia esa noche.
José Joaquín Valenzuela Levy, treinta y un años, el de mayor jerarquía entre los caídos, miembro de la Dirección Nacional, graduado de oficial en Bulgaria, jefe de la emboscada al dictador.
Patricia Angélica Quiroz Nilo, veintinueve años, antigua militante y combatiente.
Ricardo Cristián Silva Soto, veintiocho años, jefe de Logística de nivel medio.
Ricardo Hernán Rivera Silva, jefe de unidades combativas de nivel medio.
Elizabeth Escobar Mondaca, veintinueve años; Esther Cabrera Hinojosa, veintidós años, y Manuel Eduardo Valencia Calderón, veinte años. Los tres realizaban labores de aseguramiento e infraestructura.

[6] De las indagaciones, recuerda, tenía antecedentes de un dirigente que ellos apodaban “El Rapa Nui”, de quien desconocían su identidad y que después resultó ser Valenzuela Levi, el denominado “Comandante Ernesto”, que había participado como jefe del atentado al General Pinochet. Aclara, eso sí, que esa información la tuvieron después que éste había muerto, ya que antes nada sabían de él, aunque presumían que era importante por el nivel de contactos que tenía. Recuerda, también, a otro joven a quien ellos apodaban “El Rey”, denominación que se le asignó, entiende, porque hacía las veces de jefe de todo y que, no obstante, desapareció el día de los hechos. Debido a lo mismo se ordenó la detención de otro sujeto, pero en el operativo de Varas Mena se estableció que uno de los Henríquez caídos era “El Rey”, desconociendo que ése era su domicilio e ignorando también que en ese lugar operaba una escuela de guerrillas. Agrega que, del mismo modo, se había detectado la presencia de una mujer a la que se le asignó como nombre el de “M16”, de la que tampoco tenían su individualización, pero habían detectado que llegaba a un determinado domicilio. Tenían también conocimiento de una persona que estimaban importante en el FMR, llamado Valenzuela Pohorecky, a quien se le hizo seguimiento en varios domicilios. Agrega que la orden era detener a esas personas y a varios más, muchos de los cuales lograron escaparse al momento de los allanamientos respectivos. Insiste en que la idea original era detenerlos y que en el caso de este último y los sitios de suceso ocurridos en Villa Olímpica, Varas Mena y escuela de guerrillas, a lo menos, los sospechosos trataron de hacer uso de las armas y otros simplemente se enfrentaron a las fuerzas de seguridad. Exceptúa de lo anterior los hechos referidos a la muerte de Patricio Acosta, al que por su estatura le llamaban “Girafales”, y al cual Zúñiga disparó sin motivo ni necesidad.

[7] en marzo de 1987 queda acéfalo el puesto de segundo Comandante del Cuartel Borgoño, por lo que pasa a desempeñar dicho cargo, aún cuando no se le delega el mando de las Unidades operativas; que representa el Comandante -Corbalán- en las reuniones semanales de los días lunes en la Dirección Nacional de calle República; que manejaba la parte administrativa del Cuartel, aunque no lo económico, porque Corbalán entregaba los recursos directamente a cada Comandante de Brigada; y que su nombre operativo era el de “Capitán Velasco”.

[8] Sostiene Bauer Donoso que en la sucesión de los hechos pesquisados y que comenzaron el día 15 de junio del citado año 1987, se obtuvo por la Dirección de la Central Nacional de Informaciones que la Fiscalía Militar otorgara una orden amplia de investigar, que facultaba la detención y allanamiento de los domicilios donde se sospechare que hubiese gente y armamento del Frente Manuel Rodríguez y que, cuando salieron los equipos a cumplir con su cometido, la mañana del citado día, cada uno llevaba su orden y una carpeta con hojas en blanco para dejar constancia de las respectivas actas de allanamiento e incautación cuando fuere procedente.

[9] Rodrigo Pérez Martínez nombre operativo era “César Sanz Urriola”; que era Comandante de la UAT –Unidad Antiterrorista- la que era formada por comandos y de alta especialidad; que tenía su cuartel en la comuna de La Reina y que en un tiempo dependió directamente del Director de la CNI, pero unos dos meses antes de los hechos que aquí se investigan pasó a depender del Cuartel Borgoño, por lo que recibió órdenes del Mayor Corbalán para integrarse a las misiones programadas para ese día -y que él desconocía-, las que estaban a cargo del Capitán Bauer. El 14 de junio recibe, de parte de Corbalán, la orden de mantenerse alerta para integrarse a esta misión, por lo que dispuso el acuartelamiento de su gente en el cuartel de La Reina. En la mañana del día 15 de junio envía algún personal a Borgoño y él concurre al mediodía, momento en el cual se le ordena, le parece que el Capitán Quiroz, regresar a su cuartel y volver a eso de las 21:00 horas, porque se iba a hacer allanamientos en diversos lugares de Santiago. Cumple con lo dispuesto, asiste a la reunión que hizo Corbalán y en la que estuvieron los de Investigaciones, ordenándose después que los funcionarios de su Unidad se integraran a los equipos de trabajo de Borgoño, por lo que él queda desligado de ellos y se mantiene en el Cuartel, perdiendo control y mando sobre los mismos. Alrededor de la medianoche escucha que se requiere apoyo en Varas Mena, donde había enfrentamiento, al que concurre, llegando después que los incidentes habían concluido, por lo que regresa de nuevo al Cuartel Borgoño.
Afirma que entre las 04:15 horas y 05:00 horas de la madrugada, calcula, fue llamado para presentarse ante el segundo Comandante del Cuartel señor Quiroz, en su oficina, lugar al que concurre y en ella estaban los Oficiales Cifuentes y Zúñiga. Allí recibe la orden de trasladar a una persona a un cierto lugar y, en un momento determinado, cuando se dé la señal, disparar en su contra. Se le dijo que le acompañaría “Maluje”, que corresponde al detective Guzmán. Los trasladó un chofer que no conocía y, estando allá en el lugar, al interior de la casa, al momento de sentir una especie de tiro o piedra que golpeó el techo, procedió a disparar en contra de la detenida que era esta mujer, agregando que “yo personalmente le disparé uno o dos tiros, otros los hizo “Maluje”, por lo que no es efectivo lo que indica éste en cuanto a que él habría intentado dispararle por su oposición al procedimiento.

[10] Expresa Krantz Bauer que habiéndose dispuesto varios allanamientos que hacer, se capta que el personal de Borgoño aparecía como insuficiente para tanta actividad operativa y en algún momento se obtiene el apoyo externo de la Policía de Investigaciones, el que se imagina se habrá decidido entre el Director de la CNI y el de Investigaciones, pero lo cierto es que llegó al Cuartel toda la Brigada de Asaltos de esa institución, al mando del Prefecto Oviedo, quien asistió a una reunión que se realizó en el auditórium del Cuartel y en donde, tanto Corbalán como Quiroz, dieron las instrucciones generales acerca de las actividades a realizar. Allí también el declarante dice haber dado la información necesaria acerca de los domicilios que deberían allanarse, entre los cuales estaba el de Varas Mena. Dice que él quedó sentado al lado de Oviedo y puede decir que la Brigada de Asaltos estaba integrada por unos cincuenta funcionarios, entre los que había mujeres, y que se movilizaban en vehículos de su institución. Expresa que se dispusieron allanamientos a distintos lugares y, especialmente, donde se presumía pudiera encontrarse algún integrante importante del Frente, encomendándose esa labor a los equipos de la Central Nacional de Informaciones. Ello ocurrió, por ejemplo, con Villa Olímpica, con Héroes de la Concepción y en una casa de Las Condes, lugares estos dos últimos en que los subversivos buscados lograron arrancarse.