El labrador y la serpiente

En una ocasión el hijo de un labrador dio un fuerte golpe a una serpiente, la que lo mordió y envenenado muere. El padre, presa del dolor persigue a la serpiente con un hacha y le corta la cola. Más tarde el hombre pretende hacer las paces con la serpiente y ésta le contesta "en vano trabajas, buen hombre, porque entre nosotros no puede haber ya amistad, pues mientras yo me viere sin cola y tú a tu hijo en el sepulcro, no es posible que ninguno de los dos tenga el ánimo tranquilo".

Mientras dura la memoria de las injurias, es casi imposible desvanecer los odios.

Esopo

viernes, 18 de diciembre de 2015

BATALLA DE CHORRILLOS (IV)

LA BATALLA DE CHORRILLOS (13 DE ENERO DE 1881)

El general Pedro Silva, jefe del Estado Mayor peruano, encargado de la defensa de Lima, relata en su parte de la batalla de Chorrillos[1], que “el Estado Mayor General dictó cuantas providencias aconsejaba la previsión para asegurar el triunfo”. Así cada jefe de cuerpo de Ejército serían responsables de su sector, pero sin dejarlo todo a su arbitrio ya que el tan mentado “Estado Mayor vigilaba la parte exterior de la línea”. El listado de las medidas que señala este oficial peruano
1.    se les proporcionaría en abundancia sacos vacíos y herramientas… para que formasen parapetos que aumentasen la defensa de las naturales posiciones.
2.    para el caso de un ataque a las primeras horas de la mañana, se mandó que los cuerpos estuviesen listos para combatir con manta a la cintura y en su lugar de descanso, desde las 4 A.M. todos los días hasta después de reconocido el campo;…
3.    se proporcionaron víveres para un rancho adelantado, con prevención de que concluido de cocinar el segundo de cada día, se procediera a hacer inmediatamente lo mismo con el primero para el siguiente, a fin de que la tropa lo tomase antes de entrar en combate y tuviese más resistencia para la fatiga;
4.    que viendo que el contratista de las porta-cápsulas no hacía proporcionadas entregas, se facilitó al soldado el material suficiente para que las hicieran en el campamento;
5.    A fin de facilitar el movimiento rápido del ejército en todas direcciones, se ocuparon los ingenieros de que podía disponerse, día y noche, en abrir caminos y colocar puentes;
6.    la víspera de la batalla se hizo pasar revista de municiones a todos los cuerpos;
7.    Si el enemigo intentase forzar el paso por la izquierda (peruana, derecha desde la perspectiva de los chilenos), se abrió una zanja en el claro llano comprendido entre la culata de los morros de San Juan, que ocupaba el batallón Ayacucho número 83 y el primero de los de Pamplona y Lurín hacia La Palma y consiguientemente a Miraflores, para lo cual se colocaron también piezas explosivas a retaguardia de las enunciadas posiciones de Pamplona, así como en el portachuelo que desciende de los mismos puntos de Pachacamac y Lurín por el abra del morro de Papa y San Francisco sobre Tebes;

1.Sargento 1° de Artillería (Morro Solar)
2. Subteniente Abanderado Batallón Zepita N° 29

1. Subteniente Abanderado Batallón Ayacucho N° 83
2. Subteniente Abanderado Batallón Zepita N° 2



8.    una fuerte columna de la guardia civil, al mando de su comandante el coronel Negrón, a la que debieron agregarse 200 hombres escogidos del Batallón Canta recientemente llegado al campamento, se colocó a derecha e izquierda de este último camino dominando el portachuelo que divide el morro de Papa de las lomas de San Francisco (en la extrema izquierda de la línea peruana)
9.    los cuerpos se constituyeron en la línea de San Juan tomando por base los dominantes cerros de Chorrillos consultando el menor radio, atendida la fuerza de que contaba el ejército, teniendo siempre presente que los enemigos con sus elementos marítimos intentasen un recio ataque por ese punto, a la vez que otro por la izquierda de San Juan para envolver las posiciones y avanzando por la Palma y Miraflores a amenazar el Callao, y que colocados de tal modo, a más de tener por punto de apoyo las prominencias perpendiculares, pudiesen los fuegos de los unos rebasar el frente de la línea de los otros, a efecto de protegerse mutuamente, y que, a la pérdida de una posición no siguiese la de otra, con cuyo intento fue también que se ordenó, como ya tengo dicho, que cada batallón y toda la artillería formasen, como en efecto formaron, sus parapetos de defensa.

Para el día 12 de enero creyendo que “el enemigo preparase un ataque a medida que la luna tocaba a su conjunción al amanecer, para aprovechar durante la noche de toda su plenitud y poder poner en movimiento sus fuerzas con regularidad, el 12, después de haber estado con S.E. el Jefe Supremo (Nicolás Piérola) en Chorrillos, regresé en la tarde a San Juan e hice consignar en el santo las significativas palabras siguientes: "Enemigo-Pretende-Sorpresa".



Avelino Cáceres

Así esa noche, dice Silva,  previne, por medio de ayudantes, a los cuerpos de toda la línea que estuviesen listos, y a las 12.50 A.M. se mandó orden por escrito al coronel Dávila para que ocupase las posiciones encomendadas a su cuidado, desplegase sus guerrillas a vanguardia y conservase sus reservas. Idéntica orden había recibido momentos antes el propio coronel Dávila, comunicada por el subjefe, quien se constituyó en el campamento a colocar cuatro piezas de artillería separadas de otro punto. Acto contínuo dispuse que todo el personal del Estado Mayor General se pusiera en movimiento, mandando que la caballería embridase y tomase el puesto que con antelación se le tenía destinado para que con facilidad pudiese efectuar sus maniobras.



Conscriptos serranos, según el London Illustrated

Y sobre las tropas a su mando, el general Pedro Silva, relata que “los cuerpos que componían los ejércitos, eran en su mayor parte de reciente creación. En efecto, el más antiguo no contaba dos años de existencia, habiendo algunos que apenas tenían dos meses, y aún no faltaban ligeras columnas que fueron sólo formadas días antes de las batallas.
Procedentes los más de los individuos de tropa de las regiones trasandinas, no estaban en aptitud de comprender, sino después de algún tiempo, los más triviales rudimentos de la táctica, desde que ignoraban el idioma en que debía instruírseles.
Sin embargo, el interés y dedicación de los jefes suplieron en gran parte tan graves defectos, sin que por esto pudiera decirse que nuestros soldados estaban expeditos para empeñar tan inmediatamente un combate. Las exigencias de la situación obligaron, no obstante, a aprestarlos para la lucha, infundiendo en su ánimo la mayor confianza y redoblando los ejercicios para adiestrarlos en cuanto fuese posible en las maniobras militares.
Respecto de la estructura del Ejército Peruano, “Los ejércitos nacionales denominados del Norte y del centro, se hallaban bajo las inmediatas órdenes de sus respectivos comandantes en jefe, señores General de Brigada don Ramón Vargas Machuca y coronel don Juan Nepomuceno Vargas.
Estas mismas fuerzas, antes de abandonar Lima hacia sus posiciones “fueron subdivididas las fuerzas de infantería de dichos ejércitos en dos fracciones cada una, resultando cuatro cuerpos de ejército numerados de 1º a 4º y mandados respectivamente por los coroneles de ejército don Miguel Iglesias, don Belisario Suárez, don Justo Pastor Dávila y don Andrés Avelino Cáceres. Al darse esta nueva organización a las fuerzas activas de infantería, se dispuso, por una orden general dictada y rubricada por S.E., que el Estado Mayor General se entendiese directamente con los comandantes en jefe de cada cuerpo de ejército, con la prevención de que éstos dieren aviso a los de igual carácter del norte y centro, cuyos cargos se conservaren.


Conscripto peruano de la sierra en cuartel

Para completar la indicada nueva organización, se adscribió a cada cuerpo de ejército una brigada de caballería, compuesta de dos escuadrones con una fuerza de menos de 300 hombres cada una. La brigada que fue del ejército del norte, quedó reducida a sólo 100 plazas por consecuencia del contraste que sufrió en su retirada de Cañete. Por lo general, la caballería permaneció en el campamento bajo las órdenes directas del Estado Mayor General que la ocupaba, por consecuencia de la mala calidad de sus caballos, en sólo muy ligeros reconocimientos. La escolta de S.E. hasta la batalla de San Juan, dependió del primer cuerpo del ejército. Esta caballería, con excepción de la escolta, el resto de la caballería se encontraba mal montada, y aún había un escuadrón pie a tierra; el armamento era también de mala calidad y de diferentes sistemas hasta dos días antes de los hechos de San Juan, en que se le proporcionaron nuevas carabinas cuyo mecanismo no tuvo tiempo de aprender.

 

Belisario Suárez, oficial peruano jefe de la Reserva en Chorrillos o San Juan

Cada división debía estar dotada de una compañía encargada de la administración militar; pero en el ejército del centro sólo llegó a organizarse el cuadro de oficiales.
Igualmente debían formarse en las divisiones compañías de ingenieros adscritas a cada una de ellas. Sin embargo, en el ejército del centro no llegó a arreglarse ni el cuadro de oficiales; y en el del norte se reunieron entre todas las compañías 150 soldados, los cuales no fueron conducidos al Cuartel General.
La artilería transportable, que dependió de un modo directo y hasta que todo el ejército se constituyó en San Juan a fines de diciembre, de la Comandancia General de Armas (coronel Joaquín Torrico),…estaba dividida en dos regimientos, uno de artillería a lomo, que comandaba el coronel don Pedro Lafuente, y el otro de artillería rodada, que obedecía al coronel don Exequiel de Piérola.
Se contaba, además, con una brigada de 250 soldados que apenas se organizó en noviembre último.
Aparte de estas brigadas existía el Escuadrón Escolta, que tenía un efectivo de poco más de 150 soldados.



Diego Dublé Almeyda, jefe del Atacama




Traslado de los reclutas serranos vía ferrocarril hacia la costa limeña


La fuerza disponible del primer regimiento alcanzaba a más de 800 hombres, y la del último a menos de 400. De advertir es que la gente veterana que existía en ese cuerpo fue extrayéndose por fracciones para los ejércitos del sur; por manera que en la actualidad la mayor parte era bisoña e inadecuada para el servicio de tan importante arma.

Somera descripción de la línea peruana: éstas abarcaban unos 12 Km, iban desde las orillas del mar hasta cerca al cerro San Francisco. Los peruanos llaman derecha a sus posiciones en Chorrillos e izquierda las de San Juan. La línea de defensa era las alturas al sur de Chorrillos y San Juan, empezaban en las alturas de Marcavilca (entre las playas La Chira y Conchán), seguí(a) por las cercanías a la hacienda Villa, Santa Teresa (donde se encuentra actualmente el AA.HH. Tupac), Zigzag occidental, Zigzag oriental (donde está la Escuela Nacional de la Policía), el Gramadal, Viva el Perú y los cerros de Pamplona (en particular, el que se encuentra a la espalda del supermercado Metro del puente Atocongo)[3]

Sobre los serranos y los indios: El distinguido T. hablaba un día de una manera despreciativa, que siempre usaba sin empacho, de la poca confianza que le merecían “los serranos”; yo me aparté un tanto porque en general me disgustaba atravesar palabra con una persona que si entonces me era desagradable y repulsiva, hoy me es odiosa (si no ha muerto) por el crimen de que me parece ser autor. También Porfías parecía que sentía repulsión por este sujeto, pues, contra la costumbre que me ha hecho darle el nombre con que lo llamo, jamás sostuvo porfía con él; pero estaba tan procaz y tan torpe T, que no pudo menos Porfías que acercarse y tomar la defensa de los serranos.- Sí, le dijo, muchos correrán, porque no les importa nada la capital de los viracochas que los insultan cuando no pueden…. cuando tienen miedo de hacerles algo peor; pero los serranos que sabemos que estamos defendiendo la Patria…. yo quisiera ver si les da U. siquiera a la rodilla. U. que tan valiente es…. con la boca;- y le volvió la espalda sin hacer mas caso que el desprecio merecido de las palabras de T. que lo provocaba diciendo:- Vamos afuera del cuadro… para que veas a donde te doy.

1. Subteniente Abanderado Batallón N° 2 Ejército de Reserva de Lima
2. Subteniente Abanderado Batallón Manco Capac N° 81

He visto, en efecto, confirmadas las palabras de Porfías: muchos de estos indios, sin concepto alguno patriótico, sin necesidad de exponer su vida por lo que no existe para ellos, han huido de la muerte en cuanto les ha sido posible libertarse de la fuerza que los obligaba a arrostrarla; pero muchos, también, consientes de lo que hacían, muchos de esos indios de cara mansa y apacible, los he visto magníficos en el combate, y recibir heroicos un balazo en el pecho o en la frente, o caer atravesado por una bayoneta enemiga…



[1] http://gdp1879.blogspot.com/2012/01/parte-de-silva.html

[2] http://gdp1879.blogspot.cl/2008/02/oficiales-del-zepita.html
[3] http://www.generaccion.com/usuarios/46637/batalla-san-juan-chorrillos

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