El labrador y la serpiente

En una ocasión el hijo de un labrador dio un fuerte golpe a una serpiente, la que lo mordió y envenenado muere. El padre, presa del dolor persigue a la serpiente con un hacha y le corta la cola. Más tarde el hombre pretende hacer las paces con la serpiente y ésta le contesta "en vano trabajas, buen hombre, porque entre nosotros no puede haber ya amistad, pues mientras yo me viere sin cola y tú a tu hijo en el sepulcro, no es posible que ninguno de los dos tenga el ánimo tranquilo".

Mientras dura la memoria de las injurias, es casi imposible desvanecer los odios.

Esopo

jueves, 14 de diciembre de 2017

EL AÑO DECISIVO: LA MAYOR INTERNACIÓN DE ARMAS DE LA HISTORIA DE CHILE (IV)

EL AÑO DECISIVO: LA MAYOR INTERNACIÓN DE ARMAS DE LA HISTORIA DE CHILE (IV)


ENTRENAMIENTO: La internación de armas no fue el único operativo que se hizo en la zona. También estaban las escuelas de guerrillas, instaladas en subsuelos de diversas casas. Una de ellas estaba en Pedro Aguirre Cerda N° 045 de Huasco Bajo, arrendada por José Flores Miranda, negocio que se hizo con compromiso de compra. En ella vive Juan Ruilova Maluenda (Antonio o Loco Antonio). El “ingeniero” Claudio Molina Donoso hace los planos del barretin. Italo Moya Escanilla (Rocky) contará en el expediente: “…A la semana el Jano (Molina Donoso) me dice que tengo que hacerle instrucción a  una gente que viene destinada a otra tarea sin explicarme de qué se trata. Es así como a este primer grupo le hago clases teóricas de armamento y explosivo.” Esta tarea será tres días antes del primer desembarco de armas.
Estos barretines son construcciones pre-fabricadas. Módulos de madera apernados e impermeabilizados, que se ensamblan en los depósitos subterráneos. Estos fueron fabricados en Chile en la mueblería de calle Rondizzoni n° 1508, por Jaime Inostroza Espíndola (Chico Nelson o El Boliviano) y secundado por Jorge Velásquez Ugarte (Toño o Flaco).
A principios de 1986 (Enero) quedan preparados los pirques para recibir las armas, usando algunos que se encontraban abandonados y construyendo piques dentro de piques o usando aquellos con pasadizo estrecho o cavernas de difícil acceso.
Las armas se trasladaron de Cuba a Nicaragua, al aeropuerto de Managua, primero, y luego a un puerto del Pacífico para ser embarcadas en el barco Río Najasa, una nave mercante pero que llevaba una carga especial, de nacionalidad cubana, encargándose de la nave un grupo selecto de oficiales cubanos. El embajador cubano en Nicaragua Julián López Hernández, pensando que la operación se hacía a espaldas de Fidel fue a La Habana para denunciar el hecho. Castro enfurecido les señaló ¿Julián trabaja para nosotros o para los nicas? Fue removido de su puesto[1]
Los arreglos seguían en Vallenar, donde se arrendó una casa en la calle Serrano 701, el 15 de febrero de 1986 por 20.000 pesos mensuales a cuadra y media de la Municipalidad y a cinco cuadras en línea recta hasta la comisaría de Carabineros.  Será la futura escuela de guerrilla. La arrienda Diego Lira Matus (Cara de Corneta le apodan) y junto a Buschmann (donde adopta el nombre político de Ricardo) se instalan. Luego visitan varias playas en la zona para la empresa de huiros. Se compran una camioneta C-30, amarilla tipo container, en $ 900.000 (comprada en Santiago) y en la ciudad de Vallenar solicita el inicio de actividades de la empresa, con capital nominal de $ 500.000. Los huireros los contratará Buschmann..
Lugar de los desembarcos señalado por Sergio Buschmann
La hija de la Alcaldesa de Mar pololeaba con el Alexis, uno de los industriales que pondría una planta procesadora de lexonias. O al menos eso decía. Mientras la gente del Frente pululaba por la zona. Y en un pueblo pequeño donde todos se conocen, cualquier “afuerino” destacaba como la mosca en la nata.
En Huasco Bajo se instala una escuela de guerrilla, en un subterráneo, lugar a los cuales son destacados Ítalo Moya Escanilla (Rocky)[2] y Rafael Pascual Arias (Rodrigo)[3] los cuales en Marzo de 1985 han instalado su centro de adiestramiento subterráneo, ejecutan su labor con dos grupos de 10 personas cada uno, enseñando a dos personas a la vez, el uso del M-16, el amongelatina[4] y las UZIs. De hecho instalan un polígono de tiro donde son adiestrados y en los cartones que representan figuras humanas, inscriben el nombre del estudiante y el número de disparos formulados.
La casa había sido arrendada a su dueña, María Hidalgo, a través de su hijo Eduardo Pizarro, en Antofagasta, quien contaba poder para ello. La leyenda sería que allí vivía un profesor de la UCV quien se hacía llamar José (Víctor Hugo Fernández) quien llevaba allí a su conviviente Vilma Olivares Cayul, La Negra, sus dos hijas de 3 y 5 años y su suegra, los que llegaron aproximadamente en Marzo de 1986.
Al principio el grupo familiar vivía en la casita de reuniones de la iglesia, luego compraron la casa de Huasco Bajo y habrían manifestado la intención de adquirir el terreno aledaño a la casa. Lo particular de esa familia  fue la cantidad de gente que les visitaba y el hecho de empezar a cavar un pozo, excusándose en que se emplearía en un pozo séptico, luego trajeron un camión con tablas, más tarde sacaron una casita de madera que estaba a la izquierda del jardín, argumentando la idea de hacer una piscina pero luego volvieron a instalar la casita y adujeron que se arrepintieron de la idea y que volvieron a tapar el hoyo. La ropa no se lavaba en ese lugar por lo que iban comprando más y más, y gaste que gaste. Movimos demasiada gente y vehículos, rompiendo con la compartimentación, con el secreto, y necesariamente fuimos dejando demasiados indicios.
De ese grupo no se tuvo noticias desde el 4 de Agosto, cuando la operación fue descubierta.

En marzo de 1986 Diego Lira parte a Santiago a comprar un camión Chevrolet azul C-60, portando consigo $ 1.200.000. Para esa fecha también en la casa de Huasco habitan transitoriamente Eduardo Niedbalski Ajagan (Fitipaldi), quien era chofer y mecánico y Mario Hayes Olivares (El negro o Mario), quien se encargaba del papeleo de impuestos internos. También pasan por ahí Jorge Concha Gonzalez, chofer y mecánico; Carlos Nuñez Gonzalez (Rafael), cocinero y aseador del inmueble y Luciano Sandoval Sarmiento (Guatón) Antes ya habían comprado en Coquimbo un jeep Willys amarillo en $ 150.000. Y en Santiago debe comprar un camión aljibe, por $ 1.300.000. Los vehículos grandes y las camionetas son todos embarretinados para trasladar armas y explosivos.
 
Anibal
Niedblaski

EL PRIMER DESEMBARCO: La Chompalhue se trasladó a Caldera, donde empezó a pescar albacora para justificar su presencia. Como el capitán y su segundo eran conocidos de los responsables del puerto, no había problemas de seguridad. Así pasaron cuatro meses.
Por satélite y en mensaje cifrado[5], a mediados del verano de 1986, llega la información que se esperaba: la nave se prepara para llegar a las costas chilenas, por donde se espera para el transbordo. De ahí Malbrich se traslada a Coquimbo y se embarca en la Chompalhue[6] zarpando hacia el noreste al encuentro del buque cubano Rio Najasa.
El 23 de mayo, el Chompalhue por fin zarpó…La tripulación la componían Manuel Santana como capitán; José Astorga, como segundo capitán; Lolo; Alfredo Malbrich; Mario Vega; Pancracio; Javier; Tino; el Loco Ruilova; El Marino, un técnico en navegación satelital (José o El duro); y Lucas, el radiotelegrafista. El 25 llegan al punto de encuentro con buen clima y sin oleaje. Al acercarse el Río Najasa[7] comenzó a hacer señales visuales y chasquidos con la radio, a bordo los cubanos iban dirigidos por el mismísmo Alejandro Ronda. “Malbrich y el “LocoRuilova subieron al carguero.
Rojas Nuñez lo cuenta así: El encuentro de la Chompalhue, de escasos veintidós metros de eslora, y 7 tripulantes (uno era Victor[8] o el Lolo) con el barco mercante de unos ciento cincuenta metros, había sido al atardecer del 26 de mayo a más de doscientas cuarenta millas de las costas chilenas. Al avistar a la nave cubana el comunicador que llevábamos, al que le decían "el Duro", lanzó repetidos llamados. Los cubanos se limitaron a acercarse y se detienen a media milla de la nave chilena. Una hora después se acercaron para hacer el abarloamiento por el estribor del mercante. A las 6 PM "Nos amarramos por proa y popa separados solo por la "aceituna"[9] del barco cubano
Víctor, "El Lolo: "Cuando miré hacia arriba, vi apoyados en la borda del mercante a hombres con traje de buzo aún destilando agua. Se me ocurre que…los cubanos nos inspeccionaron… ".
Al barco cubano subieron Antonio y Malbrich con chuicas de vino chileno y una bandera del FPMR. Luego los marinos cubanos empezaron el traslado de su carga a la nave chilena. Terminaron entre la 1 y 2 AM, usando la pluma (grúa), dejándola en la cubierta, mientras la Chompalhue con un sistema de cuerdas la situaban en la bodega. Los cubanos en la bodega estibaban (ordenaban) la carga. Poco después comenzaron a bajar las armas. Primero la bodega, luego la cubierta, los baños y hasta la cocina del Chompalhue, se repletaron de paquetes. Había entusiasmo entre los chilenos, a pesar de que Manuel Santana advirtió que estaban “sobrepasados en el peso, que si no alivianan, se hundirán”. En una versión distinta la mala estiba obliga a tirar numerosos bultos al mar ante el escoramiento de la nave.
Cuando terminamos, uno de ellos,…, le gritaba a su jefe hacia arriba, medio en serio o medio en broma,…, que lo dejaran ir a pelear con nosotros a Chile. Un jefe le gritó muy fuerte desde arriba: "¡Oye, no comas tanta mierda y acaba de subir! ¡Dale, apúrate, que vamos echando!"[10].
Algunos cubanos bajaron a la goleta. “Tino” recuerda que uno de ellos, mirando con asombro la embarcación, sólo atinó a preguntar: “¿De dónde sacaron esta carcaza?”. Con vivas al Partido, a la revolución y cantando la Internacional, los chilenos iniciaron el regreso a Carrizal, cargados hasta el límite. Algunos pescados en la cubierta trataban de disimular la carga. Un militante armó un lanzacohetes RPG-7 y una ametralladora M-60 en la popa. Armas para la defensa en caso de cualquier eventualidad.”

Carrizal Bajo hoy en día
Inesperado encuentro en alta mar[11]: Mario Vega tripulante de la Chompalhue aquel día; “Íbamos de vuelta, cuando de repente le digo a Malbrich que a lo lejos se veía algo parecido a un buque de guerra. El me dice que no, que era imposible. Entonces me hacen subir a un mástil y veo que sí, efectivamente era un buque de guerra. No lo podíamos creer”. Ese buque de guerra era en realidad un destructor de la armada….Alfredo Malbrich; “Nos preparamos para lo peor, porque que mas podíamos hacer, no teníamos ninguna posibilidad. Yo pregunté en un momento si podíamos cambiar de rumbo, pero eso se descartó porque hubiera aumentado las sospechas….teníamos con que defendernos o en último caso había que hundirlo si nos iban a detener”.
Manuel Santana agrega; “Fue como una hora de una tensión increíble. Se habló incluso de un abordaje, pero el nuestro era un barco tan chico que ni siquiera hubiéramos llegado a la altura de la borda del otro buque, entonces como podíamos abordarlo?.... La decisión final fue hacerse los tontos y seguir navegando”.
Sorpresivamente el buque de la armada, que se había acercado peligrosamente a la Chompalhue, sin mediar comunicación alguna continuó el rumbo de su navegación. De vuelta se encontraron con un destructor chileno que participaba en las maniobras de la UNITAS[12] pero pese a la preocupación no pasó a mayores. Siguieron su ruta
El viaje se hace en forma lenta para llegar a la costa cuando anochezca. Instalándose a 500 metros de la playa una vez avistado el grupo de espera, se descargan de la nave con los botes de goma a motor. Luego la nave toma al sur y las armas son enviadas a sus refugios en el interior. Para más tarde, en un tráfico de hormiga, ser enviadas al centro y norte de Chile[13].
Eran las diez de la noche del 28 de mayo cuando Malbrich, a bordo del Chompalhue, la goleta pesquera que navegaba con su capacidad de carga al tope, estableció comunicación radial con Pedro. Después del aviso, dos fogatas preparadas para ese momento iluminaron el lugar. A un kilómetro y medio de la playa, en la entrada de la quebrada, cerca de La Rotonda, estaban los tres guardias de seguridad instalados arriba, todos miembros del Frente.
Una hora más tarde, aproximadamente, Alfredo Malbrich divisó con nitidez la luz de las fogatas. Enseguida ordenó a Pancho, el patrón de la goleta[14], enrumbar hacia ellas. La embarcación llevaba cerca de cuarenta y ocho horas navegando con su pesada carga desde que se separó del barco cubano.

Destructor chileno Riveros (1990)
El primer desembarco La goleta Chompalhue fondeó a unos ciento cincuenta metros de la costa, inmediatamente afuera de la entrada de la ensenada. Con los siete tripulantes habituales de la embarcación, al mando de Pancho, iban José (El Duro), oficial especialista en comunicaciones; René, el navegante encargado de encontrar la nave cubana en medio del océano Pacífico; Alfredo Malbrich, jefe de todos ellos, y Antonio. Excepto este último, los demás eran el Personal de Mar, que también debía participar en la descarga.
Pedro cuenta que incluso ese personal no fue suficiente por lo que se llamó mas gente, la Comisión de Organización del partido solo colaboró con la búsqueda de la primera tripulación, todo lo demás lo fuimos logrando por gestiones de la propia gente incorporada. Ese personal de apoyo para el descargue de la nave se lo pedimos a los que estaban desde un inicio. Cada uno buscó parientes y amigos, que no siempre eran militantes del PC.
El zodiac -con Alexis Texier Calambriento y Víctor Fernández, Pitrufo, quien lo conduce-…Se arrimó y lanzó algunas cuerdas de sujeción…. En la cubierta de la Chompalhue, Pancho alzaba jubiloso una impresionante ametralladora M-60. Los demás tripulantes se movían como nerviosos mientras arrimaban cajas y paquetes hacia la borda.
Los primeros en bajar a la playa fueron Antonio y Malbrich, que se abrazaban emocionados a cuantos se iban encontrando….Pancho se paró ceremonioso frente a Pedro y, con gesto enérgico y marcial, puso la ametralladora en las manos del jefe de la operación, al tiempo que decía,… "Compañero Pedro, la misión ha sido cumplida".
Pedro incorporó otra zodiac, cada una podía trasladar 400 kilos y tardaban 40 minutos en cargarlas y descargarlas, más el viaje de ida y regreso entre la goleta y la playa; en el bote de madera, con capacidad de tonelada y media, se hacía ese trabajo en una hora.
Las balsas llegaban hasta la misma playa. Sus ocupantes se tiraban al agua y ayudaban a sacar la carga hacia una cadena humana que la trasladaba a los jeeps y camionetas. Los vehículos subían por el camino de la quebrada y descargaban en una pequeña hondonada que quedaba a menos de cien metros de La Rotonda, donde estaba el camión, que tenía la responsabilidad de trasladar la carga a los almacenes de tránsito.
Para evitar encuentros con los “huireros” legítimos “uno de nuestros huireros estrella, Challita, fue a visitarlos temprano y los emborrachó hasta que no supieron ni dónde estaban parados.[15]
Era tal la cantidad de material a mover que a los guardias de seguridad (tres en total) los llaman para que ayuden a la descarga, en la segunda noche. Los paquetes los sacaban de los botes y pasaban de mano en mano hasta el jeep. Los primeros hombres estaban con las botas en el agua….La mayoría de los hombres se había tomado algún trago para el frío y más de uno quedó mareado por decir lo menos. El cansancio cunde, cuenta otro integrante: vi gente desplomarse extenuada, a otros se les caían los paquetes.
"Ir hasta el Chompalhue en el bote de madera, cargarlo, regresar y descargarlo, todo en medio del constante movimiento del mar, era una tarea difícil,… Al rato, la gente que iba en él,…estaba vomitando.” Cuando empezó a amanecer el Chompalhue sale del lugar y se interna aguas afuera a la espera de la noche para poder seguir con la operación.
Pasada la medianoche del segundo día llega de sorpresa, detenida por un guardia arriba, una camioneta llevaba dos pasajeros, uno era “Mario, el chofer de Buschmann, que había ido desde la oficina de Vallenar y llevaba,…a Sebastián (Teillier) Pedropasada la sorpresa, saludó con afecto a su jefe y le pareció bien que estuviera allí para que apreciara la magnitud de todo aquello.” Unas frases de felicitaciones del lacónico Teillier.
Guillermo Telleir (2016).
Principal encargado militar del PC chileno
Al amanecer del 30 de mayo de 1986,… en un escondrijo cercano a la playa y en otro ubicado en lo alto, próximo a La Rotonda, habían quedado mimetizadas temporalmente toneladas de armamento y explosivos. [16]
Comenzaba entonces la segunda etapa. Parte del material fue acomodado en una quebrada lateral, llamado el barretín del pollo (pues quedaría a cargo de Marquez Miranda, El Pollo). El resto trasladado al camión chevrolet fue distribuido entre los depósitos transitorios en las siguientes 6 noches: la mina abandona El Túnel, en la Quebrada Matamoros, 15 kilómetros al norte de Caleta Corrales; la Mina Palo Negro o Aurora; Mina Mantos Blancos o El Sapo, ubicada hacia el este de la Panamericana, en zona cordillerana, con el cruce del camino a El Totoral y el Barretín de Huasco Bajo. El 5 de junio, Pedro le pudo asegurar a Sebastián que la operación había sido un éxito total.

Como los armamentos deben ser enviados a otras regiones, José Abelardo Moya Toro, (Pintoso), padre de Moya Escanilla fue encargado del transporte y almacenamiento, en una serie de casas que cubrían los barretines:
a.         Parcela de calle Los Granados N° 576, La Pintana, comprada por los dirigentes del PC Julio Solís Rosas y Mariano Jara Leopold por $ 2.600.000. sus cuidadores eran Manuel Solís Cubillo, Margarita Astudillo Ibacache y Emilio Vargas Manzur. El cuidador Manuel Solis fue contactado por Julio Solís (Enrique) quien le ordenó hacerse cargo de la parcela cuando esta fuera adquirida por el Partido (con el dinero del mismo). Luego concurre a la notaría con Julio Solís y Enrique Urrutia, el dueño de la misma. Este último había recibido la visita de Enrique y de Mariano Jara como interesados en la compra, y Jara había firmado el contrato de promesa. Llegaron a esa parcela mediante el corredor de propiedades Claudio Pedreros, a quien Jara le entregó un documento por el cual dejaba a Manuel Solís como dueño de la parcela
b.         Parcela de calle Tucapel N° 1635, La Pintana, comprada por Alejandro Cabello Pizarro por $ 1.700.000. Sus cuidadores fueron Sergio Berríos Paredes, Ernesto Ayala Flores y el propio José Abelardo Moya Toro.
c.         Parcela de calle Miraflores N° 718, de Chimbarongo, en comodato, adquiriendo una casa prefabricada para Luis Beltrán Gonzalez Quiñones.
d.         Casaquinta de Vicuña Mackenna N° 2496, Peñaflor, comprada por Mario Ernesto Moya Toro en $ 2.000.000.
e.         Parcela de calle La Trilla, sector 4-II, de Paine, comprada por Aniceto Erices Sánchez en $ 1.600.000.
f.          Casa de calle Longaví N° 7745, Las Condes, arrendada. Encargados eran Ruth Grandón San Martín y Tomás González Castro. Sirvió de refugio a varios de los prófugos de Carrizal Bajo. Allí Claudio Molina, “El Rucio”, logró llegar y fue apresado.

Cuenta Roberto Ampuero[17]: El traslado constaba de tres etapas. En primer lugar Patricio Ruilova, junto al equipo permanente de Carrizal, guardaban el armamento en barretines cercanos al sector en forma transitoria. Cuenta Ruilova (hermano del Loco Antonio) “Acomodábamos las armas en las paredes de una camioneta y la cerrábamos con una tapa de aluminio. Luego la llenábamos con verduras. También llenábamos los neumáticos con granadas y explosivos. Si la policía hubiese sido más astuta, tal vez nos hubieran pillado antes”.
Famosa foto. Pedro es el del sombrero. Con el fusil Patricio Ruilova.
Gonzalo Valenzuela es quien sostiene la foto. Juan Ruilova quien usa la polera blanca.
Buschmann abajo a la derecha
Luego éstas eran llevadas a piques mineros más profundos, elegidos por Claudio Molina, en aquellos escogidos también había pirquineros de verdad para aparentar. para finalmente ser trasladadas a la capital. En el trayecto a Santiago los vehículos frentistas debían sortear nuevos y riesgosos obstáculos, como los controles policiales carreteros.
Otra cantidad de armas fueron llevadas directamente a los barretines de Huasco y a los subterráneos de la posada Árbol de Marañón. Aníbal Niedblasky participó de aquella faena y Erasmo Mayoringa, quien era el frentista mas veterano del grupo; “Cuando estaba en esa casa de seguridad y llegaron las armas, yo las tomaba y las miraba, y me gustaban, hasta las hallaba bonitas, no lo podía creer”. Patricio Ruilova relatará años después: “Acomodábamos las armas en las paredes de una camioneta y la cerrábamos con una tapa de aluminio. Luego la llenábamos con verduras. También llenábamos los neumáticos con granadas y explosivos. Si la policía hubiese sido más astuta, tal vez nos hubieran pillado antes”.


La Chompalhue fue trasladada a Bahía Inglesa donde su cubierta y bodegas fueron lavadas para borrar todo rastro de lo transportado. NO sería más usada por el Partido.



[1] Capítulo VI de la historia inédita de los años verde olivo, página 5, serie especial de La Tercera publicado el domingo 27 de mayo del 2001. Testimonio de Jorge Masetti. Confirmado por Lázaro Betancourt, ex oficial cubano de las Tropas Especiales.

[2] En 1984 a los 19 años es reclutado por el Frente y más tarde es enviado a Cuba, a propuesta de su jefe Juan, por entrenamiento en Agosto de 1985 primero a Perú, donde es reconocido por su camisa cuadrillé y maleta negra y es transportado a Cuba y de ahí, convertido en instructor, es trasladado a Chile, precisamente a Vallenar  en Febrero de 1986.

[3] Ingresa al PC EN 1973, dentro del comité local Luis Emilio Recabarren,, ingresa al Frente en 1984, pasa por una escuela en Cuba y de ahí, como instructor viaja a Vallenar en mayo de 1986.

[4] Dinamita amoniacal de alta eficiencia para romper rocas tenaces y de gran dureza. Sobresalen sus propiedades de alta densidad, alta velocidad de detonación y su excelente resistencia al agua, lo que da como resultado un producto de alta energía para producir un optimo efecto rompedor en cualquier tipo de terreno o faena, a excepción de minas de carbón. En http://www.enaex.com/productos/amongelatina-60/
[5] Uno de los entrevistados de Luis Rojas Nuñez rechaza esto, indicando que se hicieron comunicaciones con equipo personal

[6] La tripulación la componían Manuel Santana como capitán; José Astorga, como segundo capitán; “Lolo”; Alfredo Malbrich; Mario Vega; “Pancracio”; “Javier”; “Tino”; el “Loco” Ruilova; “El Marino”, un técnico en navegación satelital; y “Lucas”, el radiotelegrafista. En http://www.casosvicaria.cl/temporada-dos/las-armas-de-carrizal-yunque-o-martillo/

[7] No llevaba bandera y su nombre, “Río Najasa”, estaba cubierto

[8] trabajaba en labores de pesca, se había graduado de técnico marino, tenía veintitrés años de edad y había sido reclutado a través de un dirigente comunista del Sindicato de Pescadores y Tripulantes en Talcahuano.

[9] Así le llaman a una inmensa goma sólida que tienen los grandes barcos para atracar; es lo mismo que en un barco chico, como el de nosotros, que usaba gomas viejas de camión

[10] "Vamos echando", expresión coloquial cubana que significa partir o irse en el acto.

[11] http://historiadetodos.wordpress.com/2010/11/04/las-armas-de-carrizal/
[12] Maniobras navales anuales que la Armada de Chile desarrollaba con la armada norteamericana
[13] El relato en La Tercera (Capítulo VI de la historia inédita de los años verde olivo, página 5, serie especial de La Tercera publicado el domingo 27 de mayo del 2001) es el siguiente: El día D, más de 70 hombres se concentraron en el área de Los Corrales, cercana a Carrizal Bajo. Mientras, las goletas Chompalhue y Astrid Sue se hicieron a la mar para tomar contacto con el barco cubano, en el límite de las 200 millas marinas. Entre los asistentes se encontraba el mayor cubano Rigoberto Cruz y Alejandro Ronda, quien incluso se sacaría una foto en el Río Najasa. Dos días después del encuentro en alta mar, las goletas regresaron a tierra, cargadas de armas y se inició el desembarco. Fueron necesarios otros dos viajes hacia mas adentro para completar la operación.

[14] Pedro nos aclara que en realidad "Pancho" operaba como capitán efectivo, era su dotación y su barco, pero la nave tenía registrado legalmente al Capitán Santana, que también participó de la operación. Pancho no poseía la legalidad para desempeñar ese cargo.
[15] Rojas Nuñez, Luis op cit
[16] Rojas Nuñez, Luis
[17] http://historiadetodos.wordpress.com/2010/11/04/las-armas-de-carrizal/



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