El labrador y la serpiente

En una ocasión el hijo de un labrador dio un fuerte golpe a una serpiente, la que lo mordió y envenenado muere. El padre, presa del dolor persigue a la serpiente con un hacha y le corta la cola. Más tarde el hombre pretende hacer las paces con la serpiente y ésta le contesta "en vano trabajas, buen hombre, porque entre nosotros no puede haber ya amistad, pues mientras yo me viere sin cola y tú a tu hijo en el sepulcro, no es posible que ninguno de los dos tenga el ánimo tranquilo".

Mientras dura la memoria de las injurias, es casi imposible desvanecer los odios.

Esopo

sábado, 9 de agosto de 2014

LA CRISIS DE 1982 (I)


LA CRISIS ECONÓMICA DE 1982: “LA CRISIS DE LA DEUDA”



Cuando los dólares llovían

Luego de la crisis del petróleo de octubre de 1973, provocad por la cuadruplicación del precio del crudo, la enorme masa de dinero que salió de Occidente rumbo a los países de la OPEP no tenía salida. Llegada a raudales sin embargo los países árabes carecían de un sistema bancario destinado a procesar los miles de millone transferidos, a raíz que el Islam prohíbe dedicarse a esas actividades, por lo que debieron recurrir a los bancos occidentales. “Así los llamados petrodólares regresaqron a Occidente por la vía de depósitos a los bancos europeos que se beneficiaron de esta situación…. También los bancos norteamericanos que desde 1974 volvieron a tener autorización para otorgar libremente créditos a los extranjeros…. Comenzaron a otorgar créditos a bajas tasas de interés sobre todo a los países en vías de desarrollo y a los no productores de petróleo[1]
“Los bancos transnacionales se transformaron durante los años setenta en los principales canalizadores de recursos en los países en desarrollo…. El rasgo distintivo del caso chileno fue el origen mayoritariamente privado de quienes recurrían al endeudamiento con el exterior. Los bancos internacionales que disponían de abundante liquidez, validaron la demanda de los bancos y corporaciones privadad y les otorgaron créditos sin evaluar con cuidado la capacidad real de absorber productivamente esos recursos y servir las obligaciones que de ellos se derivaban en el mediano y largo plazo”[2]
Explicaba Álvaro Bardón “… los petrodólares fueron siendo inyectados a la economía –en 1981 llegaron US$ 4.698 millones de dólares, un 50 % más que el año anterior (1980), el cual, por su parte , había sido un 40 % más que el precedente_, lo que no implicaba necesariamente un problema, siempre y cuando se aplicarán a proyectos con rentabilidad económica positiva. Ahora, gran parte de esos recursos no estuvieron sometidos al control de la Superintendencia porque se trataba de giros entre bancos internacionales y sus filiales en Chile o préstamos directos a un banco privado….”[3]
Para 1981 en Chile se vive un “boom”, que, obviamente visto con la perspectiva del tiempo y ya enterados como termina la historia, parece ridículo, la fiesta en el Titanic antes que choque con el iceberg. Pero algunas cifras daban esa expectativa del famoso salto al desarrollo. Gonzalo Víal Correa expresa que “el añoi 1981 concluyó con una inflación nunca vista…, por lo baja, menos del 10 %[4]. Con un aumento real del 9 % de los salarios. Con cinco años consecutivos de crecimiento promedio aproximado al 8 %. Con superávit presupuestario del 3 %. Desde 1973 y hasta 1980-1981, las exportaciones anuales habían aumentado su valor más de 3 veces, y la de productos nuevos dieciocho veces. Entre las mismas fechas, las reservas del Banco Central habían subido de US$ 164 millones a US$ 4.074 millones…. Hubo año en el boom en que la inversión sumó el 28 % del PGB… El valor de los inmuebles urbanos subiría 3,6 veces, y la de las acciones casi 5 veces en el lapso 1976-1981…. El período 1976-1981: aumento de la importación de los bienes de consumo de 39 %; de consumo distintos al de alimentos, 41,8 %; de automóviles 37,7 %.”[5]

El dólar fijo a $ 39: Su objeto es asegurar la “neutralidad” de la política monetaria del Banco Central, alejando el peligro que ésta se desvíe, en un sentido u otro, por cualquier presión coyuntural, económica o política…La neutralidad monetaria del Banco, a su vez, produce el “ajuste automático” de la economía. Y esto sucede porque  al comprar dólares, los particulares  retiran pesos de la circulación y generan un efecto contractivo de la economía, pues la inferior oferta de dinero eleva las tasas de interés. Y, por el contrario, quienes venden dólares aumentan el volumen de pesos disponible, y el efecto es expansivo: más dinero  ofrecido, menos tasas de interés.
El ajuste también se apoyaba en que al disminuir la demanda interna de bienes  aumentan las exportaciones, con ella la disponibilidad de dólares, y con éstas –una vez liquidadas las divisas- la masa monetaria en pesos, lo cual hace bajar las tasas de intereses: termina el ciclo restrictivo. La segunda porque al incrementarse la demanda interna crecen también las importaciones que contribuyen a llenarla, y con ella disminuye la disponibilidad de dólares y -debido a la compra de los mismos a importar- baja igualmente la masa monetaria, los pesos circulantes, y suben los intereses: termina el ciclo expansivo.
Por lo demás había dos efectos positivos: la baja y el control de la inflación (llegó al 9 % en 1981), y capitalizar las empresas a un costo aceptable. Sobre esto último los capitales faltantes para aprovechar el boom, los puso el crédito bancario…. Las propias autoridades autorizaron por esto, y aun estimularon, la contratación de préstamos extranjeros en dólares…. En 1982 el 50 % de los créditos que la banca nacional otorgaba en el mercado interno se expresaba en la moneda de EE.UU. La deuda externa casi se triplicó dentro del período 1977-1981. Prácticamente toda ella correspondía a deuda privada.
El negocio de endeudarse en dólares parecía redondo. Los intereses eran bajos. La desvalorización propia de la divisa norteamericana la disminuía, de hecho aún mas. Y cuando llegase el momento de pagar, El Estado de Chile aseguraba que el dólar requerido para hacerlo valdría los mismos $ 39 que al momento de ser prestado.
Pero por otro lado había razones para rechazar el dólar a $ 39



Situación económica al principio de la crisis

         Entre 1977-81 el número de instituciones financieras aumentó en un 50%, cuatro nuevos bancos nacionales y 16 extranjeros llegaron a Chile, los privados chilenos  manejaban el 67,8 % del mercado en 1983, siendo que se dividían el mercado en mitades entre los privados nacionales y extranjeros, del resto el 18% lo controlaba el Banco del Estado, 12,9 los extranjeros y 1,3 las financieras.
         la situación económica interna había mejorado mucho a partir de 1976 hasta 1981, creciendo el país a una tasa real promedio del 7,2% anual, pasando la inflación a sólo 9,5% (1981 y en 1980 era del 30). La estrategia de De castro parecía funcionar dejando el dólar fijo en 39 pesos, estables los precios de los productos e insumos importados, obligando a las empresas nacionales a competir en el libre mercado. Incluso el desempleo llegaba a 1980 al 10,4%.
La deuda externa creció de US$ 4.000 en 1974 (5.613 en 1977 y 15.591 de 1981) hasta 14.000 en 1982, con los prestamos a mediano y largo plazo y si se suma los de corto plazo llega a 17000. pero el destino de la deuda sería lo grave a posteriori en cuanto a mediados de los 70, sólo el 16% de la deuda externa total había sido contraída por el sector privado, mientras el '82 la cifra era del 63%.
En sólo cinco años la cifra de la afluencia de capital fue incrementándose, 1977 fue de US$ 577 millones, 1978 fue 1.946, 1979 2.247; 1980 llega a 3.165. Para 1981 llega a 4.698, mientras en 1982 cae a 831 millones y en 1983 de 376.
En el caso del sistema financiero, el acceso del crédito foráneo, como porcentaje total de la deuda se alzó desde 14% en 1978 hasta 35,8 en 1982, y la relación deuda-capital de los bancos se duplicó.
         Gonzalo Vial explica este endeudamiento en varias razones:        
1.- La destrucción del sistema productivo por la UP.
2.- La devolución, cuando e hizo, fue sin ninguna indemnización de por medio, obligándolos a responder de las deudas que no les pertenecían. Mientras las reprivatizadas requerian de recursos con los cuales pagar esas adquisiciones y las deudas contraídas, etc.
3.- El aumento de los impuestos del régimen militar (para lograr un equilibrio fiscal), creando (IVA), perfeccionando los ya existentes, o mejorando su fiscalización, obligó a adquirir deudas por la ausencia de capital.
Nacieron los grupos económicos[6], empresas vinculadas a un banco: Sahli-Tassara (Español), Cueto-Martínez (de Concepción), Vial (BHC, de Chile)[7] Cruzat-Larraín (de Santiago), etc. Los dos últimos eran los más amplios, los bancos obtenidos a raíz de las privatizaciones salvo el de Santiago, creado por el  grupo.
Se precisaba de crédito, la amplia demanda del mismo dentro del país lo hizo escasear (y subir las tasas de interés de manera considerable) y se tuvo que buscar afuera, el cuál tenía dos cualidades: barato y abundante. Los préstamos se dirigieron directamente al sector privado.
Y así, como los grandes conglomerados fundaban su crecimiento en el crédito, las personas acudían a los bancos e instituciones financieras para satisfacer sus más caros deseos, así bajos aranceles y dólar barato ya dejaban a los autos fuera de los artículos de lujo y los electrodomésticos, el whisky reemplazó al pisco y las vacaciones en el extranjero se convirtieron en una moda para los sectores más pudientes.

Pero el boom sólo tenía una limitada y exigua base: escasa capitalización de las empresas, por lo que el crecimiento se financió con endeudamiento externo, especialmente dijo Lüders en el discurso del 13 de Enero, en los conglomerados empresariales vinculados a la propiedad de algunas instituciones financieras.
Y ello porque el endeudamiento externo a partir de los 60 y 70 había sido un buen negocio con tasas de intereses reales negativas, expandiendo la banca privada menos exigente que la multilateral, a un 20%.


Después del plebiscito del `80

          Para el 11 de septiembre de 1980 el Presidente describió sus metas: un millón de empleos nuevos y 900 mil viviendas uno de cada siete chilenos tenga un auto, uno de cada cinco televisor y uno de cada siete un teléfono.
Pero la fiesta seguía pese a que el mundo entraba en crisis, haciendo la vista gorda, pensando que sería una crisis transitoria, pero con la llegada de Ronald Reagan al poder trajo una nuevo política económica, monetarista, restrictiva, provocando el aumento de las tasas de interés internacionales y la revaluación del dólar frente a otras monedas, así la tasa LIBOR se elevó de 9,4 en 1978 a 16,7 en 1981, por lo que significó un gran aumento del costo de la deuda, pero los créditos contraidos con anterioridad permitieron seguir financiando los compromisos.

         El cuatro de mayo de 1981 la refinería de azúcar CRAV se declaró en quiebra pues la mala apuesta especulativa, que el precio del azúcar subiría (bajó como todas las materias primas), ello implicó que la idea de la crisis asomara por el horizonte.
         El 2 de Noviembre de 1981 se interviene el primer grupo de Bancos: Español, de Talca, de Fomento de Valparaíso, Regional de Linares y las Financieras Cash, General Financiera, Finansur y Financiera de Capitales. Le tocó a Sergio de la Cuadra, presidente del Banco Central, así como al Secretario General de Gobierno, Hernán Felipe Errázuriz a las 15:30 de ese día informar a la mesa directiva de la Asociación de Bancos acerca de la decisión de intervenir, lo que hizo la Superintendencia.
         Los miembros del grupo BHC se encontraban en los Baños del Corazón en Los Andes, analizando la situación y al enterarse, el vicepresidente de esta organización dijo Es una medida muy acertada.
El Estado tuvo que aportar más de US$ 1.000 millones para evitar su quiebra, y se comienzan los primeros cambios en Hacienda, donde De Castro pese a su liberalismo, impulsaba un mayor control de las entidades financieras a través de la tecnificación de la Superintendencia.

La suerte del grupo Vial

A fines de 1981 Rolf Lüders había advertido acerca de la posibilidad de una severa crisis económica, lo que se tradujo en una reestructuración en marzo del 82, y en la que Lüders asume la vicepresidencia ejecutiva. Su estrategia era imprimir una cautela a la expansión del grupo, consolidar los negocios principales y reducir los niveles de endeudamiento, consiguiendo dar mayor liquidez al grupo con la venta de algunos activos, pero no pudo desvincular al Chile del BHC.
         El directorio entre Enero del 81 y Agosto del 82, el directorio del Banco Chile estaba integrado por nueve ejecutivos tres de los cuales eran del BHC, Sergio Molina, Joaquín Figueroa y Javier Vial, como presidente. A medida que avanzaba el año la situación fue cada vez más tensa ya que los otros seis directores deseaban vender la cartera mala al Central, a lo que se negaba Vial ya que creía que el Banco podría administrarlo mejor. Además se imponían condiciones que harían perjudicar a Vial: un programa de desconcentración de créditos entre otros, que aseguraba la eliminación definitiva de los prestamos relacionados y una diversificación de los riesgos. El 23 de Julio el directorio acordó acogerse al beneficio kis que les permitió traspasar una cartera de más de 9 mil millones, 6,4% del total del sistema financiero. Molina y Figueroa renunciaron.
         El propio Vial señaló en un documento suyo: Mi actuación, señaló que fueron presionados por las autoridades. Así en una reunión del Central con todo el directorio del Chile, se les advirtió que para producir la desvinculación del Banco y el grupo, debía presentarse la renuncia de Vial a la presidencia del directorio o entregar todas sus empresas al banco.
         Además se les notificó la aplicación del artículo 19 bis de la ley de Bancos[8], así si la entidad fiscalizada por la superintendencia, presentaba inestabilidad financiera o administración deficiente, se le podrá  prohibir total o parcialmente u a serie de actos: otorgar nuevos créditos a cualquiera persona natural o jurídica vinculada directamente o a través de terceros, a la propiedad o gestión de la institución.
         Así el BHC perdía uno de sus más importantes fuente de financiamiento, el 125 de las colocaciones del Banco estaban en empresas del grupo siendo las más importantes: CTI, Indus, Industrias Forestales, Forestal Crecex, Egasa, Sociedad el tattersal, Minera Pudahuel y las empresas de inversión Huelén, Valle Central y José‚ Miguel Carrera, pese a que ninguna estaba dentro de la cartera mala, si se les cortaba el oxígeno financiero entrarían en problemas.
         El 26 de Julio, renuncia a la presidencia, pero se mantiene como director, nace un convenio entre el BHC y el banco de Chile para la desconcentración, lo que estuvo listo el 7 de Agosto: el BHC entregaría en pago por parte de sus pasivos con el Banco de Chile, las sociedades El Tattersal, Banchile, Financiera Atlas, banco Anndino y Diners. El Chile compraría al BHC sus acciones en el grupo Morgan Finanzas. Finalmente el BHC entregaría al Chile las aciones que tenía de este.
         Concretada la venta se levantó el artículo 19 bis por el Central. El Chile presidido por Manuel Vinagre. El acuerdo se firmó por fuerte presiones del Ministro de Hacienda, Sergio de la Cuadra, presentando tal documento numerosas desventajas para el grupo BHC.
Al final por ciertas cláusulas se fue a un litigio arbitral, una la que obligaba al BHC entregar las aciones que tenía en el Chile, ya que muchos de estos títulos estaban dados en garantía a acreedores, debiendo necesitar su autorización para enajenarlos, estableciendo el documento la obligación de remover todos los obstáculos que se presentaran.
         El plazo del acuerdo se cumplía el 31 de diciembre de 1982, y ya en octubre la cosa se veía mal. Era difícil para el BHC cumplir todo el acuerdo, pese a que ya había entregado las acciones de las empresas mencionadas. La banca extranjera, entre ellos, el Morgan Guaranty Trust of New York, el Banco Urquijo y otros, se negaba a renunciar a las acciones del Chile que sus deudores del BHC les habían entregado en garantía, mientras no se cancelaran los créditos. Hubo una reunión que no tuvo resultado positivo, y el Chile pidió en noviembre que se diera inicio al arbitraje, consultado en el acuerdo, cuyo árbitro fue José Miguel Ibáñez, el que como primera medida tuvo que acoger una medida prejudicial precautoria, licitada por el gerente general del banco, Hugo Ovando, para que prohibiera que las acciones del Chile que debían darse en pago según el convenio, fueran objeto de nuevas transacciones o constitución de dominio mientras durara el arbitraje. Esto no sólo incluía los títulos del propio banco, sino también de la Financiera Atlas y el Tattersal, que tampoco habían sido traspasada a la entidad.
Ibáñez acogió una demanda interpuesta por Ovando contra 25 empresas del BHC y de sus ejecutivos (Vial, Lüders, Molina, Sepúlveda y Figueroa), pero debió renunciar a los dos meses ya que se estimó inhabilitado para ejercer tales funciones, ya que se nombró a su hermano interventor del Chile el 13 de Enero del 83. Fue reemplazado por Francisco Bulnes Ripamonti, a quien le sucedió Raúl de la Fuente, mientras el interventor del Chile pidió la quiebra de las empresas del grupo hasta que en Julio del 84 se llegó a un nuevo acuerdo denominado Liquidación ordenada firmado por el BHC, pero no ratificado por la banca acreedora, lo llevó a la quiebra a las empresas de inversión del grupo.



Pero en 1982 la situación hizo crisis, la contracción de la economía internacional trajo consigo un impacto en el precio de las exportaciones chilenas, el precio del cobre cayó de 99 centavos de dólar la libra en 1980 a 67 en 1982, el déficit comercial en 1981 era ya de 2.677 millones de dólares y con el dólar fijo en 39 pesos no había incentivo para aumentar las exportaciones, además con el mecanismo de reajuste automático de los sueldos hacía cada vez menos competitivos a los productores chilenos.
         El equipo económico a  comienzos de 1982 estaba en un zapato chino. Los rumores de nuevas intervenciones estaban en boca de todos.
         En un top secret del Diario La Segunda, se señalaba el 13 de Enero de 1982, nuevas intervenciones e incluso se decía que había algunas que ya lo estaban, pero para impedir la corrida bancaria era que se mantenía. Tal rumor se fundamentaba en los controles fuertes que estaba implementando la superintendencia[9].
         En junio de 1982 se intervino el Banco Empresarial de Fomento. Para calmar los  ánimos el entonces superintendente de Bancos, Boris Blanco, aseguró en septiembre que no se producirían más intervenciones ni liquidaciones, y la ideas en el Central y en la Superintendencia era atender a los casos y darles solución mediante el aumento de capital y aconsejando fusiones ventajosas. Las entidades financieras estarían dispuestas a hacerlo. Pero en este caso, no se cumpliría  la que antes que terminara el año enviaban inspectores delegados a las principales entidades financieras, no siendo interventores propiamente tales, pero eran el preludio del 13 de Enero.
Para intentar hallar una salida a la crisis, los ejecutivos del sistema financiero se reunieron, de allí surgió la idea de hacer la venta de la cartera mala al Banco Central, los convenios de desconcentración de créditos como el firmado por el BHC con el Banco de Chile y el análisis de las posibles fusiones o aumentos de capital en las instituciones más debilitadas.
         En el caso del BUF, las autoridades solicitaron a los accionistas que hicieran un aporte de capital, lo que no superaba los US$ 15 millones. El 50% del BUF pertenecía a un grupo de connotados bancos extranjeros: Credit Suisse, Deutsche Bank, Banco Exterior de España, Banco Tokio, Manufacters y Banco de Brasil; quienes dijeron estar dispuestos a hacerlo siempre y cuando su contraparte chilena pusiera su cuota, pero los socios chilenos no tenían con qué‚ hacerlo. Los principales accionistas del Banco eran empresas constructoras muy complicadas por la crisis: Abalos y Gonzalez y Desco, entre otros.
También en el Banco Concepción se buscaba una salida, antes de la devaluación los accionistas estaban en avanzadas conversaciones para vender la institución al Banco de Bilbao de Vizcaya. Durante dos meses estuvieron un par de ejecutivos españoles que lo revisaron todo, llegando a una fórmula por la que pagando las deudas del grupo, pagarían US$ 90 millones, pero el día en que hacían la comida de despedida, se devaluó, lo que cambió totalmente el panorama. La propuesta se llevó al directorio de la empresa en España, pero llegó Agosto y todo se atrasó por las vacaciones. La decisión se postergó para septiembre, y el ambiente ya estaba enrarecido, por lo que decidieron esperar antes de entrar al país.


En los primeros días de Abril del '82 en La Papelera, Jorge Alessandri lanzó un discurso que fue el tiro de gracia para De Castro, señalando que los malos resultados en su empresa se deben a la recesión mundial: ...y a errores de política adoptados por el gobierno dentro de esos errores fustigó al arancel del 10% fijo parejo, tipo fijo y discrepó con el ajuste automático.
         El 16 de Abril Pinochet llama a De Castro y le pide la renuncia, pero Pinochet le mantiene el aprecio y le autoriza a nombrar el mismo a su sucesor[10]. Entre marzo y Junio el país perdió más de US$ 500 millones en reservas.
El 22 de Abril jura el nuevo gabinete, donde los militares pasan a formar mayoría en el equipo económico, a través del Comité Económico de Ministros, Sergio de Cuadra, antiguo presidente del Banco Central y miembro de la Escuela de Chicago, quien apoya el reajuste salarial, asume en Hacienda. Pero los demás miembros de este equipo, especialmente Gastón Frez, Ministro Director de ODEPLAN, comienza a presionar por el reajuste del dólar, apoyados desde la Junta por el Almirante Merino.
El 11 de junio Pinochet informa a su ministro que se ha decidido a dar luz verde a la devaluación.
         El 14 de Junio de 1982, a las 21 hrs, el general ministro Luis Danús, de uniforme y en cadena nacional anuncia la devaluación y el dólar sube de 39 a 43 y en Julio a 46[11]. El 5 de Agosto se libera el precio y en diciembre de 1982, alcanzaba la cifra de $ 73, por lo que las deudas en dólares se habían duplicado mientras la tasa de interés LIBOR continuaba en alza.
         De la Cuadra cayó rápidamente en desgracia. La liberalización no estabilizó el precio de la moneda sino que aceleró la depreciación de la misma y la caída de las reservas internacionales, se apostó por nuevos reajustes entre los agentes económicos, y así se vuelve a devaluar, caen los depósitos con la caída de la confianza. Sólo se puede intentar recuperar la confianza del público. Allí entra Rolf Lüders
         Era alguien con amplio conocimiento incluso con una columna en un diario, lo que era bastante leído, y se dice que en uno de esos seminarios en los que participaba profusamente, causó gran impresión en Lucía Pinochet Hiriart. Otras versiones se inclinan por estimar que fue elegido con pinzas por un grupo de gobierno que pretendía desarticular a los poderosos grupos económicos ya que los veía como una amenaza al poder político, y de paso hacerlos responsables de la crisis económica que hacía tambalear al gobierno.



         Las relaciones entre el gobierno y los principales arquitectos de los grupos económicos se agriaban a medida que la crisis se profundizaba. Una de las animosidades más notorias era entre Pinochet y Vial[12].
         Mientras un personero del gobierno había advertido a un prominente banquero que si continuaba haciendo pronósticos catastrofistas sería expulsado del país. Pocos tardaron en darse cuenta que se trataba del Presidente de la Asociación de Bancos, Javier Vial. El mismo que a comienzos de año, citado en el Ministerio de Hacienda, Sergio de la Cuadra para solicitarle que entregara sus empresas porque la situación era muy complicada, La respuesta de Vial fue que la unidad popular no lo expropió tampoco lo haría ese Ministro.
Para el 13 de Julio de 1982 el Banco Central se vio obligado a tirar un salvavidas a la banca, ofreciéndole un convenio para comprar la cartera vencida y riesgosa, entregándose pagar‚s nominativos no vencimiento en diez años, por lo que permitía maquillar los balances y darle tiempo para que e recuperar el sistema. Esta conjunción entre la crisis de la deuda externa y problemas crediticios relacionados con los grupos económicos y el aumento de la cartera vencida, traían preocupado al presidente del Banco Central, Miguel Kast, quien temía una crisis de liquidez en el corto plazo.
El 22 de Agosto de 1982, México se declarar  en moratoria frente a sus acreedores externos, cambiando radicalmente la percepción del riesgo de los países latinoamericanos. Carlos Cáceres tras la asunción del Biministro Rolf Lüders, acababa de reemplazar a Kast en el Banco Central tuvo como primera misión acudir a una reunión del FMI en Toronto. El clima era de un funeral de primera clase, lo ocurrido en México podía ser sólo el comienzo y en cualquier momento Brasil y Argentina y el resto de los países podría hacer lo mismo. Entre septiembre y diciembre se detuvo el flujo de crédito, incluidos los destinados a Chile.
         Entre los empresarios que apoyaron el modelo siempre permaneció la crítica de fijar el precio de la divisa. Y a medida que se fueron enfrentando a la competencia externa, la que arrasó con un número considerable de empresas, las críticas a De Castro se incrementaron. Muchos intentaron hacer cambiar de opinión al Ministro. Manuel Cruzat fue a hablar a solas con él en varias ocasiones.
Hubo reuniones en el Banco Central a la que asistieron Jorge Cauas, Juan Andrés Fontaine, Pablo Baraona, Alvaro Bardón Manuel Cruzat y Juan Braun. Había lazos de amistad en ese grupo: Cruzat y De Castro se conocían desde los tiempos de Chicago y Juan Braun había sido profesor de Bardón. Cruzat presentó un acabado estudio acerca de las razones que recomendaban la liberalización del tipo de cambio, pero no tuvo buena acogida entre las autoridades, incluso se interpretó como un complot para destituir a De Castro. Pero la intención fue que el cambio lo efectuara justamente el hombre fuerte del régimen en el campo económico.
Las presiones para devaluar se hicieron más fuertes dentro del propio gobierno y para el ministro se hizo cada vez más difícil convencer al Presidente y a sus asesores de mantener el cambio fijo, e intentaba arreglar el problema vía eliminar el salario mínimo y el reajuste automático de sueldos. Su aliado en esta cruzada era Miguel Kast, mientras permanecía en el banco Central, pero José‚ Piñera discrepaba, siendo Ministro del Trabajo, lo que le valió la enemistad con de castro y que terminó por alejarlo del gobierno.
El tira y afloja duró bastante tiempo, pero a fines del '81 el rumor de la devaluación comenzó a afectar la tan valorada confiabilidad del público, las personas empiezan a rehusar los créditos en dólares y compran dólares, mermando las reservas del Central, pese a los esfuerzos de las autoridades para frenar las expectativas, incluyendo la exposición de De Castro el 24 de julio del '81, afirmando que el dólar a 39 se mantendrá  por muchos años y que el país seguir  creciendo como nunca antes, lo que reafirmó Pinochet en su discurso de fin de año reiterando la ausencia de cambios en el tipo de cambio.
Pero los hechos desmintieron los discursos y la crisis estaba más cerca, De castro estaba en una situación cada vez más incómoda, su plan de ajustar vía salarios no tenía muchos adeptos, ya que la situación política ya est  enrarecida, con quiebras y desempleos masivos descontento de la población y la muerte de Frei y el asesinato de Tucapel Jiménez.

En una reunión Javier Vial hizo notar a Pinochet que el ajuste vía salarios no tenía futuro recordándole que esa idea jamás había funcionado y señaló ejemplos: que Ibáñez cayó por la misma idea en 1931, Indonesia tuvo una revolución y Winston Churchill perdió el puesto de primer Ministro.
         Vial entonces preguntó al Presidente si efectivamente se proyectaba bajar los salarios y si incluía a las FF.AA. Pinochet dijo que sí a la primero y no a lo segundo, Vial le hizo notar claramente que nadie aceptaría tales discriminaciones, fue el comienzo del alejamiento de dos hombres que antes tenían muy buenas relaciones.

A las diez de la noche del día 28 de Agosto, Rolf recibió un llamado telefónico de Santiago Sinclair, Secretario General de la Presidencia, citándolo para La Moneda al día siguiente. Ya era conocida la renuncia de De la Cuadra, pensando que ya que tenía vinculaciones de la Universidad pensó que le pedirían sugerencias para saber que persona podría aceptar el cargo, apenas entró Sinclair le ofreció los dos ministerios para que coordinara el área económica con absoluta libertad para elegir a su equipo. El domingo lo consultó con su señora y el lunes aceptó el cargo jurando como Ministro.
         El 11 de Noviembre se produjo la operación denominada "el once a las once", la que colmó la paciencia de las autoridades, y que consistía en que empezó la sesión del directorio del Banco de Chile para estudiar soluciones a los problemas que se habían presentado en el convenio de desvinculación de las empresas BHC con el Chile. Mientras eso sucedía la Automotriz Arica adquiría el 5% de las acciones del Banco de Chile que poseía Concha y Toro, luego de recibir un crédito del Banco de Santiago.
El problema estribaba en que Andrés Allende[13], cuñado de Vial, era dueño del 44 % de la empresa automotora.

         Para fines de noviembre de 1982 se analizaba el interior del gobierno qué hacer con los bancos. Los rumores de intervención masiva volvían a rondar. Usando los sistemas de la superintendencia para determinar los niveles de pérdida, y llegaron a la conclusión de que las pérdidas patrimoniales llegaban a los US$ 2.500 millones, mientras que el patrimonio de los bancos era de US$ 1.100.
Además Lüders pidió a una consultora internacional de la Corporación Internacional Financiera, Frank Venerossa, que evaluar  la situación, este usando un sistema a diferente al de la superintendencia, se estimó las pérdidas en US$ 4000 millones.
Al interior del gobierno se adoptaban diferentes soluciones, unos propondrían que se interviniera la banca y otros estimaban que se la dejara quebrar sin más. Esto último no era viable ya que la quiebra de los tres principales bancos del país significaba que el ahorro de cinco millones de chilenos se harían agua y provocaría la caída del gobierno.
         Dentro de la intervención se manejaban diferentes hipótesis: congelar y capitalizar los depósitos, pero se desechó porque atentaba contra el derecho de propiedad. La dificultad de devolverla al sector privado generaba un problema. Se optó por intervenir algunos bancos y luego hacerlos volver rápidamente al sector privado. Y la idea de un reprogramación masiva se desechó por inmoral.
         Además existían grupos dentro del gobierno en el sentido de que no confiaban en el modelo económico y que intentarían torpedearlo. La crisis era grave, el desempleo y el descontento social eran graves. El Ministro del Interior Enrique Montero Marx, estaba preocupado porque veía cosas que los economistas no veían. Las protestas adquirían un matiz cada vez más violento.
Pese a que en los círculos de economistas que trabajaban en el gobierno no existía una persecución hacia los grupos económicos, sin embargo en algunos sectores del gobierno se estimaba que los grupos reunían mucho poder entre ellos, usando los bancos para beneficio personal y que era hora de cobrarles la cuenta. incluso un rumor que salió seis meses antes de la intervención es que Pinochet en una reunión de los Comandantes en Jefes de las Fuerzas Armadas señaló que liquidaría los grupos económicos responsabilizándolos de la crisis.
A finales de noviembre estaba decidida la intervención, día y fecha estarían determinados por un patrón objetivo: la primera vez que una empresa importante dejara de pagarle a un banco haciendo peligrar su estabilidad, y por efecto dominó la resto del sistema, lo que ocurrió cuando INFORSA se declara en cesación de pagos.

         Entre Julio y Noviembre de 1982, los bancos habían estado vendiendo su cartera vencida al Banco Central, pero sin que éste les traspasara recursos. Las condiciones para que el Banco comprara las carteras eran:
a)    que los deudores mejorasen sus garantías
b)    que los bancos vendedores disminuyeran la concentración de los créditos.
c)     Y que aprovisionaran por aquella cartera.
d)    No se podrían dar dividendos a los accionistas, sino en la medida en que recomprasen al Banco Central los créditos vendidos.
        
         La situación para finales de 1982 en cifras por desgracia podía empeorar: crecimiento de -14 %; el desempleo (cubierto y encubierto) llegaba a 26 %; reservas internacionales US$ –1200 millones; déficit fiscal 2,3 %; aumento del salario real de 0,3 % (para 1983 llega a –10,9 %) e inflación 20,7 %.



[1] Sergio de Castro, el  arquitecto del modelo económico chileno, Arancibia Clavel, Patricia y Balart Páez, Francisco, página  347-8, 1° edición 2007 Editorial Biblioteca Americana.
[2] Enrique Marshall, “El marco Macroeconómico y la Intermediación Financiera” en La crisis bancaria del ´83. Veinte Años Después, Universidad Central de Chile, Santiago 2003 p. 42. Citado en Sergio de Castro, el  arquitecto del modelo económico chileno, Arancibia Clavel, Patricia y Balart Páez, Francisco, página  347-8, 1° edición 2007 Editorial Biblioteca Americana.
[3] Patricia Arancibia Clavel. Entrevista a Álvaro Bardón. 7 de noviembre de 2002. Citado en Sergio de Castro, el  arquitecto del modelo económico chileno, Arancibia Clavel, Patricia y Balart Páez, Francisco, página  347-8, 1° edición 2007 Editorial Biblioteca Americana.
[4] El mismo autor en alguna ocasión, comparándola con las tasas actuales (2013) que habla de menos del 3 %. Y es que simplemente el hecho de comparar ese 10 % es en relación de la inflación de la cual se venía, por sobre el 600 % en 1973.
[5] Vial Correa, Gonzalo. Pinochet La Biografía Tomo II, p 451-2, primera edición 2002
[6] Javier Vial, Manuel Cruzat y Fernando Larraín. Vial y Larrain habían comenzado en los sesenta, junto a Ricardo Claro, quien en 1969 tomó su propio camino, siguiendo Vial y Larrain juntos hasta 1974. En ese momento Larraín se asocia a Cruzat y cada grupo inicia un rápido crecimiento, comprando más y más empresas y creando otras nuevas. Cruzat y Larraín serían el 5% del PGB empleando a más de 35.000 personas, casi el 1% de la fuerza laboral.
[7] EL ORIGEN DE LOS GRUPOS: El primero de ellos, fue Javier Vial (1934) se caracterizó por su afán especulativo, moviendo su capital de un lado a otro, la mayoría de las veces con excelente resultado. Su política se podía resumir en: no nos quedamos con las empresas que iniciamos o contribuimos a expandir. Somos desarrollistas y buscamos más y más... Terminamos un proyecto e iniciamos otro. Ingeniero Agrónomo de la U de Bekerley. En 1958 (dos después de graduarse) ya era director ejecutivo de Arrocera Miraflores SA, cargo que dejó para integrarse a Los Pirañas. Detestaba las reuniones sociales aunque era amigo de sus amigos. Se sentía atraído por el poder y era hombre de acción.
Este grupo fue integrado por Fernando Larraín, Ingeniero Civil Industrial de la Chile, de audacia siempre bien calculada y frío. Y también por Ricardo Claro, nunca dejó de ejercer como abogado, haciendo una carrera paralela en lo empresarial. Escribía en la Tercera, y desde 1977 criticaba fuertemente a los Chicago Boys. Desde Elecmetal creó un grupo que incluye a Viña Santa Rita, SAAV, Cristalerías Chile y Megavisión.
Los tres en 1969 todos compañeros del St. George se asociaron para crear un conglomerado empresarial, logrando adquirir el Banco Hipotecario, logrando imponerse a gente como Francisco Bulnes Correa y Arturo Matte.
La fisura se produjo en el grupo cuando Claro se retiró un poco antes de advenimiento de Allende. Larrain mantiene contacto con Vial, pero se queda en España donde forma entre otros negocios, el Banco de Gredos. Su joven cuñado, Manuel Cruzat, fue encargado de velar por los intereses de un grupo en Chile. Ya la sociedad tenía intereses accionarios en BHC, SAAV, Cooperativa Vitalicia, Banco de Chile, COPEC. CTI (ex Fensa- Mademsa) Sociedad administradoras de Fondos Mutuos, Consorcio Nacional de Seguros, Forestal SA Minera Pudahuel y Radio Minería.
En 1974 Vial y Larraín deciden tomar caminos separados. Vial con intereses en el  ea tradicional empresarial y financiera, se queda con el BHC, las acciones del Chile, una parte de Minería Pudahuel, CTI, Compañía industrial Coresa, Inmobiliaria Huelén, Compañía de seguros Trasandina, La Confianza, La Industrial, La Estrella y Sociedades de Inversiones Investor.
Larraín se inclina por el nuevo sector exportador, así se queda con COPEC, Watts, el 50 % de Pudahuel, La Compañía Minera de Pudahuel, La compañía minera Lo Prado, Forestal Sociedad Anónima y terrenos urbanos, Mantuvo eso sí, Fondo Mutuo Cooperativa Vitalicia, el Consorcio nacional de Seguros, que en 1078 tenía el 14,2 % de las primas directas del mercado, e Inversiones San Fernando. Poco tiempo des—‚s de la separación , invita a su cuñado Manuel Cruzat a unírsele como socio.
            Ambos grupos se lanzaron a una carrera de crecimiento. de las 250 empresas más privadas más grandes del país, larraín controlaba el 24 % del patrimonio con 37 de ellas y Vial 25 controlando patrimonialmente el 12,61%.
Integrada administrativamente con jóvenes salidos de las más conocidas escuelas de economía del país y del extranjero, el grupo Larraín-Cruzat su poder  parecía no tener límites. Al licitarse las empresas que estaban en poder de CORFO, inician la adquisición de empresas del más diverso estilo y aumentar la participación accionaria allí donde ya estaban antes.. Así logran el control total de Forestal, COIA, Watts y Puerto Lirquén, Venden sus acciones de CRAV y compran parte de los títulos de Pesquera Coloso y comparten con Agustín Edwards la propiedad de CCU, la que al poco tiempo terminan controlando en su totalidad.
Adquieren LADECO, Forestal Arauco, pesquera Guanaye y celulosa Arauco y Constitución SA y las empresas eléctricas SAESA y Frontel.
Además crean otras nuevas empresas, Banco Colocadora Nacional de Valores y Neut Latour y el Banco de Santiago, y en vista que la legislación vigente les impedía comprar más del 3 % de las acciones de un banco, crean uno. Para 1978 el grupo controlaba 85 empresas y tenía participación en 109, Con capital de más de US$ 1000 millones, y su deuda con lo interior y el exterior alcanzaba a 452 millones.
Mientras Vial era considerado uno de los hombres más ricos del país, participando en 65 sociedades, controlando 61 empresas un patrimonio de 520 y deuda de 437 respectivamente. Su cabeza de playa era el Banco Hipotecario de Chile (BHC) del que poseía el 80% y a su padre Carlos Vial Espantoso en un 11 %. Financiera Atlas 100%, Banco Sudamericano 3% Consorcio de Seguros BHC 99% Finansa 81% Banco Andino 60% Banco Unido Arabe, con sede en Lima 6%.
En el área productiva figuraban Industrias Forestales SA, empresa minera BHC, Minera Pudahuel, Fundición Industrial, Constructora Renacimiento, Aceites y Alcoholes Patria, Indus Lever, Industria procesador de Acero (IPAC), CTI, Coresa, Ipacor, Famela-Somela, Compañía Industrial, Hotelera del Sol y Diners Club. Además cerca de 18 sociedades de inversión e inmobiliarias: Administradora de Fondos BHC y San Cristobal.
Sus socios dentro del grupo eran Rolf Lüders, Joaquín Figueroa, Sergio Molina Benítez, Fernando Izquierdo y Alfredo Vidaurre.
Uno de los orgullos de Vial era el control del mayor banco privado nacional, el Chile, quien con otros accionistas controló el 31%, y antes, en 1970, esta se encontraba atomizada, y durante la UP la CORFO para estatizar el sistema bancario, consiguió el 48%. Y en 1875, con la privatización, logró controlar en algunas manos grandes paquetes de acciones, controlándolo y siendo seguido de Carlos Cruzat Paul con el 10% y la Familia Hirmas con el 9,5%.

[8] En Junio del '81 se había modificado la LO de la Superintendencia que crea el art. 19 bis que permite la aplicación de drásticas sanciones a los bancos que tuviesen deficiencias en su administración y a una alta concentración de créditos en empresas relacionadas. El proceso de clasificación de carteras se habían comenzado a desarrollar a principios de los 80, partiendo por los  30 mayores deudores de cada banco, lista que se fue incrementando paulatinamente hasta llegar al total de la cartera.

[9] cada tres meses fiscalizadores del organismo concurrían a los bancos para revisar el estado de los deudores.
[10] Para algunos ese fue un error grave (según Carlos Cáceres) ya que él era el símbolo del esquema económico y desde el momento en que se va la gente empieza a apostar por el cambio  de política en especial la devaluación.

[11] En un discurso en provincia, en ese mismo día, Pinochet ha recomendado que quienes compran dólares perdían el tiempo esperando un alza del dólar.

[12] El 12 de Julio los diarios publicaron el pronóstico del departamento de Estudio del grupo BHC que señalaba que el PGB iba a caer en 9%, las remuneraciones en 6,9 y el desempleo llegaría al 18% en el Gran Santiago, al mismo momento que Pinochet estaba en Concepción con varios ministros.

[13] Allende niega cualquier vinculación patrimonial entre la automotora y Vial, pero días más tarde circula otra versión por la cual, Vial sabiendo que había accionistas interesados en vender, por lo que se preocupó de conseguir un préstamo a corto plazo, mientras buscaba nuevos interesados en el Banco, con lo que aseguraba que se pagara un buen precio por las acciones, para desvirtuar las versiones de que el banco pasaba por un mal momento. Pero aseguró que su intención no era quedarse con las acciones, sino traspasarlas a inversionistas extranjeros, pero ello no convenció a las autoridades de las buenas intenciones de Vial.

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