EL CASO CAVAL IX (4)
EL DÍA EN QUE MURIÓ EL GOBIERNO DE MICHELLE BACHELET
EN LA MONEDA…[1]: Fue la hora del
subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy
(PS) y de Ana Lya Uriarte (PS).
Ambos quedaron como dueños de La Moneda y el vínculo inmediato con los partidos
de la Nueva Mayoría. “Ambos socialistas y pertenecientes a la
Nueva Izquierda, consolidaron, durante los días de asueto de Peñailillo, una
alianza que perdura hasta hoy. Sus primeras acciones coincidían en lo político
con un importante sector de la Nueva Mayoría: en medio de las elecciones
internas del PS, Camilo Escalona acusaba la ausencia de “conducción política”
de la crisis, apuntando sus dardos al ministro del Interior. Aleuy reforzaba
esta idea improvisando una ronda de conversaciones con los partidos de todo el
arco, demostrando así una muñeca bastante más flexible que su superior
jerárquico para buscar una salida política. Al regreso de su breve descanso,
Peñailillo se encontró con la guerra desatada. Sin mucho margen de acción, optó
por replegarse e instaló la idea fuerza de que había una disputa generacional.
La “vieja Concertación” quería hacerse del poder y resignar el recambio que
significaba el diseño original que Bachelet había confiado en sus hombros[2].
Aleuy, subsecretario del Intieror, otro enemigo de Peñailillo |
Hasta antes
del episodio Dávalos, el ministro Peñailillo monopolizaba la influencia en el
círculo íntimo de la mandataria, algo que los propios dirigentes (anónimos) reconocen que cambió.
“Uriarte aprovechó, consciente o no, el vacío de poder que se produjo tras el
caso Caval”, asegura una (anónima)
alta asesora de La Moneda. Su
presencia en cada comité político, consejo de gabinete y reuniones del gobierno
con los partidos de la Nueva Mayoría, desde que llegó al cargo, ha ayudado a
consolidar sus redes políticas tanto fuera como dentro del gobierno: su
complicidad con el presidente del PS ha llevado a ambos a sostener duras
conversaciones privadas, cada vez que este último ha atizado los conflictos al
interior del oficialismo. Pese a esta cercanía con la Nueva Izquierda, Uriarte
ha intentado mantenerse al margen de la disputa al interior del PS. Aunque
su deuda con Escalona sea grande[3]. Uriarte como Aleuy y la propia Presidenta, comulga con la Nueva Izquierda, la
tendencia más grande del partido. Los rumores que hablan
que sería alternativa para ocupar un
ministerio político en el cambio de gabinete que haría la Presidenta Bachelet
pronto, ha sido el caldo de cultivo ideal para sustentar las conspiraciones.
Uriarte “está lejos de pertenecer a la vieja guardia de la Concertación” y
nunca ha sido cercana al líder del sector, Camilo Escalona y que tiene una
estrecha relación con los senadores Alfonso De Urresti (Nuestra Revolución) y
Juan Pablo Letelier (tercerista), que apoyan irrestrictamente la opción de
Isabel Allende para conducir el PS.
Una demostración del cambio de “favorito” se cuenta un
par de meses después, El domingo 19 de abril, en un
hotel NH, en Providencia, se llevó a cabo una reunión entre los dirigentes de
la Nueva Mayoría: presidentes de los partidos de la Nueva Mayoría, a los
presidentes de ambas cámaras del Congreso y a los jefes de las bancadas
oficialistas. En
el local “sentados frente a una
larga mesa con forma de herradura, con dos lados, pero un solo centro. Esa mesa
central partía con el ministro de Justicia, José Antonio Gómez, y seguía con el
presidente del Senado, Patricio Walker; la ministra de la Segpres, Ximena
Rincón; el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo; el vocero de gobierno,
Álvaro Elizalde y el presidente de la Cámara, Marco Antonio Núñez. La testera
la cerraba Ana Lya Uriarte[4].”
Ella llegó muy temprano, al igual que Peñailillo, por lo que conversaron a
solas. Durante la reunión ella, sin aportar nada a las discusiones “tomaba apuntes sobre las intervenciones de
una cita que dirigía el ministro del Interior. Sus gestos de desaprobación
cuando el presidente del PS, Osvaldo Andrade, y el senador del MAS Alejandro
Navarro extremaron sus críticas hacia el gobierno por las dificultades que ha
tenido para salir de la crisis[5].
Tal actitud implicaba que detrás de ella estaba Bachelet “que supera por lejos a su antecesora –Paula
Narváez– y a los que también fueron jefes de gabinete presidenciales en
gobiernos pasados”[6].
Ana Lya Uriarte,la gran ganadora y el nuevo poder detrás del trono |
Se le reconoce
mayoritariamente que se ha convertido con los meses en “una articuladora” de la
Presidenta, con los partidos de la Nueva Mayoría, con el resto del Gobierno.
“Es un poder en sí misma, no se desempeña solo en la parte ejecutiva, sino que
en buena medida llena el vacío ante la ausencia de un segundo piso fuerte
políticamente en La Moneda”, recalcó (anónimamente) un timonel de la Nueva Mayoría[7].
Una (anónima)
alta autoridad de Palacio dijo que ella
“era muy buena”, que es necesaria y que por lo mismo “hay que cuidarla”,
manifestando cierto grado de preocupación por la visibilización que ha
adquirido…., ante el clima de desconfianzas y conspiraciones que abundan en el
oficialismo[8]. Uriarte trabaja en el backstage de La Moneda. En el Gobierno
explican que, entre las características claves de su gestión, está que
“escucha”, “coordina” y “tiende puentes”. Pero, además, “anota todo”, …y “se ha
hecho indispensable”. Un (anónimo) alto asesor de Palacio recalcó que si la Mandataria quiere informarse
de algo objetivamente, lo hace a través de ella[9].
En septiembre La Segunda sacó una nota sobre ella: “Un inquilino de
Palacio revela que la jefa de Gabinete ha tenido roces con personeros como
Pedro Güell, director de Políticas Públicas
(uno de los responsables de las políticas del segundo gobierno de Bachelet); Rodrigo Uribe, director de estudios, y
Ximena Jara, una de las speechwriter de la Mandataria. La razón de los
disgustos sería porque colocaba plazos a las tareas y sea ejecutiva a la
hora de tomar decisiones, especialmente cuando ello tiene un impacto directo en
el funcionamiento y gestión de los distintos ministerios. Además trabaja con total independencia del ministro
del Interior, Rodrigo Peñailillo, y de la directora de la Secretaría de
Comunicaciones (Secom), Paula Walker, pese a que en el Gobierno es sabido que
son las personas que tienen mayor influencia sobre la Presidenta. Siendo
muy diferente de Paula Narváez -que dicen
solía justificar el retraso de las decisiones señalando que debía consultarlo
con Walker o Peñailillo- Ana Lya Uriarte trata de resolver todas las demandas y
sólo cuando son muy complicadas pide ayuda, pero recurre a la propia Jefa de
Estado[10].
En “aquellas
semanas en que el estado de desánimo en que se encontraba la presidenta era
evidente. “Fue el muro de contención”, cuenta un (anónimo) parlamentario socialista,
quien se encontró por esos días con la jefa de gabinete. Uriarte, además, se
encargó de comentar personalmente a varios parlamentarios y dirigentes sobre el
estado anímico de la presidenta. Viniendo de una persona a la cual se le
reconoce una capacidad de discreción a toda prueba -algo que, es sabido,
Bachelet valora en extremo-, la infidencia personal llamó la atención, y
muchos lo interpretaron como un comentario dirigido a conseguir la solidaridad
y recuperar la lealtad del oficialismo.
Además se convirtió con mucha rapidez “en un canal directo de las jefaturas
oficialistas y de oposición con la presidenta Bachelet. “Narváez nunca contestaba el
teléfono, ni siquiera devolvía el llamado”, dice un parlamentario…..ella en
cambio “….contesta de inmediato el
teléfono, si no, le dejas un mensaje con su secretaria, y te devuelve el
llamado.”, comenta el presidente del Partido Radical, Ernesto Velasco. [11]
Pero no todos estaban felices pues en el entorno del ministro del Interior, Rodrigo
Peñailillo, la tienen “entre ceja y ceja” y la critican, porque aseguran que
está aliada políticamente con el subsecretario de esa cartera, Mahmud Aleuy,
para minar el liderazgo del secretario de Estado. No la consideran talentosa y
creen que solo “ha crecido” porque supo aprovechar el espacio que se produjo
entre febrero y marzo, cuando era evidente y público que la Presidenta Bachelet
estaba afectada y golpeada por efecto del caso Caval, debido a las implicancias
familiares que tuvo para ella[12].
Todo ello logrado porque Uriarte no posee agenda propia,….y,…., tiene la experiencia y el
conocimiento de las lógicas, técnicas y manejo de un Gobierno, ya que fue la
ministra de Medio Ambiente en la primera administración bacheletista. “Tiene
dedos para el piano, solvencia política y profesional, sabe cómo funciona el
Estado”, precisó un timonel, y desde la Nueva Mayoría varios dirigentes
destacaron que se caracteriza por el “buen trato” y por tener sintonía con los
partidos, donde es comentado que los hace sentir “que tienen con quien hablar
en La Moneda”, que se les escucha y, además, “la certeza” de que el mensaje
llega a destinatario, o sea, a la Presidenta, independientemente de si la
respuesta no es favorable. “Ella contesta el teléfono”, destacó un dirigente
oficialista, mientras que otros acotan que Uriarte resuelve la demandas, y que
solo cuando es estrictamente necesario o no hay otra opción, recurre a Bachelet[13].
Aleuy, apoyado por Uriarte, comenzó a articular la
búsqueda de un acuerdo transversal para detener la crisis. Primero con todos
los presidentes de partidos de la Nueva Mayoría, dos reuniones con el
presidente del UDI y con dirigentes de RN. A todos ellos Aleuy les dijo lo
mismo: se necesita una salida político-legislativa a la crisis, que los
escándalos han horadado el sistema político en general y que hay que “cuidar a la Presidenta”.
El
sábado 21, el presidente gremialista
Ernesto Silva, recibió un inesperado llamado del ministro (S) Aleuy. Horas
antes, Marie Emmanue-lle Verhoeven, la llamada “comandante Ana”, procesada por
el asesinato del senador Jaime Guzmán, había sido detenida en India y el
Ejecutivo comprometía sus esfuerzos en lograr la rápida extradición de la
otrora dirigente del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR). Quedaron de
juntarse el lunes 23.
Michelle Bachelet, el día en que se "enteró por la prensa" |
Ese
lunes, Aleuy trató lo que en verdad
le interesaba: el avance judicial de las causas que están en el Ministerio
Público por financiamiento irregular de la política que ahora afectaba a la
Nueva Mayoría[14]
sumado a los cuestionamientos a Dávalos. Todo eso ha decantado en un “problema
institucional” y que se hace necesario generar condiciones para evitar una
crisis insalvable en el sistema político y que abriría en las próximas horas
una rápida ronda de conversaciones destinada a generar un acuerdo que permita a
la clase política superar los cuestionamientos abiertos por los casos Penta,
Caval y SQM. La respuesta no fue del todo grata al subsecretario de Interior:
Silva compartió el diagnóstico, aunque hizo ver que la UDI “ya ha pagado caras”
las implicaciones de algunos de sus personeros en prácticas de financiamiento
irregular y que llegó la hora de “compartir los costos” del escándalo. Es
decir, no iba a dejar escapar la oportunidad que frente a la opinión pública
aparecieran los dirigentes de la Nueva Mayoría y el gobierno afectados por los
mismos casos que criticaron a la UDI. No lo iban a tapar. Eso sí, estaban
disponible para dar soporte político a la búsqueda de un acuerdo y sumar sus
votos en el Parlamento. Todo en público. Pero no ayudarían a detener el movimiento
judicial en contra del hijo de la Mandataria ni celebrar algún pacto a la
rápida para proteger a la Presidente ni a la Nueva Mayoría. Lo que Silva hizo
fue devolverles la mano, cuando en medio del caso PENTA, el gobierno no quiso
reformas y tanto ellos como la Nueva Mayoría se dedicaron a rasgar vestiduras
por la financiación de las campañas a partir de facturas “ideológicamente
falsas”, con dedo acusatorio contra la UDI. Era la hora de la venganza.
A
los partidarios de Bachelet, Aleuy
los atacó por el teléfono: les recordó que además de los implicados en el caso
Penta y su arista Soquimich, en el Ministerio Público se siguen causas en
contra del senador del PPD Eugenio Tuma, quien es acusado por su ex jefa de
gabinete, Claudia López, por fraude al Fisco; el 10 de marzo, en tanto, será
formalizado el senador independiente por Magallanes Carlos Bianchi, a quien la fiscalía acusa de utilizar subterfugios
para desviar recursos fiscales a familiares de su cónyuge y, también a inicios
de este mes, será formalizado por fraude al Fisco Christian Urízar, diputado
del PS, acusado de desviar fondos públicos por $ 100 millones del gobierno
regional de Valparaíso.
El 21 de
febrero regresó Michelle Bachelet, de sus vacaciones en el lago Caburgua.
Ese par de días se reinstaló en su casa de la comuna de La Reina en Santiago.
Ese sábado, Ana Lya Uriarte, junto
al resto del segundo piso de La Moneda, acudieron a la casa presidencial. Todos
colaboraron en la declaración que se leería a la vuelta de la Presidente al
Palacio. Como Peñailillo estaba de vacaciones sólo fue consultado
telefónicamente. Los ministros del Comité Político (vocera, Hacienda e
Interior) conocieron el texto sólo a un par de horas de ser leído, en la misma
Moneda, cuando la presidente se les entregó. La presidente rechazó los consejos
que apuntaban a “dar una entrevista en
profundidad y rechazando textos de sus asesores para una declaración
condenatoria de las actuaciones de su hijo y su nuera, la presidenta[15]
El día de la renuncia |
El 23
de febrero de 2015, a la 7.30 llegó Michelle
Bachelet a La Moneda. Esa mañana, su jefa de prensa, Haydeé Rojas, informó a los reporteros de Palacio que la presidenta
daría una conferencia y que sólo aceptaría tres preguntas. También les pidió
que tuviesen tino y que fuesen respetuosos con ella. La imagen de una
presidente entristecida y cabizbaja y deprimida empezó a tomar forma. En su
habitual estilo leyó el comunicado que había preparado ese fin de semana: "Yo no tuve ninguna
información ni previa ni después. Me informé en Caburgua y por la
prensa",…para ella todo este asunto ha sido doloroso "como madre y
Presidenta", frente al cual sólo cabe avanzar en mejorar el marco
regulatorio entre política y negocios. Y también puso énfasis en que trabajar
por un país "más justo" es parte de su vocación y que va a
"honrar" el compomiso con los ciudadanos que la eligieron Presidenta.
Lo que quedó fue una de esas frases que pasan al bronce: “me enteré por la prensa” y poco más. La crisis no se cerraba.
Ese mismo día los presidentes de partidos de la Nueva
Mayoría salieron con las caras perplejas. Apenas habían terminado la reunión
con el comité político de La Moneda (efectuadas en ese momento cada quincena) y
tanto la crisis de CAVAL, como el inicio de la la investigación de supuestos
aportes irregulares de Soquimich que amenaza con arrastrar a varios personeros
oficialistas, no había sido abordada.
Durante el encuentro, liderado por Rodrigo Peñailillo, en la mayor parte
del tiempo, se ratificó la decisión del gobierno de llevar adelante la agenda
educacional pendiente que, según se señaló, se iniciará con el envío del
proyecto de carrera docente al Congreso. La única alusión a los escándalos que
comenzaron a involucrar al oficialismo en prácticas irregulares fue una escueta
explicación sobre la remuneración de Margarita Soto Acevedo, consuegra de la
Presidenta Michelle Bachelet, cuya promoción a “profesional por decreto de
expertiz” en la Junji -con el consiguiente aumento de sueldo- generó polémica.
El
martes 24 en medio de esas
conversaciones de Aleuy, la
directora de la Secretaría de Comunicaciones, Paula Walker, estuvo en las oficinas del Ministerio del Interior.
La escena, que para muchos podría ser común, llamó la atención de varios de los
que trabajan con Aleuy y Peñailillo, ya que la ex jefa de prensa de Bachelet
hace meses que casi no aparece por ahí, debido a su rivalidad con Peñailillo.
Ahora que éste no estaba, ella podía conversar con Aleuy.
El
martes 24 en la noche, el ministro Peñailillo decidió a interrumpir sus
vacaciones. A esa altura, ya había llegado a oídos del secretario de Estado que
las críticas que un sector de la Nueva Mayoría estaba haciendo a su manejo del
caso Caval crecían. Para el secretario de estado “Los
miembros de la vieja guardia quieren instalar la idea de que son ellos los que
solucionan los problemas”. La crítica común era no haber medido
correctamente el efecto de las acusaciones a Dávalos y su rebote en Bachelet.
Sólo el presidente de la DC, Ignacio
Walker, el 23, críticó en público el manejo de los ministros. Y lo que era
más relevante, el manejo le había traído consecuencias con Bachelet, su “madre
política”. Otra razón del regreso eran los mensajes de sus subalternos acerca
del papel de Aleuy y su posible alianza con la jefe de gabinete de la
Presidente en contra suya.
Apenas
asumió sus funciones, advirtió que la renuncia de Dávalos a La Moneda estuvo
lejos de aquietar el ambiente y en el oficialismo comenzaron a surgir
cuestionamientos que amenazaban con un desbande en las filas de la propia
Presidenta.
La prensa como pelotón de ejecución |
El
25 de febrero, miércoles, tocaba
celebrar el Comité Político. A esa instancia acudían el ministro de Educación,
Nicolás Eyzaguirre (PPD) ministros del Interior, Rodrigo Peñailillo (PPD) de la
Segpres, Ximena Rincón (DC); de la Segegob, Alvaro Elizalde (PS); el
subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy (PS), y la jefa de gabinete de
Bachelet, Ana Lya Uriarte. Pero antes de reunirse con ellos en grupo, los citó
uno a uno a una reunión en su despacho. Allí se dieron cuenta del “estado de ánimo de la Presidenta y escucharon
algunas palabras sobre las duras semanas vividas por ella tras el estallido del
escándalo…..Uno de los comentarios de Bachelet que más han conmovido a sus
ministros y asesores es que tiene la convicción de que este tema “la seguirá
toda su vida pública”. Bachelet se ha mostrado en privado duramente golpeada
por la crisis y que “anda decaída” y cabizbaja.”[16]
De hecho, en el mismo consejo, Eyzaguirre
intentó abordar el tema CAVAL, pero “fue
interrumpido por los gestos de sus compañeros de gabinete Varios ademanes
nerviosos terminaron por convencer al, de cambiar el tema.” Por esos días
surgió “un acuerdo tácito que se ha
instalado en La Moneda por estos días: nadie toca en instancias grupales el
tema…salvo que la propia Bachelet lo ponga sobre la mesa.”[17]
Aleuy, en sus conversaciones con jefes de partido de la Nueva Mayoría, “ha deslizado que Bachelet está muy afectada
y ha pedido “solidaridad” con la Mandataria, poniendo término a las críticas
públicas a Dávalos y el negocio de Caval.”[18]
[1] Artaza
Francisco y Faúndez, Gloria Caso CAVAL: Impacto al
corazón del bacheletismo. La Tercera. Política. 01.03.15. En
http://www2.latercera.com/noticia/caso-caval-impacto-al-corazon-del-bacheletismo/
[2]
Peñailillo divide a la Nueva Mayoría,
Revista Qué Pasa 4 de junio de 2015 David Muñoz y Juan Andrés Quezada
[3] fue su férreo defensor en su momento más
complejo en la cartera de Medio Ambiente: una serie de episodios críticos en la
contaminación ambiental de Santiago llevaron al senador PPD Guido Girardi a
recurrir a la justicia. Según cuenta la historia, de inmediato Escalona
consiguió el respaldo cerrado del comité central para la ministra PS en pleno
invierno de 2008. Dos años más tarde y con la derrota de la Concertación sobre
los hombros, en una instancia similar, la todavía ministra levantó junto a
Andrade una férrea contención a una ofensiva liderada precisamente por Allende
para provocar la dimisión de Escalona a la presidencia del partido.
[4] La ubicación de la jefa de gabinete de
Bachelet fue la confirmación de lo que se comentaba: hoy, hablar con Ana Lya
Uriarte es hablar con la Presidenta de la República. Un alto dirigente
oficialista lo resume a nivel sensorial: “Uno tiene la sensación certera de que
es la presidenta la que, de alguna manera, está presente”.
[11] fue su férreo defensor en su momento más complejo en la cartera de Medio
Ambiente: una serie de episodios críticos en la contaminación ambiental de
Santiago llevaron al senador PPD Guido Girardi a recurrir a la justicia. Según
cuenta la historia, de inmediato Escalona consiguió el respaldo cerrado del
comité central para la ministra PS en pleno invierno de 2008. Dos años más
tarde y con la derrota de la Concertación sobre los hombros, en una instancia
similar, la todavía ministra levantó junto a Andrade una férrea contención a
una ofensiva liderada precisamente por Allende para provocar la dimisión de
Escalona a la presidencia del partido.
[13] El
Mostrador El poder de Ana Lya por
Marcela Jiménez24
abril 2015
[14] No
sólo por obtener recursos ilegales sino que la fuente de las mismas eran
connotados empresarios a los que la Nueva Mayoría cada cierto tiempo se
dedicaba a criticar, especialmente el dueño e SQM, el ex yerno de Augusto
Pinochet, la bete noire de la izquierda y que aparecía aportando a la campaña
de Michelle Bachelet (como Angellini o los Luksic)
[15] Sallaberry,
Juan Pablo. Caval: La hora cero. Revista Qué Pasa. Diciembre 30, 2015. En
http://www.quepasa.cl/articulo/politica/2015/12/caval-la-hora-cero.shtml/
[16] Artaza
Francisco y Faúndez, Gloria Caso CAVAL: Impacto al
corazón del bacheletismo. La Tercera. Política. 01.03.15. En
http://www2.latercera.com/noticia/caso-caval-impacto-al-corazon-del-bacheletismo/
[17] Artaza
Francisco y Faúndez, Gloria Caso CAVAL: Impacto al
corazón del bacheletismo. La Tercera. Política. 01.03.15. En http://www2.latercera.com/noticia/caso-caval-impacto-al-corazon-del-bacheletismo/
[18] Artaza
Francisco y Faúndez, Gloria Caso CAVAL: Impacto al
corazón del bacheletismo. La Tercera. Política. 01.03.15. En
http://www2.latercera.com/noticia/caso-caval-impacto-al-corazon-del-bacheletismo/
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